BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

Comunidades Productivas: Asociatividad y Producción en el Territorio
 

Luis Ramón Valdez

 

 

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Capítulo III. El Modelo de Estado Dominicano

El modelo Capitalista Keynesiano

En los primeros años del siglo XX la industria pesada alcanzó una importancia relevante, en los países industrializados y de manera particular en Estados Unidos, la producción del sector metalmecánica y metalúrgico adquirió un desarrollo extraordinario, especialmente la industria del automóvil, a partir del modelo productivo que posteriormente se generalizaría bajo la denominación de modelo de producción en masa y que tendría preeminencia internacional fundamentalmente después de la segunda guerra mundial.

Este modelo que en lo productivo se basó en la cadena de montaje en serie, tuvo su antecedente en el taylorismo de principios del siglo XX, que radicó su éxito en el control de los trabajadores121. Si bien Henry Ford toma lo esencial del taylorismo como el control riguroso sobre la intensidad del trabajo122 al implementar procedimientos estandarizados, lo supera en cuanto a su visión sobre la organización del trabajo123, en perspectiva logra integrar al mercado, promoviendo el consumo en masa al incrementar la capacidad adquisitiva de los trabajadores; Ford planteaba una proposición hacia la sociedad, basada en una visión popular del capitalismo que consistía en la integración de la agricultura a la industria, en realidad lo que veía era la posibilidad de integrar la enorme población rural vía la demanda interna al mercado124. La organización del trabajo que conceptuó y llevó a la práctica concreta tenía por objetivo central propiciar un proceso de acumulación ampliado, apoyado en un único producto. lo supera en cuanto a su visión sobre la organización del trabajo123, en perspectiva logra integrar al mercado, promoviendo el consumo en masa al incrementar la capacidad adquisitiva de los trabajadores; Ford planteaba una proposición hacia la sociedad, basada en una visión popular del capitalismo que consistía en la integración de la agricultura a la industria, en realidad lo que veía era la posibilidad de integrar la enorme población rural vía la demanda interna al mercado124

El modelo capitalista de producción en masa consigue mediante la mecanización elevar la intensidad del trabajo e incrementa la separación entre el trabajo manual y el intelectual. En lo que se refiere al proceso de producción, el modelo capitalista de producción en masa supera al taylorismo en la integración de los diferentes segmentos del proceso de trabajo, mediante un sistema de guías y medios de mantenimiento que permiten el desplazamiento de las materias primas en proceso de transformación y su conducción ante las máquinas-herramientas y en la asignación de los puestos de trabajo en función de la configuración del sistema de máquinas. Este principio provoca, en el obrero, la pérdida de control del ritmo de trabajo, sometiendo a los operarios a la uniformidad del movimiento de las máquinas125.

Asimismo estos principios posibilitan la simplificación creciente de los procesos de trabajo mediante la fragmentación de los ciclos de movimientos, llegándose a situaciones en las cuales los operarios solamente realizan movimientos extremadamente simples y rutinarios126. La simplificación de los procesos de trabajo permite una mejora en los rendimientos de la cadena, la que se va modificando cuantitativa y cualitativamente en términos de capital fijo, Gillen señala que este cambio generó toda una revolución en los procesos de fabricación, creando una ruptura epistemológica, pero también en las prácticas productivas, donde se privilegiaba el movimiento de los trabajadores, ocasionando muchos tiempos improductivos e inventarios en proceso. “Este cambio revolucionario propiciado por Ford, que lo alejó del taylorismo, le permitió incrementar sustancialmente la productividad de su proceso de fabricación, sobre todo de la parte dedicada al ensamble” 127

El modelo iniciado por Ford confrontó límites, por las condiciones propias de intensificación del trabajo y que se vieron mediados y atenuados por la acción del Estado. Ciertamente, las políticas Keynesianas128 implementadas para superar la crisis de en los países desarrollados129, se convertirían en el entorno ideal para la consolidación del modelo capitalista de producción en masa como mecanismo de regulación de todas las relaciones sociales.

La articulación del modelo capitalista de producción en masa con el keynesianismo adquirió una especial dimensión después de la segunda guerra mundial, Aglietta indica que el nuevo modo de cohesión de las relaciones de producción capitalistas ha permitido un enorme desenvolvimiento de la acumulación después de la segunda guerra mundial. Señala que las relaciones de capitalistas producción se han generalizado gracias a la interacción de dos elementos determinantes de la transformación de las condiciones de existencia del trabajo asalariado: por un lado, la organización social del trabajo ha desarrollado y profundizado el principio mecánico; por el otro, se ha constituido y estructurado un modo de consumo típicamente capitalista, de acuerdo con una producción masiva de mercancías al desarrollarse un proceso de expansión hacia Europa, Japón y otras economías hasta la crisis de principios de los setenta130. Durante casi treinta años el capitalismo se desarrolló de manera vigorosa en los denominados países industrializados, afianzando la hegemonía norteamericana. Esta articulación iba de manos de un conjunto de regulaciones sociales131 y una expansión del consumo masivo y fortalecimiento del ciclo de producción encaminado a la prevención de las crisis temporales que anteriormente habían afectado al capital.

En términos políticos, la derrota del fascismo, el ascenso de la Unión Soviética y la crisis de legitimación del capitalismo crearon las condiciones, después de la segunda guerra mundial para un amplio proyecto de reforma estructural. La “vida en conjunto, desde la organización de las áreas de vivienda y las fábricas, hasta la zonificación de las ciudades se organizó de acuerdo a esas normas estandarizadas de producción y de consumo”132. Durante ese período, el proceso que fortaleció los sindicatos y la clase trabajadora fue acentuándose con una transformación “que convirtió a los proletarios sin derechos en ciudadanos, no sólo en Europa y USA, sino también en zonas limitadas social y espacialmente de la periferia133”. El papel del Estado fue relevante en este proceso de atenuación de la explotación del capital, de forma que el Estado denominado de bienestar con su clase trabajadora y los derechos sociales y laborales hicieron posible que, en el modelo capitalista de producción en masa, las desigualdades existentes entre las clases fueran amortiguadas. Durante el modelo capitalista de producción en masa, surgió una amplia clase media que caracterizó política y económicamente esas décadas y significó un límite al predominio del capital.

Algunos autores afirman que los límites impuestos por el modelo capitalista keynesiano de organización del trabajo a la fuerza de trabajo, desencadenaron una serie de conflictos con carácter reivindicativos, que en el período de posguerra fueron relativamente aplacados por la doble acción del capital corporativo y del estado keynesiano. En el caso de algunas industrias de producción en masa de los Estados Unidos, el poder sindical fortalecía su capacidad de negociación colectiva frente a demandas de mejores condiciones de trabajo, a la vez que le permitió acumular un importante poder de negociación social frente a cuestiones referidas a la seguridad social, salario mínimo y otras políticas sociales134. No obstante, ello se dio a cambio de que la fuerza de trabajo adoptase una actitud de cooperación en cuanto a las técnicas capitalistas de la producción en masa y a las estrategias corporativas destinadas a aumentar la productividad.

Por otro lado el Estado, mediante una combinación de políticas fiscales y monetarias se esforzó por controlar los ciclos económicos. Las políticas estatales, durante éste período, estuvieron destinadas a garantizar el crecimiento de la producción y del consumo en masa como así también a garantizar un empleo relativamente alto. Esto se vió reflejado en el diseño y ejecución de las políticas sectoriales135 como el gasto público en infraestructura, en seguridad social, salud, educación, vivienda, etc. Estas formas de intervención estatal, con variaciones de un país a otro, permitieron conciliar un crecimiento económico estable con un mejoramiento de las condiciones materiales de vida de la población136.

La producción en masa bajo la lógica de Ford implicó transformaciones en el salario, el hecho de pagar altos salarios estaba relacionado con los altos niveles de productividad del trabajo, en donde el trabajo realizado por el trabajador es mayor, que la cantidad de trabajo necesaria para su reproducción y satisfacción de las condiciones para que pueda seguir trabajando; por lo que el Estado se convierte en un colaborador en el proceso de crear las condiciones para que el trabajador siga produciendo para el modelo137.

El eje impulsor de este modelo fue la transformación interna de los procesos productivos industriales, el objetivo fue el crecimiento del mercado interno mediante el aumento del poder adquisitivo. Se puede afirmar que el modelo capitalista de producción en masa le adjudicó un papel en cierta medida secundario al comercio internacional.

Con la hegemonía conseguida después de la segunda guerra mundial, los Estados Unidos lograron imponer su moneda a través de los acuerdos de Bretton Woods, los organismos internacionales que se crearon posteriormente y por medio del Plan Marshall que financió la reconstrucción de Europa. El modelo capitalista keynesiano se constituyó entonces en el modelo a emular. No obstante, la expansión internacional de este modelo capitalista de producción en masa aconteció de modo desigual138, en tanto que cada Estado intentaba crear su propio modo de "gestionar" las relaciones de trabajo, la política fiscal y monetaria, la inversión pública y las estrategias de bienestar social. Un hecho evidente fue que los beneficios del modelo capitalista de producción en masa no consiguieron atender a toda la sociedad, generando la insatisfacción de amplios sectores sociales, en tanto que otros sectores estaban sometidos a la dominación de los bajos salarios y relaciones contractuales débiles.

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