origen del lenguaje en Sudamerica
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¡GUA!, EL INSOSPECHADO ORIGEN DEL LENGUAJE

Alfonso Klauer

 

 

 

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Sudamérica

Cualquier persona con un elemental conocimiento de la geografía de Sudamérica puede a estas alturas pensar que todo el ejercicio anterior ha sido inútil. Y es que allende las fronteras del Perú puede uno constatar la existencia de países como Paraguay y Uruguay, nombres que ni el más chauvinista de los quechuas podría pensar que tienen origen en esa lengua. Un autor aymara sostiene sin embargo que tanto uno como otro topoguánimo tienen origen en su lengua.

"Paraguay" –afirma Fernando Escóbar 3 en efecto–, es corruptela del aymara "pharaway" (= ¡qué seco es!). Y es muy posible –anotamos–, que la expresión aymara haga referencia a una parte del Chaco.

No obstante, mal podríamos obviar que para los nativos de Paraguay el nombre de su país tiene otro origen. Con legítimo orgullo afirman que es un nombre guaraní. Pero hay sin embargo varias versiones 4. Una primera postula que el nombre resulta de la suma de "payagua" (etnia originaria del lugar) + "y" (= agua, río). En guaraní significaría así río de los payaguas. Para otra, deriva de "paragua" (= corona de palma) + "y", con lo que entonces significaría río de las coronas. Y para otra la voz guaraní originaria es tan ambigua que puede representar agua como el mar, aguas adornadas, cola del mar, río de las muchas aguas y río que origina el mar.

Para el caso de Uruguay, según el mismo Escóbar 5, el nombre proviene del aymara "uruguay", una exclamación que significa ¡qué día! Pero hay también tres versiones del origen guaraní del topónimo.

Derivaría de "gurí" (= niño). O de "arugua" (= caracol) + "y" con lo que equivaldría a río de caracoles. O de "uru" (= pájaro) + "gua" (= lugar de) + "y" por lo que significaría río de los pájaros.

Pero en el mapa de América del Sur cómo prescindir del Aconcagua, la montaña más alta del subcontinente, en la frontera entre Argentina y Chile. Aconcagua –afirman autores chilenos 6–, proviene del aymará "conca" (= gavilla de paja) + "hue" (que dio paso ..)a "gua" (= lugar) + "a" que antecede y es entonación eufónica. La conjunción de los tres vocablos daría entonces como significado lugar de gavillas. Pero según Escóbar el nombre proviene en cambio del aymara "janq'uqhawa" (= caparazón blanco). Y una tercera versión indica que significaría centinela de piedra 7. ¿Cómo reputándose por igual al aymara como idioma originario, Aconcagua puede significar tan distintos conceptos? En verdad sí es posible. Del mismo modo que hoy una misma palabra tiene dos e incluso más acepciones distintas. Pero en realidad también cabe dudar de la validez de una, otra e incluso ambas etimologías.

En todo caso, éste y los ejemplos anteriores, parecen suficientes para en adelante tener cuidado con asignar validez a las etimologías que nos son presentadas. Tantas y tan distintas versiones no pueden sino generar reservas respecto de su validez.

Entre tanto, la América Meridional de lo real–maravilloso nos ofrece además nombres como Iguazú, la catarata más caudalosa del mundo, en el río homónimo, y que comparten Paraguay, Argentina y Brasil; Guanabara, la bellísima bahía de Río de Janeiro. Y quién puede olvidar Guayaquil y los volcanes Guagua Pichincha y Tungurahua, este último la cumbre más alta de Ecuador. Así como los nombres de Pisagua, Rancagua y Talcahuano, en Chile. Y también el de la península La Guajira, que en su mayor parte pertenece a Colombia. Menos conocido es el hecho de que la montaña más alta de la cadena Baraguá, en Venezuela, es Siragua.

También son poco conocidos nombres como Huanguelén, Quiñigual y Warnes, en Argentina. O Huata, Curahuara, Huanuní y Guarina, en Bolivia. Guano, Guamote y Yaguachi, en Ecuador. Del mismo modo que Guayacá, Chaguala, Guapá y Macaguana, en Colombia.

O que Churuguara, Acarigua, Aragua y Guárico, en Venezuela.

El territorio de las Guayanas es pródigo en nombres que habrán de resultarnos poco emparentados con todos los anteriores. Pero difícilmente alguien podría poner en entredicho que pertenecen al mundo del / ua /. En Surinam, por ejemplo, encontramos Aneewakondre, Godowatra y Zoewatta. En la República de Guyana, Awarabati, Ma-nawarin y Towakaima. Y en la Guayana Francesa Aouara, Kouachi y Rocoucoua.

En los dos primeros países queda clara la impronta lingüística de ingleses y holandeses, y en el último la todavía vigente presencia de los franceses. Aquéllos han representado el fonema / ua / con el grafema "wa" y éstos con "ua".

Como se ha visto hasta aquí, hasta en dos ocasiones hemos presentado el nombre "guagua". En la primera ocasión representando a un inofensivo mamífero amazónico al que también se le conoce como majaz. Y en la segunda como referente de un temible volcán. Dado que en un foro en Internet se inquiere con curiosidad por este especial tipo de guánimo reiterante, al que entonces llamaremos "reguánimo", vale la pena dar cuenta de que en la toponimia de América hay 75 casos de esa especie. Veamos solo cinco ejemplos: Uauá, en Brasil; Guaguay, en Colombia; Huahualcay, una vez más en Ecuador; Chalhuahuacho, en el Perú; y Guagual, en Venezuela.

Hay todavía sin embargo los que pasaremos a llamar "hiperguánimos", esto es, aquellos en los que hasta tres veces está presente el /ua/. Es el caso de Awaruwaunawa y Sawariwaunawa, en la Rep. de Guyana, Huauáriuaha, en Colombia, y Huayhuahuasi, en el Perú.

La etnonimia sudamericana, entre étnias y lenguas, es pródiga en guánimos, etnoguánimos pues en este caso. Del total de 531 nombres que se muestra en el Anexo Nº 12, Brasil ofrece 179 y Perú 124. De Argentina puede citarse como ejemplo Huarpe, cuyo sonido es semejante (~) a Huarpa. De Bolivia, Callawalla. De Brasil, Awá, Banauá, Caiwa –de pronunciación igual (=) a la de la cucurbitácea caigua–, y el reguánimo Eru–eu–wau–wau. Colombia nos ofrece Cagua (= Cahua), Guanano y Taiwano (= guano). Chile, Kakauhua. Ecuador, Huao y Nigua. En el territorio de las Guyanas, Surinam presenta Matawai; la Guayana Francesa, Wayapi (= Guayas). Paraguay, Guana y Guayaki (= Guayaquil). Perú, Aguaruna, Huambisa, Omagua y Yagua (también denominado Yegua). Uruguay, Guayanás (que prescindiendo de la acentuación = Guayanas) y Caiguá (= caigua). Y Venezuela, Barawana, y los reguánimos Guagua (= wawa) y Waruwaru.

Este último es uno de muchos casos donde un nombre está formado por la reiteración de una voz: waru. A ellos los llamaremos "bisguánimos".

Así las cosas, entre guánimos, reguánimos, hiperguánimos y bisguánimos, Sudamérica acumula tanto como por lo menos 11 065 voces, que por cierto incluyen a las que se dio del Perú. La composición es la siguiente: Cuadro Nº 2 / Guanimia sudamericana Guánimos Cantidad Topónimos mayores (en Anexo Nº 1) 7 075 Topónimos menores (en Anexo Nº 16) 1 691 Nombres de flora, fauna, acc. geográficos, cultura, etc. (en Anexos Nº 3 a 7) 694 Topónimos desaparecidos (en Anexo Nº 8) 128 Topónimos sustituidos (en Anexo Nº 9) 26 Antropónimos / Apellidos andino – amazónicos y aymara (Anexos Nº 10 y 17) 1 331 Antropónimos / Personajes (en Anexo Nº 11) 68 Etnónimos / Etnias y lenguas (en Anexo Nº 12) 531 Guanimia quechua (Anexo Nº 13) 402 Guanimia aymara (Anexo Nº 14) 298 Otra guanimia nativa (en Anexo Nº 15) 152 Total 12 396 Resulta obvio que el recuento es incompleto. No solo porque en algunos rubros, como los de topónimos desaparecidos y de topónimos sustituidos, la información es de muy difícil acceso. O porque, como en el caso de nombres de personajes, la bibliografía que habría tenido que revisarse es copiosísima. Sino porque en el caso de los apellidos y vocablos nativos la recolección habría resultado extenuante.

A pesar de ello, la cifra alcanzada puede parecer inverosímil.

Pero una vez más serán los listados de los anexos los encargados de despejar las dudas.

En el caso de los topónimos menores, cuando se compara las cifras dadas para el Perú con las de Sudamérica (Cuadro Nº 1 vs.

Cuadro Nº 2), se observará que apenas hemos encontrado 20 topoguánimos menores en el resto de Sudamérica. Y no tenemos la más mínima duda de que hay muchísimos más.

De la antropoguanimia precolombina presentamos como ejemplos: Bagual (= Bagua), cacique nativo de Argentina; Huallpa, nativo al que se le atribuye el descubrimiento de las minas de Potosí, en Bolivia; Paguana, cacique citado en la relación de fray Gaspar de Carvajal sobre el descubrimiento del Amazonas, en Brasil; Hunzagua, cacique cuyo nombre dio origen al topónimo Tunja, en Colombia; Guami, cacique quijo que encabezó una rebelión en 1578, en Ecuador; Guaypalcon, hermano de Atahualpa, Rahua Ocllo, madre de Huáscar y Yahuar Huaca (= yagua + huaca), emperador inka cusqueño, en el Perú; y Guaicaipuro, cacique independentista de Venezuela.

  No obstante, en adición a las cifras mostradas, posteriormente hemos encontrado por ejemplo que en la lengua mapuche, también llamada araucano y mapu dungun, en un diccionario que ofrece el significado de 255 topónimos 8 (la mayor parte menores), 9 de ellos, el 3,5 %, son topoguánimos, como Caburgua (= escarbado con cuchara); Gualichu (= genio del mal); y Tagua (= pájaro, polla de agua), que no solo es un topónimo menor en Chile, sino que, como raíz, forma parte de otros diez topónimos mayores en ese país. Pero /ue/, una voz sin duda muy próxima, está en cambio presente en 33 casos (12,9 %). El recuento de guánimos del citado diccionario mapuche lo presentamos en el Anexo Nº 39.

En otras fuentes hemos además encontrado los siguientes nombres mapuche de personas: Huaiquilaf (= buena lanza), Huanquyi (= anunciadora), Ayinhual (= huala querida, preferida), y Huala (mujer, deducido del anterior) 9. Y en el noreste de Argentina, en la zona de Cuyo, reportándose de origen quechua hemos encontrado los siguientes nombres: Antawara (= estrella cobriza), Wanka (= piedra grande), Warawara (= constelación), Waskar (= cuerda dura), Wayna (= joven), y Wayra (= veloz como el viento) 10. Así como estas otras voces mapuche: iliwan (= sospechar algo los caballos) 11, tregua (= perro), chawai (= pendientes o aros), huapi (= isla), huaca (= vaca) y tolhuaca (= frente de vaca) 12.

También adicionalmente hemos encontrado que en la lengua guaraní, sobre un total de 1 390 voces, 48, esto es, el 3,5 % son guánimos.

Aparecen en el Anexo Nº 40. Sin embargo, algunas voces son de uso muy reiterativo. De allí por ejemplo que solo en el índice de una Biblia en guaraní hayamos encontrado 71 veces la raíz "gua" 13.

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