BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

MANUAL DE ORATORIA

Alexander Alban Alencar

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4. COMO VENCER AL MIEDO DE HABLAR EN PÚBLICO:

Para vencer el miedo de hablar en público, podemos utilizar dos métodos infalibles; el primero es usado en los cursos de capacitación dictados por nuestra Escuela de Oratoria y el segundo, es una contribución del Dr. David Fischman, el cual transcribimos para su conocimiento y aplicación.

1° LA ACTITUD MENTAL POSITIVA

Este método consiste en utilizar nuestra mente para vencer el miedo, es una técnica 100% infalible para dominar el miedo de hablar en público. Es infalible porque utiliza nuestro cerebro, el instrumento más poderoso, complejo y eficiente que existe en el mundo. A través de ella nos imbuimos de ideas positivas para encontrar la fuerza y aplomo que suele hacernos falta cuando hablamos en público. La Biblia nos dice: _“Según sean tus pensamientos, así serán tus acciones…” y el Dr. Christian Barnard lo complementa diciendo: _“Todo radica en el estado mental de las personas, si piensas que puedes, podrás...” A esto llamamos nosotros -los instructores de oratoria- Actitud Mental Positiva o sucintamente A.M.P.

Cuando el orador tiene que salir al escenario y ubicarse frente a sus oyentes para transmitir un discurso determinado, su cerebro juega un papel importante en su motivación personal. Cada uno de los pensamientos o ideas que logre interiorizar en su mente, permitirán que tenga pensamientos y acciones positivas o en su defecto, pensamientos y acciones negativas. Estas formas de razonar suelen “apoderarse” de su mente y manifestarse de la siguiente manera:

1.- Negativamente:

El orador miedoso y motivado negativamente, dirá: _ “Lo voy a hacer mal...” “Me voy a equivocar...” “Se van a reír de mí...” “Para que me comprometí...” “Mejor me regreso a casa...” “Voy a fracasar…” “¡Soy un perdedor…!” Este individuo, desde el momento en que se declara perdedor -antes de haber iniciado la lucha- ya perdió, no podrá dominar el miedo, ni mucho menos podrá tener una exposición satisfactoria. Dará pena verlo parado en el escenario; nervioso, tartamudeando, luchando por pronunciar las palabras que se resisten a salir de sus labios. ¿Qué por qué le ocurre esto? Simplemente porque desarmó su mente, porque no lo blindó con ideas positivas que le dieran valor.

2.- Positivamente:

En cambio, el orador temeroso pero imbuido de ideas positivas, exclamará: _“Saldré adelante y pondré todo mi esfuerzo para hacerlo bien... si me equivoco, que importa; la próxima oportunidad lo haré mucho mejor...” “¡Voy a triunfar!”, “¡Soy un ganador!” Este señor saldrá adelante, expondrá su tema con pasión y convicción, derrotará al miedo y brindará una excelente exposición. ¿Por qué? Porque la actitud mental positiva asumida le permitirá derrotar el miedo y la timidez, le permitirá encontrar la fuerza que le hacía falta para enfrentarse a ese “monstruo de mil cabezas” llamado público.

Dos preguntas importantes suelen surgir a raíz de estos planteamientos teóricos en nuestros cursos:

¿Cómo se logra la Actitud Mental Positiva? ¿Cuál es el secreto para mantenerse optimista y para adquirir la fortaleza necesaria que nos permita enfrentar con éxito las vicisitudes de la vida? Nuestra respuesta es sencilla: _ Se logra, única y exclusivamente, a través de la Autosugestión Positiva; un complemento de la Actitud Mental Positiva y que consiste en “una sugestión que nace espontáneamente en una persona, independientemente de toda influencia extraña”. A continuación una explicación mas detallada.

LA AUTOSUGESTION POSITIVA:

La Autosugestión Positiva es la acción de motivarse uno mismo a través de palabras positivas y reconfortantes; ello nos proporciona el valor y la entereza que nos permiten enfrentar los retos que la vida nos pone a diario. Por ejemplo, ante una situación oratoria en la que el miedo o temor nos motive a desistir, repitamos mentalmente y con fuerza: _ ¡Yo lo haré! ¡Nací para ganar! ¡Nací para triunfar! ¡Soy el número uno!, ¡A mi nada, ni nadie me va a ganar! ¡Soy un triunfador!

Estas palabras u otras, de corte positivo, las debemos repetir mentalmente; “con fuerza”, convicción y de forma repetida –machacándolas en nuestra mente- a la par que pasamos inmediatamente a la acción, es decir a la ejecución de la tarea o compromiso propuesto. Recordemos que buenos deseos sin acciones, no valen de nada.

Armados de ideas positivas –a través de la autosugestión-, nuestra participación como oradores será impactante y fructífera, pues la Actitud Mental Positiva nos ayudará a adquirir valor, confianza y seguridad personal. Tengamos presentes que “no hay nada difícil ni imposible en este mundo, para aquel que cree poder hacerlo”. Todo es posible, todo se puede realizar, lo único que se necesita es decisión, valor y perseverancia. ¿Y a todo esto, existe un proceso práctico para lograr una eficaz motivación positiva? ¡Por supuesto! y a continuación pasamos a explicarlo:

1. Relájese y respire profundamente (Una respiración lenta, profunda y pausada que bien puede durar hasta un minuto o más). Puede hacerlo sobre su cama, acostado de cubito dorsal; sentado en un sillón, con los brazos colgando a los costados o de pie, en un ambiente discreto. Mantenga los ojos cerrados.

2. Repita mentalmente y con fuerza interna, la acción que se desea realizar: ¡Hoy daré el mejor discurso de mi vida...! ¡Nada ni nadie me detendrá! ¡Soy el mejor orador del mundo...! ¡Expondré sin miedo ni temor…! ¡El miedo no existe…! ¡Soy un ganador! (Las palabras se repiten al compás de la respiración).

3. A medida que se va respirando y repitiendo las palabras de motivación, acumule toda la energía interna que le sea posible obtener, siéntase fuerte y poderoso (su respiración debe hacerse más prolongada y enérgica tanto al inhalar, como al exhalar el aire) mantenga su concentración sin que nada lo interrumpa.

4. Ahora pase a la acción; abra los ojos y observe el mundo que tiene que enfrentar y vencer. ¡Usted es el milagro más grande del mundo! ¡Usted es un triunfador! Enfrente a su auditorio y exponga su discurso como el más fogueado de los oradores y al final retírese orgulloso, con la satisfacción de haber cumplido a plenitud su misión.

2° EL MÉTODO DE DAVID FISHMAN

Un importante artículo de David Fischman titulado: “HABLANDO DEL MIEDO A HABLAR”, -Publicado en el diario “El Comercio”- nos grafica, objetivamente, el miedo que experimenta el común de las personas cuando se ve frente al público para transmitir un determinado discurso y la forma de neutralizarlo eficazmente. Acto seguido, reproducimos parte de él con fines pedagógicos.

ANTÍDOTO PARA VENCER EL MIEDO

Piense en servir y no en pedir:

Recuerde alguna vez, en que usted le haya hecho un pedido a una persona que tenia autoridad sobre usted y que no conocía mucho. ¿Cómo se sintió? Ahora recuerde alguna oportunidad en la que usted quiso servir con amor y de forma desinteresada a una persona en las mismas condiciones que la anterior. ¿Cómo se sintió? Lo más probable es que en el primer caso tuviera miedo y en el segundo no.

Cuando nos paramos al frente de un público, para pedir aprobación, admiración y aceptación, nuestro ego tiene mucho que perder. Nuestro ego entra en pánico al exponerse a una posible tragedia, a sentirse no querido ni aceptado. En cambio cuando nos paramos al frente del público con una actitud de servicio, el miedo disminuye. Si nos enfrentamos al público con una actitud de entregarle lo mejor que podemos ofrecer, de enriquecerlo y de ayudarlo, el miedo no tiene cabida.

Prepárese:

Otro antídoto contra el miedo es prepararse. Los expertos recomiendan decir en voz alta el discurso, por lo menos seis veces antes de darlo. Otra cosa que contribuye a reducir el miedo es conocer anticipadamente a nuestra audiencia ¿Quiénes son?, ¿Cuánto saben sobre el tema?, ¿Vienen obligados o por propia voluntad?, ¿Qué preguntas pueden hacer? Como dice Malcolm Kushner: “La audiencia es como una rosa. Si la agarras bien, puedes disfrutar su belleza, pero si la recoges mal, te hincas”.

No pierdas la perspectiva:

Una mosca, bajo una lupa de gran aumento, parece una bestia horripilante, pero cuando la vemos volar en su tamaño natural es un insecto insignificante. El miedo de hacer una presentación es similar. Lo vemos como un problema enorme, pero en realidad debemos poner las cosas en perspectiva. Es solo una presentación de 30 minutos o una hora ¿qué puede significar este tiempo en una vida?

El miedo a hablar en público se basa en tigres imaginarios que llevamos en la mente y que no tienen sustento en la realidad. Para vencer el miedo tenemos que arriesgarnos y enfrentarlo, aprovechando todas las oportunidades que se presenten para hablar. Cuando lo hagamos, descubriremos que el tigre es sólo un espejismo. Como dijo Franklin D. Roosvelt “no tenemos nada que temer excepto al temor en uno mismo”. (David Fischman –UPC. El Comercio, Miércoles, 9 de junio de 1,999).

A continuación, pasemos ahora a un capitulo que complementará la lección anterior.


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