38. LEAL, Juan Felipe (1975) “El estado mexicano, 1915 - 1973”. En México, estado, burocracia y sindicatos. Ediciones El caballito. Cap. 2. México. Pp. 31 – 59.
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 HISTORIA DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN MÉXICO
(Siglos XVIII, XIX y XX)
ANTOLOGÍA BIBLIOGRÁFICA COMENTADA

Jorge Isauro Rionda Ramírez

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38. LEAL, Juan Felipe (1975) “El estado mexicano, 1915 - 1973”. En México, estado, burocracia y sindicatos. Ediciones El caballito. Cap. 2. México. Pp. 31 – 59.

La revolución mexicana presenta 4 corrientes distintas: la del campo, conservadora y agrarista, de Emiliano Zapata; la maderista, demócrata, pequeño burguesa y urbana; la obrera urbana, social demócrata, y la huertista y carrancista o la contrarevolucionaria (Leal, 1975; 7 -30). Estas cuatro fuentes unen sus esfuerzos para derrocar la dictadura porfirista, fincar las bases de la propiedad privada agraria, como las instituciones capitalista propias del modernismo.

El Estado oligáquico de Porfirio Díaz estaba compuesto de militares, grandes empresarios nacionales como extranjeros, grandes latifundistas como caudillos locales e intelectuales aburguesados en el confort de art novo francés. Los campesinos, obreros y trabajadores urbanos de oficios como carpinteros, herreros o panaderos, componían la clase de los desposeídos y ciudadanos de tercera de la sociedad porfirista.

El nuevo estado posrevolucionario se basa la organización social del trabajo y la producción en fórmulas corporativistas, donde finalmente las confederaciones de campesinos, obreros, profesionistas y empresarios del país se formulan en un único proyecto de nación: el del partido nacional revolucionario, más tarde llamado partido revolucionario institucional.

La burguesía pierde con la revolución las riendas del gobierno y es la burocracia, como clase media, la que adquiere el poder en el Estado revolucionario que para los años 40 adquiere a su vez un mayor protagonismo en la sociedad moderna mexicana.

Los primeros gobiernos son encabezados por militares y se establece una unidad político militar fuerte, con una alianza entre burócratas y militares que le sustentará de los años 20 a los 30.

Es Estado, a razón de la crisis de 1929 – 1933 por influencia del pensamiento keynesiano, se encarga del la dirección de la economía, crece la economía pública y el sector público se vuelve cada día más representativo. El crecimiento es inducido por el Estado, el cual vela por el bienestar y la seguridad social. Del Estado revolucionario se pasa en los años 30 al estado benefactor.

El corporativismo tiene dos fases: la primera que va de 1915 a 1940 donde se establece la organización social del trabajo y la producción con base a la hegemonía de la producción rígida; y la segunda de 1940 a 1982 propio del despegue capitalista de la economía mexicana gracias a la segunda guerra mundial y al periodo de reconstrucción, donde se pasa de una dictadura militar revolucionaria a una dictadura del partido de la revolución, que de 1970 a 1982 conocerá su expresión más populista y demagoga.

El milagro mexicano robustece a la economía del país y es causa de la primera transición demográfica, que desde la primera ley de población de 1936 marca a la demografía mexicana con patrones de expansión y crecimiento. De 1940 a 1976 el país crece en todos sentidos y experimenta la revolución verde que sustenta la expansión del PIB agrícola mexicano a la par del crecimiento de la población. La estabilidad económica se expresa en una estabilidad cambiaria que le confiere a la nación el clima propicio para que madure el capital financiero.

Del capitalismo industrial que tendía a imitar el sendero del desarrollo textil inglés, se pasa al capitalismo monopolista, donde el régimen endogenista le brinda a la industria nacional un proteccionismo que permite la formación de fuertes capitales, mismo que observan un alto nivel de concentración y centralización en la zona metropolitana de la ciudad de México, la cual llega a dimensiones de una megametrópoli. No obstante, el capitalismo mexicano no pierde su carácter de dependiente y periférico.

La nación mexicana es un proveedor importante de productos primarios para la industria norteamericana, y la expansión de esta economía arrastra al país a una fase de crecimiento sostenido muy significativo. El milagro mexicano, inscrito a en el milagro latinoamericano, es efecto necesario del milagro americano de la segunda guerra mundial, la postguerra y la reconstrucción y de la maduración del fordismo. Por ello, el capitalismo mexicano es un eslabón más del engranaje del capitalismo imperialista encabezado por los Estados Unidos de América e Inglaterra.


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