ÉTICA, PSICOLOGÍA Y CRISTIANISMO
José María Amenós Vidal y otros
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La teoría psicológica de Carl Albrecht
La vida ascética y mística.
Sobre la cuestión del mundo terrenal y la vida eterna, pueden recuperar algunos
pasajes sobre todo en lo concerniente a San Buenaventura, doctor de la Iglesia,
y gran teólogo franciscano, y que hace referencia al ¨itinerario del alma hacia
Dios¨, su obra cumbre sobre la materia en cuestión.
A este propósito, sirve clarificar el concepto de vida ascética, esfuerzo,
superación y entrenamiento del alma para desprenderse de lo material, y entrar
en contacto con la dimensión divina (¨cognitio dei experimentalis¨),
característica que destaca en los mártires de la Iglesia, y que define el modo
en que han tenido que superar los suplicios a los que se han visto sometidos
necesariamente a través de una experiencia mística y de íntima unión con Dios.
Para más información consultar la Conferencia: Psicología Cristiana. Principios
fundamentales de la tradición judeo-cristiana y greco-romana en la Religión y
Filosofía, presentada en la categoría de ética en el V CVP - Interpsiquis 2004.
Cap. I. El caso de la Guerra Civil Española.
Nunca más se podrán olvidar la vida y la muerte de cuantos se opusieron con su
sangre, entre 1933 y 1945, al régimen republicano en España anuncio de la
eclosión de las persecuciones del movimiento nacionalsocialista en Alemania, la
violencia, la represión y el crimen que costaron la vida a millones de personas,
la Iglesia y la fe se convirtieron en objetivo del terror.
La historia precedente a la guerra civil española, particularmente los hechos
sucedidos durante la revolución de 1934, junto con el inicio de una destrucción
sistemática de la Iglesia desde los primeros días de la guerra civil, han
permitido llegar a la conclusión de la existencia entonces de programas
políticos destinados a conseguir la desaparición de la Iglesia de la nueva
sociedad española.
Muchos sufrieron y murieron dedicando sus últimas palabras a Cristo Rey, único
verdadero Señor, en contraposición con las pretensiones de ideologías y poderes
políticos totalitarios, presentes entonces en Europa y que, en España, en formas
comunistas o anarquistas, pretendieron someter sus conciencias y hacerles
blasfemar de Dios y negar a Jesucristo.
El primer año de la guerra, comenzada en julio de 1936, se convirtió así en un
periodo de persecución absolutamente extraordinaria, en que se buscó la muerte
de aquellas personas que eran el sostén de la Iglesia y, por tanto, en primer
lugar, del clero; pero donde murieron también muchos religiosos y fieles laicos,
particularmente aquellos que se habían significado en movimientos o actuaciones
apostólicas católicas.
Durante la persecución religiosa muchos sacerdotes fueron asesinados por haber
sido sorprendidos en el ejercicio de su ministerio, por no haber querido
abandonar al rebaño que se les había confiado.
Las cifras globales de los muertos por el odium fidei en la guerra civil
española no se conocen con exactitud. Es posible, en cambio, conocer las cifras
referentes al clero y a los religiosos: al menos 4184 asesinados del clero
secular, incluidos seminaristas, doce obispos y un administrador apostólico,
2365 religiosos y 283 religiosas. Así, por ejemplo, en la diócesis de Barbastro
de 140 sacerdotes quedaron 17; en Madrid murió el 30% del clero, en Toledo el
48%. En Valencia se destruyeron total o parcialmente 2300 templos, en Barcelona
quedaron dañados todos menos diez, etc...
(Extracto de la conferencia magistral de Alfonso Carrasco Rouco - Facultad de
Teología "San Dámaso" (Madrid) en la XXIX Videoconferencia Teológica
Internacional : "El martirio y los nuevos mártires". Congregación para el Clero;
Ciudad del Vaticano, 28 mayo 2004).