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DESARROLLO REGIONAL Y URBANO ANTE LA REESTRUCTURACIÓN ECONÓMICA EN MÉXICO (1980 – 2006) (ESTRUCTURA URBANO REGIONAL Y NUEVA CONFIGURACIÓN DE LOS MERCADOS DE TRABAJO EN MÉXICO)


Jorge Isauro Rionda Ramírez

 

 

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5. DINÁMICA METROPOLITANA EN MÉXICO

En la fase de la producción flexible, surge una nueva división y especialización internacional del trabajo. La terciarización de las economías a una escala mundial es un proceso irreversible y cada vez más vivencial en todo ámbito de la economía global.

En este proceso de especialización regional, los mercados del trabajo como sus estructuras observan procesos propios de la lógica de la producción flexible, por lo que su estudio es un tema de especial encono dentro de las ciencias sociales hoy día.

Interesante es ver como la sociología del trabajo nos revela un nuevo espectro no solo en el ascenso urbano industrial de las naciones de reciente industrialización como México, sino del fenómeno metropolitano y sus mercados de trabajo, mismos cuyos rasgos y patrones posmodernos observan nuevas contradicciones y viejas más profundas.

Adrián Guillermo Aguilar ya resalta la creciente polarización de los mercados de trabajo, especialmente en el medio metropolitano. Su estudio observa esa tendencia durante dos décadas comprendidas entre 1970 y 1990. Trabaja el sector de los servicios y observa la polarización de la estructura ocupacional entre estratos laborales de mayor calificación, respecto a los menos calificados de actividades de tipo informal y polivalente.

El sector terciario lleva ya en su seno las contradicciones inherentes al capitalismo, por lo mismo observa graves contrastes y desigualdades en materia de desarrollo social, como la organización del territorio expresa lo mismo entre áreas de alto dinamismo económico y regiones con grave rezago en su desarrollo.

Su enfoque es ver cuál es la evolución diferenciada entre los servicios del productor y los servicios al consumo. Los servicios al productor muestran un alto grado de concentración en las áreas metropolitanas, densamente pobladas, donde los servicios observan las más altas remuneraciones y calificaciones en su mercado de trabajo. Contrario, los servicios al consumidor observan una tendencia a la precarización de la mayor parte de su masa laboral.

El problema que deriva es que no obstante el alto grado de desarrollo metropolitano, la pobreza y la marginación aumentan para un muy significativo estrato laboral.

Mapa 11: Concentración urbano metropolitana

Las áreas metropolitanas son tradicionalmente concentradoras de las actividades industriales por lo que los servicios al productor tienden a concentrarse en ellas. Prospera un sector altamente internacionalizado. El desarrollo local lentamente se orienta a los mercados foráneos, donde se ve el álgido desarrollo de empresas transnacionales de tipo maquilador.

La población económicamente activa (PEA), disminuye en el sector industrial en razón del aumento continuo de la respectiva en el sector servicios. En las áreas urbanas como mtropolitanas la industria observa una desconcentración puesto que se sale de la mancha urbana para localizarse en áreas periféricas y satelitales, tales como distritos o parques industriales.

La industria observa una contradicción existente entre los sectores tradicionales de la industria compuesta de empresas familiares, microempresas y medianas empresas, respecto al sector moderno de la industria donde destacan las grandes empresas, incluso el sector maquilador como parte de un nuevo estilo de industrialización postmoderna contribuye en esta dicotomía.

La ciudad, el medio urbano y las zonas metropolitanas son elementos más fehacientes del desarrollo globalizador, mientras que la precarización del medio rural es una continuidad mantenida desde los años 40 en que la nación mexicana inicia su ascenso industrial urbano propio del modernismo.

Ante el ascenso de los esquemas de producción flexibles iniciados desde la década de los años 60, así como la consecuente crisis del fordismo dada en el primer lustro de los años 70, la metropolización y urbanización son nido del desarrollo terciario y prominencia de los servicios en la economía nacional.

La crisis de 1971 – 1973 se profundiza durante una década hasta 1982, donde las drásticas caídas de 1984 y 1987 marcan con gravedad la recesión del viejo esquema modernista ante la violencia del surgimiento de los esquemas de producción flexible. Misma crisis que todavía encuentra acomodos en 1994 donde los problemas nacionales expresan ser parte de un reacomodo a nivel mundial, la crisis asiática, rusa, argentina, turca durante los años 90 muestran que estos reacomodos industriales a escala mundial, subordinados a la globalización del crédito, son vulnerables a las debilidades de un sistema basado en la especulación apátrida, y un abusivo manejo financiero de la economía mundial.

Los reacomodos industriales en la geografía internacional se realizan gracias a la plataforma de los mercados bursátiles que permiten circular ágil, libre y eficazmente, el capital financiero en su forma de inversión extranjera neutra, directa e indirecta, que permite la reestructuración de la economía internacional en la relocalización territorial de la industria en una escala mundial.

En esta relocalización territorial de la industria a nivel mundial, los servicios financieros y los seguros, son la logística que respalda y garantiza dichos reacomodos industriales con cobertura de riesgo. Los mercados de futuros y los derivados financieros son bastiones de arribo del capitalismo central a las regiones del capitalismo periférico. Por ello, las regiones donde más se concentra la inversión extranjera son las ciudades de alto grado de urbanización y terciarización como lo son las zonas metropolitanas, no tanto por ser áreas con mayor vínculo con mercados foráneos, sino también por ser áreas donde existe una alta consolidación de la logística adecuada para el desarrollo sano, ágil y garantizado de la prosperidad de negocios transnacionales.

Dentro de las actividades manufactureras, las que son propias de la industria maquiladora encuentra su acomodo en el nuevo esquema, mientras que aquellas de tipo más tradicional, que no son parte de las filiales del capital transnacional, sino de capitales propios y nacionales, de menor envergadura y monto, crecen de manera más lenta y tienen anhelos de crecimiento más locales y modestos.

En este proceso de industrialización, existe una migración de trabajadores de áreas donde su esfuerzo observa una menor productividad marginal, a aquellas donde es mayor. Propiamente en sectores más modernos y transnacionales.

La presencia de inversión extranjera directa en las zonas metropolitanas en muy importante, por decir, en el 2006 se sabe que más del 60% de este tipo de inversión se concentra en la ZMCM.

Se tiene que este nuevo esquema, similar al modernista, es abiertamente antiagrario, pues observa fuertes montos migratorios del campo a la ciudad, incluso migración urbano – urbano, donde la PEA del campo es cada día menor.

Aguilar expresa las más importantes tendencias en las transformaciones socio ocupacionales:

1. Expansión y diferenciación de los estratos no manuales. Los trabajos técnicos operacionales como manuales tales como los artesanales pierden presencia ante los trabajos de servicios de cuello blanco, tales como profesionistas y servidores públicos, bancarios, de seguros y algunos de tipo comerciales.

2. Aumento del sector popular urbano. Cada vez las áreas urbanas y metropolitanas concentran mayor población por ser áreas de atracción donde el nivel de inmigración es bastante alto.

La transición del régimen de producción rígida al régimen de producción flexible tiende a acrecentar el fenómeno de concentración de la fuerza laboral en las áreas urbanas y metropolitanas.

En México esta concentración rompe con la tendencia de concentración propia del periodo endogensita, puesto que al ser una economía oligoproductora, la poca diversidad industrial genera pocas posibilidades de diversificar y explotar todas las potencialidades que el territorio otorga a la población. Por ello, la población se concentra en pocos polos de desarrollo.

En el nuevo régimen de producción flexible, no solo por la apertura económica y las políticas de desconcentración industrial y descetralización de la vida política del país, sino por efecto de la presencia de una gran diversidad de negocios transnacionales localizados en el territorio nacional, las potencialidades territoriales son mejormente aprovechadas lo que explica que las zonas metropolitanas del país, que tradicionalmente concentraban significativamente población, ahora pierden vigor en su crecimiento, el que es alto pero en menor medida, y que las áreas del territorio que otorgan oportunidades locales y regionales a los inversionistas, atraigan inmigrantes; por ello, el régimen de producción flexible no resta fuerza a la concentración poblacional, pero en el caso de México, el esquema aporta nuevas vocaciones industriales oportunas para el desarrollo local, por ello, las ciudades medias, puertos y ciudades fronteras comienzan a ser atrayentes de población. No obstante el campo sigue despoblándose, y no solo eso, sino ahora de manera acentuada. Solo que la emigración ahora tiene mucho más destinos.

En el mercado laboral también se multiplican las estructuras del trabajo, y no solo ello, sino que también se distancian en niveles de remuneración como de estatus social.

La organización del territorio también muestra una gran diversidad en cuanto a vocaciones industriales, y a su vez, expresa las graves y cada vez más acentuada división del trabajo, como polarización social.

Las jerarquías urbanas también se ven modificadas, por decir, en el sistema de ciudades de los años 90, la primacía de la ZMCM encabeza verticalmente todo el esquema. Ahora su primacía disminuye y otras zonas metropolitanas como la de Guadalajara remonta terreno. Siguen siendo subsistemas del sistema principal de la ZMCM, pero su verticalidad disminuye pues la prominencia de estas nuevas zonas patentan una mayor autonomía regional, como local y una interrelación interactiva más armoniosa y equidistante, o bien equiparidad más propias para un desarrollo económico que se funda en una mejor organización del territorio.

Mapa 12:

Las regiones no entran en conflicto, pero si se vuelven más autónomas. Las diferencias ocupacionales son distintas de población a población, de localidad a localidad y de región a región. Su especialización en el mapa nacional de desarrollo causa una interdependencia entre las mismas como parte de un esquema integrador y consistente.

No obstante, deseable es que este postulado sea del todo cierto, debe admitirse que existen zonas de atraso y abierta marginación en esta geografía económica. Lo que es más, la mayor parte de las zonas marginadas observadas en 1990, 17 años después observan rasgos que revelan que la marginación aumenta.

Mapa 13

Mapa 14

La desigualdad social contrasta el ascenso de algunos grupos empresariales y financieros que logran de súbito grandes fortunas con el proceso de globalización. Como se puede ver en el mapa 13 la desigualdad social es más alta precisamente en los municipios como las entidades que logran con mejor éxito su integración a los mercados foráneos. Entidades que albergan fuertes inversiones, y cuyo fruto queda en pocas manos. Contrario, las regiones del país que no se integran al desarrollo globalizador, no obstante no manifiestan tan altos grados de desigualdad social. De lo que se concluye que la apertura económica actual, como la modernización del país son procesos que causan la desigualdad social y la divergencia regional.

El siguiente mapa 14 también presenta los municipios con mayor marginación, áreas que coinciden con las regiones de menor desigualdad. Esto es, las regiones pobres del país, tienen menor desigualdad social que las regiones ricas.

El desarrollo nacional como parte del régimen de producción flexible, y como área del capitalismo periférico, no es parejo para las regiones del país. Mientras se ve un sistema urbano en ascenso, a la par, existen grandes áreas de abierta y creciente marginación.

Respecto a la terciarización de la economía, en las áreas metropolitanas se concentra la mano de obra pero en una dicotomía cada vez más contradictoria. Por decir, en los servicios a la producción se ven la mano de obra más calificada con los mejores niveles salariales y de estatus social, mientras que los servicios al consumo observa una abierta precarización, lumpen proletarización y dominan las actividades informales.

A su vez, en el sector secundario se observa como las labores manuales son menos remuneradas, como también cada vez tienen menor número de trabajadores respecto a los operarios y técnico profesionales, quienes mejoran su nivel de estatus e ingreso per cápita. Con todo el sector secundario expulsa mano de obra al sector terciario especialmente al ámbito de los servicios al consumo: comercio informal.

Los servicios al productor se componen de actividades de tipo bancario, financieras, seguros, mercadotecnia, comercialización, consultorías y otros servicios profesionales.

En los servicios al consumidor se tienen actividades tales como servicios domésticos, vendedores ambulantes, talleres familiares, trabajos manuales temporales y de tipo doméstico, entre otras.

En torno a la marginación en México, un análisis comparativo entre la geografía de la marginación de 1995 y la respectiva en el 2000 , muestra primero, que la marginación en general no muestra una disminución en grado sino una recomposición.

La marginación, según estudios del CONAPO se mide en los parámetros que van de muy baja a muy alta, donde los intervalos son: muy baja, baja, media, alta y muy alta. Criterios paramétricos que derivan de intervalos dados según el valor del índice de marginación.

Segundo, la pobreza aumenta para las zonas tradicionalmente marginales y son muy pocas las áreas que observan una disminución de la misma.

Tercero, el fenómeno de la marginación no es un fenómeno estable, deben considerarse el crecimiento natural de la población y el fenómeno migratorio. Esto es, en síntesis el crecimiento demográfico, sobre todo a un nivel local. Lo que explica la recomposición de la marginación que en términos geográficos observa también una redistribución en el territorio.

La relocalización de la pobreza expresa que existan localidades donde bien aumenta o bien disminuye. Un estudio a nivel municipal puede arrojar algunos rasgos de singularidad del fenómeno a nivel local como regional. Por decir, el entidad federativa de Guanajuato observa que en el lustro observado para el cinturón industrial el índice de marginación se sostiene como bajo. No obstante el noroeste de la entidad y por una gran área que representa casi la quitan parte del territorio del estado, la marginación aumenta de media a alta, así como una fracción del sureste y otra fracción del noreste observan el mismo aumento, lo que deja en claro que para la entidad en cuestión en términos generales la marginación aumenta.

En el mapa 15 se presenta la geografía del desarrollo humano. El Distrito Federal, Aguascalientes, Quintana Roo, y las entidades de la frontera norte presentan los índices más altos. Esto indica que las regiones donde se colocan mayores montos de inversión son a su vez aquellos donde se respalda mayormente la educación, como a su vez los anhelos de crecimiento de sus habitantes se logran con mejor éxito. Caso contrario, los estados del sur de la República expresan un abierto atraso bastante contrastante, se trata de Guerrero, Oaxaca y Chiapas. Las entidades del centro de la república están entre medio alto, medio y bajo. El norte presenta un muy alto índice de desarrollo humano y el sur uno muy bajo, el centro parece una región de transición entre ambos extremos.

Mapa 15

Pero a un nivel nacional, existe una tendencia migratoria de las áreas marginales del sur y centro del país al área fronteriza de la República. Esto genera un fenómeno de contagio, puesto que la fracción fronteriza norte del país, especialmente Sonora, Chihuahua, Coahuila, observan un aumento de la marginación siendo que en 1995 la misma era muy baja para casi todo su territorio, en el 2000 aparecen amplias extensiones con marginación baja.

Con lo anterior, se abre una nueva línea de investigación al respecto en torno al problema que se plantea si la marginación aumenta o baja, o bien se reacomoda y reexpresa en una geografía dinámica, donde ocurre el crecimiento demográfico, especialmente por cuestiones sociales, que da pie a pensar en “contagios” de una región a otra. Por ejemplo en algunas áreas del sur y centro del país, al parecer, la marginación disminuye levemente de muy alta a alta, mientras que asimétricamente en el norte del país la marginación aumenta de muy baja a baja. Siendo el norte de la República una fracción del territorio nacional donde se está localizando fuertes montos de inversión extranjera, especialmente en la creación de industrias maquiladoras, y donde la inversión pública federal, como las carteras de crédito bancario son altas, la marginación ha sido en términos de densidad poblaciónal, de las más bajas del país. Su aumento se explica al aumentar significativamente su densidad poblacional por la inmigración que observa del sur y centro de la nación. Lo que puede indicar un contagio de las zonas de alta marginación del resto de la República a esta franja.

En un caso más local, la ciudad fronteriza de Tijuana crece hasta a tasas que han promediado entre los 11 y 13 puntos porcentuales al año. Es la localidad que mayor ritmo de crecimiento demográfico expresa del país. No obstante, las áreas marginales, de extrema pobreza son, de la mancha urbana, las más extensas, y su extensión aumenta a gran velocidad.

Cuadro 2

Entonces, el impacto de las políticas públicas en el bienestar de la población, tal como lo revela el estudio de Maldonado y Palma, poco o nulo efecto tienen. Las personas con inmediatez resuelven sus carencias, especialmente la población más vulnerable. Normalmente mediante la emigración. Hay en la nación una silenciosa movilización de miserables de las zonas más marginales a las menos marginales, por lo que, según se plantea líneas atrás, es muy posible que los aumentos y disminuciones de la marginación observados en la geografía, se deban explicar más por los reacomodos geográficos de los humildes, procurando nuevas y mejores oportunidades y una mejor calidad de vida, que por efecto de las políticas públicas a favor de disminuir la marginación.

Es posible que si un área disminuye su grado de marginación, más se deba a que los marginales se van. Así como si un área aumenta su grado de marginación, se deba a su vez a que existe inmigración de humildes al área. Las zonas de menor marginación son atrayentes de población, especialmente de las zonas de mayor marginación, expulsoras de población. Entonces, como un sistema de vasos comunicantes, existe una fuerza gravitacional a que la marginación en su redistribución en el territorio tienda a uniformarse, o bien, a disminuir los contrastes y a atemperarse.

Mapa 16

Mapa 17

Mapa 18

Mapa 19

Mapa 20

En la terciarización lo interesante es observar la polarización entre ambos tipos de servicios, a la producción como a la comercialización.

Mientras que las actividades primarias son algunas, las secundarias son múltiples, asimismo, las terciarias tienden a ser una enorme gama de actividades muy distintas. Es por ello que el sector terciario presenta problemas para su estudio acucioso, puesto que la enorme diversidad impone problemas para su tipificación e identificación ante otras que muchas veces parecen iguales o similares, cuando en un acercamiento más detallado se ven cómo los servicios tiene singularidades que hace diversas actividades que de principio se agrupan como un agregado que se supone uniforme.

La clasificación de los servicios en un nivel sectorial imbrica actividades de varios de los mismos para uno solo, esto hace más complejo y complicado su estudio. En los procesos manufactureros aparecen una enorme cantidad de servicios a la producción que atiende competitivamente algunos de los aspectos de la producción. Asimismo, los sectores manufactureros propios del esquema de producción flexible, imbrican servicios

Muy diverso y complejos respecto a sus fases de factorización.

Los servicios al consumidor se especializan en la esfera de los bienes finales, mientras que los servicios al productor atienden aspectos relativos a la esfera de los bienes intermedios al productor.

La geografía de la localización industrial determina por ello la propia geografía de la especialización de los servicios tanto al productor como al consumidor. Por ello, los servicios de un lugar en específico crea su propia conformación social y laboral, dando con ello la división y especialización de los servicios a un nivel geográfico.

Se tiene entonces patrones propios de localización a nivel regional y local de cierto tipo de servicios desde el lado de la oferta, que son a su vez las razones de las asimetrías en el desarrollo regional y local.

La terciarización de las grandes ciudades es un proceso evidente en la fase postfordista. Las áreas urbanas como metropolitanas observan un creciente flujo de mano de obra que se alija en las actividades terciarias. No obstante, la dicotomía existente entre un sector moderno de la economía y uno tradicional expresa la otra dicotomía que es necesariamente concomitante del proceso de terciarización, esto es, la dicotomía entre los servicios a la oferta y la de los servicios al consumo.

Entre los servicios a la producción también se observa otra dicotomía de interés, entre los directivos con cargos a largo plazo y los mandos medios y personal administrativo con trabajos temporales.

Las desigualdades vistas en el proceso de terciarización son efecto a cómo las industrias organizan su producción, por lo que en el fondo de los problemas debe quedar claro la lógica que imprimen las nuevas relaciones industriales en la producción y en la circulación, y con ello en los servicios y el mercado laboral.

La terciarización de la economía se puede explicar por distintos factores. Primero, el aumento en la composición orgánica del capital, lo que hace que las máquinas sustituyan en las fábricas a un buen número de trabajadores que deben colocarse en otras ramas de actividad económica. Segundo, Las crisis económicas que han cerrado muchas factorías lo que obliga a los trabajadores que se quedan sin trabajo a colocarse en el sector informal, y tercero, el nuevo régimen de producción flexible cierran una nueva forma de relación industrial basado en la flexibilidad laboral, las empresas outsourcing y el nuevo sindicalismo democrático.

Es destacable que tanto en el medio rural como en el urbano, así como metropolitano, el desempleo es un fenómeno persistente. Los servicios al productor como al consumidor se concentran especialmente en el medio urbano, y sobre todo en las grandes metrópolis. Mismos que son respectivos a actividades financieras y de la banca, aseguradoras, asesoría, profesionales como de adquisición de insumos y distribución de mercadería, como compra venta de equipo, herramientas e insumos industriales.

Los servicios colectivos, son aquellos que están destinados al bienestar de la comunidad y son los menos representativos y parten de la iniciativa privada en asistencia a la población, educación, investigación, seguridad social. No obstante ser la que menor población ocupada observa, viene en aumento de manera rápida en las áreas urbanas y metropolitanas. Esto es parte del concesionamiento a la iniciativa privada de los servicios que el Estado tradicionalmente brinda a la población.

La relocalización industrial y la desconcentración del aparato productivo nacional, así como las políticas de descentralización y nuevo federalismo, implican que este tipo de servicios comunitarios por parte de la iniciativa privada progresen.

Con el aumento del desempleo urbano, a razón de la expulsión de mano de obra del sector primario y secundario, el sector terciario observa un incremento pero en especial en servicios comerciales de ambulantaje y con carácter informal, baja capitalización y con ganancias exiguas que son el sustento del propio trabajador.

García y Rodríguez revisan el caso del crecimiento de la Zona Metropolitana de la ciudad de Guadalajara (ZMCG), y los actores que lo explican. En este sentido aportan algunas consideraciones importantes con el estudio de caso de dicha zona respecto a lo que está sucediendo hoy en las áreas metropolitanas del país. Ambos autores citan el hallazgo de Arroyo , donde destaca este último investigador que aunque Guadalajara tiene una estructura industrial basada en la pequeña y mediana industria, que son las que absorben a la mayoría de los trabajadores del sector secundario, son las grandes empresas quienes generan más empleo.

Asimismo, afirman García y Rodríguez que se observa que el mercado interno paulatinamente pasa en importancia a un segundo plano, e inicia a crecer la orientación de las ventas hacia el mercado externo. Esto principalmente por el acelerado crecimiento de la industria maquiladora de exportación que viene localizándose en las áreas de periféricas de la ZMCG, así como el incremento de los sectores comercial y de servicios. Misma afirmación que toman de Arroyo.

Por otra parte, observan que de la PEA, algo más de una tercera parte de respectiva a la ZMCG se ocupa en el sector secundario, proporción que viene a ser cada vez menor puesto que en 1970 la PEA industrial andaba por el 40% y para el 2006 se calcula en la tercera parte. A la par, el sector terciario viene en aumento puesto que la parte de disminución de la PEA industrial pasa al sector terciario, más el desempleo rural. Por decir, en el 2006 se estima que esta ya es del 60% de la PEA, siendo que en 1970 era del 47%. Aproximadamente la mitad del crecimiento del sector terciario proviene del sector secundario, y la otra mitad del primario.

Hay una tendencia a la desconcentración espacial de las actividades industriales, muchas de ellas se pasan a áreas periféricas y satelitales a la ZMCG, así como la inversión extranjera directa viene a colocarse en áreas cercanas a la ciudad pero en parques y distritos industriales. Lo que para las décadas de 1950 a 1990 no era evidente, en la última década de la centuria, como a inicios del nuevo milenio ya es una realidad: la desconcentración industrial de la ZMCG a sus áreas periféricas y satelitales.

La ZMCG sigue creciendo, lo hace a mayor ritmo de 1950 a 1980, pero su crecimiento ha ido disminuyendo de los 80 a la actualidad, sin negarse que aún mantiene un alto nivel de atracción poblacional. Los problemas concomitantes de este crecimiento son: el caos en el desarrollo urbano y ordenamiento del suelo, deterioro del medio ambiente y problemas en cuanto a calidad y dotación de los servicios públicos e infraestructura (mapas 21, 22, 23, 24, 25 y 26).

Mapa 21

Mapa 22

Mapa 23

Mapa 24

Mapa 25

Mapa 26

Castillo observa como la industria jalicience presenta una de las más altas concentraciones del país en una sola región metropolitana: integrada por los municipios de Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá, Tlajomulco de Zúñiga, El Salto, Chapala, Zapotlanejo y Acatlán de Juárez.

En esta región se albergan tres cuartas partes de la industria localizada en el Estado de Jalisco y más del 90% de la población ocupada. Es de hecho, después de la ZMCM, el nivel de concentración industrial más alto. Pero en términos de distribución territorial de la entidad, su concentración es de hecho la más alta del país.

La región incorpora recientemente municipios como Tlajomulco, el Salto y Chapala. Esto se debe a la desconcentración industrial de la parte de Guadalajara, Zapopan, Tonalá y Tlaquepaque. Desconcentración que ya antes se comentó y que explica el desarrollo periférico y satelital de la ZMCG.

Este fenómeno de desconcentración industrial de las zonas metropolitanas no es particular de la región de Guadalajara, sino de todas las áreas metropolitanas del país como lo es la ZMCM, la zona metropolitana de la ciudad de Monterrey, la zona metropolitana de la ciudad de Puebla, así como fenómenos de conurbación como metropolización de las ciudades como es el caso de las del corredor industrial del Bajío.

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