LA GESTIÓN LOCAL DEL DESARROLLO
EXPERIENCIAS DE PANAMÁ, ESPAÑA. MÉXICO, ARGENTINA Y PERÚ

LA GESTI?N LOCAL DEL DESARROLLO EXPERIENCIAS DE PANAM?, ESPA?A. M?XICO, ARGENTINA Y PER?

Lorena G. Coria (coordinadora)

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Resumen

El desarrollo de las comunidades rurales ha sido y sigue siendo el eje central de los discursos de gobierno en todos sus niveles, que impulsados por la inspiración al poder buscan afanosamente encontrar respuesta de la gente del sector más desprotegido como lo es el sector rural. Una de las modalidades del desarrollo es éste, basado en el aspecto comunitario y mediante una estrategia vertebradora que integra o viene a convertirse en un complemento dinamizador de actividades convencionales dentro de ejidos y comunidades indígenas como lo es el turismo rural que se sustenta en el paradigma de la sustentabilidad. El aprovechamiento de los recursos bajo esta estrategia en la comunidad de Singayta en el Estado de Nayarit, México conlleva a hacer un análisis que permita describir e interpretar sus resultados e impactos generados al desarrollo de la comunidad local, así como, los roles que desempeñan y han desempeñado los actores y sectores involucrados en estos proyectos de desarrollo comunitario.

Palabras clave: comunidad rural, turismo rural, desarrollo comunitario, sustentabilidad.

1. Introducción

El mundo rural en México es una de las principales preocupaciones del sector gobierno y esto se manifiesta como una constante en los acuerdos comerciales que firman los estados para enfrentar las disparidades y desigualdades que aquejan a las poblaciones locales en todo el país; sin embargo, a pesar de estos acuerdos, la pobreza y pobreza extrema de la población mexicana se encuentra en el sector rural. La realidad de las comunidades rurales en México se ha visto en grandes desventajas en todos los aspectos comparativamente hablando con el sector urbano, ya que éste, al tener concentrada su población en un espacio determinado facilita su planeación y la mejora en servicios tanto públicos como privados (Everitt, et. al., 2001). Aunado a lo anterior, el modelo de desarrollo económico impulsado desde el centro por los gobiernos en turno ha conducido a estancamientos y cinturones de miseria que cobran con mayor “eco” a los sectores más desprotegidos como lo es el rural donde cohabita un 25% de la población nacional ocupando un 75% de la superficie territorial del país (Monroy, Calva, 1996). El turismo como instrumento de desarrollo ha sido utilizado por muchas economías emergentes en las cuales ha dado resultados satisfactorios para algunos sectores de la sociedad donde éste se aplica y, aunque trae consigo aspectos negativos para otros sectores de las comunidades el éxito de su funcionalidad se debe principalmente a la planeación de las prácticas turísticas enmarcadas dentro del modelo de desarrollo sustentable. Por otra parte, para que esta planeación turística de los resultados propuestos se requiere de un análisis exhaustivo de las experiencias que se han aplicado bajo las diferentes aristas o enfoques en el mundo turístico a las que hace alusión (Universidad de Guadalajara, 2007): el promocionalismo, el enfoque económico, físico/espacial, enfoque comunitario y el sustentable.

Lo anterior requiere enfatizar en los procesos productivos como ámbito fundamental de interrelación entre sociedad y naturaleza, ya que es imprescindible que en la búsqueda de la calidad de vida de la gente dentro de un modelo de desarrollo y, bajo el paradigma de la sustentabilidad, que los recursos naturales sean aprovechados y a la vez conservados. Con esto se puede externar que una comunidad puede ser destruida tanto por la mano del hombre como por la fuerza de la naturaleza, y para que las comunidades puedan recuperarse es necesario que los actores locales se cohesionen formando un vinculo de pertenencia y de actividad cívica que impacte positivamente en los centro de población de ingerencia (Massam, 2000).

Es dentro de este espectro general donde se ubica el caso exitoso de la Comunidad Ecológica de Singayta en el municipio de San Blas, Nayarit, México.