BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

EL SISTEMA ECONÓMICO MUNDIAL Y LA GOBERNANZA GLOBAL
Una teoría de la autorregulación de la economía mundial.


Antonio Luis Hidalgo Capitán

 

 

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3. El acoplamiento estructural del sistema económico mundial con su ambiente

En línea con lo anterior, en la operación de distinción del sistema económico mundial, realizamos implícitamente una delimitación de la frontera de dicho sistema. Cuando incluimos dentro del sistema económico mundial a todos los seres humanos que mantienen relaciones económicas de corte capitalista y a dichas relaciones, dejamos fuera a una serie de seres humanos que poseen relaciones económicas de naturaleza no capitalista y a dichas relaciones; estos seres humanos con sus relaciones ocupan un espacio físico que denominamos entorno.

El espacio físico que observamos en una operación de distinción, denominado medio o ambiente, podemos dividirlo en nicho, o espacio físico que ocupa el sistema, y entorno, o espacio físico que no ocupa el sistema (Whitaker, 1998 [2003]: environment). Desde esta perspectiva, el nicho del sistema económico mundial sería casi todo el planeta y el entorno, aquel espacio físico donde no se dan relaciones capitalistas entre seres humanos.

El entorno del sistema económico mundial lo constituye el espacio físico donde no habitan seres humanos (desiertos, zonas polares, océanos...) o donde los seres humanos que habitan mantienen relaciones económicas no capitalistas, como es el caso de ciertas comunidades indígenas primitivas (Amazonía, África Central...) y los residuales países de socialismo real autárquico (Corea del Norte, y Cuba).

Como todos los sistemas vivos, el sistema económico mundial es un sistema abierto físicamente y "el observador puede verlo intercambiar elementos con un medio ambiente" (Maturana, 1975 [1996]: 235), pero posee clausura operacional. Este concepto hace referencia a que los cambios que se producen en el sistema son consecuencia de su propio funcionamiento y están determinados por su estructura y, por tanto, no vienen determinados desde el exterior del sistema. No obstante, cambios en el ambiente (entorno y/o nicho) pueden provocar ("gatillar") cambios en el sistema para que ambiente y sistema se acoplen, y viceversa, cambios en el sistema pueden provocar cambios en el ambiente de forma que ambos se acoplen, pero siempre los cambios del sistema vendrán determinados estructuralmente (Maturana, 1985 [1995]: 5).

Los cambios del sistema económico mundial para acoplarse a su ambiente son cambios estructurales y el acoplamiento entre dicho sistema y su ambiente es un acoplamiento estructural. La mayoría de los cambios estructurales derivados del acoplamiento estructural permiten al sistema económico mundial mantener su identidad capitalista; sin embargo, cuando un cambio estructural, gatillado por el ambiente y determinado estructuralmente, no permite mantener la identidad de dicho sistema éste desaparece, deja de existir como tal sistema, aunque sus elementos puedan seguir existiendo.

"La historia de los cambios estructurales sin pérdida de identidad en (...) [un sistema autopoiético] es la ontogenia. El acoplamiento de la estructura cambiante de (...) [un sistema autopiético] a la estructura cambiante del medio en el que existe, es la adaptación ontogénica. (...) si el acoplamiento estructural del (...) [sistema] y del medio no se lleva a cabo, el sistema autopoiético se desintegra" (Maturana, 1985 [1996]: 237).

Pues bien, en una parte del ambiente, en el entorno pueden igualmente realizarse operaciones de distinción tratando de identificar sistemas económicos de organización no capitalista. Así, si observamos dicho entorno guiados perceptivamente por formas de organización como el comunismo primitivo o el socialismo real, podemos distinguir diversos sistemas económicos comunitarios locales y sistemas económicos socialistas nacionales (1).

En el caso de las relaciones entre el sistema económico mundial y los sistemas económicos comunitarios locales, éstas son escasas por el propio aislamiento físico de dichos sistemas; es decir, su adaptación ontogénica es muy poco significativa. Sin embargo, a medida que las relaciones de éstos con aquél se van haciendo más intensas, dicho contacto termina gatillando cambios en los sistemas económicos comunitarios locales que, en muchos casos, les conducen a una pérdida de identidad, a su desintegración como sistemas y a la absorción de sus elementos por parte del sistema económico mundial (fagocitosis).

Esto es lo que ha ocurrido históricamente a medida que los seres humanos de distintos sistemas económicos capitalistas nacionales comenzaron a mantener relaciones económicas con seres humanos de comunidades primitivas aisladas (sistemas económicos comunitarios locales); el contacto entre individuos de sistemas tan distintos, habitualmente promovido por individuos pertenecientes a sistemas económicos capitalistas nacionales por razones económicas (caza, explotación minera, cultivo de tierras, comercio...), terminó generando serios problemas al interior de dichas comunidades (anomia, alcoholismo…) que, en muchos casos, condujeron a su desaparición como tales comunidades y a su integración en el sistema económico capitalista nacional con el que mantuvieron el contacto.

En la adaptación ontogénica con los sistemas económicos socialistas nacionales ha sucedido algo parecido; el aumento de las relaciones de éstos con el sistema económico mundial tiende a provocar la pérdida de identidad de los mismos (los efectos de las inversiones extranjeras y del turismo en Cuba, por ejemplo) y es muy probable que en el futuro sean fagocitados por aquel, desintegrándose como sistemas (al igual que les sucedió a los sistemas económicos socialistas nacionales de la Europa Central y Oriental).

A medida que el sistema económico mundial vaya fagocitando los sistemas económicos de su entorno, éste se irá reduciendo al tiempo que el nicho de aquél se irá ampliando, hasta que dicho nicho coincida con el medio, a excepción de las zonas deshabitadas, y todas las relaciones económicas entre seres humanos sean de naturaleza capitalista e internas al citado sistema.

Pero las relaciones externas del sistema económico mundial no se circunscriben exclusivamente a su entorno (2). Las relaciones económicas capitalistas entre seres humanos tienen lugar en un determinado nicho, que no está vacío, sino que se encuentra lleno de materia y energía independientes de las que forman parte de dicho sistema.

Tanto en el nicho como en el entorno, es decir, en el medio o ambiente, tienen lugar una serie de fenómenos naturales, es decir, interacciones o procesos físicos, químicos y biológicos entre elementos materiales y energéticos; estas interacciones constituyen el dominio de los fenómenos naturales. Si observamos dichos procesos podemos distinguir, en el espacio físico del planeta, un sistema ecológico planetario o ecosistema mundial; sistema que mantiene una serie de relaciones tanto con el sistema económico mundial como con otros sistemas económicos del entorno de éste; a estas relaciones de acoplamiento ontogénico entre los distintos sistemas económicos y el ecosistema mundial, las denominamos interacciones antrópico-naturales.

Centrándonos en las interacciones antrópico-naturales entre el sistema económico mundial y el ecosistema mundial, podemos observar como muchas de las actividades económicas son el resultado del acoplamiento estructural entre ambos sistemas (la agricultura, la ganadería, la pesca, la silvicultura, la minería, la producción de energía y el abastecimiento de agua, pero también la industria y la construcción y gran parte de los servicios).

La explotación de recursos naturales y ambientales, su transformación en bienes, con valor económico, y en residuos, carentes de él, e incluso las actividades de protección de la naturaleza (actividades de reciclaje, de gestión de residuos, de descontaminación, de producción de tecnologías menos despilfarradoras de recursos y menos contaminantes...) o ciertas catástrofes ambientales de origen antrópico (incendios, vertidos de productos químicos, radiaciones nucleares...) gatillan cambios, estructuralmente determinados, en el ecosistema mundial; pero también las alteraciones climáticas (sequías, inundaciones, olas de frío o calor...), la actividad telúrica (terremotos, erupciones volcánicas...) y la extinción, mutación, aparición y proliferación de nuevas especies (virus, bacterias, insectos, algas...) en el ecosistema mundial gatillan cambios, estructuralmente determinados, en el sistema económico mundial.

Así pues, el sistema económico mundial y el ecosistema mundial presentan una adaptación ontogénica, de forma que los cambios estructurales que se producen en cada uno de dichos sistemas, aunque determinados estructuralmente, son provocados por las interacciones antrópico-naturales entre ambos; aunque no de manera exclusiva. Téngase en cuenta que existen interacciones antrópico-naturales entre el ecosistema planetario y otros sistemas económicos, y entre éstos y el sistema económico mundial, que también generan adaptaciones ontogénicas, y que la ontogenia, como historia de los cambios estructurales de un sistema, no es exclusivamente fruto del acoplamiento estructural sino también de la dinámica interna del propio sistema.


1. No resulta fácil distinguir hoy día sistemas económicos socialistas, ya que la mayoría de los pocos que quedaban han emprendido ya su transición hacia el capitalismo. Son ejemplos evidentes de dicha transición los casos China, con la evolución de su mercantil-socialismo, así como los de Vietnam y Laos, con sus reformas liberalizadoras, y en menor medida, Cuba, con su política de captación de inversiones extranjeras y de fomento del turismo internacional; tan sólo Corea del Norte parece resistirse a la transición hacia el capitalismo. A nuestro juicio, en estos momentos, sólo quedarían dos sistemas económicos socialistas: Corea del Norte y Cuba.

2. Cabría también la posibilidad de estudiar las interrelaciones que se dan entre el sistema económico mundial y otros sistemas distinguibles en otros subdominios del dominio de los fenómenos sociales diferentes al de los fenómenos económicos, pero no es éste el objeto del presente ensayo.

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