BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

Comunidades Productivas: Asociatividad y Producción en el Territorio
 

Luis Ramón Valdez

 

 

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Relaciones Sociales al Interior de la Sierra

La cooperación se ha convertido en una estrategia de sobrevivencia para las unidades productivas familiares de la sierra. Dado el bajo nivel de productividad de las pequeñas unidades familiares de producción la necesidad de facilitar espacio, herramientas, trabajadores y en ocasiones materiales, se convierte en un instrumento que impacta la generación de valor fuera de los espacios formales de valorización de la mercancía. Aunque en la práctica el excedente generado por este tipo de acción, es apropiado por el intermediario en una gran parte, al controlar los precios de compra del producto final y la provisión de gran parte de los insumos.

Ahora bien, las acciones de cooperación no nacen como un acto social o individual consciente sobre los beneficios que la acción de cooperación genera sobre la actividad que realizan. Nacen de practicas sociales surgidas de relaciones primarias construidas a lo largo de muchas décadas de compartir el mismo espacio / territorio.

La cooperación y la solidaridad están presentes en las pequeñas unidades productivas familiares al momento de plantearse compartir la producción cuando el taller cercano no tiene trabajo, o si ocurre una eventualidad calamitosa, en donde los demás propietarios de los talleres cercanos cooperan con el afectado. El elemento más relevante de estos intercambios es el hecho de cómo impactan positivamente la generación de valor en los procesos productivos y como consecuencia el valor agregado final de cada producto; y este proceso de incremento de valor es un hecho que se da fuera de la esfera de la circulación. Estos incrementos de valor no son adquiridos en el mercado; lo más interesante es como se ha volviendo “normal”, dentro de un proceso social de cooperación. Los productos de los artesanos van al mercado vía los intermediarios a unos costos relativamente menores que si dependieran de sus esfuerzos individuales con un mayor valor de realización de la mercancía en el mercado. Cómo consecuencia de la cooperación, cada unidad productiva agrega valor sin necesidad de pasar por el mercado, aunque sin poder obviar la intermediación que no agrega valor, pero sí costos que repercuten en la formación de los precios.

El avance del capitalismo requiere eliminar las relaciones sociales y culturales que no sirven directamente a su desarrollo, máxime si estas relaciones no cohesionan a un sector numeroso; por el contrario si estas relaciones aún satisfacen necesidades o coadyuvan a una reproducción equilibrada del sistema, podrían plantearse su preservación o la subsunción, en ese orden, la producción artesanal no es un producto capitalista per se, sino que lo es en la medida se hacen evidentes o dominantes formas particulares del capitalismo en la organización del trabajo y de la producción. El papel del trabajo en la creación artesanal y en la fabricación de artículos que devienen en productos o mercancías y que actúan como recurso principal o suplementario de la generación del ingreso en el entorno rural, en el actual contexto del capital es consustancial a la lógica del capital mismo; estos productos artesanales son también manifestaciones culturales y económicas de los grupos sociales de donde surgen, su producción no puede explicarse exclusivamente a partir de las relaciones mercantiles, desde la lógica de reproducción del capital, aún cuando estas se hayan constituido en la principal actividad generadora del ingreso familiar/comunitario. Al analizarse debe considerarse la construcción histórico social desde donde se materializa la actividad productiva. En los procesos de formaciones sociales donde la hegemonía del capital es de corte periférico, debe tomarse en cuenta la persistencia de “conflictos” dados por la persistencia de formas de organización comunitaria de la economía y la producción de fuerte corte no capitalista, que interactúa con el capital, como ya se ha visto en las unidades productivas artesanales productoras de muebles serranos.

La cuestión de la producción de muebles serranos, como muchas otras actividades de las comunidades productivas no es sólo un problema técnico económico, ni puede reducirse sólo a la dimensión económica o a la circulación mercantil de los productos; la racionalidad técnica puede percibir que el problema es de mejoramiento tecnológico, capacitación y la inclusión de la racionalidad del calculo mercantil para que se opere el salto cualitativo de las unidades productivas familiares a otras más evolucionadas, eso significaría no tomar en cuenta que la racionalidad del capital no siempre ha penetrado en estas unidades familiares y que por tanto tendría que darse un salto cualitativo de otra naturaleza, salto hacia donde exista la preocupación de acumulación de excedente, para poder avanzar en el sentido mencionado.

En las comunidades productivas del tipo bajo estudio se opera cierta experiencia comunitaria, ciertos hábitos de vida en los cuales la familia es la unidad base, para un conjunto de valores, en donde se materializan las relaciones sociales articuladas con relaciones de tipo económico.

Sólo cuando ha habido una asunción consciente del capital (se ha dado el salto a empresario capitalista) se opera la ruptura entre la produccion material familiar y lo comunitario y es sustituido por los valores propios del capital, dándole un nuevo matiz a las relaciones sociales tejidas entre los sujetos.

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