BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS ECONÓMICAS

Carlos Enríque Rodriguez

 

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Algunas precisiones sobre el tema:

A pesar de la presentación que hemos realizado, y sobre la cual puede abundarse sustancialmente, es nuestra pretensión simplificar y clarificar el tema en la medida de lo posible, intentando responder algunas de las principales preguntas que legítimamente nos formulamos los docentes del área, (asumiendo los matices propios de nuestras disciplinas económicas), tales como:

• ¿Qué significa evaluar?

• ¿Cuándo evaluar y cómo hacerlo?

• ¿Para que hacerlo?

• ¿A quién, o a quiénes evaluar?

• ¿Es posible formular una escala de calificaciones no exclusivamente cuantitativa (esto es, cualitativa)?

Es probable que el lector pueda ampliar la lista de interrogantes propuestos; en general resulta también aceptable consignar que nuestra experiencia docente y discernimiento nos han permitido desarrollar decorosamente esta parte de nuestra tarea. La aspiración de muchos profesores es desarrollar o encontrar un método o criterio objetivo para evaluar a nuestros estudiantes (una aspiración de larga data por cierto, ya que en las primeras décadas del siglo pasado surgieron los exámenes con preguntas de opción múltiple como instrumento pretendidamente objetivo de evaluación). Debe no obstante señalarse que en todos los casos lo importante es establecer desde el comienzo una suerte de contrato o pacto con los alumnos, donde queden claramente establecidos los parámetros que se considerarán esenciales para la aprobación de la materia; como en todos los restantes aspectos de la planificación, debe contener la evaluación los ingredientes esenciales de realismo, adecuación y flexibilidad.

Evaluar, es para nosotros una actividad (o una serie de ellas) encaminada a determinar en que medida existió una apropiación de los saberes desarrollados en el proceso de enseñanza- aprendizaje, como asimismo una ponderación del proceso en sí. Además, para que esto no sea una tarea parcial, deberán tenerse en consideración los distintos tipos de contenidos desarrollados: conceptuales, procedimentales y actitudinales.

Especialmente para el nivel medio, puede resultar muy útil la distinción entre acreditación y evaluación, teniendo la primera un matiz más cualitativo, y siendo la segunda tradicionalmente expresada en términos cuantitativos.

Recordemos que los aprendizajes acreditables y los indicadores de logro se formulan de la misma manera que las competencias, esto es, en tres campos: un verbo (en infinitivo), un dominio del conocimiento y una condición (o restricción); veamos un ejemplo:

“ Verbo + dominio del conocimiento + condición ”

• Competencia: “Interpretar información contable de la empresa”

( Verbo + dominio del conoc. + condición )

• Aprendizaje Acred.: “Registrar las cuentas en el libro diario”

• Indicador de Logro: “Diferenciar cuentas de activo, pasivo y resultados”

Veamos otro ejemplo, esta vez del área de la economía:

• Competencia: “Comprender conceptos fundamentales de la microeconmía”

• Aprendizaje Acred.: “Definir los mercados en función del grado de competencia”

• Indic. de Logro: “Indicar las condiciones de la competencia perfecta”

Situados desde el paradigma tecnológico, evaluación y acreditación confluyen y tienden a confundirse. La evaluación implica la acreditación, pero es un proceso mucho más rico y complejo.


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