LA DIVISIÓN TERRITORIAL POLÍTICO-ADMINISTRATIVA CON BASE EN LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA Conclusiones
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LA DIVISIÓN TERRITORIAL POLÍTICO-ADMINISTRATIVA CON BASE EN LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA
 

Fabricio Zanzzi

 

 

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VI. Conclusiones

Es posible realizar una mejor división territorial político-administrativa basada en la participación ciudadana, como se ha demostrado mediante el apoyo teórico y el análisis de las experiencias en otros países que ya han pasado por similares reordenamientos o que se encuentran haciendo camino al andar. A continuación, algunas precisiones:

1. Es crucial que el territorio se encuentre dividido en porciones no tan grandes, puesto que son más susceptibles de una buena administración y permiten una representación de los variados intereses micro territoriales o micro regionales. En contraposición, la evidencia estadística demuestra que las grandes ciudades excluyen de la toma de decisiones a las poblaciones pequeñas, de manera tal que si se divide al territorio en 3 o 4 regiones las decisiones serían siempre tomadas por los representantes de las metrópolis; mientras que si el territorio nacional se divide en porciones no tan grandes al tomar una decisión será necesario alcanzar consensos. Por otro lado, mientras más divisiones administrativas y más diputados haya menos corrupción se presenta, según la evidencia estadística encontrada.

2. Hay que dar a la participación ciudadana la importancia debida, pues es muy útil a la hora de reducir la corrupción y lograr una mejor rendición de cuentas acercando el gobierno a la ciudadanía mediante herramientas como los presupuestos participativos, las veedurías ciudadanas y las audiencias públicas.

3. Es necesario reconocer la existencia de áreas con particularidades, como aquellas conformadas por las áreas metropolitanas, que deben tener una norma diferente. En el caso ecuatoriano nunca se ha reconocido esas circunstancias vitales especiales del urbanismo que se presentan en Guayaquil, Quito y Cuenca, y que en esta propuesta sí se ha considerado.

4. El reconocimiento de distritos para representación política ante los órganos legislativos marca la necesidad de que la elección sea uninominal, como un instrumento para evitar que lleguen al poder los cortesanos de un "caudillo", evitando así que en esos estamentos una autoridad no actúe por convicción propia sino siguiendo órdenes de éste.

5. Es necesario que el cambio se realice de una manera similar a lo aquí propuesto, caso contrario persistirán los privilegios que socavan los sistemas políticos, lo que no permite que una Nación tenga un desarrollo social adecuado. A medida que se acojan las sugerencias expresadas se estuviera contribuyendo a la mejoría del sistema de división territorial político-administrativo.

6. Para el caso ecuatoriano, es muy probable que esta propuesta deba ser afinada y aún mejorada en, quizá, no pocos aspectos, pues no es éste un "traje" a la medida, sino un compendio de medidas que ayuden a visualizar al estadista todas las aristas de la complejidad del sistema político.

7. Las leyes orgánicas deben guardar relación entre los diferentes niveles de la administración pública y los gobiernos seccionales, a fin de que no se produzcan contraposiciones o pugnas en la asignación de competencias y roles.

No hay que olvidar los retardos que se producen al implementarse una política económica, de reconocimiento, de acción, y de efecto, por los cuales no hay que postergar la urgencia de tomar una decisión política que mejore la participación de la ciudadanía en los procesos públicos, pues mientras más se postergue el cambio más se agravan los problemas sociales de una nación.

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