Isofononimia con nombres del Perú
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¡GUA!, EL INSOSPECHADO ORIGEN DEL LENGUAJE

Alfonso Klauer

 

 

 

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Isofononimia con nombres del Perú

El nombre Cajamarca, por ejemplo, alcanzó celebridad en la historia porque fue el escenario donde las huestes conquistadoras españolas capturaron y ejecutaron al último Inka del Tahuantinsuyo.

Kajamaka, fonéticamente casi idéntico, es sin embargo el nombre de un poblado de Uganda.

Canta, provincia de Lima, tiene sin duda su símil en Kanta, un topónimo dos veces presente en Níger. Carhuaz resulta idéntico a Kharwáz de Afganistán. Chira, el nombre de uno de los más grandes ríos de la costa peruana, y de una playa de Lima, es idéntico a Chira de Ghana. Chota, de Cajamarca, tiene símiles en Chota Nágpur, de India, y Chota de Tennessee, en Estados Unidos. Colca, el nombre del célebre segundo cañón más profundo del mundo se pronuncia como Kolka de Chad.

Huallaga, el cuarto río más importante de la geografía peruana, tiene símiles en Ouayaga, de Senegal, y Wallaga, nombre de un poblado de Nigeria y de una lengua de Etiopía. Huamanga, la provincia más importante de Ayacucho, se corresponde a su vez con los nombres Wamanga y Kiakwamanga de Rep. Dem. del Congo, y Wamanga del Congo. Huambo, provincia de Amazonas es idéntico a Huambo de Angola. Huancayo es casi idéntico a Uancai de Etiopía. Huaraz, capital de Áncash, es idéntico a Waráz de Iraq. Huarmey, provincia de   Áncash, es muy similar a Gwarmai de Nigeria, y a Gwathmey de Virginia, Estados Unidos. Huaylas, distrito de Junín, es muy similar a Uaila de Mozambique. Ica, región del Perú, es idéntico a Ica, nombre de una lengua de Benin.

Lima, capital del Perú, tiene réplicas en Mozambique (2), Rep. Centroafricana y Uganda. Y Limatambo, nombre de un centro prehispánico de Lima es casi idéntico a Quimatambo de Angola.

Manu, célebre por ser uno de los rincones ecológicamente más ricos y mejor preservados de la Amazonía peruana, tiene réplicas en un poblado de Nigeria y en una lengua de Myanmar. Mochumi, distrito de Lambayeque es idéntico a Mochumi de Botsuana.

Napo, uno de los ríos más importantes de la Amazonía de Ecuador y Perú, alberga casi en su desembocadora con el Amazonas a un poblado denominado Mazán. Y en Nigeria, los poblados Mapo y Maazan coincidentemente están también próximos entre sí. Paca, nombre de una bella laguna de Junín, es idéntico a Paka de Mali. Paramonga, distrito de Lima, es muy similar a Paramoda de Mozambique. Y, para terminar con los ejemplos de isoguanimia en la toponimia peruana, Yauri, poblado del Cusco, es idéntico a Yauri de Rep. Dem. del Congo.

En lo que a nombres de importancia histórica se refiere, Cahuachi, la célebre capital de los ejecutores de las Líneas de Nazca, es un nombre fonéticamente idéntico a Kawachi de Japón y, como raíz, está presente en otros cinco topónimos de este territorio. Pero además es también muy similar a Kouachi de Guayana Francesa.

Chan Chan, nombre de la célebre capital del Imperio Chimú que se dio entre los siglos XII – XV, en la costa norte del Perú, resulta muy parecido a Chan Chen, de Belice; Chanchén, de México; Shanshan, de China; Chak Chak, de Sudán; y a la primera parte del Chanchan Bulguman Gabas, de Nigeria. Y el propio nombre Chimú es muy similar a Chimo, de México; y a Chimue, de Mozambique.

Punkuri, cultura prehispánica del 2000 aC en la costa peruana es muy similar a Tunkuri de Nigeria. Sechín, célebre por sus megalitos grabados, también del 2000 aC, es virtualmente idéntico a Sechim de Ghana. Sipán, que se alzó a la fama con el descubrimiento de un fastuoso entierro prehispánico, está replicado en Sipan de Armenia y Sipán de Bangladesh. Pero también puede relacionársele fonéticamente con Sipane de Senegal, Sipanda de Mozambique y Sipawan de Filipinas.

Entre los etnónimos resulta sorprendente encontrar que Aymara, el nombre de la más numerosa etnia del Altiplano de Bolivia y Perú, y de su lengua, tenga una réplica en Aimara, nombre de un dialecto de Eritrea. Y Chanka, el nombre de la etnia protagónica del Imperio Wari, es exactamente igual a un topónimo de Zambia.

Inca o inka, que muchos cronistas de la conquista española presentaron como inga, el nombre pues de la célebre etnia del Cusco que protagonizó durante el Tahuantinsuyo, está sin duda presente en los topónimos Inkan, de Congo; Inkaw, de Rep. Dem. del Congo; Inga, cinco   veces presente en Congo, dos veces presente en Rusia, y una vez en Burkina Faso, Chad, Rep. Dem. del Congo, Nigeria, Filipinas, Japón y Myanmar.

Y Quechua, el nombre de la lengua inka que en versión nativa se presenta como Kechwa, tiene como ésta una réplica en Keshwa de Rep. Dem. del Congo. Y es muy similar a Kechhuár de Bangladesh.

Mayna, denominación de una casi desaparecida etnia de la Amazonía, que ha dado su nombre a la capital de Loreto, tiene su símil en Maïna de Chad. Y Omagua, una de las etnias hoy más numerosas, tiene símiles en Omagua, de Guatemala; y Omauas, dos veces presente en Filipinas. Pero además no puede desconocerse su proximidad con Onawa, tres veces presente en Estados Unidos.

En cuanto a voces del léxico prehispánico que fueron muy importantes en las culturas peruanas, he aquí los siguientes ejemplos.

Puna, el nombre al que se atribuye origen quechua, y con el que se define a las áreas más altas de la cordillera andina, es asimismo un topónimo en la Rep. Dem. del Congo. Ayni, la denominación de una de las formas ancestrales de reciprocidad colectiva, tiene su equivalente en un topónimo de Chad: Aïni. Minga, otra de las célebres formas de acción comunitaria en el territorio andino, es también el nombre de un poblado de la Rep. Dem. del Congo.

La kolka, pero también colca, celebrado depósito de avituallamiento entre los pueblos andinos, tiene su correspondiente en el topónimo Kolka de Chad. A su vez, Tambo o Tampu, la siempre nombrada estación de relevo de los sistemas de correo andinos, ve su nombre reflejado en el topónimo Tambo, cuatro veces presente en Rep. Dem. del Congo y una en Guinea. Pero asimismo en Tambo Boka, de Nigeria; Tambo–Mwana, de la Rep. Dem. del Congo; Tambouana, de Burkina Faso; y Tambu, de la Rep. Dem. del Congo. Y quipu, el célebre tejido andino, anudado para llevar cuentas, sin duda se pronuncia idéntico a Kipu de Hawai y Papúa – Nueva Guinea. Kolla, la principal esposa de los emperadores inkas, es fonéticamente equivalente al topónimo Koya presente en Sierra Leona (2), Malí y Chad.

Amaru, célebre porque Túpac Amaru encabezó una de las más grandes rebeliones contra el Virreinato de Lima, es el nombre de un poblado de la Polinesia Francesa y de otro en Rumanía. Y Túpac, a su turno, es nombre de cuatro poblados en Filipinas, donde adicionalmente está también presente como Tupak.

Kusi, un prestigiado y repetido nombre de mujer entre los inkas, es también el de un pueblo en Gambia. Mayta, un nombre de varón, y nombre de un Inka, es parte de Maitawaye, de Nigeria; Maytama, de Níger; y de Maytas, de China. Y Cápac, a su vez famoso por el nombre del mítico fundador del Imperio Inka, es fonéticamente idéntico a Capak, de Turquía; y a Capac–cuan, de Filipinas.

Con el nombre chamán se reconoce en el mundo andino, pero sobretodo en el amazónico, a quien actúa ya como líder religioso, o   curandero, hechicero, brujo o ayahuasquero. Y otro tanto ocurre en México. Pero permítasenos acá un desarrollo mayor sobre este caso.

La Antropología, pero también la Arqueología y la Historia, reconocen que el chamán y su actividad, el chamanismo, tienen en realidad un origen milenario entre los pueblos del planeta. Y las innumerables etnias de la Amazonía y México no han sido precisamente una excepción. Sino que, por el contrario, su vigencia social es largamente más importante que la de las prácticas equivalentes impuestas por la cultura occidental.

En el diccionario de la Academia Española puede encontrarse que la versión castellana, "chamán", deriva del francés "chaman"; y éste, a su vez, del tungús "šaman" 288, idioma de pequeñas poblaciones del oriente de Siberia (Rusia), Manchuria (China) y Mongolia. Pues bien, a pesar de la reconocida solvencia de la fuente, nos parece poco verosímil que un nombre tan arraigado y significativo entre los pueblos amazónicos haya sido impuesto por las poco numerosas poblaciones de colonizadores españoles que en ellas se radicaron, y entre los que la mayor parte fueron precisamente sacerdotes, que mal habrían podido divulgar una voz que para el cristianismo resultaba –y sigue siendo– herética.

En Brasil, a un tipo de chamán se le denomina "obalaué". Y en la Enciclopedia Encarta puede encontrarse que en Dahomey, hoyBenín, en la costa occidental de África, el vocablo correspondiente es "chapanán". ¿Resulta difícil encontrar la similitud fonética entre "chamán" y "chapanán"? No. Benín, en su pequeño territorio de 112 mil km2, registra 159 topónimos con "ua" y "wa". Y son tanto como 3–4 veces esa cifra los que incluyen la variante "ue" (similares pues al vocablo brasileño que acabamos de citar y subrayar). Benín es entonces un pueblo con una toponimia notoriamente familiar a la que, como se ha visto, se da en América. Parece, pues, más verosímil que a los pueblos de Asia (entre ellos los antes citados tungús), como a los de Mesoy Sudamérica, llegara remotamente el nombre "chamán" desde África.

En Angola, al sur de Benin, y siempre en la costa occidental deÁfrica, un pueblo tiene un nombre que, respecto de lo que se viene diciendo en los párrafos precedentes, a todas luces resulta paradigmático: Wakashamane. Y es que, el menos en apariencia, y con cargo al análisis de los especialistas, bien podría ser la suma de "waka" (= lugar sagrado) + "chamán" (= sacerdote). Y por sorprendente que pueda resultar, a solo 50 kilómetros de distancia, hay un poblado de nombre Oshimwaku (= wako), y huaco, como se sabe, está muy relacionado en el territorio andino con las huacas.

Por lo demás, el transparente topónimo Chaman está presente en Pakistán (2), Afganistán (4), Irán (3), y en el Perú, en la región Apurímac, en el área surcordillerana. Y, exactamente como el castellano "chamán", es decir, acentuado en la última sílaba, en la región Cajamarca, del área norcordillerana. En Irán hay otro, mas con acento alfabético árabe: Chamãn. ¿Puede seguirse pensando que todos estos nombres derivan del poco transparente vocablo tungús "šaman"?   La toponimia mundial ofrece también casos de isofononimia con la zoonimia y fitonimia del Perú y América. Veamos. Cacahuate, un nombre que se reputa de origen náhuatl, aparece en Filipinas como Cacawate (2) y Cacauayan. Pero a ese fruto también se lo conoce como maní, y mani es el nombre de un poblado de Mali. En Somalia hay un centro poblado de nombre Beeli Wacatay. Y huacatay es una especie de la flora sudamericana que se usa como condimento, reputándose el nombre como derivado del quechua "wakátay". El camu camu, fruto amazónico al que la ciencia moderna reconoce mayor contenido de vitamina C que el limón, tiene una réplica en Kamu–Kamu de Rep. Dem. del Congo.

Maca, una de las milenarias plantas andinas que, por sus destacados atributos terapéuticos, ha adquirido fama mundial en los últimos años, tiene su correspondiente en los topónimos Maka, de Sierra Leona, Senegal (3), Gambia, Níger y Malí; pero asimismo en Macca de Gambia. La quinua, emblemática por su valor alimenticio, reputada como de origen netamente andino, tiene su correlato en los topónimos Kinua y Kinwa, de la Rep. Dem. del Congo. Huasaí, una palma muy frecuente en la Amazonía, tiene símiles en Wasai de Nigeria, Malaysia (2) y Austria. Pero también en Wasay (2) de Filipinas.

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