BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

CURSO DE TEORÍA POLÍTICA
 

Eduardo Jorge Arnoletto

 

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c) La transición democrática en el campo de la cultura.

Usamos aquí el vocablo cultura en su sentido antropológico, es decir, como la "obra del hombre", tanto material como espiritual (Herskovits). Dentro de ese vasto conjunto, que abarca desde las creencias metafísicas hasta los objetos de nuestro equipamiento material, la cultura política es una parte.

El estudio de las sociedades humanas evidencia que, en lo político, estas no difieren sólo en sus instituciones y en sus prácticas sino también en sus ideales, creencias, valores, normas y tradiciones.

Esa cultura política, quizás la parte menos tangible de la vida política, presenta un gran interés porque es la que confiere sentido, significado, a las manifestaciones más evidentes.

En la Ciencia Política reciente, su estudio se ha acrecentado notablemente, y se ha difundido el concepto de cultura política, como "conjunto de actitudes, normas y creencias compartidas más o menos ampliamente por los miembros de una determinada unidad social y que tienen por objeto fenómenos políticos". Esto es particularmente evidente después de la aparición de "The civic culture" (G. ALmond y S. Verba, Princeton, 1963).

Almond y Verba definieron cultura política como "conjunto de orientaciones psicológicas de los miembros de una sociedad en relación con la política", y distinguieron tres tipos de orientaciones: cognoscitivas, producidas por los conocimientos y creencias sobre el sistema político, sus funciones y sus titulares; afectivas, producidas por los sentimientos que inspira el sistema, sus líderes, etc.; y evaluativas, fruto de los juicios y opiniones surgidos de la combinación de conocimientos, sentimientos y criterios de evaluación.

De acuerdo al principio de congruencia, que informa los modelos generales de interpretación de la sociedad (por ejemplo, en Talcott Parsons) lo normal sería que haya una congruencia entre la cultura política y el regimen político vigente en una determinada sociedad. Esto es bastante exacto en sociedades muy estables, de proceso evolutivo en lenta deriva. Pero la política y la cultura son procesos dinámicos, y ésto es particularmente notorio en sociedades que por específicos motivos históricos se encuentran "en cambio" (S. Huntington), o sea en momentos de aceleración del tiempo histórico, y allí la congruencia tiende a perderse porque no todos los elementos del sistema se mueven al mismo ritmo.

Por ejemplo, son varios los países, en Europa (Grecia, Portugal, España), en Asia (Filipinas) y en América (Bolivia, Perú, Brasil, Uruguay, Argentina, Chile, etc.) que han experimentado recientemente los llamados "procesos de transición a la democracia" viniendo en general desde experiencias autoritarias más o menos prolongadas.

En estos casos es interesante observar que el proceso político concreto, de cambio de gobernantes e instituciones, es más rápido para la clase política y para el pueblo en su conjunto, que la evolución cultural. Largo tiempo después de imperar en la política fáctica instituciones democráticas, siguen aun coexistiendo dos culturas: la autoritaria del periodo anterior y la democracia naciente.

Este ensayo es un intento de identificar, por vía del análisis, los componentes básicos de las culturas autoritaria y democrática; y de visualizar, por vía de síntesis, como interactúan en la praxis política de los periodos de transición.

Cultura autoritaria y cultura democrática corresponden aproximadamente a lo que Almond y Verba denominaron "de subordinación" y "de participación", aunque creemos haber identificado algunos rasgos especialmente adecuados para la "lectura" de las sociedades latinoamericanas.

Por otra parte, esos rasgos son presentados como pares de opuestos, pero hay que recordar que, en su formulación teórica, son tipos puros, abstractos; a los que no hay que considerar como polos sino como extremos de uns dimensión en cuyas posiciones intermedias se ubican los regímenes políticos reales (1).

CULTURA POLITICA AUTORITARIA | CULTURA POLITICA DEMOCRATICA|HETERONOMIA. | AUTONOMIA.

Todas las decisiones vinculan Las normas sociales, especial-tes provienen (y son sentidas | mente las políticas, imperati-como provenientes) de un cen- | vas, son heterónomas: van deltro emisor dotado de poder,se sistema a los ciudadanos, peroparado y ajeno de los destina en una cultura política no pue-tarios, animado de una firme | den funcionar si la sustancia voluntad de hacerse obedecer. | de la norma no proviene del sen tir social; y si no se logra unLa norma es externa, proviene | alto nivel de autonomía por:de "ellos", e incide sobre los| internalización de la norma dedestinatarios de forma directa| modo que el comportamiento sea| el socialmente deseable sin ne-La relación mando-obediencia | cesidad de vigilancia; y pores vista como una relación di amplios márgenes a la iniciativarecta de causalidad mecánica | individual en los comportamien-y negada como interacción. | tos pautados.

|| La socialización política indu cida tiene mucha importancia y| la relación mando-obediencia es| vista como interacción, minimi zando y despersonalizando en| todo lo posible la asimetría so cial que entraña.

|ENCUADRAMIENTO. | LIBERTAD.

El sistema provee una estruc- | Por supuesto, no hablamos aquítura ubicadora de roles y fun de libertad en sentido filosófi-ciones, identificadora de los | co o absoluto sino en sentidoindividuos y vigiladora de sus| realista, como capacidad de au-conductas, de modo que cada | todeterminación, sin más corta-persona se siente encuadrada | pisas que la ley justa y el de-de un modo definido y sometida| recho legítimo de los demás.

a una posible (y muy probable |vigilancia y evaluación secre La cultura democrática configurata de sus actos). | dos espacios de libertad:el área| de lo privado, por una parte; yEl arma más poderosa de los | por otra, dentro de lo público,gobernantes autoritarios es | el área configurada por el plu-poder ver sin ser vistos; y el| ralismo y el derecho al disenso,temor más grande de los súbdi con sus límites puestos en eltos es no saber cuando son vi respeto a las reglas del juego.

gilados ni con que pautas son |evaluadas sus acciones. ||ORIENTACION HACIA LOS EXUMOS. | ORIENTACION HACIA LOS INSUMOS.

El comportamiento de los súb- | El ciudadano de una cultura po-ditos se caracteriza por su | lítica democrática se caracte-actitud orientada hacia los | riza por su actitud orientada exumos del sistema. Su aten- | hacia los insumos del sistema, oción y su disposición a actuar| sea hacia la formulación de apo-están centradas en las señales| yos y demandas. Esto no excluyeque emite el sistema, que in la atención y la sensibilidaddican las conductas convenien hacia los exumos, pero las com-tes, las sanciones a evitar y | plementa.

también las posibilidades de | medrar dentro del sistema. | La cultura democrática se carac teriza por la vía expedita paraEntretanto, el camino hacia la| la formulación de apoyos y, so-entrada de los insumos está | bre todo, de demandas, hasta elbarricado, de modo que sea muy| punto de ser ésto fuente dedifícil llegar a formular de- | "stress" para el sistema, pormandas. Hasta la posibilidad | incapacidad de atenderlas a to-de formular apoyos puede lle- | das.

gar a ser selectiva de acuerdo|a las formas consagradas en la| La aparición del fenómeno socialliturgia del sistema. | de la "apatía política" suele| operar como factor estabilizador| pero tiene efectos indeseables, | como ser la excesiva "elitiza ción" de la actividad política.

|FANATISMO. | CONVICCION Y TOLERANCIA.

El fanatismo político es la | La cultura política democráticamezcla de una firme convicción| se caracteriza por la compatibi-con una actitud de exclusión | lización transaccional de valo-del opositor, generada por la | res oponibles. Una de esas rela-creencia de poseer la verdad | ciones es la de convicción y to-total y el sumo bien, lo que | lerancia.

suele suceder con las visiones| muy ideologizadas de la reali Lo corriente es que una personadad. Allí el disidente aparece| con fuertes convicciones seacomo enemigo peligroso, digno | activa e intolerante, y que unade exterminio o al menos de | persona tolerante sea relativis-reducción a la impotencia. | ta, escéptica y pasiva.

|El fanatismo político moviliza| Tener convicciones y ser a lafuertemente para la acción y | vez tolerante y activo entrañaofrece una racionalización pa un estado de madurez interiorra la violencia y la crueldad,| superior a lo corriente. Aun enen la presunta realización de | las democracias estables ésto esun mito plenificador. | algo poco común. Sin embargo, el| hábito social del pluralismo y Paradojalmente, el fanatismo, | del disenso lleva a pensar con que parece tan firme y enérgi naturalidad que cada uno tiene co, es claro síntoma de escasa| su verdad (aunque no toda laconsolidación interior, y de | verdad) y que debe confrontarlala consabida labilidad de la | y compatibilizarla con las ver-personalidad autoritaria. | dades de los demás.

|LA FE Y EL MIEDO. | EL RESPETO A LA LEY Y EL SENTIDOSegún R.Aron éstos son los dos| DEL COMPROMISO.

grandes principios (en el sen Según R.Aron, son los dos gran-tido que empleaba Montesquieu)| des principios que rigen losque rigen el accionar de los | sistemas democráticos.

regímenes autoritarios. || El respeto a la ley es el másPara fomentar el apoyo (del | obvio: no puede haber orden en que no puede prescindir aunque| libertad sin un generalizadoquisiera) y disminuir la opo- | respeto a la ley, que permitasición, transformándola al me que la coacción permanezca gene-nos en resignación, el sistema| ralmente latente, y sólo opereopera con estas dos herramien por vía de excepción.

tas: trata de inspirar fe y |confianza en su accionar y en | El sentido del compromiso es mássu misión histórica. Por ejem sutil y más difícil de compren-plo, apela a la construcción| der y de valorar. Está relacio-de un nuevo orden más justo, o| nado con la capacidad de tran-a la salvación de la patria, y| sacción ideológica y, sobre todohasta de la misma democracia, | práctica, necesaria para reali-a la que -se dice- se conculca| zar una gestión eficaz y cohe-momentáneamente para "salvar- | rente en un contexto de plura-la" a largo plazo. Quienes no | lismo y de legitimidad de la o-son persuadidos por esa retó- | posición.

rica e insisten en su rebeldía|deben ser reducidos a la impo En el ámbito político, las polí-tencia por el miedo. | ticas-programas de acción se | confrontan permanentemente, y enLa ferocidad de la represión, | ese sentido es verdad que la po-(que a menudo excede a la de | lítica es lucha; pero si fuera las guerras internacionales) | sólo lucha no cumpliría su fina-está destinada a convencer a | lidad esencial: la creación delos adversarios de su incapa- | un orden humano vital.

cidad de actuar. Obedece a dos| Para ello, esas políticas tam-causas principales: | bién tienen que compatibilizarse| y allí aparece el sentido del -La identificación de sí mismo| compromiso.

con valores absolutos lleva a |una visión "cosificante" del |adversario, que es despreciado|y negado como portador de va- |lores humanos. ||-La necesidad de tomar medidas|preventivas y ejemplarizadoras| para frenar la rebeldía potencial de los que aun no han pasado a la acción directa. ||Por esos motivos, en un con- |texto de acostumbramiento a la|violencia y a la muerte, la |represión tiende a volverse |gradualmente anómica agresión |de los partidarios de la ac- |ción política violenta. ||LA CONDICION DEL SUBDITO. | LA CONDICION DEL CIUDADANO.

Un individuo heterónomo, en- | Un individuo autónomo, acostum-cuadrado, orientado hacia los | brado a un ejercicio moderado deexumos del sistema político, | su libertad,no abrumado por des-por fe, por miedo o por afán | igualdades aplastantes o insupe-especulativo, es un SUBDITO, | rables, razonablemente orientadoexpresión que en este contexto| hacia los insumos del sistemaconlleva una nota de degrada- | político, animado de conviccio-ción y envilecimiento. No debe| nes (especialmente referidas aconfundirse con la noción de | las reglas de juego del sistema), súbdito en los antiguos siste respetuoso de la ley y dispuestomas monárquicos, que responden| a confrontar y a acordar leal- a otro orden de valores. | mente con sus adversarios; par ticipativo, activo, responsable:Con respecto al ámbito privado| tal es el paradigma del ciudada-el autoritarismo tiende a res no democrático.

tringirlo (y,si pudiera, a extinguirlo). Al menos trata de | Afortunadamente, la democracia mantener indefinidos sus lími no necesita que todos los ciu-tes, para justificar las in- | dadanos alcancen esa virtud entervenciones que sus intereses| grado sumo. Si así fuera, seríarequieran. | inviable. La democracia será| tanto mejor cuanta más vigenciaCon respecto al ámbito rela- | social tengan esas cualidades,cional hay dos tendencias: | pero su sistema de controles, algunos autoritarismos lo re- | frenos y reaseguros le permitengulan todo; otros emplean una | funcionar sin tantas exigencias.

política mixta, curiosamente |ambigua: estrictos reguladores| Con respecto al ámbito privadoen algunos órdenes (familiar, | la democracia tiende a reconocereducacional, de costumbres, de| los derechos del fuero íntimo,espectáculoa, etc.) practican | a explicitarlos, ampliarlos, etca la vez un amplio y permisivo|liberalismo económico. | Con respecto al ámbito relacio nal hay dos tendencias: algunas| democracias lo dejan muy librado| a la iniciativa individual (ten dencia liberal, y otras lo regu lan con cierto detalle (tenden cia socializante).

| OBEDIENCIA, PASIVIDAD, IRRES- | PARTICIPACION, ACTIVIDAD, RES-PONSABILIDAD. | PONSABILIDAD.

Entre los rasgos de comporta- | En su sentido estricto, partici-miento de los súbditos de un | pación ("tomar parte") es algosistema autoritario se destaca| opuesto a "elegir representan-la OBEDIENCIA, no como virtud | tes", pero aquí usamos la expre-(que está siempre subordinada | sión en el sentido más amplio, aprincipios de disciplina y | como actitud cultural de tomarde bien) sino como doblega- | parte de las variadas manifesta-miento a la orden sin análisis| ciones de la vida política ende motivos ni convicción moral| cualquiera de sus aspectos oo con una falsa conciencia,re formas, dentro de la ley o alductible en última instancia | menos sin violarla abiertamente.

al consabido "el fin justifica|los medios". La "obediencia | La actividad a que se alude nodebida" como eximente de res- | es la privada (que no sería ponsabilidad personal en crí- | distintiva de la democracia) si-menes de lesa humanidad es un | no la pública, socialmente gene-ejemplo típico de esa tradi- | ralizada. En la democracia, lación. | actividad política transcurre| "en el palacio, en la plaza y unPara todo lo que no se presen poco en todas partes".

te con claras señales de "prohibido" u "obligatorio", la | Como lógica consecuencia de su actitud más conveniente es la | participación y actividad elPASIVIDAD: no moverse, no ac- | ciudadano es responsable del ám-tuar, no ver, no escuchar. La | bito público, y en esa co-res-vida personal debe reducirse a| ponsabilidad encuentra motiva-la esfera de lo privado, sin | ción para acciones de resguardootro compromiso que el acata- | y de control.

miento a las órdenes del sis- |tema. | Esa actitud se expresa en el | sentimiento de que el estado no Para conservar el equilibrio | son"ellos"(como sienten los súb-y hasta para sobrevivir, el | ditos) sino "nosotros". Se tra- súbdito experimenta un proceso| ta de "nuestro" estado, del que de reinfantilización, que lo | todos somos responsables.

libera de responsabilidades |y lo vuelve imaginariamente | Esto entraña un ambiguo agobio,IRRESPONSABLE. La responsabi- | una fatiga de la carga pública,lidad es proyectada fuera de | que es uno de los "males de lasí, en una actitud autojusti- | democracia" causa de la apatíaficatoria liberadora. | política que puede hacerla de caer.

Aunque no sea grato reconocerlo, esa transferencia de res- |ponsabilidad tiene una faceta |gratificante, que contribuye |al sostenimiento del autoritarismo. ||VOLUNTARISMO MESIANICO. | POSIBILISMO.

Dada la universal tendencia | En un sistema democrático, elcentrípeta del poder, y la au gobierno se ve prácticamente o-sencia de contrapesos sistémi bligado a adoptar una actitudcos en el caso de los regíme- | posibilista. No puede haber lu-nes autoritarios, se produce | gar a desfallecimientos o negli-con frecuencia una pérdida del| gencias graves, por la presiónsentido de la realidad, que se| de las demandas y la acción de manifiesta en un voluntarismo | la oposición, siempre dispuestamesiánico, que lleva al acome a ocupar los vacíos.

timiento de empresas despro- |porcionadas a las propias | No puede haber lugar a extrali-fuerzas, que suelen terminar | mitaciones ni a voluntarismosen desastres en los que nau- | megalómanos porque la reacciónfraga el propio sistema auto- | de la opinión pública, la nece-ritario. Los proyectos impe- | sidad de acuerdos con otros sec-riales de la Italia fascista, | tores y los frenos y contrapesosla agresión alemana del '39 y | del mismo sistema lo impiden.

la guerra de Malvinas son e- |jemplos paradigmáticos de ello| Así el gobierno se ve impulsado| a transitar la estrecha senda de| lo posible, compatibilizando ob jetivos contradictorios,regulan do el tiempo y otros recursos,| sacrificando partes del acervo| ideológico y de las promesas e lectorales para realizar mejor| otras, o para atender las urgen cias imprevistas que plantea el| devenir de la historia.

|LA REALIDAD ASUMIDA. | LA REALIDAD AFRONTADA.

Frente al voluntarismo mesiá- | En el ciudadano se evidencia nico del poder, la coersión a | claramente la actitud típica delque es sometido el súbdito es | hombre moderno, en contraposi- finalmente internalizada y en ción al tradicional. El hombretonces éste adopta -aun siendo| moderno afronta la realidad, laun hombre moderno- una actitud| enfrenta como algo que puede sertípica del hombre tradicional:| al menos en parte, modificado enla "realidad asumida", como si| función de fines humanos.

lo que nos pasa fuera algo i- | nevitable, fatal, como las | Aunque a veces se haya exageradofuerzas de la naturaleza, i el poder transformador del hom-rresistibles en su empuje a- | bre y éste haya debido"afrontar"rrollador. | resultados de aprendiz de hechi cero, lo cierto es que esta ac- Tras su aparente solidez, el | titud le permite al menos inten-autoritarismo presenta contra tar una salida diferente de ladicciones internas,que son las| resignación.

causas de su ruina, tras los |motivos circunstanciales de | La democracia también presenta derrotas militares o fatiga | contradicciones internas. La política. | participación acrecentada puede| llevar a una hiperpolitizaciónUna de ellas es la ineficien- | que por reacción provoque una a-cia. El autoritarismo suele | patía política socialmente di-presentarse como garantía de | fundida, tal como parece ocurrireficiencia (a sacrificio de | en muchas democracias estables.

libertad) frente a la democracia, que es vista como prenda | La democracia puede ser eficaz de libertad pero ineficaz. La | en la gestión pública y en la realidad histórica muestra | promoción del desarrollo pero"ex post facto" exactamente lo| ello no está garantizado de porcontrario. | sí. La frustración de espectati vas en ese sentido y las humi-Otra de ellas es que el hombre| llaciones internacionales, expli-es condicionable pero no de- | can muchas transiciones al auto-terminable, como necesitaría | ritarismo.

el autoritarismo para coronar |su obra. Po ello, pese a las | En las democracias reales siem-grandes presiones, la llama | pre están presentes componentesinextinguible de la rebeldía | autoritarios. Las transicionestermina siempre por iluminar | no son roturas totales sino a- el camino del cambio político.| crecentamientos del predominioLa historia -como decía Croce | de factores siempre presentes.

es una hazaña de la libertad. | Esta convivencia de dos culturas, esta coexistencia e interacción de valores autoritarios y democráticos en un regimen formalmente democrático, tiende a desarrollar una verdadera "cultura política de las apariencias" (Rouquié) y hace que el proceso democrático sea muy proclive a la corrupción.

Como es corriente asociar la corrupción sólo con el peculado de fondos públicos, a fin de no confundir los términos conviene recordar qué se entiende por corrupción política en el ámbito de la Ciencia Política. Raymond Aron, en su obra, "Democracia y Totalitarismo" dedicó algunas páginas valiosas a ilustrar el punto y en ellas nos basamos.

Todos los regímenes políticos están expuestos al riesgo de corromperse, y los regímenes constitucionales-pluralistas no son la excepción. Ya Aristóteles había planteado la existencia de formas corruptas en su tipología de los regímenes políticos. Para Aristóteles la causa de la corrupción es siempre la misma: los gobernantes dejan de atender el interés general y actúan en función de sus intereses particulares.

Suele decirse que las democracias son prosaicas y que sus principales virtudes son negativas. Cuanto mejor funcionan, menos se las nota, como la salud. Por una parte, aceptan el pluralismo y la confrontación: el poder surge de la competencia de grupos e ideas. Por otra, limitan el poder de la autoridad, porque los hombres abusan del poder si no son contenidos en sus impulsos.

Las principales virtudes que pueden esperarse de las democracias son el respeto a la legalidad constitucional y el respeto a las libertades individuales; vale decir, la vigencia de reglas del juego claras y estables y la existencia de ámbitos de libertad "exentos de la autoridad de los magistrados".

Pero las democracias reales no realizan jamás plenamente su esencia: son regímenes que reflejan el caracter de los hombres que los hacen vivir; nunca resuelven de manera perfecta los problemas que se les plantean. Como toda obra humana, siempre muestran una distancia entre la concepción ideal y la realidad que intenta encarnarla.

Por esa imperfección se dice que todos los regímenes contienen corrupción, como todo ser vivo está habitado por la muerte; pero las notables diferencias de "grado" justifican que se hable de regímenes sanos y de regímenes corrompidos.

Hay varias clases de corrupción, según las causas:

- Corrupción de las instituciones, que se caracteriza porque el sistema de partidos deja de corresponder a los diversos grupos sociales de interés. El sistema funciona de modo tal que no surge ninguna autoridad estable de la rivalidad de los partidos. Se produce entonces el fenómeno denominado "insuficiencia hegemónica" o "crisis de hegemonía".

- Corrupción del espíritu público, o como diría Montesquieu, corrupción del "principio" del regimen. Hay dos modalidades básicas: o bien el espíritu partidario termina por borrar la conciencia del bien común; o bien el espíritu del compromiso termina por impedir toda decisión clara y toda política decidida.

- Corrupción de la infraestructura social, cuando la sociedad no logra funcionar porque las rivalidades sociales alcanzan una intensidad tal que el poder político, surgido de los partidos, se vuelve incapaz de manejarlas.

Una clasificación más simple reposa en la distinción entre oligarquía y demagogia, y considera que los regímenes constitucionales-pluralistas pueden corromperse por exceso de oligarquía o por exceso de demagogia.

En el primer caso se corrompen porque una minoría manipula las instituciones y les impide realizar su idea fundamental: el gobierno de los ciudadanos.

En el segundo caso se corrompen porque los diferentes grupos van hasta el fondo en la formulación de sus reivindicaciones y no queda ninguna autoridad capaz de salvaguardar el interés general.

Otra distinción interesante es el criterio del "no todavía" y del "ya no". Hay regímenes constitucionales-pluralistas que son corrompidos porque no han echado todavía raíces profundas en una sociedad; y otros que son corrompidos porque ya no funcionan, por el desgaste, por el tiempo, por el hábito.

Las dificultades de arraigo derivan de no respetar la regla constitucional; de la manipulación de las reglas constitucionales por una oligarquía; de la violencia de las confrontaciones entre grupos, aun dentro de la clase dirigente; de la falta de administradores.

Los riesgos de descomposición política aparecen:A nivel de las instituciones políticas, cuando una parte importante del país tiene la sensación de que el sistema imperante origina una debilidad o inestabilidad incompatible con el interés general.

A nivel del "principio" del regimen, cuando los ciudadanos no tienen en medida suficiente, o en adecuado equilibrio, las cualidades requeridas (respeto de la ley, espíritu de partido y sentido del compromiso).

A nivel de la infraestructura social, cuando los riesgos normales en la vida de los regímenes se agravan por la aparición de adversarios irreductibles, como los nostálgicos de otros tipos de regímenes, los privilegiados amenazados por la evolución del regimen, los desfavorecidos por el regimen tal como es, los que adhieren a ideologías hostiles al pluralismo.

Como vemos, el concepto de corrupción política es más amplio y profundo que el hecho de que algún funcionario "transfiera" fondos públicos a su bolsillo. Esos delitos ciertamente no carecen de importancia, y están incluidos dentro de la corrupción pero son su efecto, no su causa: es la corrupción del regimen, que implica un cierto grado de corrupción social, lo que facilita que esos delitos ocurran, y sobre todo, que queden impunes o su sanción se dilate indefinidamente en el tiempo.

La marcada heterogeneidad de valores fomenta, pues, la corrupción política. En un regimen autoritario son los valores democráticos los corruptores, y en el caso que ahora nos ocupa, relacionado con los procesos de transición a la democracia, es la supervivencia de los valores autoritarios más allá del momento de transición institucional lo que corrompe a las nacientes democracias.

Utilizando el esquema de rasgos principales de las culturas políticas autoritaria y democrática que acabamos de presentar, encontramos en la observación que la vigencia socialmente difundida de valores autoritarios en regímenes institucionalmente democráticos produce las siguientes características:Heteronomía---------FALTA DE INICIATIVA----------AutonomíaY TRANSFERENCIA DERESPONSABILIDADES.

Encuadramiento----------LIBERTINAJE--------------Libertad Orientación hacia EXCESO DE Orientación hacialos exumos--------------DEMANDAS-------------los insumosFanatismo---------------CINISMO--------------Convicción yTolerancia.

Fe y miedo--------------INCAPACIDAD DE-------Respeto a la ley yNEGOCIACION sentido del compro-miso.

Condición de------------OBSECUENCIA----------Condición desúbdito. ciudadano.

Obediencia, INDIFERENCIA Participación,pasividad, -------------CIVICA---------------actividad,irresponsabilidad. responsabilidad.

Voluntarismo---------ACTITUD CICLOTIMICA-----Posibilismo.

Realidad Realidadasumida-----------------ESCAPISMO------------afrontada.

Veamos finalmente esas características con algún detalle:Falta de iniciativa: la heteronomía, que es un movimiento reflejo de supervivencia en los regímenes autoritarios, se manifiesta en los regímenes democráticos como una falta de uso de la autonomía, o sea una falta de iniciativa. Pareciera que es otro quien tiene que hacer algo o comprometerse, por eso se manifiesta también como transferencia de responsabilidades. Los poderes del estado se transfieren responsabilidades entre sí ("eso está en manos de la justicia", "es resorte del Congreso", "está a la firma del Ministro", etc.) y no se repara en lo que a cada uno le toca hacer, aunque sea promover la acción del otro. A nivel social se manifiesta de muchos modos, desde la renuencia a ser testigo de un juicio hasta la incapacidad de sostener una acción de reclamo por un tiempo prolongado, o de organizar una acción colectiva con eficacia y sin disensos internos.

Libertinaje: es la libertad sin objeto, autodestructiva, propia de esas situaciones en que se retira el marco coactivo de encuadramiento pero aun subsiste la mentalidad encuadrada, que no halla qué hacer responsablemente con su libertad.

Exceso de demandas: en el periodo autoritario, el camino para la formulación de demandas estaba prácticamente bloqueado; en el periodo democrático, está expedito. Es parte del aprendizaje democrático la regulación de la formulación de demandas según una evaluación sensata de la capacidad del sistema para absorberlas. En principio, lo corriente es que se produzca un exceso de demandas, fruto de la impaciencia y la insatisfacción acumulada, y del exceso de espectativas en la capacidad del sistema democrático. Agrava esta situación el hecho de que con frecuencia el exceso de demandas es usado por el sistema político como excusa para no atender bien ninguna.

Cinismo: Normalmente, del fanatismo no se pasa a la tolerancia sino a esa especie de fanatismo invertido que es el cinismo. Antes se creía absolutamente en algo, ahora no se cree en nada.

Incapacidad de negociación: los "principios" de la cultura autoritaria, la fe y el miedo, impulsan a la acción predeterminada por la doctrina e inhiben de toda otra acción. Ciertamente se adaptan mal al sistema democrático, donde hay que respetar reglas de juego muy generales y compatibilizar propuestas originadas en el pluralismo ideológico de los actores políticos.

Obsecuencia: la actitud típica del súbdito, trasladada al ámbito democrático de los ciudadanos, se manifiesta como obsecuencia, generadora de los microclimas que marean dulcemente la autoestima de los gobernantes y los apartan de la realidad.

Indiferencia cívica: no aparece, por lo general, inmediatamente después de la transición democrática sino tiempo después, cuando se han frustrado las espectativas iniciales y han aparecido fenómenos como la "crisis del principio representativo" y el desprestigio global de la clase política.

Actitud ciclotímica: varía entre la euforia y la depresión frente a las tareas a realizar y las metas propuestas, que parecen, ora fáciles e inmediatas, ora remotas e inalcanzables.

Escapismo: desde esta actitud la realidad no es asumida ni afrontada. Se huye de ella buscando algún refugio: el sueño de un futuro utópico, la nostalgia de un pasado añorado, la idealización de otro lugar. El refugio más usual (y dentro de todo, el más sano) es la vida privada; el más patológico es la droga. También suelen incrementarse los casos de suicidio.

Invitamos a cotejar este esquema con la actual realidad política de los países que han vivido recientemente procesos de transición a la democracia, especialmente los latinoamericanos, y a constatar las correlaciones.


(1) Eduardo J. Arnoletto "APROXIMACION A LA CIENCIA POLITICA", Artesol ed., Córdoba, 1989.
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