Un mismo y único estímulo no siempre produce idéntica experiencia (v. gr.: de calor y de luz). El estímulo de una determinada temperatura física puede ser sentida, por el S. psicológico, como “caliente” si afecta a algunos puntos de la piel, y como “frío” si afecta a otros (una gota de ácido, así mismo, producirá acritud en la boca y quemaduras en el ojo).
Por otra parte, una enorme variedad de efectos subjetivos es producida por un mismo estímulo eléctrico, que puede excitar, de hecho, todos los sentidos del S. psicológico. Así mismo, diferentes estímulos pueden suscitar la misma respuesta. Por todas estas razones, la clasificación psicológica de las experiencias sensoriales debe basarse, a nuestro juicio, no precisamente en las propiedades físicas de los estímulos, sino en los efectos producidos o experimentados por el sistema.