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TEMAS DE DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL EN MÉXICO

Jorge Isauro Rionda Ramírez y otros

 

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CONCLUSIÓN

La organización del territorio obedece a las potencialidades que este expresa ecológica, económica, social y culturalmente, ante la articulación de la manera en que privadamente se organiza la producción y el trabajo, y su regulación pública. Las propias potencialidades del territorio son apreciables desde la óptica de las posibilidades de explotación ante la producción flexible.

El ordenamiento territorial expresa las utopías anheladas como civilidad urbana. La organización del territorio finalmente expresa la realidad como existe por la sociedad la apropiación del territorio. La discrepancia entre lo ideal y lo real, manifiesta en papel del Estado como órgano de planificación social y de conducción institucional de la reestructuración económica. La discrepancia entre el ordenamiento territorial y la organización del territorio también expresa los conflictos sociales y las contradicciones del propio esquema de desarrollo. La ciudad es entonces el foro donde se dan los protagonismos ciudadanos, fragmentados en clases, con respecto a los antagonismos que enfrentan.

Al pensar la ciudad, los conflictos relativos al ordenamiento y la organización del territorio ante su nexo con los procesos de producción flexible, y las asimetrías regionales como locales que presenta, son el marco en que debe explicarse la cotidianidad ciudadana y las vicisitudes de lo citadino.

Las contradicciones entonces dejan su mella en la creciente desigualdad urbana, las asimetrías que se dan en lo regional como en lo local, la violencia que causan, la inseguridad e impunidad, y la necesidad de vivir con espacios marginados vecinos de espacios elitizados, privados y selectivos, con exclusividad. La fragmentación social tiene su mayor expresión en las ciudades donde las contradicciones se patentan día a día en la cotidianidad citadina.

No se puede dejar de hablar de región si se habla de federalismo. La organización del territorio necesariamente conlleva aspectos de varios órdenes, por lo que en la planeación necesariamente el concepto región adquiere el carácter de instrumento de la planeación. El ordenamiento territorial respecto a la organización del territorio es tema en sí de un crecimiento ordenado y equilibrado geográficamente. Por ello, tocar las distintas dimensiones en que se expresa el problema es parte de la debida y cabal comprensión de los problemas regionales de un país, en materia de descentralización, integración, globalización como organización territorial.

No se puede plantear una globalización desde arriba, puesto que esto viene en contradicción ala historia de los pueblos, la única forma que puede darse la mundialización es como un globalización desde abajo, no en respuesta a los intereses de las cúspides sino de las realidades locales. Las regiones deben configurar este nuevo orden mundial donde la diversidad regional y local representa nuevas alternativas para una integración más pensada, desde abajo, atendiendo las necesidades que cada localidad, región y nación representan.

En México, los programas sociales de atención a los problemas de la población son insuficientes y su eficacia es corta dado que el régimen de redimensionamiento del Estado a una expresión menor, el consecionamiento de lo público a lo privado, la cancelación de programas sociales o bien su redimensionamiento a una expresión más modesta, las políticas de estabilización que suplen a las de crecimiento y desarrollo, y sobre todo la caída de la inversión pública, son causales fundamentales para explicar la ineficacia de los programas sociales.

Por otra parte, la herencia histórica del centralismo explica en gran manera las desigualdades regionales existentes. No obstante, las políticas de descentralización se confunden con acciones de desconcentración del aparato estatal y algunas industrias susceptibles de relocalización de la ZMCM a la periferia. La parte fiscal de la descentralización y el llamado federalismo fiscal pueden ser hoy por hoy, los principales avances de la descentralización, no obstante aún insuficientes.

La franja fronteriza de la República Mexicana es una zona que expresa una singularidad distinta del resto del país, su desarrollo desarticulado del aparato productivo nacional, es distinto en gran medida de lo que prevalece en la nación, con un mayor nexo a las economías de las ciudades vecinas norteamericanas, y con un fenómeno industrializador basado en las factorías maquiladoras, aún más dinámico que la del sector terciario que es bastante fuerte en la frontera.

La convergencia o divergencia del desarrollo regional es un tema de especial interés para tratarse por las acciones emprendidas a nivel central a favor de combatir la pobreza y mejorar la calidad de vida de las personas. La revisión de programas con fundamentos sociales en materia deja en claro que se esta muy distante de tener programas realmente efectivos. Los casos visto de Morelos y Veracruz son valiosos por que son generalizables para el resto de las entidades que no se anexan al nuevo esquema de desarrollo exogenista. Con excepción de de la franja fronteriza del norte del país, el centro y centro occidente, el resto de la República agranda su divergencia con respecto a dichas regiones pues no solo su rezago es mayor, sino la marginación.

Los procesos de integración económica entre naciones con abiertas asimetrías económicas tienen por efecto agravar las diferencias y divergencias regionales, las que se profundizan ante la propia integración entre naciones ricas y pobres, y se vuelven más críticas al compararse las regiones periféricas de las naciones en vías de desarrollo a las regiones desarrolladas de las naciones industrializadas.

En la integración económica de América del norte, México expresa una profundización de las diferencias en el grado de desarrollo regional, con abierta desarticulación y crecientes asimetrías y divergencias entre las regiones que logran anexarse al esquema de oportunidades para la producción compartida y globalizada, y aquellas que no aportan una ventaja competitiva al proceso de globalización.

Aún en las propias regiones que logran aportar ventajas productivas a los procesos globalizados, existe una focalización del desarrollo puesto que coexisten zonas de alto dinamismo que colindan con áreas de abierta marginación.

La dinámica del crecimiento de las ciudades cambia de patrones. Se observa una desindustrialización y desconcentración industrial, acorde al régimen de producción flexible, como aparte la necesidad de restarle dinamismo al crecimiento de las grandes metrópolis obliga a sus gobiernos locales buscar relocalizar el aparato industrial localizado en la ciudad para contrarrestar fuerza a la contaminación.

Las grandes zonas metropolitanas, especialmente aquellas que son sede del gobierno central federal, buscan reacomodos propios a la descentralización. El redimensionamiento del aparato de Gobierno genera desempleo así como la relocalización industrial fuera de la ciudad incrementa el desempleo friccional en las ciudades. Proliferan trabajos propios del sector informal, sobre todo en el sector terciario de la economía, propiamente el ambulantaje.

El sector que nutre y mantiene el empleo en las ciudades es el correspondiente a la industrial de la construcción inmobiliaria, no obstante sus contrataciones no rebasan el año y tienen una alta rotación de personal. Los procesos de producción flexible a la par de la flexibilidad laboral generan que aumente el desempleo friccional y con ello la precarización del empleo.

Las áreas periurbanas de las ciudades son zonas donde se colocan los distritos industriales y parques industriales, como las zonas de marginación y pobreza. No se niega que a su vez observan áreas satelitales del centro de la ciudad tales como las zonas comerciales y de servicios.

La migración a nivel mundial es un fenómeno que se explica más que por reacomodos de población a efecto del agotamiento del esquema fordista y la implementación de la producción flexible, por reacomodos en los Estados nación, donde ambos componentes se nutren y explican por que este fenómeno cada día es más representativo y significativo para las sociedades tanto receptoras como expulsoras, como también presenta un cambio de patrones en su conducta.

En materia de distribución territorial de la población también se observa un cambio de patrones. Estos se explican también por la transición del esquema de producción rígida al nuevo esquema de producción flexible. Los procesos de integración económica y los reacomodos industriales en una relocalización territorial que otorgue ventajas competitivas a los procesos de producción, resultan más desempleadotes que empleadores. La terciarización económica es el refugio de mucha de esta mano de obra liberada de las actividades propias del sector secundario, la lumpen proletarización y el trabajo informal son ahora las nuevas formas de empleo, mas de tipo autoempleo que como dependiente.

La postmodernidad no se expresa igual en todas las regiones del país sino que adquiere matizaciones locales que le van a diferenciar del resto. Por lo mismo, es sugerible existan una visión no centralista del desarrollo urbano, sino que se procure la territorialización de los programas federales tanto de tipo social, como de descentralización y federalismo.

Es importante resaltar cómo la apertura económica en México viene a afectar no solo los reacomodos industriales en una nueva geografía, sino también la estructura de los mercados de trabajo.

La marginación en México no se resuelve, sino se reacomoda y reexpresa en una nueva geografía de la marginación y la pobreza donde al parecer, las zonas que antes expresaban muy alta marginación tienden a moverse a las de muy baja, de tal modo que en un segundo momento las zonas de muy alta ahora son solo de alta, y las zonas de muy baja, ahora son de baja marginación. Este reacomodo de la pobreza deja en claro que la calidad de vida y bienestar de las personas se resuelve con inmediatez en un nivel personal, y no por los programas públicos para combate de la pobreza.

La precarización del campo continúa y en tiempos de postmodernidad, este fenómeno se acrecenta, no obstante ahora comparte relevancia con el aumento del desempleo urbano y metropolitano que es creciente y que nutre el crecimiento del sector terciario, en especial de servicios al comercio pero en actividades informales y ambulantes.

Un caso tipificador de este fenómeno es el de la ZMCG, donde se puede ver una abierta desconcentración industrial a zonas periféricas y satelitales de la ZM, como a su vez una tendencia creciente a la terciarización económica. Sigue la zona siendo altamente atrayente de población, pero crece con menor ritmo respecto al crecimiento observado en décadas pasadas. Prosperan las actividades terciarias con la dicotomía antes mencionada.

La ZMCG aún observa un significativo grupo de micro, pequeñas y medianas empresas que actualmente acogen la mayor parte de la PEA, sin embargo las grandes empresas observan ofrecer más nuevos empleos. Esto por la parte de los servicios al productor pero por parte de los servicios al consumidor, los empleos que más crecen son los informales, donde existe la otra dicotomía entre los trabajos en servicios bancarios y financieros, de aseguradoras como de asesorías, así también de comercialización. Mientras que como polo opuesto, el ambulantaje crece así como los trabajadores “mil usos” donde caen los oficios. En materia de política territorial en la configuración del territorio urbano regional los problemas se enuncian como principalmente 10:

1. La urbanización concentrada y la desigualdad regional.

2. Desempleo, pobreza extrema y subsistencia precaria en las ciudades.

3. Crecimiento urbano anárquico, segregado y regulación estatal ineficiente.

4. Penuria del suelo, vivienda y servicios para los sectores populares.

5. Desigualdad territorial y social en el acceso a infraestructura y servicios.

6. Destrucción de la naturaleza, contaminación ambiental y vulnerabilidad urbana.

7. Insuficiente financiamiento del desarrollo territorial e inequidad en su distribución.

8. Centralismo y autoritarismo de la gestión territorial.

9. La extinción de la planificación territorial.

10. La ciudad de México y el sistema urbano central.

Ante estos problemas, las posibles soluciones se resumen a solo 6 políticas o líneas de acción:

1. La soberanía nacional.

2. La integración plural del territorio.

3. La gestión democrática del territorio.

4. La planeación territorial estratégica y democrática.

5. Un territorio para todos los ciudadanos.

6. Un ambiente protegido y sano para los mexicanos de hoy y mañana.

Con estas consideraciones anteriores, se tiene un panorama de los problemas que enfrenta la nación mexicana en materia de organización de su territorio y de su propio desarrollo económico, implicando necesariamente temas de trascendencia social y económica, pero en especial en materia de industria y preservación del medio ambiente, participación ciudadana, federalismo y democracia.

Falta por ello, abrir nuevas líneas de investigación que aporten hallazgos que puedan dar basamento a las políticas públicas en materia de desarrollo regional urbano metropolitano del país, y con ello procurar un desarrollo equilibrado, como evitar los conflictos que emanan del crecimiento desordenado.

Las regiones que quedan como marginales deben promover industrial con mayor nivel de vinculación a los mercados nacionales como del extranjero (esto es, globalizar sus economías), para con ello anexarse a desarrollo económico y urbano metropolitano del país. De no hacerlo rápidamente, sus economías locales vendrán en precarizad, sus mercados laborales se verán tan restringidos que se volverán en poco tiempo municipios expulsores de población, aumentará la rusticidad de su economía y en un panorama no distante, iniciarán su empobrecimiento y estancamiento de su desarrollo. Propiamente es el caso de las ciudades al norte y sur de la entidad, fuera del corredor industrial del Bajío.

Las políticas de desarrollo económico gubernamentales deben orientarse precisamente a fortalecer (como a crear), industrias que tengan oportunidad en los mercados nacionales como extranjeros. La especialización industrial para localidades menores a los 20 mil habitantes puede ser el camino para lograr su anexión al esquema globalizador. O bien, la localización de una gran empresa con capacidad de organizar y orientar la vocación industrial local, como es el caso de la empresa transnacional Nestlé en Lagos de Moreno (Jalisco), que controla y organiza la cuenca lechera en la región de los Altos. Siempre y cuando la incrustación de grandes corporativos no implique la creación de monopsonios que controlen también los precios locales y condicionen las escalas de producción y capacidad de distribución.


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