La ruta del / ua / y el poblamiento de América
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¡GUA!, EL INSOSPECHADO ORIGEN DEL LENGUAJE

Alfonso Klauer

 

 

 

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La ruta del / ua / y el poblamiento de América

Como había ocurrido con sus últimos predecesores, el Homo sapiens sapiens vivió durante miles de años solo en África. Sin embargo, en el período comprendido entre 100 mil y 50 mil años atrás, por fin diversas oleadas de grupos humanos abandonaron ese continente. Y tocó a sus herederos poblar íntegramente la Tierra.

Los análisis del ADN mitocondrial realizados por Rogers y Harpending, que demuestran la pequeña variación genética en las poblaciones humanas modernas, apoyan la perspectiva de que el total de quienes migraron fuera de África debió estar conformado entre 10 mil y 50 mil individuos 363. Esta última cifra, correspondiendo al 1,7 % de los 3 millones de habitantes que, según hemos representado en los Gráficos Nº 82 y 84, habría tenido África hace 100 mil años, parece dar mayor consistencia a nuestros cálculos.

Asumiendo que los migrantes estuvieron organizados en grupos de entre 25 y 50 individuos, puede pues estimarse que fueron como mínimo 200 y como máximo 2 000 grupos los que iniciaron su travesía en distintas direcciones, y en distintas oleadas. Sin duda el primer grupo que llegaba a un valle se asentaba en él, y los demás continuaban en busca del siguiente. Cuando todos los migrantes de cada oleada estaban asentados, la expansión empezó a correr a cargo de sus descendientes, de aquella generación que requería de un nuevo espacio para garanti¡ Gua!, el insospechado origen del lenguaje 235 zar su sustento. Así, mientras que unos grupos optaban por ocupar nuevos territorios en el mismo curso de los ríos, otros optaban por buscar nuevos valles.

Así se ha estimado que, miles de años antes, el Homo erectus, a una velocidad promedio de 1,6 kilómetros cada 20 años, tardó 150 mil años en llegar al sudeste asiático 364. El H. sapiens sapiens, en cambio, con una tasa de crecimiento poblacional más alta, se vio precisado a ocupar nuevos espacios a mayor velocidad. Porque, si como se sabe, llegó a Australia hace algo más de 60 mil años, que es la fecha atribuida al esqueleto de Lago Mungo 3 365, habrían pues transcurrido 2 mil generaciones hasta que se alcanzó ese territorio distante 15 mil kilómetros del noreste de África. Es decir, habría ido ocupando el espacio a una velocidad promedio de 7,5 kilómetros cada 20 años, o cada generación.

A quienes, estando también en Asia, en vez de dirigirse a Australia, continuaron hacia el este, habría de requerirles otras 400 generaciones, bordeando el continente, para estar a las puertas de América. Es decir, hace 50 mil años el hombre bien pudo estar en los confines de Asia y borde de América.

Sin embargo, durante muchos años, y específicamente a partir del descubrimiento de las "puntas de Clovis", en 1932, en el extremo este de Nuevo México (Estados Unidos), se creyó que la ocupación de América recién habría empezado hace 15 000 años, habida cuenta de que los proyectiles de sílex no tenían una antigüedad mayor a 13 500 años.

Posteriores descubrimientos arqueológicos en México y el Perú fueron estirando la cifra original hasta tanto como 30 mil años. Pero en Canadá, en la Old Crow Basin, al extremo norte del Territorio de Yukón, se encontró huesos y utensilios que se estima que pueden tener hasta 37 mil años de antigüedad. Y, por su ubicación, a más de 1 200 kilómetros de la costa del océano Pacífico, resultaba entonces verosímil que la ocupación de ésta fuera anterior. De allí que Lewin postula en 40 mil años la más antigua ocupación del hombre en el nuevo mundo.

Sin embargo, en abril de 2006, un equipo de arqueólogos de la John Moores University de Liverpool, dirigidos por Silvia González, han encontrado evidencias de huellas humanas fosilizadas en Cuenca Valsequillo, en el estado mexicano de Puebla (México), que tienen una antigüedad de 40 mil años.

Pero ya antes los descubrimientos en Serra da Capivara, en el estado de Piauí (Brasil), en 1975, y estudios de 1981, habían reportado una ocupación humana tan antigua como 40 – 48 mil años. Pero la arqueóloga brasileña Niede Guidon asegura que existen en el parque materiales aún más antiguos. Teniendo en cuenta que este último punto dista algo más de 14 mil kilómetros del extremo septentrional de América, resulta pues altamente verosímil que el inicio de la ocupación de ésta tenga una antigüedad de 50 mil años.

Gráfico Nº 86 236

Es decir, y ateniéndonos todos a los nuevos datos que aporta la ciencia, la antigüedad del más remoto poblamiento de América se viene discutiendo y corrigiendo periódicamente. No obstante, existe un cierto consenso, aunque no unánime, sobre el hecho de que se habría poblado desde Siberia 369.

Aese respecto, la hipótesis que más éxito ha tenido en difundirse es que la población de procedencia asiática que arribó a América penetró por el estrecho de Bering. Y la enorme diversidad de lenguas lleva a pensar que se produjeron migraciones múltiples y en épocas diversas 370.

Fue Aleš Hrdlicka quien, en 1937, por primera vez sostuvo que el ser humano, proveniente de Siberia, había ingresado a América por Alaska, cruzando el Estrecho de Bering. La teoría está desarrollada en La cuestión del hombre antiguo en América 371. Y, aunque todavía no probada, esa hipótesis sigue siendo la más popular en los textos, como lo muestran los Gráficos Nº 87 y 88.

El Estrecho de Bering es un brazo de mar que separa el extremo oriental de Asia del extremo occidental de América del Norte. Su ancho es de aproximadamente 85 kilómetros y su profundidad oscila entre los 30 y 50 metros 372.

La idea más propagada es que, durante la glaciación de Würm (o Wisconsin), la última que conoció el planeta, los cambios en el nivel del océano, habrían dejado al descubierto, en varias ocasiones, una franja de tierra –o "puente de Beringia"– de hasta 1,5 kilómetros de ancho que enlazó Asia y América. Se considera que desde que comenzó la glaciación, hace 80 mil años, y terminó, hace 10 mil años, el estrecho de Bering pudo ser transitado en los períodos entre 40 – 35 mil años, 25 – 14 mil años, y, en diversos momentos, entre 14 – 10 mil años atrás 373.

La información disponible no es sin embargo del todo clara.

Según un mapa que ofrece H. G. Wells 374 –que mostramos en el Gráfico Gráfico Nº 88 Gráfico Nº 89 Gráfico Nº 90 Gráfico Nº 87  237 Nº 90–, gran parte del territorio de Europa habría quedado cubierto por glaciares. El mar Mediterráneo habría quedado dividido, dejando pasos terrestres en Gibraltar y el estrecho de Sicilia. Los mares Negro, Caspio y Aral habrían quedado convertidos en uno. El mar Rojo habría dejado una franja que unía África y la península Arábiga. Y, para solo citar otro ejemplo de transformación drástica del mapa mundial con el que hoy estamos familiarizados, India, unida a Sri Lanka, habría quedado convertida en una gigantesca isla.

Pero además de que todo el clima terrestre se volvió frío, también se nos dice que los glaciares avanzaron más allá de los casquetes polares, hasta cerca de los trópicos 375. Y esto último es precisamente lo que se observa en el Gráfico Nº 91, en particular en el caso de Norteamérica y la cordillera del Himalaya.

Gráfico Nº 91 Gráfico Nº 92 Pero en este último gráfico lamentablemente no queda del todo claro si el casquete glacial, que en el extremo superior derecho (B) cubre todo el extremo este de Asia, cubrió también o no el estrecho de Bering (A).

El asunto no es irrelevante. Porque ni hoy, y menos pues hace 50 mil años, puede considerarse lo mismo cruzar una franja de tierra de 85 kilómetros que, para hacerlo, recorrer antes los 3 mil kilómetros de glacial que cubrían el extremo este de Asia (flecha roja). Pero más aún, son innumerables los textos en los que se afirma que durante la última glaciación «el continente Americano y Asia quedaron unidos por un puente de hielo en donde se ubica el estrecho de Bering» 376. Así, aunque obvio, habrá que decir que tampoco es lo mismo cruzar un puente de tierra que uno de hielo.

En verdad la ciencia tiene obligación de esclarecer meridianamente este asunto. O, en su defecto, precisar que no hay certeza de que el estrecho de Bering dejara una franja de tierra o, como gran parte del hemisferio norte, quedara convertido en parte de un gigantesco glaciar.

Entre tanto, se nos dice también que «se encuentra probado que por ese "puente" cruzaron» animales en ambas direcciones: mamuts, leones y chitas, hacia América, y desde ésta camélidos, que finalmente se extinguieron en sus respectivos destinos 377 ¿Pero por qué puente, de tierra o de hielo? No se nos precisa.

En el contexto de la indefinición sobre si el "puente de Beringia" fue de tierra o de hielo, permítasenos razonar en los siguientes términos.

Parece consistente que, durante la última glaciación, por el descenso del nivel de los mares, un punto del planeta como el estrecho de 238 Alfonso Klauer Gibraltar quedara convertido en una franja de tierra. Afin de cuentas se encuentra a 35º de latitud norte. Otro tanto puede decirse, y con mayor razón, del estrecho de Bad el–Mandeb, entre África y la península Arábiga, a solo 12º de latitud norte, es decir, aún más próximo a la línea Ecuatorial.

Pero el estrecho de Bering se encuentra a 65º de latitud norte, próximo pues al Ártico. Es decir, si como se vio en el Gráfico Nº 91, los glaciares cubrieron gran parte de Norteamérica y Europa, parece entonces más probable todavía que también gran parte del mar Bering se congelara y fuera parte de un gran glaciar que, cuando menos, habría cubierto el océano Pacífico hasta 60º de latitud norte –como se verá en un próximo gráfico–.

Ello ha dado pie a la existencia de la denominada teoría de "poblamiento temprano" de América, también conocida como "fuera de Bering" (out of Bering) 378, que postula incluso que los primeros pobladores, desde China, llegaron al nuevo continente directamente a México 379. Y es que no hay hasta ahora hallazgo alguno de restos humanos de antigüedad suficiente como para confirmar que las primeras migraciones llegadas a América utilizaron Bering como paso de entrada a América 380.

Sobre una plataforma de hielo de más de 3 mil kilómetros de longitud, resulta más fácil imaginar que la rusticidad de algunos animales les permitió sobreponer ese enorme desafío natural. Pero para un período tan remoto como 50 mil años atrás, en ausencia casi absoluta de fuentes de alimento, en la más absoluta precariedad de desarrollo material y técnico, con sus crías a cuestas, y sin la menor idea de cuándo acabaría el penoso recorrido, nos resulta inimaginable que los seres humanos de entonces lograran tan gigantesca hazaña. A una velocidad de 10 km/día, con rumbo seguro, lo que también es inconcebible, la epopeya habría tomado algo más de un año.

El Proyecto Genográfico (The Genographic Project, en inglés), una colaboración entre la National Geographic Society, IBM y la Waitt Family Foundation, tras analizar 115 mil muestras humanas de ADN en el mundo, viene confirmando tanto la hipótesis del origen africano del hombre, como la del poblamiento de América desde Asia 381.

Pero entonces, llegando desde Asia, ¿si no fue por el estrecho de Bering, y, como tampoco creemos, si no fue directamente de China a México, había acaso otro camino posible? Sí. Y es pues el que nos proponemos mostrar, y al que hemos denominado la "la ruta del Gua".

Veamos.

Así como la glaciación de Würm dejó franjas de tierra en Gibraltar y Bad el–Mandeb, la ciencia cree que también las dejó entre Australia y Nueva Guinea, a 10º debajo de la línea Ecuatorial; Filipinas e Indonesia, a 7º de latitud sur; y Japón y Corea, a 34º de latitud norte, esto es, similar a Gibraltar 382.

Pero también se sabe que, a diferencia de la mayor parte de los territorios de Canadá, las islas del archipiélago de la Reina Carlota, en  239 las costas del Pacífico a 1 000 kilómetros al sur de Alaska, apenas sufrieron la glaciación. De allí que en ellas se haya podido obtener gran variedad de fauna y flora que solo ha sido además encontrada en zonas alejadas como Japón 383.

Gráfico Nº 94 Gráfico Nº 93 Si como todas las fuentes indican, el norte del planeta resultó el más gravemente afectado por la última glaciación, dejando a salvo el archipiélago de la Reina Carlota, a 52º de latitud norte, con mayor razón quedaron entonces a salvo Japón, las islas Kuriles, el extremo sur de la península de Kamchatka, y las islas Aleutianas, por ejemplo. Pero no solo ello, sino que las islas del archipiélago de las Kuriles y de las Aleutianas, sí habrían quedado próximas unas de otras, y hasta incluso unidas, por el descenso del nivel del mar, que solo se habría congelado en torno a 60º de latitud norte, aproximadamente.

Para 50 mil años atrás, según los gráficos de evolución de la población que hemos mostrado, la población del planeta sería ya del orden de 5 millones de personas. Y sin duda, incluso más que hoy, Asia concentraba la mayor parte de esa población, dado que América estaba todavía despoblada.

Asimismo, dado que la glaciación no fue un fenómeno intempestivo, sino que se fue manifestando gradualmente, es lógico asumir que las poblaciones que se habían ubicado en las latitudes más extremas de Asia, huyendo de los rigores del clima, poco a poco fueron desplazándose hacia los climas más templados del sur. Es absurdo imaginarlas migrando más al norte, donde más frío había.

Así fue como cada vez más población se concentró en el sudeste asiático, incluyendo Indonesia y Filipinas. Y, allí donde confluyen los territorios de China, Corea y Japón, llegando desde lo que hoy son parte de Rusia y el norte de China, cada vez más grupos humanos alcanzaron la península de Corea, hasta saturarla. En aquel punto de la geografía, a 34º de latitud norte, cuando el descenso del mar dejó una franja de tierra o muy próximo el territorio de Japón, grandes oleadas de migrantes habrían cruzado hacia éste.

La presión poblacional cada vez más grande, exacerbada siempre por los rigores del clima, habría más tarde empujado a muchos a ocupar la franja de tierra de las que después sabrían que eran las islas 240 Alfonso Klauer Kuriles, la península de Kamchatka y las islas Aleutianas. Así, sin saberlo ni proponérselo, habían quedado a las puertas de América.

Cuando el océano recuperó su nivel normal, Corea y Japón, como otras partes del sur de Asia, y como en África se vio en el caso de Marruecos, Túnez e incluso el suroeste del Sahara, Nigeria incluida, quedaron atiborradas de población. De allí que, salvo en este último caso, siendo los otros territorios escasos en recursos naturales, tengan incluso hoy algunas de las más altas densidades de población del planeta: Corea 320 hab. / km2, y Japón 300 hab. / km2. Y como también puede apreciarse en el Gráfico Nº 95, ésos y otros espacios del sur de Asia concentran coherentemente las más altas densidades de topoguánimos.

Nada de ello puede entenderse tampoco como simples casualidades.

Gráfico Nº 95 Gráfico Nº 96 A diferencia del extremo nororiental de Asia, Siberia – Chukot, donde no hemos encontrado topoguánimo alguno, los hay en cambio en las islas Kuriles (donde se da la mayor densidad de topónimos por habitante del mundo) y las Aleutianas.

Así, China 􀁊 Corea 􀁊 Japón 􀁊 Islas Kuriles 􀁊 Islas Aleutianas 􀁊 Sur de Alaska, habría sido, según creemos, el camino de los primeros pobladores que, sin pretenderlo, huyendo del frío, arribaron por primera vez al nuevo mundo.

En 1995 se hizo en el sur del Perú un descubrimiento que, sin negar la hipótesis del tránsito por el estrecho de Bering, parece otorgar más solvencia a nuestra hipótesis. En efecto, casi en la cima del volcán Ampato, en la región Arequipa, fueron descubiertas, en magnífico estado de conservación, tres momias inkas entre 5 800 y 6 300 msnm, de hace solo 530 años. La primera, encontrada a la mayor altura, una niña sacrificada presumiblemente para aplacar las iras divinas que habían causado la erupción del volcán Misti entre 1440 – 1450, fue bautizada como Juanita de Ampato 384.

Poco tiempo más tarde, los científicos del Institute for Genomic Research, de Maryland (Estados Unidos), en pruebas de laboratorio, lograron recuperar células de los tejidos del corazón de la joven. Y los estudios del ADN demostraron que Juanita tenía íntimo parentesco con la tribu Ngobe de Panamá, y con antiguas etnias coreanas y chinas (taiwanesas) 385.

 241 Gráfico Nº 98 Gráfico Nº 98 Serra da Capivara Gráfico Nº 97 Es pues verosímil la hipótesis que planteamos sobre la ruta que habrían seguido los primeros pobladores de América. Y comprensible que, siempre huyendo del frío que afectaba también al enorme territorio al que habían arribado, siguieran migrando hacia el sur, más cerca del trópico, que es donde finalmente quedó concentrada la mayor parte de la población inmigrante. Ello contribuye a explicar por qué fue en Centro y Sudamérica, y no en Norteamérica, donde a la postre habrían de aparecer las primeras grandes culturas de esta parte del mundo.

Ypor qué, en un plazo históricamente corto, desde que asomaron por el norte del continente, habrían alcanzado un territorio como el de la Sierra de Capivara, en Brasil, a casi 12 mil kilómetros de distancia.

Finalmente, como puede suponerse al observar el Gráfico Nº 98, la ocupación del territorio sudamericano habría seguido hasta tres rutas. Una, por la costa del océano Pacífico, condujo al poblamiento inicial de diversos valles de la costa peruana, en uno de los cuales florecería hacia el 5000 aC la cultura Caral.

242 Alfonso Klauer Una segunda habría seguido la costa del Atlántico, donde primero encontraron la desembocadura del Orinoco, más tarde la del Amazonas, y luego la del Parnaíba, que fue la que seguramente condujo a la Sierra de Capivara Sin embargo, todo sugiere que ha sido poco estudiada la ruta del Casiquiare, que habría sido la que dio paso al poblamiento inicial del corazón de la Amazonía, tras ser remontado un accidente natural muy poco frecuente en el planeta. En efecto, el Casiquiare, río de Venezuela situado en el estado de Amazonas, con una longitud de 326 kilómetros, produce el fenómeno hidrológico denominado "captura fluvial", que conecta el sistema del río Orinoco con el del río Amazonas. El Casiquiare toma aguas del río Orinoco al suroeste de la altiplanicie de Duida, transportándolas, a través de una llanura de escaso desnivel, al río Negro 386, que desemboca en el Amazonas a 1 300 kilómetros del océano Atlántico.

Este fenómeno de captura fluvial fue descubierto en 1744 por el misionero Manuel Román. Más tarde fue reconocido por la Real Expedición del Orinoco, en 1755, y por Alexander von Humboldt en 1800 387.

No obstante, son escasos y aún no relevantes los descubrimientos arqueológicos en dicha vasta región. Pero también es verdad que la extraordinaria humedad del área, como igualmente ocurre con la selva al suroeste del Sahara, parece haberse encargado de destruir la inmensa mayor parte de los vestigios. No obstante, la Amazonía sigue representando un gran desafío para la arqueología.

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