Isofononimia, protolenguaje e historia
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

¡GUA!, EL INSOSPECHADO ORIGEN DEL LENGUAJE

Alfonso Klauer

 

 

 

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Isofononimia, protolenguaje e historia

El recuento, aunque también a todas luces incompleto, permite no obstante asumir que no se trata de simples coincidencias. La ausencia de relación histórica (económico–social y lingüística), que explique que se trata de copias o de imposición, deja como única posibilidad que se trata de una evidencia más de la existencia de un protolenguaje común y anterior a la aparición de todas las lenguas.

Con lo que con abundamiento se ha expresado hasta aquí, pero dejando constancia de que apenas se ha recurrido a un porcentaje mínimo del total de datos susceptibles de ser analizados, puede categóricamente afirmarse que hay una filiación toponímica, grande e incuestionable, entre África – Asia – América – Oceanía. Pero, además, que es de origen muy remoto. También con Europa, pero el desarrollo lingüístico de las lenguas de ésta ha borrado la mayoría de los vestigios.

A nadie debe extrañar que dicha filiación toponímica sea por completo ostensible entre nombres de esos continentes. La inmensamayoría de los topónimos citados de África, Asia y Oceanía, corresponde a pequeños caseríos rurales, o en su defecto semi–urbanos, con trescientos o a lo sumo cinco mil habitantes. Y ninguna de las potencias occidentales que conquistó a los países pertinentes se preocupó nunca de conocer esos remotos y generalmente aislados espacios, y menos pues de cambiarles el nombre (a menos que en ellos se descubriera una considerable riqueza: una rica mina, por ejemplo). Son entonces –diremos–, casi "nombres vírgenes", "impolutos".

Su semejanza enorme con nombres de América revela también, en contra de lo que hasta ahora se cree, que muchos de los nombres de ésta no han sido pues tan alterados y trasformados como tradicionalmente se viene creyendo. Pero esa semejanza en modo alguno casual advierte la necesidad de revisar todas o casi todas las versiones etimológicas que actualmente se maneja.

Aunque la lista precedente lo insinúa, un aspecto que merece la atención de los especialistas en toponimia, pero creemos que sobre todo de los historiadores, es el que se refiere a la abrumadora cantidad de topónimos, americanos en general, pero mesoamericanos y caribeños en particular, que tienen enorme similitud con otros de países dela costa occidental de África o muy próximos a ella.

El conjunto de las raíces originarias –primarias, secundarias y terciarias– que hemos mostrado, los miles de topónimos del mundo   entero que las contienen, y el vasto conjunto de isoguánimos, concurren a insinuar que la toponimia del mundo esconde una sorpresa mayúscula que a duras penas si hemos empezado a descubrir.

Pero así como el descubrimiento que ulteriormente haga la ciencia puede resultar apreciable para la lingüística y la antropología, en muchos casos la toponimia insinúa que también la propia historia puede utilizarla de cara a revisar muchos pasajes de la vida de los pueblos que, aunque escritos y reescritos, adolecen todavía de la consistencia y coherencia que podría lograrse con su concurso.

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