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LA EDUCACIÓN EN VALORES DESDE LA DISCIPLINA DE MARXISMO-LENINISMO EN LA UNIVERSIDAD CUBANA

Ariel Lemes Batista

 

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1.4. La educación en valores desde la Disciplina de Marxismo-Leninismo en las carreras de perfil técnico

La investigación llevada a cabo y que aparece recogida en este libro centra su interés en la educación en valores en el ámbito curricular en la universidad ya que: “El trabajo curricular a partir de los objetivos que se definen para la formación del profesional se convierte en el proceso fundamental de la vida universitaria”.

La clase es la forma fundamental de organización del Proceso Docente-Educativo. El profesional que se aspira egrese de las universidades debe corresponderse con el hombre comprometido con el Proyecto Social Cubano que construye nuestro país. “Estamos frente a un nuevo paradigma tecnológico basado en la microelectrónica, la informática, la automatización, la biotecnología y las nuevas formas de energía. Todo esto afecta sustancialmente nuestros sistemas laborales y, en general, nuestra cultura y nuestra educación. Debemos preservar la necesidad de que estos cambios estén al servicio del hombre y su libertad, evitando que se conviertan en instrumentos de opresión, de destrucción moral y dependencia.

Por esa razón, el Proceso Docente-Educativo debe organizarse de manera tal que brinde las oportunidades para que el estudiante sea parte, tenga parte y tome parte en el proceso de interactuar con otros estudiantes y con el profesor. De esta forma se logrará el consenso constructivo al comprometerse e implicarse el estudiante expresando lo que siente, piensa y hace sobre la base de la reflexión crítica y autocrítica.

Los estudiantes de las ciencias técnicas y de otras áreas docentes universitarias “manifiestan una baja motivación por las asignaturas de Marxismo-Leninismo […] reflejándose en la disminución del protagonismo en el aula, en particular en la asignatura de Teoría Socio-Política (Economía y Teoría Política II), por una parte, porque esta asignatura debe dar respuesta a los procesos de la teoría y la práctica políticas en Cuba, y la realidad al cambiar más rápido que lo que pueda sistematizarse en el plano teórico provoca cierta incertidumbre que se refleja en modos de actuación escépticos y apáticos, falta de compromiso y altos niveles de dependencia, porque los procesos de adecuación del conocimiento al plano académico suponen el ejercicio de un gran profesionalismo del docente demostrado no solo en el dominio teórico, sino en la capacidad para desarrollar el diálogo, la polémica y la reflexión crítica y, por otra parte, el sistema de valores subjetivos se ha venido conformando en los últimos años a partir de la contradicción rectora de la esfera ideológica: la ideología oficial y la psicología social en la que ha prevalecido esta última sobre la primera, generando también ideología la vida cotidiana”, aspecto que ha sido ampliamente abordado por numerosos investigadores como Miguel Limia, Emilio Duharte, María Isabel Domínguez, entre otros.

La educación en valores debe ser potenciada a través de la integración de las asignaturas de la Disciplina de Marxismo-Leninismo, dadas las circunstancias internacionales en que se desarrolla el Proyecto Social Cubano, ya que se hace necesario trascender a nuevas formas de participación social que manifiesten la interacción e implicación consciente y decidida de los actores sociales en la evolución y perfeccionamiento de este.

La Disciplina de Marxismo-Leninismo tiene una significación especial en la formación político-ideológica, social, científica y cultural de los futuros profesionales cubanos egresados de la Educación Superior.

Esta disciplina es la que más contribuye a la educación en valores entre todas las que forman parte del Plan de Estudio de los estudiantes de las carreras técnicas y, en específico, de la Ingeniería Biomédica, ya que favorece un análisis profundo de la realidad contemporánea, así como el desarrollo de valores acorde con la ética e ideología de la Revolución cubana; porque valora los complejos problemas del mundo contemporáneo y la necesidad de su transformación revolucionaria desde una perspectiva tercermundista a partir de la concepción científica del mundo y la metodología dialéctico-materialista. Además, por la importancia en la formación científico-humanista del estudiantado y por su alto compromiso con la práctica política y social cubanas la Disciplina de Marxismo-Leninismo (integrada por las asignaturas Filosofía y Sociedad, Economía y Teoría Política I, Economía y Teoría Política II y Problemas Sociales de la Ciencia y la Tecnología) se convierte en un Plan Director en la Educación Superior.

La Disciplina de Marxismo-Leninismo debe contribuir a la determinación del sentido de la vida, a entender y asumir la responsabilidad que tiene el profesional científico-técnico frente a los desafíos sociales, a comprender el papel y la importancia de las tradiciones, costumbres, idiosincrasia e historia del pueblo cubano, para poder actuar consecuentemente en la defensa de los más genuinos valores políticos, sociales y culturales de nuestra nación. Las asignaturas de Marxismo-Leninismo tienen una fuerte vinculación con el discurso político más que con el científico. La experiencia cotidiana del estudiante demuestra una contradicción entre la psicología social y la ideología oficial. Este sistema de contradicciones se agudizó a raíz de la crisis económica de principios de los años noventas del siglo pasado.

La disciplina debe potenciar la educación en valores ya que está llamada a resolver el gran desafío que enfrenta hoy la Educación Superior Cubana al formar al profesional de una generación que sufrió una transformación y deterioro en la escala de valores provocada por la crisis económica que sufrió la nación recientemente.

El compromiso que esta disciplina contrae con el desarrollo de la conciencia crítica sobre los procesos del conocimiento y la realidad social exige una constante vigilancia sobre la calidad científica de su impartición. De ahí la necesidad de crear talleres como modalidad favorable y pertinente para los espacios de debate y reflexión.

La disciplina deviene base y sustento político-ideológico del Proyecto Social Cubano. Al actuar desde esta disciplina se contribuirá a su desarrollo y propia existencia. En ese sentido, promueve la educación en valores con particular énfasis al espíritu de sacrificio, amor al trabajo, la dignidad humana, el patriotismo, la solidaridad, entre otros.

La contemporaneidad tiene como rasgo distintivo el desarrollo vertiginoso de la tecnología, la cual se encuentra en el centro mismo de la civilización humana y cambia permanentemente el mundo en que vivimos, desde la producción social hasta la comunicación y la sensibilidad humanas. De ahí que se convierte la misma en elemento importante de la reflexión teórica en la disciplina, especialmente para los centros de estudios superiores técnicos, que por los propios objetivos de las diferentes carreras están vinculados a la producción, creación, comercialización, adquisición, investigación, etc., de tecnologías.

Una vez establecido esto, vale la pena preguntarse: ¿Cómo educar en valores si no existe un espacio para la integración disciplinar? ¿Cómo educar en valores si no es suficiente la sistematización del trabajo teórico-metodológico del colectivo de disciplina para la carrera de Ingeniería Biomédica que propicie integrar y dirigir las acciones para acometer desde lo curricular esa educación en valores que se persigue? La Ingeniería Biomédica tiene peculiaridades que la diferencian de otras carreras en relación con los estudiantes que ingresan, y se expresa en: la motivación hacia la misma y en el desconocimiento acerca de la profesión, por ser una carrera de reciente incorporación a la Educación Superior Cubana. Las limitaciones que pudieran constituir estos inconvenientes son retos para los docentes, los cuales tienen que contar con una certera concepción acerca de la labor educativa que deben realizar para transformar esa realidad.

Teniendo en cuenta estos elementos que demuestran la parcelación y dificultades teórico-metodológicas existentes entre las asignaturas que integran el Marxismo-Leninismo, llegamos a la conclusión de que estas deben ser resueltas de manera rápida y eficaz porque se corre el riesgo de que la educación en valores sea contraproducente si se pierde el papel que esta disciplina juega no solo en la formación científica de los estudiantes en el sentido de la interpretación del mundo y de los instrumentos adecuados para su cognoscibilidad y transformación, si no se logra satisfacer la responsabilidad directa en la modelación del estudiante como ser humano.

La Disciplina de Marxismo-Leninismo aboga por la formación científico-tecnológica y socio-humanista en los estudiantes (como integralidad), lo cual demuestra su correspondencia con las dos direcciones en los Modelos del Profesional de las carreras de perfil técnico. De ahí la necesidad de: “asumir una concepción curricular que reconozca un proyecto en el que la formación y desarrollo de valores sea sustancial en el profesional que se forma, requiere en las acciones a desarrollar de la articulación de dos lados de un mismo problema: por una parte, potenciar cualitativamente la enseñanza de las disciplinas que por su naturaleza tienen como centro de atención al hombre y sus relaciones sociales y, por otro, proyectar un enfoque en que se aprecie una salida socio-humanista de las asignaturas y disciplinas que tienen una inserción más directa en los perfiles profesionales.

Esto evidencia la renovación necesaria en la interpretación y aplicación de los Modelos del Profesional, en el que no solo están implicados los colectivos de carreras, sino los colectivos de año, en la visión, planificación, dirección y desarrollo de los proyectos educativos.

Ahora bien, ¿cuáles son los valores que deben formarse en los estudiantes de perfil técnico por medio de la Disciplina de Marxismo-Leninismo? Los mismos forman parte de un sistema de valores con una argumentación teórico-metodológica. Este sistema contiene los instrumentos éticos que permiten la continuidad axiológica del Proyecto Social Cubano, y está relacionado con la independencia nacional, la justicia social y el desarrollo autónomo. Estos son considerados como valores terminales, contenidos y argumentados en las tesis doctorales de Edgardo Romero y Sheila Galindo, y asumidos en esta investigación. ¿Por qué es necesario formar estos valores en los estudiantes universitarios? Durante el II Taller de Pensamiento Cubano, celebrado en la UCLV en noviembre de 1995, el Dr. Arnaldo Silva León refirió: “Nuestro país está expuesto a un proceso de derechización por un conjunto de razones objetivas. La primera: el derrumbe del socialismo en Europa y particularmente en la Unión Soviética, que ha dejado como saldo negativo un enorme perjuicio, no sólo económico, sino también ideológico. Nos ha dejado frustración, incredulidad, incertidumbre y desesperanza. La segunda: el proceso de reformas que tiene lugar en Cuba. La tercera: porque en estas circunstancias el trabajo ideológico del enemigo potencia su efectividad y, por último, porque el pensamiento supuestamente de izquierda que ejerció o que no sería hoy viable, no ha sido sustituido por otro, se ha producido un vacío y ese espacio desocupado se llena, en no pocas ocasiones, por el pensamiento conservador o reaccionario.

“¿Qué hacer para prevenirnos de la derechización del pensamiento? […] la búsqueda común de un pensamiento guiador de la práctica social que nos ayude a preservar el socialismo, manteniendo nuestras identidades respectivas, el respeto mutuo hacia las funciones de unos y otros. Esta unidad es imperiosa para alcanzar los objetivos socialistas que todos deseamos”.

Resumiendo, puede considerarse la educación en valores lo mismo que la formación integral o la formación socio-humanista del futuro profesional. Esta integralidad ha estado definida en Cuba en la Educación Superior en dos direcciones fundamentales de desarrollo del tipo de profesional que se aspira a egresar: la dirección científico-tecnológica y la socio-humanista, toda vez que “asumir una concepción curricular que reconozca un proyecto en el que la formación y desarrollo de valores sea sustancia en el profesional que se forma, requiere en las acciones a desarrollar de la articulación de dos lados de un mismo problema. Por una parte, potenciar cualitativamente la enseñanza de las disciplinas que por su naturaleza tienen como centro de atención al hombre y sus relaciones sociales, y por otra proyectar un enfoque en el que se aprecie una salida socio-humanista de las asignaturas y disciplinas que tienen una inserción más directa en los perfiles profesionales”.

Al respecto, investigadores cubanos como Gustavo Torroella, entre otros, coinciden en plantear que la educación en valores consiste en: “Una educación dirigida al desarrollo integral de la personalidad”.

Autores extranjeros como Carlos Tunnermann, consideran que: “El desarrollo de una personalidad ética. Ambos criterios se refieren a una misma cosa, el desarrollo de la personalidad y su condición social, erigiéndose como un principio teórico-metodológico para la educación en valores expresado en: La integración de lo cognitivo y lo afectivo en la formación de valores, lo que viene determinado por la elaboración personal del conocimiento, la atribución de sentido y la reflexión valorativo-emocional en condiciones de interacción, la formación de valores transcurre en la actividad y mediante la actividad y la organización de un Proceso Docente-Educativo de tipo participativo y vivencial que facilite la implicación e interacción del estudiante a partir de un conocimiento de las necesidades y características individuales y grupales, así como los niveles de desarrollo alcanzados por cada sujeto y por el grupo en general”.

La integración disciplinar es lo mismo que el enfoque disciplinar y consiste en el logro de una coherencia de acciones tanto desde una dimensión teórica, como metodológica y práctica en la integración de las asignaturas de una misma disciplina y se asienta en diseñar un currículo que integre los saberes, conocimientos, las destrezas, las habilidades y la competencia en la práctica docente; lo que propicia la continuidad en el tratamiento de los contenidos; estimula la similitud del tratamiento metodológico y de métodos que propician la reflexión crítica, el trabajo cooperativo, la autonomía, la creatividad y la toma de decisiones ante realidades y contextos complicados y novedosos en la práctica educativa. Estos valores operacionalizan el protagonismo estudiantil en el Proceso Docente-Educativo, según señala la Dra. Sheila Galindo en su tesis de doctorado.

A pesar de ser el Marxismo-Leninismo una ciencia integradora en tanto concepción del mundo que organiza los contenidos político-ideológicos, sociales, filosóficos, económicos, culturales e históricos del currículo y que, por tal motivo comprende una teoría y una práctica orgánicamente integradoras, tiene serias deficiencias en sus aspectos práctico y metodológico, no así en lo teórico. Esto se debe a que no existe una homogeneidad en el tratamiento metodológico de las asignaturas que conforman la estructura de la disciplina. Al tener esta carencia la dimensión práctica es la más afectada al presentar dificultades que impiden la contribución de educar en valores.

Todo lo anteriormente abordado se agrava con la parcelación teórico-metodológica existente en la disciplina, pues es insuficiente la sistematización del trabajo teórico-metodológico del colectivo de Disciplina de Marxismo-Leninismo para la carrera de Ingeniería Biomédica, de la Facultad de Ingeniería Eléctrica. Esto impide la articulación y el eficiente desarrollo de acciones integradas y coherentes que posibiliten emprender desde lo académico la educación en valores.


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