BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

Comunidades Productivas: Asociatividad y Producción en el Territorio
 

Luis Ramón Valdez

 

 

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Mutación del Estado Capitalista

El modelo capitalista de producción en masa de tipo periférico se desarrolló de forma insuficiente en República Dominicana150, y al mismo correspondió un Estado que lo prohijó, pero que no logró implantar convenientemente las políticas de corte keynesiano. Luego, en ese mismo Estado, producto de la crisis de los 80’s y principios de los 90’s, se iniciaron una serie de transformaciones que lo van reduciendo en su tamaño, y en las formas de regular la economía y la sociedad151; en ese sentido lo que se tiene es un reacomodo de las políticas estatales que van cediendo más espacios a las formas de regulación económica planteadas desde el mercado y esforzándose en la creación de mecanismos de regulación político-social. Las instituciones de factura keynesiana quedan entonces mutiladas o desmanteladas, y de esa manera los intentos de construcción de un estado benefactor fueron sustituidos por un nuevo modelo de Estado.

El Estado mutado, cambiado o transformado es un Estado capitalista periférico, con instituciones de factura keynesiana abortadas y en disolución; se ha convertido en un estado restringido, que funciona de manera reactiva a los cambios en el entorno nacional e internacional152; igualmente el Estado dominicano en esta siguiente etapa a juzgar por sus funciones prácticas va reduciendo su área de acción, quedándose con aquellas funciones que no pueden ser desempeñadas por el “sector privado”153.

Los cambios en la política económica del Estado, que adquieren su expresión fenoménica en cambios impositivos154 por ejemplo: El proceso gradual de desmonte arancelario, sustituyendo la pérdida de los ingresos con impuestos internos, no se dan como parte de una política económica deliberada diseñada al efecto; son las manifestaciones reactivas a los cambios empujados desde el exterior, además de los problemas históricos que arrastra, al no poder conservar al Estado mínimo, el estado cooptado. De todas formas estas son características comunes de los países en donde el Estado asume la lógica de conducción neoliberal en su versión periférica.

Más que la reducción del Estado a su función reguladora, lo que ha ocurrido en la práctica es un proceso de desregulación del desarrollo. Todo esto ha implicado el deterioro de la estructura productiva existente155, la limitación de las inversiones productivas, con notable incidencia en el empleo generador de riquezas y la transformación hacia una economía de servicios (zona franca y turismo), que si bien da cierta estabilidad respecto a la exportación de productos primarios156, limita seriamente las posibilidades de generación de riqueza y empleos productivos.

En la lógica del estado capitalista periférico en la nueva modalidad económica que este asume, se evidencia una tendencia que indica que una gran parte de la actividad productiva se va dando en sectores donde el trabajo manual desempeña todavía un papel relevante, por ejemplo: calzado, textil, muebles, minería, agricultura, etc.157; en las ramas donde la pequeña empresa representa un papel muy significativo. Pero este papel preponderante se realiza a pesar de la ausencia de una política estatal al respecto y de la existencia de iniciativas que desestimulan la labor industrial, y promueven de manera indirecta la transformación de las empresas productoras en empresas de servicios.

Las iniciativas estatales tienden a concentrarse en lo financiero, con escaso nivel de articulación con los instrumentos estatales que pudieran acompañar otros aspectos. La interlocución estatal se realiza a través de los gremios empresariales que enfatizan en las reivindicaciones, y en muchos casos sólo las de tipo arancelario. En tanto que la precarización del entorno de actuación se agudiza158.

En el imaginario de la esta nueva modalidad de estado capitalista en su versión periférica, y en las fuerzas políticas responsables de la gestión estatal, la pequeña empresa y las nociones de asociatividad y/o cooperación aún no entran en sus categorías conceptuales. Como se vió en el capítulo anterior la percepción del desarrollo y la industrialización han sido abandonadas como parte del eje económico, como propuestas políticas están ausentes inclusive del propio discurso de conducción social y estatal. Ciertamente a cada modalidad de desarrollo económico corresponde una forma particular de conducción del estado; o la readecuación del estado a la misma, en República Dominicana hasta los 80’s fue el Estado el que imprimió las tendencias o hilos conductores de la dirección económica del desarrollo. Las experiencias posteriores, hacen evidente el abandono de este papel por parte del estado, pero más aún, el no involucramiento del mismo, en las estrategias de conducción de largo plazo de la sociedad dominicana.

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