53. ROSENZWEIG, Fernando (1965) “El desarrollo económico de México de 1877 a 1911. En El trimestre económico. Vol. XXXIII. México. Pp. 405 – 454.
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 HISTORIA DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN MÉXICO
(Siglos XVIII, XIX y XX)
ANTOLOGÍA BIBLIOGRÁFICA COMENTADA

Jorge Isauro Rionda Ramírez

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53. ROSENZWEIG, Fernando (1965) “El desarrollo económico de México de 1877 a 1911. En El trimestre económico. Vol. XXXIII. México. Pp. 405 – 454.

Como se ha visto en líneas anteriores, consumada la independencia de México, la inestabilidad económica y política del país es patente. Los primeros años independientes se dieron entre las pugnas de quienes aspiraron a la independencia de España, pero sin perder sus canonjías, como lo era el Clero y la aristocracia virreinal, conocido como el grupo consevador, y quienes aspiraron a una independencia al estilo liberal y capitalista, bajo la enmienda democrática. Este último grupo conocido como el liberal. Los primeros que son el origen del actual bando político demócrata cristiano y los segundos que en algún momento tienden a la social democracia (Rosenzweig, 1965; 405 – 454).

El proyecto neoliberal finalmente se impone desde el periodo juarista pero es a partir del último cuarto del siglo XIX que su implementación comienza a generar problemas entre el rompimiento del orden heredado de la colonia, casi feudal, y el esquema capitalista naciente bajo el ideal liberal.

Guerras intestinas, intervenciones extranjeras, la falta de un proyecto de nación consistente para una sociedad que debatía entre conservadores y liberales, conflictos de inclusión y exclusión, falta de capitales nacionales y muy poca inversión extranjera, inestabilidad política, mercados locales muy restringido por insuficiente redes de comunicaciones, falta de un transporte moderno como el ferrocarril, o de comunicaciones como el telégrafo, predominio del régimen de producción artesanal son los principales causales de la crisis de los primeros años independientes de la nación mexicana.

En la búsqueda de reactivar la economía mexicana la idea para ambos bandos era clara: se debían capitalizar los sectores minero y agropecuario del país. Crear una red de comunicaciones terrestre que uniera e integrara al nuevo esquema de desarrollo las regiones del país. Implementar redes modernas de comunicación como el telégrafo. Vías marítimas y marina mercante nacional. Ferrocarriles, fortalecimiento de la industria textil. Esas eran las líneas a seguir en el deseo del ascenso económico.

Sin embargo, el tema conflictivo era el reparto agrario. La enajenación de tierras comunales extremó la desigualdad social del país. Era necesario que dicha enajenación tocara a los grandes latifundistas del país (que integran al grupo conservador), y que se diera un reparto agrario que no promoviera la propiedad privada, sino la nueva formulación de la propiedad comunitaria bajo la lógica del ejido. Desde luego, esta posibilidad solo podía realizarse mediante la fuerza, es ahí la razón de que en 1910 estalle la revolución mexicana.

La Reforma de Benito Juárez en 1867 es el fundamento para el inicio del esquema capitalista liberal y moderno del país. La intervención francesa posterga la sugerente reestructuración económica que encuentra su continuidad hasta el periodo porfirista. De 1876 a 1910 que abarca este periodo, la nación obtiene la paz social deseada y la estabilidad económica requerida para albergar con éxito la inversión y el crecimiento de la producción. Ingresan capitales foráneos especialmente ingleses, y de 1904 a 1906 estadounidenses. Se crean las redes férreas, ingresa el telégrafo y la explotación de la energía eléctrica como de los hidrocarburos y las industrial extractivas. Se rehabilitan los sectores productivos tradicionales como la agricultura, la minería y el comercio. El comercio exterior prospera y hay un aumento demográfico significativo. Se consolida un sistema financiera nacional sólido, solvente, de fomento y con una moneda nacional cuya liquidez parte de la mineralización en oro y plata del la moneda nacional. Se inicia la secundarización de la economía con el surgimiento de industrias de la transformación tales como la textil, con la explotación del algodón y el henequén, la producción de tabaco, el refinamiento del azúcar y del café, como otras industrias. Destaca que durante este periodo se establece un circuito de avío de capitales provenientes del comercio para el fomento de la industria nacional.

La participación de capitales extranjeros en sectores tan estratégicos para la economía nacional, tales como los ferrocarriles, la extracción de petróleo, la generación de la energía eléctrica, la red de telégrafos, entre otros, son detonadores del desarrollo del país a una escala regional que, vincula al centro del país con las regiones, aún las más remotas del territorio. No obstante, la presencia de estas empresas extranjeras también resta autodeterminación a la nación mexicana. Los intereses extranjeros estarán presentes en las decisiones gubernamentales del país.

Debe concebirse que detrás del auge de la economía liberal porfirista, estaba la profunda contradicción entre la prosperidad del capital, a costa del depauperio del salario, así como la expansión de la propiedad privada a expensas de la propiedad comunal, lo que trae consigo una profunda desigualdad social.


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