BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


TRATADO TURÍSTICO

Maximiliano Korstanje

 

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CAPITULO I. TEORÍAS EN PUGNA: Origen y Controversia del término turismo

Precisamente, cuando un vocablo es usado en retiradas ocasiones se pierde el origen de su significado. A partir del siglo XX, el turismo se ha transformado en una actividad que es sinónimo de comercio, paz y prosperidad. Pero ¿Cómo ha surgido y cual es el origen etimológico del término turismo?, ¿son los antiguos viajeros y colonizadores los precursores del turismo?

El siguiente artículo tiene como objetivo principal una breve reflexión de tipo teórica en las diferencias que las diversas escuelas etimológicas le han atribuido al origen del término como así también establecer una relación de tipo conceptual entre el viaje (como movimiento de desplazamiento) y el turismo (como su posterior comercialización).

La influencia de los antiguos.

En la antigua Grecia (siglos V y IV a.c) existían dos tipos de estratos sociales: los aristócratas y los esclavos. A los primeros les estaba reservados la Scholé o también conocida como el ocio, a los segundos su negación a-scholé. No hay que confundir, el ocio con el tiempo libre actual; en esa época ese tiempo se destinaba a la (theorie-filosófica). La civilización romana tendrá parámetros similares: los ciudadanos tendrán la posibilidad de practicar el otium (ocio) mientras los esclavos el neg-otium (negación del ocio, negocio). (Jiménez Guzmán, 1986:25)

En la Roma del siglo II A.C, el civis (ciudadano) se involucraba en dos actividades: la occupatio, en la cual se dedicaba al comercio, al manejo administrativo etc, y el otium, algo similar a la a-sholé griega en donde se le daba tiempo al “otium iltteratum”, las artes, la poesía etc. Todas estas actividades, eran propias del noble (nobilis) y se las llamaban ocio activo (mutatio laboris), que se distinguían de los juegos atléticos, la caza, los baños de vapor, todas ellas propias del profanum vulgus, o también ocio pasivo.

En sus comienzos, los romanos crearon el Foro, el Coliseo y los Balnearios dentro de Roma, no obstante (al igual que los griegos), fueron gradualmente desplazando sus centros de placer (periferias) hacia lugares ubicados fuera de sus ciudades principales. Entre las primeras villas que se crearon estuvieron Centumcellae y Hadriana, de muchas otras más.

Esto dio origen a que se construyeran toda una cadena de villas de veraneo a las afueras de las grandes ciudades romanas, a ellas los patricios y nobles se replegaban con motivo de descanso y placer (profanum vulgus).

Caído el imperio y suscitada la edad media, el renacimiento (s. XV hasta XVII) traería consigo el concepto del viaje humanista, ya para finales del siglo XVII los reinos intentan fomentar la cultura de sus herederos mediante la adquisición de costumbres y modales de otros pueblos.

Es así, que el viaje comienza a ser tomado como fuente de conocimiento por una monarquía amenazada; surge el Grand Tour (Inglaterra – Francia – Italia – Alemania y Países Bajos). Gradualmente, esta costumbre va siendo practicada por la baja nobleza y fuera de ella por la burguesía.

Recordemos que las civilizaciones antiguas concebían en forma negativa el trabajo manual y se mantuvo en Europa durante ya adentrado el siglo XVIII como distinción de poder.

Al respecto, Octavio Getino advierte “en la vieja Europa el ocio fue un ideal que rigió durante muchos siglos en las élites ilustradas y en los dueños del poder, concebido como un tiempo necesario al disfrute de sus privilegios. Incluso se mantuvo hasta ya muy avanzado el proceso de descomposición de la monarquía en el siglo XVIII.” (Getino, 2002: 26)

He aquí, pues, una separación conceptual que debe hacerse sobre uno y otro término, viajar no implica hacer turismo y así también lo comprendían los antiguos. No será sino hasta 1841 cuando a través de Thomas Cook y la organización de los primeros viajes de placer para ciertos grupos selectos. Para entonces, y hasta el siglo XX ambos sentidos tendrán a fusionarse en uno solo; el viaje como sinónimo de placer o loisir.

Sin embargo, recién a principios del siglo XX el turismo como evento de organización de viajes de placer comenzará a transformarse en un evento masivo y popular ya que hasta entonces estaba sólo reservado para determinadas personas.

Es así, que en 1900, Francia, por primera vez en su historia reduce su jornada laboral a 10 horas. En 1936, la ley reconoce el derecho de los trabajadores a las vacaciones pagas. Es entonces, hacia 1960 que apoyado por reformas legales, revoluciones tecnológicas, que implicaban mayor tiempo libre, el turismo se transforma en fenómeno popular (Houlot, 1961; Boyer, 1982; Lanquar, 1981; Jiménez Guzmán, 1986)


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