Imperialismo y cambio en las lenguas
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

¡GUA!, EL INSOSPECHADO ORIGEN DEL LENGUAJE

Alfonso Klauer

 

 

 

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Imperialismo y cambio en las lenguas

Pero bien, retomemos el hilo de la historia. Parece razonable creer entonces que, en cuanto al uso de las vocales se refiere, en virtud del impacto de Mesopotamia, el indoeuropeo del 3000 aC, aquel que empezó a dar forma a muchas lenguas en Europa y Asia, debió ser bastante diferente del que se hablaba en el 5000 aC. Quizá el mayor impacto fue mermar sensiblemente el uso de la "a".

El cese de Mesopotamia como centro hegemónico, cultural y militar, dio paso al surgimiento de otros centros: Egipto, Persia, Fenicia, Creta, Grecia y Cartago. Todos ellos, alternando intensamente con los pueblos europeos de la costa del Mediterráneo, habrían también influido sobre sus lenguas, "modernizándolas", mermando la presencia de la "a". El Imperio Romano agudizaría aún más ese proceso, pero esta vez además con impacto sobre las lenguas septentrionales de Europa, entre ellas el germano, que debió seguir evolucionando con cada vez menor presencia de /a/.

Saussure reporta un ejemplo que puede resultar paradigmático.

Muestra en efecto que una remota voz indoeuropea /–aiwan/, tras eliminar la / a / en el antiguo alto alemán, es hoy / je /. El proceso habría sido el siguiente 344: Gráfico Nº 81 /–aiwan/ 􀁊 /–aiwa/ 􀁊 /–aiw/ (en el antiguo alto alemán) 􀁊 /ew/ 􀁊 /éo/ 􀁊 /eo/ 􀁊 /io/ 􀁊 /ie/ 􀁊 /je/ Quién pues, sin conocer esa secuencia, podría imaginar que tras el actual /je/ se halla bien disimulado y oculto un remoto /wa/. O, para  227 otro ejemplo que también brinda Saussure, quién podría suponer que un actual /gé/ está sustituyendo a un remoto /–waidanju/.

Muchos lingüistas han observado la transformación del latín durante y después del largo proceso que dio curso a la caída del Imperio Romano. Saussure por ejemplo dice: «las alteraciones más graves del latín en su paso a las lenguas románicas coinciden con la época muy agitada de las invasiones» 345.

Pero normalmente no se hace énfasis en la fase anterior de la transformación lingüística de ésa y otras lenguas imperiales. En efecto, como ocurrió con las lenguas de los centros hegemónicos, desde Mesopotamia, pasando por Creta hasta llegar a Roma, el espectacular desarrollo material y técnico que se experimento en cada uno de esos centros acrecentó grandemente el léxico de su correspondiente lengua, hasta convertirla en algo muy distinto a la que se usaba al momento de iniciación de la ola imperial.

En otros términos, el latín que conoció Cicerón en el siglo I aC era infinitamente más rico y complejo que el de los albores de Roma en los siglos VIII o VII aC. ¿Pero en boca de quiénes estaba en el siglo I aC ese latín exquisito que conoció el eximio orador y político romano? Sin duda en la de la élite urbana de Roma, pero también en la de las élites provincianas que, como la familia de Cicerón y muchos otros, se afincaron finalmente en la capital del imperio atraídos por el desarrollo de ésta.

Pero no así en la boca aquellos que quedaron en sus tierras, lejos de la capital, hablando sus propios dialectos. Ni en la de los provincianos que, desde los siglos IV y III aC 346, por miles fluyeron a ella por las mismas razones, alcanzando muchos un gran escenso social. Sin duda fue el latín vulgar de éstos el que hizo decir a Cicerón que el latín de sus tiempos se había corrompido respecto al del siglo anterior 347. Y lo que motivó sus referencias a la pronunciación campesina y tosca, y a la manía por el habla regional que manifestaban algunos oradores 348, provincianos de éxito, claro está.

En definitiva, fue durante el desarrollo del imperio (incluyendo pues la fase que la Historia tradicional denomina República) que apareció y se desarrolló el latín culto. Y como estuvo fundamentalmente en boca de la élite dominante, y en la de los administradores en todas las regiones del imperio, es fácil entender cómo y porqué la caída de Roma significó el inicio del proceso de extinción del latín. Ése latín culto, en particular, sería pues el responsable de la virtual extinción del / ua / en la península Itálica.

Pero ese proceso no ha sido privativo de los imperios occidentales.

También ocurrió en China. Allí el mandarín era la lengua de la élite, y la de los administradores imperiales en un vasto territorio de Asia. A diferencia de Roma, cuya élite sucumbió y el territorio de la península Itálica fue dominado por otras hegemonías de Europa, la élite imperial China se mantuvo en el poder hasta bien entrado el siglo XX.

Y, por razones prácticas, el mismo mandarín fue adoptado por la élite de la Revolución, y hoy, como putonghua, ya es hablada por la mayor 228 Alfonso Klauer parte de los chinos, habiendo desplazado del todo a algunas lenguas nativas. También el mandarín sería el responsable de la sensible disminución del /ua/ en el área sede de la milenaria élite imperial china.

Basta revisar el Gráfico Nº 18 para convencerse de ello.

En la América nativa, prehispánica, el proceso fue idéntico. El extraordinario desarrollo de la cultura azteca, en México, y de la Inka, en el Perú, explican también la notoria menor densidad del /ua/ en sus correspondientes territorios sede: la meseta de Anahuac y el valle del Cusco, como claramente puede percibirse en los Gráficos Nº 13 y 11, respectivamente.

En definitiva, el desarrollo léxico de las lenguas imperiales, su "modernización" con énfasis en el uso de la "e" y la "o", como correlato y reflejo del desarrollo material y cultural que lideraron las élites hegemónicas, ha sido la principal causa de la sustantiva alteración del patrón de uso de las vocales que durante milenios subsistió en las lenguas del Paleolítico y durante la primera fase del Neolítico.

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