Demanda de productos pecuarios
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

EL MODELO DE LA GANADERÍA EXTENSIVA Y LA DESTRUCCIÓN DE LOS BOSQUES EN LA REPÚBLICA DE PANAMÁ: 1950-2000 

Ariel José García Aguilar  

 

 

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CAPÍTULO II. TEORÍAS Y CONCEPTOS UTILIZADOS

2. Teorías y Conceptos

Hay diferentes modelos explicativos que ayudan a comprender la dinámica de las actividades pecuarias. “Un modelo cualquiera que se superpone, una teoría y en cuanto modelo, es siempre una simplificación de un cuerpo teórico. De ahí, que cuando se postula el modelo de una situación concreta, tal situación ha debido ser previamente construida teóricamente.” (Enoch, 1991: 51) Además para realizar este estudio utilizamos categorías de ciencias que tradicionalmente no se interrelacionan entre sí. Retomando el pensamiento de Pedro Rivera “mientras sociólogos y biólogos, para hablar de casos extremos, observen el mundo cada uno por su cuenta y se han negado a cambiar información, manejaran medias verdades y proyectaran conocimientos cojos.” (Rivera, 2004) El saber ambiental esta planteando estrategias en torno a la reapropiación de lo que llamamos naturaleza. Con esa intención ha roto los paradigmas que hasta hace poco no se cuestionaban.

2.1. Demanda de productos pecuarios

Uno de los primeros en preocuparse por el crecimiento poblacional y lo finito de los recursos naturales, fue el clérigo y economista Thomas Malthus (1766-1834), en 1798 en su famoso primer ensayo sobre población que decía que la población crecía en forma exponencial y la producción lo hacia en forma aritmética. El planteamiento fundamental de este paradigma es que los recursos naturales constituyen una existencia finita, siendo este hecho el que define el concepto de escasez, en función al crecimiento de la población. Este planteamiento no repara en los avances tecnológicos que lograron crear la Revolución Verde que permitió un aumento exponencial en la producción de alimentos en todo el mundo.

José Méndez y colaboradores dicen al respecto del crecimiento vertiginoso de la población a partir de la revolución industrial:

“(…) el hombre se convirtió en el elemento más amenazador del equilibrio ecológico transformándose en el más grande de los consumidores de energía y en el productor de grandes desechos. Puede afirmarse que estos factores han sido la causa principal de la grave patología de la biosfera, que los ecólogos llaman contaminación y los físicos entropía. Paralelamente a estos desequilibrios, se han presentado otros problemas entre los que se destaca el crecimiento demográfico. El comienzo de la era industrial, en el siglo XVIII, hizo subir la población de 500 millones hasta 1 000 a mediados del siglo XIX. En 1975 se llegó a los 4 000 millones de habitantes; se sobrepasaron los 5000 millones a finales de los ochenta. Es probable que en los comienzos del próximo milenio, el globo cuente con más de 6 000 millones de seres humanos.” (Méndez, José et al., 2000: 119)

Igualmente, la publicación en 1968 del libro de los biólogos Pauly Anne Ehrlich The Population Bomb desató una importante polémica sobre el papel del crecimiento demográfico en una eventual crisis de recursos en el mundo y la aplicación de tecnologías que no tiene mucho impacto en el ambiente.

Este libro “advertía sobre un eminente desastre si no se conseguía controlar la explosión demográfica” Sus autores ponían en relación la magnitud (creciente) de la población con la capacidad de la biosfera para proporcionar los recursos necesarios y absorber adecuadamente los desechos de las actividades humanas. El acento que pusieron sobre el factor población como factor decisivo de las crisis anunciadas les valió el epíteto de “neo-maltusianos”. Poco después, en 1971 otro biólogo también estadounidense, Barry Componer, terciaba en la controversia con su libro The Closing Circle, relativizando el papel de la población en la degradación ambiental y la crisis de recursos (…) La conclusión que llegaba el autor era que para alcanzar un equilibrio entre población y recursos había que dar prioridad no al control demográfico, sino al rediseño de lo que él llamaba tecnósfera es decir, a la adopción de otras técnicas de menor impacto.” (Sampere, 2000: 196-197)

Si se aplican adecuadamente las tecnologías conocidas se puede hacer una mejor gestión de los problemas socioambientales. La producción de alimentos en forma sostenible, implica la ayuda técnica y el crédito expedito a todos los productores; no en función de las coyunturales ventajas comparativas, que en la mayoría de los casos son la mano de obra barata y los recursos naturales baratos. (Gligo, 1999)

Admitimos los planteamientos de estudiosos que consideran la población como una variante más, que impacta en la demanda de bienes pecuarios, “…la población aparece como un parámetro más para considerar la contribución humana al impacto ambiental. Mas que constituir una causa, es un multiplicador que amplifica más o menos fenómenos complejos que tiene que ver, esencialmente, con el consumo y con el modelo de producción de cada sociedad.” (Ludevid, 1998: 192)

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