La estratificación social en las áreas rurales
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

EL MODELO DE LA GANADERÍA EXTENSIVA Y LA DESTRUCCIÓN DE LOS BOSQUES EN LA REPÚBLICA DE PANAMÁ: 1950-2000 

Ariel José García Aguilar  

 

 

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3.3. La estratificación social en las áreas rurales

Las estructuras sociales en las áreas rurales son cambiantes, se combinan indistintamente los aspectos socio-culturales, las normas jurídicas, la economía, el clima, la geografía, y por consiguiente la forma de organizarse las personas para producir sus bienes de consumo. “En ellas influyen fenómenos del pasado de orígenes muy remotos, a veces anteriores al período colonial, a los cuales se añaden los efectos de la diversidades del medio natural y de la sucesión de cambios técnicos y jurídicos que proliferan con el avance del siglo XX.” (Mckay, 1985: 386)

La ganadería como práctica social tiene un capital económico, social y simbólico en las áreas rurales, el que posee tierra y semovientes, puede cultivar el terreno o arrendarlo, si lo desea. A diferencia del campesino agricultor que puede poseer tierras más no animales, o del obrero agrícola que no posee ninguna de las dos; generando una diferenciación social en las áreas rurales.

El ganado vacuno tiene la ventaja de que se puede movilizar a los mercados desde las unidades de producción que poseen caminos, donde no pueden transitar los vehículos a motor y así poder convertirse en capital circulante en cualquier momento. El poseer cierta cantidad de ganado y calidad de tierras le permite a la familia poseedora una diferenciación social en las áreas rurales. “(…) no se puede dar razón a las prácticas si no es sacando sucesivamente a la luz la serie de causas que se encuentran en su origen.” (Bourdieu, 1994: 99)

La tierra genera una renta, el ganado se vende y puede servir como fondo de reinversión. No todo productor agropecuario puede ser considerado campesino, el profesor Enoch Adames plantea las características del campesino:

“El campesino puede ser considerado como una clase en el marco de las relaciones de producción mercantil simple, en la cual se da por un lado una determinada combinación de trabajo familiar, medios de producción y mercado y por otro lado una determinada combinación de trabajo familiar, medios de producción y mercado.

a. Esto significa que esta es una relación directa con los medios de producción y que no contratan mano obra ajena de manera dominante.

b. Que los mecanismos de distribución en el modo de producción capitalista son múltiples, pero es decisiva su relación con el mercado, cosa que provoca un proceso de descomposición/diferenciación interna campenización-descampenización.

c. Que éste proceso de descomposición/diferenciación interna, activa diversos modalidades de vinculación-subordinación del trabajador directo al capital en la esfera de al producción, como son la formas proletarización y semi – proletarización.” (Adames, 1991: 91-92)

El mayor número de hectáreas dedicadas a la producción pecuaria en el año 2000 se encontraba entre las fincas que poseían de 20 y 500 hectáreas las cuales representan el 80.21% de la tierra dedicadas a la actividad (con el 59.22% de los productores), lo que indica que es este sector el que necesita recibir educación ambiental y medidas de reconversión de la actividad ganadera a silvopastoril, agropastoril o agroturística. Este es el sector más dinámico de la actividad ganadera, el que puede introducir cambios tecnológicos en sus actividades, a los propietarios de fincas que tienen menos de 20 hectáreas les cuesta mucho mantener el ritmo de modernización de sus unidades productivas, al menos que tengan un alto componente tecnológico y capital monetario.

Una información suministrada por la Asociación Nacional de Ganaderos dice, al respecto, que:

“Una actividad económica de singular importancia como la ganadería es llevada adelante por pequeños productores. De las 39,205 explotaciones dedicadas a la ganadería bovina un 88% tienen una superficie de 100 hectáreas y poseen en conjunto el 50% del total del hato nacional. La mediana ganadería compuesta por las explotaciones con una superficie entre 100 y 500 hectáreas, totalizaron 4,025 explotaciones y poseen el 34% del total del hato ganadero. Sumados los pequeños y medianos ganaderos representan el 98% del total de las explotaciones y poseen el 84% de las 1, 533,461 reses que componen el plantel nacional.” (ANAGAN, 2003)

El mayor porcentaje de fincas son explotaciones de menos de 100 hectáreas, donde la mano de obra es principalmente familiar y una reducida mano de obra asalariada.

Al destruir los bosques, se incorporan estas tierras, naturaleza no intervenida, al mercado de valores. Este proceso es funcional al sistema capitalista para ejercer su dominación sobre las mismas, convirtiéndolas en mercancías. Los ganaderos al igual que los agricultores, transfieren las ganancias, el control de la producción y comercialización a las grandes empresas transnacionales farmacéuticas y hacia los grandes comercializadores, al comprar plaguicidas, abonos, vitaminas y vacunas. Es una forma de penetrar el capital en áreas donde las formas más desarrolladas del mismo no lo han hecho .

Para este estudio, los ganaderos medianos son los que poseen entre 50 y 200 reses y los grandes ganaderos poseen más de 200 reses, a los cuales les es funcional la existencia de pequeños campesinos, lo que les permite obtener mano de obra no calificada a un costo menor, debido a que parte de su fuerza de trabajo la reproducen en sus granjas. En un principio son los campesinos agricultores los que derriban los bosques y cultivan sus productos de subsistencia; posterior al desarrollo de los cultivos se siembran los pastos.

En el campo, hay dos fuertes tendencias: una hacia la proletarización del campesino (con o sin tierras) y la otra hacia el aburguesamiento (con o sin tierras) siendo predominante el poder del capital para utilizar tecnologías, alquilar pastos, maquinarias, comprar reses, poder vender a un buen precio y mantenerse en el negocio.

En el estudio Estructura agraria de una comunidad en el norte de la provincia de Herrera el profesor Alberto Mckay destaca la estratificación social en la comunidad de Potuga “se destacan en la estructura agraria las grandes fincas, explotadas en ganadería y en el cultivo moderno de la caña de azúcar, en torno de las cuales existen predios medianos y pequeños, dedicado a las mismas producciones. Un número considerable de trabajadores rurales asalariados, sin tierra y predispuestos a la emigración, conforma un sector social definido.” (Mckay, 1985: 388)

La ocupación y usufructo de las tierras “sirvió, a partir de 1904, para invocar la aplicación de nuevas leyes agrarias que expidió el Estado después de la separación de Colombia. Ellas propiciaban la posesión usufructuaria de tierras comunes (ley 770 de 10 de junio de 1904) y posteriormente, la adjudicación de títulos de propiedad (ley 26 del 11 de 1907 y ley tercera de 2 de enero de 1909)” (Mckay, 1985: 391)

Como otro antecedente de la problemática de la tierra en Panamá, tenemos la promulgación de la Ley No. 22 del 20 de marzo de 1941, sobre el patrimonio familiar:

“Esta Ley de patrimonio familiar consagraba derechos inalienables (…) sobre una parcela de tierra hasta de 10 hectáreas; no obstante la concepción de estos patrimonios familiares no obedeció a ningún criterio agrológico, ni de productividad, ni mucho menos de eficiencia económica, lo que se pretendía con los mismos era beneficiar a las “Clases Campesinos Pobres”. De manera que la organización de este tipo de unidades productivas garantizase al campesino beneficiario un mínimo vital para que este pudiera darse medios elementales de vida.” (Broce, 1995: 17)

Esta Ley buscaba legalizar el usufructo de los terrenos por parte de las familias campesinas.

En 1962 mediante la Ley 37 del 21 de septiembre se aprueba el Código Agrario de la República de Panamá. El Código Agrario en sus primeros artículos menciona que el objetivo fundamental de la misma es la Reforma Agraria Integral y acabar con el latifundio. Este Código trata de incorporar la naturaleza y la fuerza de trabajo al mercado capitalista nacional e internacional. Observa los bosques como área inculta y por lo tanto, debían civilizarse e integrar estos terrenos nacionales al mercado nacional y global. Acentuando aun más la desigual distribución del principal recurso en las áreas rurales: la tierra. Se creó en pleno auge del desarrollo capitalista en las áreas rurales y buscó legalizar las propiedades de las tierras a aquellas personas que las trabajaban, el énfasis social se hacia en los campesinos y en las grandes empresas agropecuarias, que tenían el capital para trabajar las tierras.

“En Panamá la Reforma Agraria empezó en 1963 y finalizó en 1969 cuando se inicia lo que podríamos llamar la segunda fase de estas reformas. En este primer período, pese a que se señalaba como principal objetivo terminar con el acaparamiento de tierras, el gobierno de Chiari y luego el de Robles, se limitaron a la entrega de títulos de tierra ya poseídas sin incidir en una mejor distribución, todo lo contrario; el proceso de titulación contribuyó a consolidar y expandir el alto nivel de concentración de la tierra en menos manos… (Castillo, 1974: 131-132)

Así se convierte la Reforma Agraria en el marco jurídico para que se le de valor de cambio a la tierra en las áreas rurales.

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