41. MEYER, Jean (1971b) “El fenómeno del presidencialismo”. En Historia mexicana. Vol. XXI. Núm. 1. México. Pp. 38 – 47.
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 HISTORIA DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN MÉXICO
(Siglos XVIII, XIX y XX)
ANTOLOGÍA BIBLIOGRÁFICA COMENTADA

Jorge Isauro Rionda Ramírez

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41. MEYER, Jean (1971b) “El fenómeno del presidencialismo”. En Historia mexicana. Vol. XXI. Núm. 1. México. Pp. 38 – 47.

Dentro de los regímenes dictatoriales posrevolucionarios se debe destacar aquellos propios del presidencialismo. El presidencialismo se define como la hegemonía que logra el poder ejecutivo sobre el legislativo cuando este último, en cuanto su composición, contiene una mayoría (relativa o absoluta) de diputados alineados al partido que en su momento sea el oficial (para el caso el PRI, Meyer, 1971b; 38 – 47).

Esta mayoría relativa o absoluta le confiere tal poder al ejecutivo que lo que dice el Señor Presidente es incuestionable e inmediatamente obedecida. El presidencialismo por tanto es una fórmula de fascismo. Fascismo es todo aquello que no es democrático. Es cuando el interés de alguno se impone al derecho de todos. El presidencialismo, como fórmula fascista, no obstante, supera una grave restricción funcional del Estado, la lentitud de las reformas institucionales bajo un auténtico régimen democrático, la cual no ocurre en la pertinencia deseable como en la oportunidad necesaria. El fascismo es nefasto pero es efectivo. Por ello, después de la revolución mexicana, el organizar la sociedad tuve que hacerse necesariamente bajo una fórmula fascista: el presidencialismo. Sin que este párrafo sea apologístico de la dictadura. Pero necesariamente el fascismo priísta en México fue (y quizá a la fecha, es) la fórmula de gobernar con eficacia (no con justicia sino con justeza), una sociedad que aún no encontraba su orden y organización.

El caudillismo es de hecho la forma de establecer en un nivel local el orden, ante el desorden imperante a un nivel nacional. Los caudillos sin embargo, siendo personas o familias con gran influencia en la vida local, presentaban fuerzas antidemocráticas e injustas para una sociedad que procura la civilidad. La revolución se da gracias a los caudillos y resulta en un régimen que debe combatirles para implementar un régimen jurisprudencial cívico a una escala nacional.

Las instituciones emanadas de la constitución de 1917, solo pueden ser impuestas contra las fórmulas locales de control: los caudillos. Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles se dedicaron a ordenar a la sociedad mexicana acabando con los caudillos. Sangró a la nación como toda dictadura nefasta, aún durante el maximato.

El principal programa de gobierno posrevolucionario era lograr la consistencia de la nación y la integración de la misma en un territorio debidamente organizado. Por ello, el desarrollo de las comunicaciones son básicas para lograr abatir las hegemonías locales. La profesionalización del ejército por otra parte fue una fuerza importante para pacificar al país y lograr el orden a una escala nacional. Por ello, los principales jefes políticos eran de formación militares. La primera dictadura posrevolucionaria es militar. Su efecto, la pacificación de la revuelta.

El corporativismo es otra fórmula de control fascista donde se enajena a toda aquella persona a servir al régimen bajo fórmulas clientelistas, donde las concesiones del Estado mantienen el orden y la disciplina política gracias a la debida y conveniente enajenación de todas las fuerzas políticas al Estado. Es de ahí que se le nombra una dictadura benévola al régimen priísta.

En el artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos deriva a una Ley Federal del Trabajo donde existía (hasta 1992), una cláusula de exclusión que obligaba a toda entidad laboral del país a que quedara inscrita dentro de cualquier fórmula de corporativismo: sea ejidos, sindicatos, cámaras, colegios de profesionistas, entre otras. Finalmente todas ellas quedaban dentro de una confederación nacional (sea campesina, popular, obrera o del tipo que fuera), que finalmente era parte del partido oficial. El genio de este corporativismo estatizado fue Lázaro Cárdenas.

Las características del presidencialismo son las siguientes:

* Es una alianza de grupos sociales organizados con poderes políticos.
* El presidente tiene poderes extraordinarios.
* El presidente es árbitro supremo y juez omnipotente para intermediar en los conflictos políticos del país.
* Hay un abierto culto a la personalizadad y a sus atribuciones.
* Hay formas clientelares de manipulación y control.
* La decisión política es en parte caprichosa pero desde luego establece concertacesiones políticas entre los partidos.
* Hay un empoderamiento de un grupo político que sexenio a sexenio se transfiere el poder, al que tienen cautivo y no concesionan.
Tienen el monopolio de la violencia, la benevolencia, creando tanto admiración y respecto, como temor (incluso terror).


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