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J.M. KEYNES, EL PROFETA OLVIDADO

Mario Guillermo Gómez Olivares

 

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2.5. Sistema económico y laissez-faire.

En la visión de Keynes se integra el juicio intuitivo de que el sistema capitalista es incapaz de alcanzar el pleno empleo en condiciones de laissez-faire, y de que este no consigue realizar una distribución de la riqueza y del ingreso más justo y menos arbitrario. De la antevisión económica keynesiana sobre el capitalismo trasparece la idea de que los mecanismos reguladores de la inversión no garantizan un nivel óptimo de producción y empleo. Keynes consiente que existen fuerzas de reequilibrio, pero contesta su carácter automático; duda que sin la utilización deliberada de mecanismos de intervención colectiva, se consigan situaciones de equilibrio. Contesta también que los teóricos del laissez-faire hayan dado una visión correcta del modo como esas fuerzas actúan. En el ‘Historical Retrospect‘, escrito en 1932, en el periodo de preparación de la Teoría General escrito, Keynes escribe:“The orthodox equilibrium theory of economics has asumed, or at least not denied, that there is natural forces tending to bring the volumens of the community´s output, and hence its real income, back to the optimum level whenever temporary forces have led it to depart from this level”, lo que confirma luego en una espléndida alocución radiofónica para a BBC, intitulada “Poverty in Plenty” .

De este citado podemos extraer la idea de que Keynes pone en causa la existencia de fuerzas naturales en el sistema y la tendencia inherente al reequilibrio del sistema en el largo plazo. En la Teoría General esta visión se manifiesta en la demostración de que, en el mundo capitalista, las decisiones de los agentes económicos son inevitablemente tomadas con base en expectativas sobre el futuro económico en condiciones de incertidumbre, que la inestabilidad del capitalismo reside en la variabilidad de la tasa de inversión, lo que provoca en última instancia la variabilidad del nivel del empleo. La existencia de un nivel de equilibrio con subempleo es una característica del capitalismo .

La determinación del nivel del output y del empleo como un todo es el objetivo de la Teoría General, como consta del prefacio al libro. El modo como se determina es independiente de la afirmación de que ese nivel puede mantenerse:“(...) round an intermediate position appreciable below full employment and appreciably above the minimum employment a decline below which would endanger life” . Pero esta posición intermedia abajo de la posición de pleno empleo no está determinada por tendencias naturales, ni existen principios que impidan que no se tomen medidas a fin de corregir el perdurar de esa situación en el sistema.

En este sentido, y en consonancia con su previsión, Keynes se propone no solo estudiar las determinantes del nivel del equilibrio del output y del empleo, como también elucidar que la teoría clásica, anclada en las ideas de laissez-faire, no consigue ser una Teoría General, es decir, como la tasa de interés es recalcitrante a la baja, cuando la eficiencia marginal del capital baja, las virtudes de la política monetaria se reducen a nada, o cuando el salario monetario es rígido a la baja, la política de reducción de los salarios nominales para conseguir más empleo es inútil, visto que este es un otro aspecto de la política monetaria.

De la visión de la inexistencia de fuerzas naturales equilibrantes del sistema, resulta un aliento muy importante y positivo para el estudio teórico de Keynes, permitiéndole entender en que consiste el mecanismo de producir desempleo permanente en condiciones de laissez-faire, que es una característica substantiva del capitalismo e inherente al sistema económico, por lo que no pueden ser utilizados los supuestos mecanismos, tales como la tasa de interés y la reducción del salario monetario.

El laissez-faire al cual Keynes se refiere es sobre todo o laissez-faire monetario que coloca justamente el problema de la imposibilidad de controlar correctamente la tasa de interés para producir una plena utilización de los recursos. El dilema que Keynes busca esclarecer, tanto no Tratado de la Moneda como en la Teoría General, es el de saber por que motivo los mecanismos macroeconómicos no potencian las decisiones microeconómicas o por que, por veces, las contradicen.

La revisión crítica de los problemas discutidos por Keynes, que anteceden a Grande Depresión, conforman a imagen de que, en relación a la falta de un mecanismo automático seguro y cierto de reequilibrio de la producción y del empleo, era necesario por fin a la creencia en un principio que servia de capa ideológica al inmovilismo por parte de los intelectuales conservadores y liberales, y, de escudo al rechazo de la capacidad reguladora del Estado. Keynes afirmaba que, admitiendo que el individuo y el Estado tienen funciones específicas, existen determinados problema que afectan al capitalismo en su funcionamiento pero no son resolubles por los individuos sin el concurso del estado. Pero el fin del laissez-faire aparece sobretodo como resulta-do del proceso de involución de la civilización contemporánea. Keynes describe la Europa emergente de la Primera Grande Guerra, como una Europa del descalabro, de la desorganización, de la penuria y miseria de los pueblos. los políticos de los piases vencedores que negociaban el futuro de los piases vencidos no mostraban preocupación con la vida económica, sino casi exclusivamente con las indemnizaciones de reparación y el botín de guerra. La guerra había desorganizado la frágil y compleja organización económica europea, desarticulado las finanzas públicas y el comercio entre las naciones y sobretodo retirado la base de sustentación de la vida en los territorios afectados por la guerra. Europa retrocedía en vez de progresar, siendo el problema del hambre y del empleo; lo que mas urgente se colocada. Los nuevos fenómenos como el desempleo, no encontraban respuesta ni teórica, ni práctica, dejando la sociedad capitalista sin flexibilidad y susceptible de sucumbir a las hordas irracionales, en esa nueva situación de crisis los trabajadores estarían listos para el asalto revolucionario antes que morir de hambre: “Men will not always die quietly” .

Justamente, la existencia de un principio válido que garantizase la regulación automática del sistema económico, generando de ese modo una coordinación harmoniosa de los mecanismos económicos, tiene su más claro desmentido en el vasto desempleo que afectó Inglaterra en los años Veinte.

La idea de que el sistema del laissez-faire estaba agotado era largamente anterior la Teoría General, habiendo surgido de la observación de los hechos de la época y como resultado de la búsqueda de ‘remedios‘para las ‘enfermedades‘ que fustigaban la sociedad británica en los años Veinte e inicio de los años Treinta. Así, veremos en primer lugar, que Keynes estaba convencido de que el laissez-faire era el resultado de la avaluación ortodoxa de los comportamientos económico-socias del siglo XIX, pero que esa apreciación no integraba el cambio de actitud de los agentes económicos en el nuevo siglo. En segundo lugar, sirviéndonos del ejemplo de la deflación, mostraremos como Keynes argumenta que los mecanismos automáticos no tenían la supremacía reguladora anteriormente atribuida por los políticos, economistas y empresarios, por lo que las viejas recetas del laissez-faire estaban caducas y la conducta de las instituciones paralizaban la actividad económica y social. En tercer lugar, con la discusión sobre la reintroducción del padrón-oro, pondremos en relieve que Keynes asociaba la falta de mecanismos automáticos a las consecuencias eco-nómicas y sociales que le preocupaban: el orden social y el desempleo. Dejaremos claro que, siendo este un problema británico- el cual, al optar por una libra fuerte, obligaba a mantener una tasa de interés alta que condenaba la industria exportadora a la recesión y los trabajadores a la desocupación-, de aquí nace el impulso para consideraciones teóricas más vastas, denotadamente, las causas de la inestabilidad, que obligan la tasa de interés a servir de mecanismo de ajuste en dos sentidos, cuando solo se conoce un aspecto de ese mecanismo, es decir, que la tasa de interés es un aspecto influyente de la inversión.


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