BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

DESARROLLO AGROINDUSTRIAL SOSTENIBLE: SUBREGIÓN CENTRO-SUR DE CALDAS

 

Carlos Humberto González Escobar

 

 

 

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Dimensiones del Desarrollo Agroindustrial.

En la perspectiva política se establecerán unas condiciones distintas de la negociación y gestión del territorio, las formas de transacción de las inversiones públicas y privadas, el cambio en el agenciamiento del desarrollo local y subregional y en la unión de intereses públicos de distintas (por tamaño y complejidad) administraciones y organismos públicos.

En la perspectiva social se tendrá otras estrategias de articulación de las comunidades rurales organizadas, las organizaciones sociales locales, los gremios, y de las nuevas formas de organización de los actores sociales del territorio.

La dimensión cultural, se pregunta por los cambios de paradigma, los nuevos valores y conceptos que la gente debe empezar a introyectar.

En la dimensión económica implica nuevos sistemas de producción y de gestión de las empresas rurales. La inserción en las dinámicas empresariales de productividad y competitividad.

Las subregión deben tener su propia definición de sus presupuestos públicos y de la participación privada, e incluso establecer un marco de política para articular los recursos económicos, pero también los conocimientos, el talento, la tecnología, la gestión, etc.

¿Cómo establecer sinergias y alianzas estratégicas entre la academia, el sector privado, los productores rurales y la administración pública para asumir con seriedad, y en proceso coherente y sistemático, el desarrollo productivo y competitivo de lo rural en la subregión Centro–Sur de Caldas?

Si un factor cultural es de resaltar y rescatar, es el de la identidad territorial, el sentido de lo propio, la pertenencia a las cosas, los valores que nos unen y nos hacen ser parte de el. Hoy; se considera fundamental la cultura en el desarrollo, es decir, desde allí se funden los procesos de construcción de relaciones sociales y comunicación de los actores para el desarrollo.

El cimiento sobre el cual se soporta hoy el desarrollo está ligado a factores como la confianza, las relaciones, la formación de capital social y de ahí parte la acepción de lo cultural en el territorio.

Sobre la identidad, los imaginarios, los valores regionales y el sentido de pertenencia se redescubren los nuevos valores sobre los cuales se refunda el territorio y se proyecta el futuro.

Muchos de los factores culturales del pasado y vigentes en el presente pueden ser facilitadores o limitantes del proceso de cambio cultural y de una perspectiva futura de desarrollo.

El arraigo, las costumbres y las tradiciones de producción pueden ser muy difíciles de transformar; por años esta zona ha venido construyendo un patrimonio cultural, estético y arquitectónico con relación al café. Edificaciones de bahareque y guadua, formas de vestir, maneras de expresarse y comunicarse, un lenguaje con relación al producto, sistemas de negociación y producción.

Las crisis y las bonanzas relacionadas con el café han provocado salidas creativas para sobrellevar las dificultades y también han generado reformas en la estructura de explotación, en construcción de infraestructura física y social en el territorio, en tratar de romper la economía unidependiente.

Uno de los aspectos a rescatar es la integración familiar con relación al cultivo y producción del café, en ella participa todo el núcleo familiar, se reparten labores en el día a día, ya sea sembrando, cosechando, limpiando, abonando, controlando la producción, el lavado, el secado, el empacado y la comercialización. Son todas labores en las que el colectivo familiar participa, comparte y aprende.

Pero este factor también ha conducido a una mirada egoísta e individualista de los productores, el querer enquistarse en la familia y no compartir con los demás miembros de la comunidad, en la posibilidad de organizar lazos sociales y empresariales para el desarrollo integrado del sector. Por lo general las infraestructuras, herramientas y equipos son posesión de cada finca o empresa de explotación. La construcción de beneficiaderos es un ejemplo de construcción de infraestructura y la dotación de equipos para cada finca, con costos elevados y con niveles de ocupación bajos, es decir subutilizada en su capacidad de explotación.

Las formas de dirección autónoma y patronal del dueño del predio, el concepto hacendista de administración tradicional son factores que pueden afectar los cambios en la gestión empresarial, participativa y democrática del perfil de las nuevas organizaciones productivas rurales. La empresa rural es una empresa familiar en la que se hace visible el poder y la autoridad del padre y en la que se decide en función de las tradiciones y las costumbres de antaño, la forma familiar de decidir y dirigir. Ello está entronizado en la sociedad y en sus instituciones, el caso específico del paternalismo, un modelo de vinculación y contratación de los miembros de la familia para las tareas de producción, sin tener en cuenta los perfiles, las habilidades y destrezas requeridas, las competencias que requiere la empresa y las que le exige el entorno competitivo en donde está inmersa.

Una condición esencial del mundo moderno, es la de crear una cultura emprendedora y empresarial en la explotación del campo. Es una exigencia de la globalización, la concepción de la finca como una empresa que requiere hacer estudios de factibilidad para identificar potencialidades, cuáles son los productos y servicios que requiere el mercado, cuáles son los clientes y en dónde están. Definir si existen condiciones en el suelo o en la finca para hacer determinadas siembras o explotaciones, si es posible incorporar nuevas tecnologías al proceso y a los productos.

La particularidad y a la vez generalidad de la estructura agraria en la región es la proliferación de pequeñas parcelas de menos de cinco hectáreas y con una explotación tradicional de café. Es una estructura minifundista con dificultades en su conformación, con deficiente nivel de educación y preparación de su talento humano, apegado a las tradiciones y a la cultura de producción de café, y con muchas dificultades para acceder a recursos y tecnología. Una de las formas de pensamiento a cambiar es que ya no se requiere grandes extensiones de terreno para producir de manera eficiente y con altos niveles de rentabilidad, en pequeñas parcelas es posible montar grandes explotaciones agropecuarias, esa es una tendencia y la tecnología contribuye a eso. Lo otro es mejorar los niveles de cooperación y asociatividad entre productores, organizarse e integrar recursos y conocimiento para desarrollar capacidad competitiva.

Se necesita articular lo cultural con el sistema de formación, la educación en todos sus niveles, para desde allí irradiar a toda la sociedad y provocar un proceso de cambio cultural hacia nuevos valores de producción económica y social.

La cultura ambiental en productores y consumidores es una condición que debe crear la subregión en todos sus ámbitos para articularse a las exigencias del nuevo entorno y a las tendencias del mercado. Los productos ecológicos o de sello verde, basados en producción con insumos naturales o productos no contaminantes, la sustitución de insumos químicos en la producción agrícola como los abonos y los controladores, por abonos orgánicos y controladores biológicos, por ejemplo.

La producción agraria sostenible en pequeñas granjas autosostenibles, como lo es también la propuesta ZERI (cero contaminantes), y en la que se promueve la conformación de conglomerados productivos, en donde los productos de una empresa o explotación productiva, son los insumos de otra.

Desde el componente ambiental se tiene la perspectiva de generar un desarrollo sostenible, en el cual se superen los problemas de la pobreza y la exclusión, y se promuevan nuevas condiciones sociales, políticas, económicas en el territorio.

Ello requiere establecer condiciones de cambio cultural en la producción y consumo de los agentes individuales e institucionales del territorio. Asumir un nuevo rol social, un cambio cultural en el tema ambiental, que incluye nuevos valores por el uso y explotación de la tierra, pero además por los patrones sobre los cuales basamos el consumo cotidiano.

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