Topoguánimos desaparecidos y sustituidos América Central y las Antillas
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

¡GUA!, EL INSOSPECHADO ORIGEN DEL LENGUAJE

Alfonso Klauer

 

 

 

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Topoguánimos desaparecidos y sustituidos

En lo que a topónimos desaparecidos se refiere, La Guacaba (= waka), que figuraba en los mapas del siglo XVI en Cuba, no existe más.

Y otro tanto ha ocurrido en la misma isla con Guacanagari (= waka), al que se cita en las crónicas de Gilij. Bien significativo resulta que en ambos ejemplos esté una vez más presente la voz "huaca". De Puerto Rico han dejado de existir Guadanill (= wada) y Guao. Así como de República Dominicana Guariágua (= wari), citado por Gilij, y Guayacoa (= waya) y Guayagua (= waya e = yawa), citados en 1515 por el cronista Pedro Mártir. Y, en el caso de México, quizá entre muchos, Atlihuayán (= waya), nombre de un importante enclave comercial olmeca en el primer milenio aC.

En México deben haberse concretado muchas sustituciones, pero acaso las más significativas sean la del reguánimo Coahuahuac o Cuauhnahuac (= lindero del bosque) 30, que dio paso a Cuernavaca, surgido de la combinación de dos voces muy familiares a los conquistadores españoles: cuerno y vaca –conforme indica la autorizada versión de Amado Alonso 31–; la de Cihuatlan (= lugar junto a las mujeres, en náhuatl), que era el nativo nombre de Guerrero; Huaxyacac (= lugar en la punta de los guajes o bules, en náhuatl), también llamada Huaxtepec, ambos nombres nativos de Oaxaca. Y Onohualco (= lugar donde se cruzan corrientes de agua, en náhuatl), nombre nativo de Tabasco.

Mención aparte merece el caso de Guanahaní, la célebre isla a la que arribó Colón en lo que la historia tradicional sigue considerando el viaje de descubrimiento de América 32. Era también llamada por los nativos Guanajani y Guanaja. Colón le cambió el nombre por el de San Salvador. Mas, habiendo quedado abandonada, sus nuevos dominadores, ingleses, pasaron a llamarla Watling en el siglo XVII, con lo que transitoriamente recuperó su pertenencia al mundo del /ua/. Sin embargo, en 1926, sus pobladores volvieron a adoptar el nombre que cinco siglos atrás había impuesto el almirante. Quizá, pues, más azarosa que ninguna otra ha sido la suerte de ese entrañable topoguánimo.

Habiendo llegado las expediciones europeas de conquista primero a las Antillas y Centroamérica, es lógico que fuesen esos territorios los que primero sufrieron una masiva sustitución de nombres. Solo Colón, en sus cuatro viajes, se encargó de imponer 197 nombres nuevos en el Caribe. Sin mucha imaginación apeló simplemente a trasladar topónimos que conocía del Viejo Mundo para asignarlos a los territorios que recorría y fueron ocupando los conquistadores. Del sur de España y el norte de Marruecos copió 12. De Galicia 3. Del este de la península Ibérica 11. De las islas Baleares 19. Nombres de santos y fiestas religiosas 33. De Mallorca 4. Del mar Tirreno 6. De las costas de Argelia 6. De Cataluña 5. De Portugal 1. Etc. 33 Entre los 197 nombres impuestos figuraron algunos guánimos de uso muy frecuente en España: Guadalupe, asignado a dos islas; Antigua, como parte del nombre de otras dos; Guardias, a tres islotes; y Guadalquivir a un poblado. Entre los 197 nombres sustituidos, que Colón ni ningún conquistador tuvo interés en registrar, deben haber sucumbido muchos guánimos ancestrales.

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