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DESARROLLO REGIONAL Y URBANO ANTE LA REESTRUCTURACIÓN ECONÓMICA EN MÉXICO (1980 – 2006) (ESTRUCTURA URBANO REGIONAL Y NUEVA CONFIGURACIÓN DE LOS MERCADOS DE TRABAJO EN MÉXICO)


Jorge Isauro Rionda Ramírez

 

 

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2. DESEQUILIBRIOS ESTRUCTURALES Y DESARROLLO REGIONAL EN MÉXICO

D. Hiernaux indica la necesidad de replantear el sentido de la globalización donde debe considerarse que ésta no debe ir de arriba hacia abajo, sino en sentido contrario, de abajo hacia arriba. La globalización desde abajo implica una territorialización del fenómeno de mundialización donde se aporte a la globalidad la diversidad enriquecedora de lo local. La globalización desde arriba implica la imposición etnocentrista de una consmovisión no sólo de tipo occidental sino incluso relativo a las culturas noratlánticas, propiamente anglosajonas. La supresión de las realidades locales y su rica diversidad por una cultura universal y un único modo de vida que va del capitalismo central al periférico. Atenta contra las identidades nacionales y trata a tabla raza a los Hombres, siendo su realidad y vida diversa en cultura, sociedad y economía.

La globalización desde abajo representa una nueva y novedosa visión de la organización del territorio, no en atención de los intereses de globalización desde el capitalismo central, sino admitiendo las potencialidades sociales, económicas, ecológicas y culturales a un nivel local, donde su incrustación en lo global no implica una supresión de sí misma, sino una contribución a una globalidad no estandarizada, sino diversa.

De este modo, la historia de los pueblos y su cultura se anexan a un desarrollo mundializador (desde abajo), y no globalizador (desde arriba). Tema nodal y crítico a la fecha en materia de las políticas de reestructuración internacional, cooperación e integración donde pesa cada vez más las contracorrientes a la globalización desde arriba, y se piensa cada día lo que Joseph E. Stiglitz llama el malestar en la globalización.

Una cita muy interesante del D. Hiernaux es la siguiente:

“El peso ideológico del neoliberalismo ha sido tan abrumador que ha restado capacidad a las sociedades para diseñar un futuro mejor bajo el planteamiento de un modelo social diferente, y por diferente queremos decir radicalmente distinto al actual”

Sin lugar a dudas la ideología neoliberal fundadas en la ética desarrollada por Hayek, Rose y Milton Friedman (Guillén, 13 - 72) se erige como una ideología suprema, dogma religiosa y sus controversias aparecen como secretos de fé, incuestionable, su peso impone a toda cosmovisón una directriz en calidad de verdad incuestionable y natural.

La propuesta de Hiernaux radica principalmente en reconocer que las alternativas reales no derivan de las cúpulas, ya sean de derecha o izquierda, quienes finalmente quedan inscritan en la lógica de la reproducción del sistema, como instancias de poder político y no como elementos decisivos e impulsores de una alternativa global nacida desde lo local.

Para ello las diversidades regionales son en sí propuestas de alternativas múltiples que configuran precisamente un modelo global que se sustenta desde abajo. El reconociendo de la diversidad no implica necesariamente reconocer las desigualdades sino del reconocimiento de las distintas capacidades y posibilidades que construir su propio esquema de desarrollo, en lo local, como parte de una región y en sí la manera local de anexarse a un desarrollo globalizador, desde abajo.

Diversidad no es sinónimo de desigualdad, sostiene Hiernaux, y la búsqueda de resolver las desigualdades no implica uniformizar las realidades. Un territorio plural posibilita muchas alternativas para el desarrollo, mismo que es la base del sustento de la auténtica democracia donde la organización del territorio es la expresión de la vida política con base a los derechos civiles y las realidades locales. La democracia por ello es el reconocimiento y legitimidad de reconocer las expresiones particulares o de grupo de los ciudadanos.

Se debe considerar que la globalización desde abajo no es más que la planetización de las regiones, forma enriquecedora donde la diversidad es el sustento de la riqueza y no la homogeneización de las regiones.

El desarrollo regional por ello debe procurar las diversidades locales como componentes alternativos y enriquecedores en la formulación y constitución del desarrollo en lo local, regional como global.

La democracia es la admisión de la diversidad, la búsqueda de la supresión de lo regional y local por lo global es una propuesta antidemocrática, fascista, empobrecedora e inviable ante la admisión de que se parte de realidades sumamente diversas y culturas muy distintas. La homogenización de la representación política de los pueblos va contra la identidad, la realidad y la posibilidad de crecer como un proyecto que responda a las realidades de los locales a razón de que los intereses globales tengan cabida, especialmente desde las jerarquías locales.

Los pueblos deben buscar desde su propia historia la reivindicación de su sociedad y estilo de vida (economía), por ello, admitir la diversidad y aunarla a un esquema mundialización necesariamente no se contradice la historia y es viable ante la realidad local, mientras que contrario, la supresión de la historia local a cambio de tender a una tendencia central y uniformizadota viene entonces a condenarse desde su origen a ser un esquema no viable.

Cita este autor que:

“Extrovertir las economías regionales, implica impulsar la obediencia de las sociedades locales a destinos manifiestos que sólo pueden ser determinados por estructuras corporativas supraterritoriales…”

El esquema neoliberal de crecimiento hacia fuera o exogenista anexa al crecimiento global lo local a los intereses no sólo de las naciones desarrolladas propias del capitalismo central, sino incluso de las supraburguesías transnacionales.

Adiciona al respecto:

“… antes de globalizar las economías, es decir antes de privilegiar las relaciones externas sobre las internas, es preciso construir o reconstruir las economías regionales que han sido sujeto de embates brutales de los sistemas corporativos…”

Este es el tema relevante ante la reestructuración posfordista puesto que el fracaso inminente del actual esquema neoliberal de integración y extroversión económica, se explica en gran parte por ignorar las realidades locales y regionales, como tratar de imponer los intereses del capitalismo central en una globalización que parte de arriba. El endogenismo económico precisamente consiste en posibilitar la planetización como única vialidad como un proceso de globalización desde abajo.

La globalización desde abajo representa la articulación de las regiones con mercados semiautónomos. Semi por que no se niega su articulación al exterior, pero no por ello los mercados locales deben abandonar las necesidades locales, capaces de vitalizarse por la existencia de su propia base social y económica, así como a través de sus propios recursos.

El endogenismo económico radica en la búsqueda de recobrar la autonomía local como fundamento de la solidez del sistema global. Para ello las políticas a seguir deben ser impulsados desde lo local para fortalecer lo global como un esquema integrador y con capacidad de resolver las necesidades diversas que precisamente se viven en lo local, y no tanto en respuesta a la solución de las necesidades de un capitalismo central.

“La revalorización del mercado interno frente al externo, es también una forma de revalorizar las culturas regionales, al ofrecerles una base económica para su desempeño.” (Hiernaux)

Para ello define el autor entre paréntesis que … una cultura sólo se reconocerá como regional si tiene un fuerte arraigamiento en la sociedad local y una valorización desde el exterior, es decir el reconocimiento de la diversidad por parte de otras culturas regionales.

Esta definición es vital para poder superar el problema semántico relativo al término pues es común hablar de nación sin considerar que esta es efecto de una identidad cultural que también puede ser un elemento para definir región.

Dejando de lado el tema general de la globalización y el sentido que esta debe tener para las naciones tanto desarrolladas como subdesarrolladas, es importante hacer referencia a la situación real local, para el caso, el de México. Por ello el trabajo que nos presenta José Aranda Sánchez revisa la efectividad de los llamados programas estratégicos que de 1983 a 1988 se implementaron.

Lo interesante de su aportación al debate es que ahora como entonces, los programas estratégicos adolecen de las mismas consideraciones hechas en su trabajo por Aranda. Más que los objetivos, la realidad nacional exige programas muy ambiciosos en materia de atención, seguridad, previsión y asistencia social. Los esfuerzos resultan bastante modestos y no logran la efectividad exigida.

El actual modelo de desarrollo aúna más elementos a los vividos en la década antepasada. Las políticas de estabilización suplen a las de crecimiento y por ende la inversión pública durante la administración foxista se redimensiona a una expresión a un menor a la pasada. Si en los 80 Aranda explica la baja efectividad de los programas por la baja en la inversión pública en gastos sociales, ahora esto se recrudece.

Asimismo, la desconcentración de la población de la zona metropolitana de la ciudad de México no es resuelta con la descentralización y el federalismo. Aún que el ritmo de crecimiento de la gran ciudad disminuye, con todo, sigue creciendo y concentrando población.

El esquema de desarrollo exogenista o de apertura económica no es en sí contraparte respecto a la inmigración que trae el área metropolitana de la ciudad de México, de hecho más del 60% de la inversión extranjera directa recibida en el país en la última década se aloja dentro del Distrito Federal, que es una pequeña fracción de la zona metropolitana. La inversión pública proporcional por habitante sigue siendo mayor para esta ciudad que para el resto de la República y la cartera de inversión privada, es mucho más representativa en la capital que en el resto del país.

En el cuadro 1 la IED observa su distribución territorial según entidad federativa de 1999 a 2005. Los siguientes mapas 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9 observan cuáles entidades son año con año la densidad en que se localiza dicha inversión.

Cuadro 1. Inversión extranjera directa por entidad federativa

FUENTE: ‘http://www.economia.gob.mx/?P=1178 Secretaría de Economía. Dirección General de Inversión Extranjera.

Debe destacarse el mapa 1 donde se tiene la acumulación de IED de 1999 a 2005. Es muy ilustrativo este cuadro pues muestra que el Distrito Federal, con más del 60% capta como entidad la mayor IED. Le siguen los estados fronterizos donde destaca la Baja California, al sur del país se tiene en la península de Yucatán a Quintana Roo y en el occidente al Estado de Jalisco. Nuevo León y Aguascalientes también son receptivas de IED. El sur presenta una región con nulo nexo con esta tipo de inversiones. Precisamente se trata de entidades que quedan al margen de los principales mercados tanto nacionales como extranjeros.

Mapa 1 México: Inversión Extranjera Directa por Entidad Federativa en 1999

Mapa 2 México: Inversión Extranjera Directa por Entidad Federativa en 2000

Mapa 3 México: Inversión Extranjera Directa por Entidad Federativa en 2001

Mapa 4 México: Inversión Extranjera Directa por Entidad Federativa en 2002

Mapa 5 México: Inversión Extranjera Directa por Entidad Federativa en 2003

Mapa 6 México: Inversión Extranjera Directa por Entidad Federativa en 2004

Mapa 7 México: Inversión Extranjera Directa por Entidad Federativa en 2005

Mapa 8 México: Inversión Extranjera Directa por Entidad Federativa de 1999 a 2000

Mapa 9 México: Inversión Extranjera Directa

Las ciudades medias adquieren recientemente un protagonismo relevante en el crecimiento urbano de México, en gran medida se explica por las reformas constitucionales a los artículos 27 y 115 de la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos como corolario de esto. El nuevo rol otorgado al municipio con más capacidad de recaudación y gestión administrativa, a la par de la liberación de la población cautiva por la propiedad ejidal, es la principal causa del crecimiento en las ciudades medias del país.

Debe considerarse que las ciudades medias en su gran mayoría son a su vez cabeceras municipales y estatales, así como puertos y ciudades frontera por lo que en las razones del aumento de su población por causas sociales, estos elementos son fundamentales para explicar crecimiento demográfico.

José Aranda cita que el principal fundamento para afirmar que el éxito y las consecuencias del país dependen fundamentalmente de la coyuntura económica, de la política económica respecto a hacer frente a la crisis, cuyo referente teórico subyace en el planteamiento estratégico del esquema económico neoliberal, que actualmente se implementa en la nación.

La primera relación importante a considerar es la relación centro periferia del modelo de desarrollo actual, donde se admite la relación dialéctica entre el capitalismo central y el capitalismo periférico, sin dejar de lado la matización que implica admitir la coexistencia de dos realidades antagónicas entre el capitalismo central posmodernista y el periférico posmodernista. No se vive igual el desarrollo de la postmodernidad independiente y autónoma, como se vive el subdesarrollo de la postmodernidad dependiente.

El origen histórico del centralismo en México es en parte responsable de los desequilibrios regionales, donde la descentralización (ir del centro ala periferia), es la estrategia para abatir esto. En esta descentralización el principal elemento en que se trabaja son las llamadas ciudades medias, procurando que sean ahora las receptoras del crecimiento y el desarrollo y no tanto las tradicionales zonas metropolitanas tales como la de la ciudad de México.

No obstante las iniciativas descentralizadoras en el país resultaron en algunos fallos que a la fecha siguen presentes en explicar la ineficiencia de los programas:

Los objetivos de los programas son muy ambiciones en razón de que las necesidades poblacionales se recrudecen y los problemas son bastantes, se quedan cortos en su capacidad de acción, más aún en la capacidad de resolver los problemas atendidos.

Persiste una gran debilidad en materia de descentralización al ser insuficientes las medidas realizadas, puesto que la desconcentración de secretarías y entidades del gobierno fuera de la ZMCM (Williams, 1997).

Las estrategias de “redespliegue”, como las llama el autor, a las ciudades medias no se respaldan en programas congruentes a nivel regional que la procuren, especialmente cuando deben ser estrategias dadas en programas públicos a largo plazo.

Por otra parte es muy importante que los programas regionales tendientes a la descentralización no dejen de considerar la interacción entre las regiones, puesto que existieron al menos de principio áreas como la fracción occidental del país, que no se contemplaron.

La región de la frontera norte, ante el esquema de apertura económica debe considerarse como tema especial puesto que las economías locales presentan una sui géneris propia y distinta a la realidad que se vive en el resto de la República. Precisamente Tito Alegría indica en especial los rasgos característicos de la economía de frontera, donde la terciarización que se vive a nivel nacional, la frontera norte expresa una alta relación con la industrialización basada en las maquiladoras. Puede decirse que mientras en el resto del país la terciarización es una realidad, en la frontera, a razón de ser la región segundo receptora de inversión extranjera, después de la ZMCM, hay una involución a la secundarización.

El fenómeno de la secundarización de las ciudades de la frontera norte no es un fenómeno regresivo, sino involutivo, esto es, el propio desarrollo económico de la región norte (lleva como el resto del país), una gran dinámica terciarizadora, pero en el caso de la frontera norte el desarrollo industrial que causa la localización de importantes factorías maquiladoras, es la razón de que la industria crezca a mayor ritmo que los servicios. No hay un regreso a una fase anterior del desarrollo, la secundarización propia de los años 40 a los 70. Sino la evolución dinámica de la industria aún sobre el alto dinamismo del crecimiento terciario de la economía.

Sostiene Tito Alegría que la apertura económica que desde los años 80 vive el país tiene efectos locales en la frontera norte del país de suma importancia, donde la estructura urbana debe adaptarse, en contra posición a su tendencia histórica a organizarse alrededor de un sector terciario, en atención a las demandas del sector industrial, especialmente de la industria maquiladora.

El proceso descrito conlleva paradigmas distintos a los del resto del país y un desarrollo urbano donde la interacción económica comercial fronteriza, rige la lógica del mismo. Las administraciones públicas municipales tienen que ser aquellas que en desobediencia a las directrices del centro de la República, emprenden programas de trabajo propios en atención al desarrollo local y con poco nexo con el esquema de desarrollo del resto del país.

La industrialización dinámica de la frontera norte del país responde a elementos contradictorios que la explican respecto a las fuerzas de la industrialización y las propias de la terciarización económica.

Debe destacarse que el periodo de continuas crisis que vive la nación de 1976 a 1994 es razón para que el sector terciario se desarrollo ante la crisis de las actividades industriales de pequeñas y medianas empresas, que quebraron ante la ruptura entre la caída de las ganancias y la absorción de los costos fijos en el corto y mediano plazo. Lo que hizo que muchos trabajadores migraran al sector terciario en calidad de subempleo o bien como autoempleo con actividades económicas dentro del sector que no implicaran fuerte monto de inversión inicial, así como costos fijos. Prospera el pequeño comercio así como el ambulantaje. Dentro de este último y epecialmente para el caso de la frontera norte la fayuca adquiere especial una relevante posición en las economías locales.

Otro aspecto importante a destacar es que las economías de la frontera norte nunca contaron con un sector primario relevante, especialmente de producción agrícola y pecuaria. Su economía es muy local y en mucho adyacente a las economías de las ciudades norteamericanas vecinas a las ciudades frontera mexicanas. Esta misma razón explica la desarticulación de origen de las economías de la frontera respecto a las nacionales, y por lo mismo, con características singulares que les distinguen de desarrollo del resto de las regiones del país.

Las diferencias salariales cada vez más acentuadas entre México y los Estados Unidos de América, explican el incremento de la demanda local a razón de la anexión de la demanda externa que causaba el consumo de extranjeros en mercados de la frontera mexicana a precios diferenciales ventajosos.

Las diferencias salariales pueden verse en las siguientes cuotas:

En 1800, cita John Coatsworth, las diferencias en precios y cotizaciones entre México y Estados Unidos de América eran realmente mínimas, el peso y el dólar tenían una tasa de cambio 1 a 1 por lo que el este autor, entre otros indicadores que da, considera a ambas economías en una similitud en cuando grado de desarrollo económico.

En 1964 la tasa salarial entre ambas naciones es de 1 contra 4. Esto es, un norteamericano gana 4 veces más en la misma jornada laboral y en la misma industria que un mexicano.

En 1994, cuando se inicia el TLCAN la tasa salarial ya es de 1 contra 8, aproximadamente.

En 2006 la misma es de 11 contra 1.

Queda expuesto entonces que los precios y las cotizaciones entre ambas naciones a su vez se van distanciando, fenómeno que en la frontera explica el por qué, previamente al resto del país, la frontera observa una terciarización precoz. El resto de la República inicia su terciarización con un rezago de aproximadamente 20 años, comparativamente a las ciudades de la franja fronteriza.

En 1965 con el celebración del Programa Binacional de la Industrial Maquiladora de Exportación (PIME terminado en el 2001), la zona franca que representa la franja fronteriza es receptora de inversión extranjera directa de origen norteamericano (30 años antes de la celebración del TLCAN y al menos 15 años previos a la reextructuración exogenista). A partir de dicho momento la industrialización de la frontera norte es un hecho real y palpable, con un dinamismo superior al nacional y al terciario de la propia región fronteriza.

La dimensión de este proceso, tal como lo indica Tito Alegría, debe concebirse en tres dimensiones:

1. En la reestructuración económica donde la diferencia existente entre lo local y lo nacional es mella clara en el caso de la región de la frontera norte. La propia terciarización es diferenciada a nivel regional, donde las condiciones geográficas, potencialidades sociales, culturales, históricas y económicas que conjugan para expresar la singularidad regional. El desarrollo en sí es un proceso diferenciado, no homogéneo, donde cada localidad vive de manera distinta la terciarización económica. Para el caso de la franja fronteriza los procesos urbanos y la terciarización observan tres variables de interés que determinan su singularidad respecto al resto del país: la acentuación (sostiene Alegría) de la división del trabajo al demarcarse cada vez más las diferencias entre la industria y los servicios. La segunda variable es el incremento de la productividad del trabajo en el sector industrial comparativamente a otros sectores de la economía y por último, el agotamiento del modelo de sustitución de importaciones que desacelera el crecimiento del sector industrial nacional al ingresar proveedores industriales como productos de origen extranjero, lo que le resta dinamismo al sector. La reestructuración se observa a una escala nacional donde la tendencia a la terciarización es lo dominante, efecto de la pérdida del dinamismo del sector industrial nacional a razón del agotamiento del esquema de sustitución de importaciones. A escala fronteriza donde existe la dicotomías, sino contradicción, entre el proceso de industrialización especialmente del sector maquilador y el proceso terciarizador, complementario de una economía fronteriza. Finalmente la escala local donde la especialización industrial opera de manera desarticulada del aparato productivo nacional y con propia autonomía y singularidad.

2. En la reestructuración espacial implica una reconfiguración del área industrial donde la vocación de las zonas cambia. Existen un desarrollo industrial periurbano a la par de un desarrollo marginal suburbano y en gran medida irregular. La zona centro de las ciudades deja de ser habitacional y pasa a hospedar al comercio formal los servicios de seguros y bancarios como públicos. Y nacen los clusters en colonias de clases medias y medias altas, polarizados y contrastados con amplias zonas de marginalidad o fabelas (ciudades perdidas o cartolandia como a veces las nombran). La conurbación y la metropolización es ahora un fenómeno latente ante su crecimiento por encima del crecimiento de las ciudades del resto del país. El ordenamiento territorial es rebasado por el crecimiento de la mancha urbana en gran medida desordenado y caótico. El centro de la ciudad deja de serlo como gravitacional de las actividades urbanas, se delega a otros zonas pericentrales propias del crecimiento periurbano y en atención a la dimensión de las necesidades locales de cada zona. Estos nuevos centros normalmente son comerciales como desarrollos turísticos. El desarrollo de la industria maquiladora es empleadora en doble sentido, por los empleos directos que general el sector, como aquellos colaterales en otros sectores que prosperan a expensas de la demanda adicional creada por la industria maquiladora, así como de los concadenamientos industriales con el resto de la economías local. Es por ello que son ciudades que retienen población como la atraen, razón por la cual son las ciudades con mayor crecimiento urbano y demográfico del país. Paralelo a esto y como parte también se tiene que las demandas derivadas de un desarrollo basado en la industria maquiladora ocasiona una fuerte contradicción con la estructura urbana preexistente. Las nuevas demandas de origen industrial y la estructura urbana preexistente de tipo terciario (indica Tito Alegría) …sólo pueden concretarse en una dinámica de competencia inter-urbana por atraer la inversión de las actividades que más crecen: la maquila.

3. En el conflicto y política urbana que expresa necesariamente el rompimiento entre las burguesías nacionalistas social demócratas y las nuevas burguesías no tradicionales, anexadas al capital extranjero, de corte derechista, extranjerista y demócrata cristiana. Estas últimas representadas en el PAN y con gran vigor. Las entidades del país más tendientes a la derecha son precisamente aquellas que más nexo tienen con los mercados foráneos: la frontera. Los comicios favorecen gobiernos municipales de tipo panista y son base para entrar en conflicto con el orden institucional central (hasta el 2000 priísta y a partir del 2000 con un panismo que sigue los pasos del centralismo heredado de las administraciones pasadas).

En el resto del país, las llamadas ciudades medias es otro tema que merece un tratamiento especial. Sergio Manuel González evalúa el caso de una de ellas en la década de los 80: Lagos de Moreno, Jalisco. Con base a esa revisión de caso indica que la descentralización es muy cuestionable desde el punto de vista de que la ZMCG sigue su normal ritmo de crecimiento, mismo que es respaldado por los subsidios federales, mientras que las ciudades medias carecen de infraestructura y empleo.

En Lagos de Moreno, no obstante ser una localidad privilegiada por un posicionamiento en favorable para los intercambios entre el centro del país y el noreste de la República, y su alta articulación con el aparato productivo agropecuario del Bajío guanajuatense, su desarrollo es modesto respecto a lo deseado.

En décadas pasadas se pretende hacer de Lagos de Moreno un centro subregional para prestación de servicios, anhelo que se vio frustrado al no dotársele de infraestructura suficiente.

La pretensión de desconcentrar de población las grandes áreas metropolitanas se da desde los años 70. El ascenso del desarrollo urbano e industrial de corte fordista, implica un esquema de producción que se realiza de forma integral en una sola localidad. Por ello, el esquema fordista se ampara bajo el proteccionismo económico. La localización de los negocios se da en respuesta a la propia localización tanto de sus mercados de destino como de proveeduría. Esto concentra a su vez los mercados de trabajo lo que nutre necesariamente el crecimiento de las ciudades. El efecto del fordismo en su máxima expresión es que a inicio de la década de los 70 en todo el orbe abrupta y de súbito surgen megametrópolis tales como la ciudad de México que hoy por hoy concentra en su zona metropolitana aproximadamente 20 millones de personas.

El nuevo esquema de producción flexible que se inicia en el pacífico oriental en los años 60 y se mundializa a fines de lo 80, es la base de la necesidad de relocalizar la industria en las regiones mundiales que aportes ventajas competitivas a los procesos de producción ya sea de manera integral o parcial.

El desarrollo concentrador fordista, sumado al centralismo heredado desde la colonia, en México, es causal en gran medida del fracaso en el desarrollo regional, que es más álgido en la periferia del desarrollo capitalista.

Los nexos entre las regiones a los mercados foráneos promueven intereses en materia de la necesidad de desconcentrar el aparato industrial como la propia infraestructura productiva, que favorecen las ventajas competitivas que se puedan aportar a los procesos de producción, y cuya localización industrial necesariamente atiende a los nexos con los mercados foráneos.

La zona norte, el centro y centro occidente del país logran con relativo éxito anexarse al desarrollo globalizador, mientras que el resto del país muestra un abierto rezago, no solo en materia de desarrollo económico, sino en materia de bienestar social, puesto que la marginación en los últimos 15 años que se agudiza de manera crítica (Maldonado y Palma).

Obsérvese en la Figura 1 el esquema conceptual de la marginación, con base al cual se ha medido la misma en 1995 y 2000 por el Consejo Nacional de Población en México.

Figura 1

La organización del territorio es un tema especial en esta materia. Transformar el patrón de ocupación del territorio en la búsqueda de lograr la desconcentración metropolitana y la descentralización económica, es una prioridad para lograr con éxito la anexión de las regiones del país al desarrollo globalizado. El sistema de ciudades actual parte de la supremacía económica y primacía urbana de la ZMCM. Revertir la tendencia del esquema endogenista solo puede tener cabida dentro de reformas institucionales acordes a las directrices de la reestructuración económica postfordista. Para ello el desarrollo de infraestructura urbana y de servicios en atención a las sociedades receptoras es la manera en que la federación inicia la reversión del patrón de ocupación del territorio.

En Jalisco 4 municipios son considerados como principales centro urbanos después de la ZMCG conformada por los municipios de Guadalajara, Zapopan, Tonalá y Tlaquepaque. Estos municipios son Puerto Vallarta, Ciudad Guzmán, Ocotlán y Lagos de Moreno. Municipios que crecen de manera constante e incluso logran mayor ritmo de crecimiento que la propia ZMCG.

La ZMCG sigue siendo favorecida por subsidios estatales lo que hace que finalmente siga siendo un área de fuerte atracción poblacional en el Occidente de México. Desde los 90 se observa que existe una cada vez más significativa interacción entre el occidente de México respecto al noroeste del país, especialmente entre los estados de Jalisco y Sinaloa. Puerto Vallarta es un municipio donde se logra la generación de infraestructura de servicios y empleo como lo anhelado en los programas de descentralización y vitalización de las ciudades medias. Los otros 3 municipios no lo realizan de la misma manera.

En el caso de la ciudad de Lagos de Moreno la presencia de la empresa filial de la transnacional de origen suizo La Nestlé es causante de la industrialización de la región en torno a los lácteos y sus derivados. La cuenca lechera de la región se sostiene por la demanda local que esta industria mantiene derivada de dicha transnacional. Existen otras industrias filiales transnacionales como son Swrissmex, Danesa, Del Fuerte y otras.

La industria manufacturera de Lagos de Moreno comparte el mismo dinamismo que el observado en la industria de la producción de lácteos. Por lo que el crecimiento y desarrollo económico del municipio se soporta básicamente en la convivencia de ambas industrias.

Lagos de Moreno es una ciudad ubicada dentro del corredor industrial del Bajío, articula dos subsistemas de ciudades: el de la ZMCM con el de la ZMCG. Esta ubicación le permite complementar y albergar muchas actividades industriales gracias a su cercanía con otros centro urbanos importantes como lo son las ciudades de Guadalajara, León, Irapuato, Celaya, Querétaro y San Juan del Río, sin subestimar otras como son Guanajuato y Silao o bien San Juan de los Lagos, San Francisco del Rincón u Ocotlán.

Por otra parte, Lagos de Moreno es un municipio con fuerte tradición migratoria de trabajadores a la Unión Americana. Los montos de remesas familiares son fondo para apoyar los créditos locales al pequeño comercio, como el bienestar comunitario, especialmente de las localidades aledañas. La ciudad con todo crece con tasas que gravitan entre el 4% y el 8% según periodos (en promedio 6%). Crecimiento similar al de la ZMCG.

La concentración del ingreso en Lagos de Moreno es alta, lo que explica que no obstante su dinamismo económico, el nivel de vida en la ciudad sea menor al de la ZMCG, incluso esta por debajo de la media estatal. Asimismo explica por qué un municipio con dicho dinamismo sea expulsor de población. La migración internacional en su gran mayoría va al Estado de California, y en materia de migración nacional lo hacen a las ciudades de Guadalajara, León y México.

Indicadores sociales a su vez cuestionan que el crecimiento de la ciudad se ampare realmente en ser un fenómeno de desarrollo puesto que el rezago educativo es significativo y la baja calidad de la vivienda e insuficiencia de los servicios.

Igual que para el caso de ciudades fronterizas, como lo es Tijuana, Lagos de Moreno sufre el abandono sustantivo de programas sociales e inversión pública federal al contar con administraciones panistas, en su momento de oposición al régimen político priísta.

Las crisis económicas que desde 1976 vive el país fortalecen la demanda de los productos básicos, lo que explica que la prosperidad local de municipios como Lagos de Moreno se vitalicen a expensas del incremento de la demanda nacional de este tipo de productos.

La política de descentralización sigue los mismo objetivos que los de hace 2 décadas:

1. Estimular el crecimiento de las localidades urbanas para equilibrarla desigual distribución territorial de la población.

2. Promover el desarrollo de una red de unidades urbanas que articulen el crecimiento y desarrollo de las regiones en que se ubican impulsando un sistema urbano equilibrado.

3. Constituir las ciudades en alternativas de localización de actividades productivas y de servicios sustitutivos de las grandes áreas metropolitanas del país.

Se puede considerar el caso de otras regiones del país como es la respectiva a la del Estado de Morelos. La eficacia de los programas de descentralización y combate a la pobreza y marginación es mínimo, principalmente por que las demandas a atender son muchas y los recursos para ello escaso. Los objetivos propuestos en programas sociales tales como PRONASOL son ambiciosos y las acciones siempre modestas para resolverlas. Así lo indican A. M. Chávez y F. Rodríguez. Estos autores lo primero que identifican, cosa que prevalece en la actualidad, la baja correspondencia entre la pobreza y marginación existente en los municipios y entidades del país respecto a los saldos federales destinados a cada entidad. No hay una sistematización del gasto asignado y se explica sobre todo por aspecto favorables, que curiosamente, mientras la federación se gobernaba bajo el priísmo, las entidades y municipios castigados son los de la oposición, mientras que cuando la federación a partir del 2000 se vuelve panista, la ahora nueva oposición es la castigada. Esta misma situación, afirman los autores, se repite para el caso de la entidad de Morelos pues, los montos federales más altos asignados se destinan a las fracciones del territorio más desarrolladas, mientras que por lo contrario, las partes menos desarrolladas también son receptoras de menor subsidio federal.

La población objetivo de los programas PRONASOL es aquella que percibe menos de 2 salarios mínimos, que en 1990 era el 46% de la población nacional, y en el 2006 asciende a casi dos terceras partes de la misma. Prueba misma que el combate a la pobreza no ha dado los resultados esperados.

Ante la reestructuración económica y los procesos globalizadores en la economía mexicana, conviene revisar de 1990 a la actualidad el impacto que esto tiene en el bienestar de la población. Como lo demuestra Maldonado y Palma, para el caso de cuatro municipios de Veracruz que observan conurbación: Alvarado, Boca del Río, Medellín de Bravo y Veracruz (mapa 10), la marginación en la zona se ha incrementado de 1990 a 2000.

Mapa 10

Con metodología distinta Ana María Chávez Galindo y Francisco Rodríguez Hernández llegan a resultados similares. Lo interesante es que analizando la manera en que se asignan los recursos del PRONASOL a las entidades de la República, contrario a lo esperado los montos otorgados no atienden a las entidades con mayor rezago en materia de bienestar social de manera igual que lo hacen a con las más desarrolladas. Afirman que no hay un criterio sistematizado para la asignación de los recursos de este programa a las entidades federativas, más aún, a nivel municipal, se repite la misma situación, para ello presentan un estudio relativo a la entidad de Morelos.

La inversión realizada por el PRONASOL a las entidades como a los municipios atiende a las áreas con menor densidad poblacional, lo que no es un criterio válido para atender a la población más vulnerable y humilde.

En Morelos la reducción de la pobreza es realmente mínima, lo que cuestiona la efectividad del programa en el combate a la pobreza.

Destacable es que la participación organizada de la comunidad en los programas sociales de la SEDESOL y del programa PRONASOL es base sustancial para garantizar el éxito de las acciones emprendidas. Es por ello que la participación activa de la comunidad es necesaria para garantizar la efectividad de la inversión pública.

La desintegración social comunitaria en el país a efecto de la crisis y de la agudización de la pobreza es un factor importante para comprender por qué las acciones públicas se ven en grado esterilizadas, así como componentes de tipo más funcional que estructural como lo es la presencia de sectas religiosas de origen iconoclasta norteamericano que desintegran a las comunidades, originalmente católicas, en secciones de población que no logran coordinación alguna por sus diferentes iglesias y credos al que pertenecen y crean incomodo, y en casos, enfrentamiento directo.

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