Orientación de la descentralización
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

LA DIVISIÓN TERRITORIAL POLÍTICO-ADMINISTRATIVA CON BASE EN LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA
 

Fabricio Zanzzi

 

 

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4.6. Orientación de la descentralización:

Como es conocido, la paternidad del concepto de que la descentralización es la manera más adecuada de organizarse para construir una democracia proviene de Alexis de Tocqueville, quien estudio el caso de Nueva Inglaterra y cuyos principios fueron aplicados por el resto de los Estados Unidos de América. Según este autor cada ciudadano tiene el derecho de participar en el gobierno y aunque cada uno sea capaz de autogobernarse obedecerá "a la sociedad no porque sea inferior a los que la dirigen, o menos capaz que otro hombre para gobernarse a sí mismo, sino porque le parece útil y sabe que dicha unión no puede existir sin un poder regulador" [Finot (2001)]45 Es un proceso natural. Es por esto que la sociedad comunal existe en todos los pueblos, sin importar cuales sean sus leyes y costumbres.

Ya desde el ámbito de la filosofia política, Krause (2004) 46 destaca que "la división de poderes, la renovación periódica de mandatos, el federalismo y otras propuestas que ya son tradicionales, no hacen sino establecer límites al poder generando `competencia' entre distintos poderes, entre distintos niveles gubernamentales y entre distintos dirigentes políticos que compiten por los cargos representativos.".

En este momento es necesario acotar que el autor de ésta investigación ha adoptado los conceptos de descentralización de Finot, aunque existen otras diferentes conceptualizaciones de otros autores como Rondinelli (1989), Palma y Rufián (1989), Boisier (1990), Von Haldenwarg (1990), Campbell (1991), Silverman (1992), Bennett (1994), además de las del PNUD (1993).

Luego del análisis de la historia de la descentralización en América Latina se puede concluir que en lo países federales la descentralización se orientó hacia las provincias o estados; mientras que en los países unitarios se orientó hacia los municipios. En la sensatez de Pérez y González47, independientemente del país en el que se realice el proceso descentralizador, los grandes desafíos del mismo son lograr un equilibrio en la división de funciones y recursos financieros entre los ámbitos nacional, seccional medio y seccional local (Cualquiera sea la denominación que se de a estos), "con un balance tal que permita sobre todo a estos dos últimos, cumplir con mayores atribuciones decisorias propias de todo ente gubernamental, y que a su vez puedan traducirse en mayor capacidad de respuesta y de autoridad frente a la demanda de servicios regional y local.", es decir que la orientación no debe estar en la ejecución por parte del mismo Gobierno Central ubicando sus oficinas en cada cantón, sino que se le entregue la entera competencia de diversas funciones a los gobiernos seccionales, pero ¿A qué gobierno seccional se le debe entregar más poder: al medio (Provincial) o al local (Municipio)?

En vista de lo indicado en los puntos 1.5 y 3 la descentralización en un nuevo sistema de división político-administrativo debe orientarse con mayor contundencia hacia los municipios, pues se encuentran en un nivel en el que los recursos son conducidos de acuerdo a los intereses de los ciudadanos, ya que a éste nivel se perciben los problemas de índole público de los habitantes y se acoge su participación, además en éste ámbito los controles son más eficaces. De ahí que la autonomía municipal debe ser una exigencia innegable hoy en día, pues, incluso, acerca a los gobernantes con los gobernados. Finalmente, es importante "Porque sienta las bases para que la participación pública sea efectiva y no meramente declarativa y se convierte en un mecanismo para redistribuir el poder en la estructura del Estado.", según Silvero (1992)48.

Incluso, desde la perspectiva de la concentración de la población, se produce un incremento de la eficiencia cuando se dirigen los esfuerzos al nivel más localista. Así lo resalta Morales (2005)49 cuando analiza la experiencia nicaragüense indicando al respecto "Dado que la precariedad urbana es entonces una expresión de la pobreza, es importante que las estrategias de desarrollo del sector público en el ámbito local y municipal, revaloricen la intervención en los territorios populares donde se concentra la población de bajos ingresos y se aborden en forma integral e integrada los problemas que restringen el acceso a condiciones de habitabilidad dignas para la población (nicaragüense)". No hay que olvidar que en las zonas urbanas la población tiende a concentrarse; mientras que en las zonas rurales la población se encuentra dispersa en todo el territorio.

Cabe recordar que, ya en la actualidad, se toma a nivel internacional -como dado- que en Colombia, Bolivia y Ecuador ha logrado prevalecer la orientación municipalista frente a la regionalista, pero no ha ocurrido lo mismo en Paraguay y en República Dominicana5o, donde los procesos han tomado rumbos diferentes. Quitarles el poder a los gobiernos seccionales locales para centralizarlo a un nivel más alto es más dificil que quitárselo a los niveles altos para otorgárselo a los niveles locales. El apoyo popular suele impulsar naturalmente, debido al principio de subsidiariedad, a los gobiernos locales. Se trata, fundamentalmente, de situaciones en las que la sociedad misma busca revertir el proceso de convergencia política de arriba hacia abajo (Top-Down) hacia otro de abajo hacia arriba (Botton-Up), según lo registra la experiencia de Tandil (Argentina) analizado por D'Annunzio (2000) 51

En ese sentido ocurrió la mala experiencia de cuando en Metro Toronto (Canadá) se suprimieron seis municipios, en 1997, lo que -sin duda- llevaba a una reducción de las áreas de influencia del ciudadano. Ello desembocó en el rechazo del 70% de los votantes52.

Los gobiernos locales existentes siempre mirarán con suspicacia la aparición de nuevas estructuras políticas fuertes en o sobre sus territorios.

Por otro lado, para progresar en la descentralización hacia los niveles municipales (O sea los niveles locales), se debe capacitar al personal que tomará el poder en la misma medida que se les vaya facilitando la información necesaria para su toma de decisiones, caso contrario el proceso se pudiera empantanar. Hay casos mucho más avanzados como los de Panamá con procesos submunicipales, Ecuador también los tiene aunque incidentes (Asigna recursos a nivel parroquial) y el proceso de Montevideo (Uruguay) en donde, según criterio de Glejberman (2005)53, su delimitación en "18 zonas, con sus respectivos órganos de gestión local - Juntas Locales, Comisiones Vecinales y Centros Comunales Zonales-, permitió a los planificadores de políticas sociales conocer las diferencias en la problemática de cada zona y proponer programas que tuvieran en cuenta estas diferencias.".

Por último, pero no por ello menos importante, al analizar la descentralización a nivel municipal en México, detallan con mucho juicio Jordan y Simioni (2003)54 el sentir de los ciudadanos del país del tequila "En palabras de analistas mexicanos `la gente no vive en el Estado federal ni en los Estados, vive en los municipios'.".

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