HISTORIA DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN MÉXICO
		(Siglos XVIII, XIX y XX)
		ANTOLOGÍA BIBLIOGRÁFICA COMENTADA
		
		Jorge Isauro Rionda Ramírez
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49. PEREYRA, Carlos (1974) 
		México, los límites del reformismo. En Cuadernos políticos No. 1. 
		octubre  diciembre. ERA. México. Pp. 52  65.
		
		El autoritarismo característico de Díaz Ordaz persiste durante el 
		periodo de gobierno de Luis Echeverría Álvarez. Bajo un discurso 
		populista, enmascaró los auténticos intereses de promover el modernismo 
		del país cuestionando los 5 regímenes de gobierno anteriores al suyo. 
		Echeverría como Díaz Ordaz fueron presidentes que sirvieron a la CIA y 
		su papel esta orientado a servir a los intereses norteamericanos en el 
		país. El discurso nacionalista se abandona por el nuevo discurso 
		populista (Pereyra, 1974; 52  65).
		
		De 1935 a 1970 la nación experimenta un ascenso industrial y urbano que 
		deja en el pasado el sesgo rural y campesino de su desarrollo 
		tradicional para convertirse en una sociedad moderna. El sector primario 
		disminuye su participación relativa en el PIB de 28% que presenta en el 
		primer año, para pasar al 13% en 1970. A su vez, respectivamente el 
		sector secundario o de la transformación pasa del 28% al 40%. La 
		agricultura logra abastecer a la nación de los insumos básicos tanto de 
		consumo humano como industrial, y la industria a su vez logra una 
		autosuficiencia de manufacturas que llena el mercado interno y promueve 
		exportaciones significativas. El cambio, vía precios de garantía viene a 
		subsidiar el ascenso industrial y urbano.
		
		Es interesante entender que la revolución mexicana de 1910 a 1921 
		representa una revolución campesina en pro de la propiedad privada 
		capitalista, encabezada por Emiliano Zapata y Francisco Villa, como una 
		revolución urbana burguesa en busca de la modernización y la 
		democratización de la nación, misma que es encabezada por Francisco I. 
		Madero y Carranza. Estas dos clases antagónicas sin embargo determina el 
		carácter y las características que adquiere el periodo de desarrollo de 
		la nación de los años 20 en adelante.
		
		La socialdemocracia adquiere fuerza durante el periodo de Obregón, 
		Calles y los regímenes que integran el maximato, lo que obliga a Lázaro 
		Cárdenas a procurar la conciliación con los trabajadores y campesinos 
		del país mediante el reparto agrario y la creación de instituciones a 
		favor de la previsión, asistencia y seguridad social, naciendo con ello 
		el Estado benefactor mexicano.
		
		Los regímenes ulteriores al cardenismo siguen las pautas de la 
		pacificación del país mediante el corporativismo y el desarrollo del 
		Estado del bienestar, que implementa políticas públicas tendientes a 
		mejorar la condición de vida y salario real de las clases trabajadoras.
		
		El proyecto nacionalista que se viene formulando desde el cardenismo 
		hasta 1970 es el principal impedimento de la expansión de la IED en la 
		nación. La legislación mexicana en materia de promover la inversión 
		nacional y regular la extranjera priva a los extranjeros en participar 
		en sectores económicos considerados como estratégicos, así como mantiene 
		la condición de contar con un socio mexicano cuya participación mínima 
		fuera del 51% de la inversión total.
		
		La expansión de los intereses extranjeros en el país se ve obstaculizada 
		bajo este tipo de discurso político nacionalista. A cambio, con Luis 
		Echeverría Álvarez, y propiamente desde un sexenio previo, el de Gustavo 
		Díaz Ordaz, se trata de abrir a la nación a la inversión extranjera. De 
		ahí la promoción de las Olimpiadas en el país en 1968. El discurso 
		nacionalista se abandona por el populista, demagógico, persuasivo, 
		disuasivo como distractivo de los problemas sociales y económicos que 
		vive la nación. El populismo borra de la memoria del pueblo el precepto 
		endogenista del desarrollo nacionalista, a cambio de la supremación del 
		pueblo, a quien se enarbola a un pedestal que le hace la atención de la 
		legitimidad política del partido oficial.
		
		El ascenso industrial y urbano vivido de 1930 a 1970 hizo crecer y 
		fortalecerse la proletarización, con ello los trabajadores se presentan 
		como una clase fuerte y peligrosa, su control es vital para preservar el 
		orden nacional, por ello, el populismo a su vez permite la formulación 
		de nuevas fórmulas de concertación y corporativismo político con este 
		grupo. 
		
		Asimismo, el ascenso industrial y urbano del país se sostiene gracias a 
		la coyuntura internacional que significa la Segunda Contienda Mundial y 
		el periodo de reconstrucción europea, así como la expansión de la 
		hegemonía norteamericana en el orbe mundial. El ascenso del fordismo 
		anglosajón beneficia a la región latinoamericana, y en especial a 
		México, con la expansión sostenida de sus exportaciones primarias como 
		de productos manufacturados.
		
		La expansión de la demanda interna se da mediante la implementación de 
		políticas estatales en pro del Estado benefactor y social, propio de las 
		tesis keynesianas. De 1960 a 1969 las deudas externas a más de un año 
		pasan a sumar de 842 millones de dólares a 3 mil 511 millones de 
		dólares. De 1970 a 1976 el monto se incrementa a 20 mil millones de 
		dólares, a razón de la necesidad de crear la infraestructura petrolera 
		necesaria para explotar los recientes yacimientos descubiertos en el 
		territorio nacional.
		
		El partido oficial PRI es, más que una propuesta política, la suma de 
		contradicciones e instrumentos de contención y control político, el cual 
		desde dentro observa su desquebrajamiento. Los movimientos campesinos y 
		obreros resaltan en la vida nacional. Estallan algunas insurrecciones en 
		la sierra de guerrero (Genaro Vázquez y Lucio Cabañas), así como 
		movimientos de huelga y paro empresarial por todo el territorio.
		
		Al parecer le milagro mexicano presenta su término, la crisis del 
		fordismo de 1971  1973 recrudecen la situación del trabajo en el país. 
		Ya no hay más tierras que repartir, y las ciudades no pueden brindar las 
		oportunidades que demandan grandes contingentes de población campesina 
		continuamente arribada a la ciudad. El desarrollo urbano de hecho se 
		presenta caótico y desordenado.
		
		La burguesía industrial, ahora con controles de monopolización de los 
		mercados nacionales, se organiza en una CANACINTRA que promueve 
		intereses a favor de combatir la legislación laboral, los movimientos 
		obreros y las canonjías dadas al pueblo. Promueven la caída del salario 
		real a cambio de una mayor capitalización, que sea el sustento de la 
		modernización de sus industrias, las que desean promover en el mercado 
		exterior.
		
		El Estado pierde legitimidad ante una clase trabajadora que ve perder el 
		poder adquisitivo de su salario, y una clase burguesa que aspira a 
		arribar al poder y al control total de la economía nacional.