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J.M. KEYNES, EL PROFETA OLVIDADO

Mario Guillermo Gómez Olivares

 

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4.2. La demanda de consumo

La demanda global es constituida por la demanda de bienes de consumo, que es una función relativamente estable del ingreso, y por la demanda de bienes de inversión, que es una función de la eficacia marginal del capital, el cual por lo contrario es inestable, dependiendo de las expectativas de largo plazo de los inversionistas relativamente a los ingresos futuros, y, de la tasa de interés. Aunque Keynes considere que la función de consumo es estable, su estudio está directamente relacionado con el ahorro, por lo que, al analizar brevemente esta categoría y su relacionamiento con otras, nos percibimos de las razones que llevaran a Keynes a afirmar la importancia de la ley psicológica fundamental, una especie de ley conducente a un estadio esta-cionario permanente.

4.2.1. La propensión marginal al consumo decreciente y el ingreso.

Keynes estaba interesado en determinar cual es la suma gastada en consumo cuando el empleo está a un cierto nivel o, dicho de otro modo, como se relaciona en sentido estricto el consumo con el volumen de empleo. Definiendo la relación funcional * entre Yw, un nivel de ingreso dado, medido en unidades-salario, y Cw, el gasto en consumo para un nivel de ingreso, representa la propensión para consumir.

Dicho de otro modo: Cw = * (Yw) o C = S *( Y)

Existen dos clases de factores o razones que impulsionan los individuos al gasto, los factores subjetivos y los factores objetivos. Los principales factores objetivos que influyen la propensión al consumo son: 1) un cambio en la unidad-salario; 2) un cambio en la diferencia entre el ingreso bruto y el ingreso líquido; 3) los cambios imprevistas en el valor de los bienes de capital, no consideradas en el cálculo del ingreso líquido; 4) los cambios en la tasa de descuento del futuro en relación al trueque entre bienes presentes y futuros; 5) los cambios en la política fiscal 6) los cambios en las expectativas sobre la relación entre el nivel presente y el nivel futuro del ingreso. Así, en el presupuesto de salarios constantes, las variaciones en el consumo dependerán de otros factores que determinan la demanda efectiva. Un raciocinio típicamente marshalliano.

Dada la situación económica general, el gasto de consumo, medido en términos de unidades-salario, depende principalmente del volumen de la producción y del empleo . Considerando que la propensión al consumo es estable y que las variaciones en la propensión al consumo son de importancia secundaria, el problema está en saber ¿cual será la forma de esa función; que ley, si existe?, expresa la relación entre C e Y. Keynes propone una ley general y de carácter psicológico: “(...) men are disposed,..., to increase their consumption as their income increases, but not by as much as the increase in their income.” .

Keynes no nos dice explícitamente si esta ley se aplica solo a una situación de depresión del empleo, o es valida también para el caso de expansión de la producción. Si fuera válida en este caso, el sistema será inestable permanentemente, pues el aumento de la propensión al consumo presiona la oferta y la inversión, es decir, los precios y el output. Dado su carácter psicológico, esta ley no depende de mecanismos económicos individuales, sino de mecanismos colectivos de naturaleza variada.


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