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ÉTICA, PSICOLOGÍA Y CRISTIANISMO

José María Amenós Vidal y otros

 

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d) La meditación y práctica de la oración.

En su desarrollo histórico, desde el siglo V hasta el siglo XIII,... alcanzó un relieve particular la invocación del nombre de Jesús, y a este ejercicio se le atribuyó una eficacia particular. El siglo XIII, había sido una época de pensamiento, que proporcionó al cristianismo una filosofía eficaz, en la que predominaba la lógica. El siglo XIV dió a ese pensamiento una expresión mística y espiritual. De este modo, en los siglos XIII y XIV, en Athos, la praxis de la invocación del nombre de Jesús era muy intensa y estaba unida a una técnica psicosomática, caracterizada por una particular posición del cuerpo, sentados, y, sobre todo, por la ralentización y control de la respiración. La pronunciación de la fórmula ¨Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ¡ ten piedad de mí !, estaba sincronizada con la inspiración y con la expiración.

Nuevas organizaciones religiosas iban surgiendo, como la Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola, que añadiría un cuarto voto a los tres clásicos de castidad, obediencia y pobreza, el de estar a disposición del Papa, y redactaba su obra cumbre de los ¨Ejercicios Espirituales¨ que han inspirado a sacerdotes, frailes, religiosas y seglares en el ejercicio de meditación (ver tabla 1, 2 y 3) y práctica de la oración mental.

Al mismo tiempo, Santa Teresa de Jesús, emprendería la reforma de la Orden que todavía hoy conocemos por las Carmelitas Descalzas. En sus escritos Teresa de Ávila, doctora de la Iglesia, continúa describiendo sustancialmente un único camino a lo largo del cual Dios la ha conducido. En la obra más conocida, ¨Castillo Interior¨, el camino espiritual es presentado como una travesía de siete moradas, que constituyen otros tantos estadios de la oración. En los otros escritos la santa habla también de los grados de la oración, por ejemplo en el ¨Libro de la Vida¨, donde se habla de la oración de meditación y después de la oración de quietud, de la embriagadez del amor y, finalmente, de la oración de unión. En Santa Teresa de Ávila por ¨teología mística¨ no se entiende otra cosa que un determinado grado de contemplación, usada también para indicar la reflexión sobre la orientación mística.

San Juan de la Cruz, se servirá en su obra la ¨Subida al monte Carmelo¨ de la imagen de la noche para presentar las etapas de la vida espiritual. La noche, que representa al mismo tiempo la purificación y el encuentro con el Dios inefable, abarca al hombre entero en su dimensión sensible y espiritual. Por esto el santo habla de una noche de los sentidos y de una noche del espíritu. Puesto que la purificación está confiada al hombre, el doctor de la Iglesia habla de una noche activa, a la cual corresponde la acción purificadora de Dios mismo, noche pasiva.

El término ¨theologia spiritualis¨ aparece según J. de Guibert (ver nota 4) por primera vez en la obra del fraile menor C. Dobrosielski - ¨Summarium asceticae et mysticae theologiae ad mentem D. Bonaventurae¨ (Krakau, 1655), y la expresión ¨teología ascética¨ se encuentra en el minorita polaco, aunque pocos años después el jesuita Christoph Schorrer publicó una ¨Theologia ascetica sive Doctrina spiritualis universa ex suis principiis methodice et breviter deducta et ad usum parata¨ (Roma, 1658). La expresión ¨theologia ascetica¨ se forma en analogía con la expresión ya acuñada precedentemente de ¨theologia mystica¨.

Al final del siglo XVIII el obispo Macario de Corinto y el monje del monte Athos Nicodemo de Naxos intentaron resucitar la oración de contemplación. El fruto de estos esfuerzos fue una colección de textos de la tradición eclesiástica, comenzando por los padres del desierto hasta los teóricos de la Oración de Jesús del siglo XIII y XIV. El libro fue publicado en Venecia en 1782, con el titulo de Philokalia. Después de que, ya en la segunda mitad del siglo XV, la praxis de la oración de Jesús hubiera llegado desde el monte Athos hasta Rusia, esta tradición tuvo un gran desarrollo gracias, sobre todo, a la traducción de la Philokalia, y modeló de manera determinante la espiritualidad rusa del siglo XIX. La traducción fue obra del monje ruso Paissij Velickowskij y apareció en S. Petersburgo en 1793 con el titulo de Dobrotoljubie.

El ¨Relato de un peregrino ruso¨, cuyos orígenes siguen sin conocerse (aparecido por primera vez quizá en 1870 en Kazán), fue traducido a varias lenguas y dió a conocer en occidente la praxis de la oración de Jesús como realización de un orar incesante (en el sentido del esicasmo).

La ininterrumpida ¨oración de Jesús¨ ha sido una forma de oración familiar sobre todo entre los cristianos bizantinos y eslavos, constituida sustancialmente por una breve invocación del nombre de Jesús unida a una llamada a la misericordia: ¨Señor Jesucristo, ¡ ten piedad de mí !¨ - ¨Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ¡ ten piedad de nosotros !. Esta fórmula une predicados bíblicos de Jesús (cf. por ejemplo, Mt 14, 33; 16, 16; 26, 63; Hch 16, 31) con la petición de misericordia (por la cual se puede hacer referencia, por ejemplo, a Mc 10, 4 s; Mt 15, 22; Lc 17, 13; 18, 13-38).

Los autores espirituales de la época contemporánea afirman repetidamente su deseo de mostrar un camino ¨sencillo¨ a Dios, y siguiendo con la tradición carmelitana, la expresión ¨pequeño camino¨ fue acuñada por Santa Teresa de Lisieux. Ella lo presenta como un ser levantado hacia lo alto..., en lugar de la fatigosa subida ... Este camino es llamado por ella ¨el camino de la infancia espiritual¨, el ¨camino de la confianza y de la entrega perfecta¨, una actitud destinada a concretarse de manera articulada en las realidades mínimas de lo cotidiano (Manuscrito C a madre María de Gonzaga).


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