BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

DESARROLLO AGROINDUSTRIAL SOSTENIBLE: SUBREGIÓN CENTRO-SUR DE CALDAS

 

Carlos Humberto González Escobar

 

 

 

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4.8.5. Una Subregión del Conocimiento

Grafico 11. Subregión del Conocimiento

La propuesta de hacer de Manizales una Ciudad del conocimiento (Plan de Desarrollo de Manizales, 2002-2003) mediante el proyecto MEC, no debería concentrarse solo en la capital, es necesario permear y extender la formación de capital humano y social en el resto de la subregión, para hacer del territorio un organismo cualificado y competitivo, de hecho existen instituciones de formación, investigación y producción conectadas geográficamente, y existen algunos nexos de comunicación e intercambio de información.

Se requiere de la generación de una cultura de la innovación y el conocimiento para hacer que la subregión y sus habitante lo introyecten a sus hábitos sociales y productivos, para así dar el cambio en la concepción y construcción de su desarrollo desde una visión prospectiva desde el conocimiento.

La promoción del conocimiento está ligada a la inversión de recursos públicos y privados, y que esos recursos sean componente de los planes de desarrollo, de sus presupuestos y que en los procesos de ejecución efectivamente se dirijan hacia los sectores dinámicos y potenciales de desarrollo de la economía subregional. Lastimosamente hoy los presupuestos están limitados a apagar incendios, a resolver problemas de coyuntura y no se orientan a un desarrollo de la ciencia y la tecnología propia y hacerla útil para el sector productivo y empresarial.

El sistema nacional de ciencia y tecnología aún no se siente en la región y menos en la dinamización de su economía, hay intentos por la regionalización del sistema mediante la formulación y gestión de una agenda en ciencia y tecnología, pero se requiere avanzar más, hacia la concepción de una estructura y una institucionalidad que permita, en el largo plazo, articular los actores estratégicos (academia, centros de investigación, investigadores particulares, el sector público, organizaciones sociales y el sector empresarial) para que se establezcan verdaderas sinergias, más allá de los encuentros y las reuniones de funcionarios sin ningún norte y sin un compromiso claro, se necesitan hechos y recursos concretos dirigidos a la investigación y el desarrollo regional.

Existe un cimiento sobre el cual se puede levantar una subregión del conocimiento, las universidades públicas y privadas, el proyecto MEC, centros de investigación calificados, la agenda de ciencia y tecnología, las incubadoras de empresas y, en general, un círculo de intelectuales e investigadores que reconocen la importancia que la variable conocimiento significa hoy como el recurso más valioso y generador de ventaja competitiva de las organizaciones y de la economía subregional.

Una política regional de ciencia y tecnología, ligada a un plan prospectivo de desarrollo, en el que se incluya un capítulo fuerte en desarrollo tecnológico e innovación, en la cristalización de nuevas formas de gestión y dirección de los recursos y capacidades de la subregión en donde participen los diferentes agentes y actores estratégicos, que desde la administración pública departamental y de las localidades vinculadas se establezca una institucionalidad en el largo plazo para que este tema supere la mirada cortoplacista y efectivamente tenga garantías de recursos y de un manejo autónomo y transparente (un marco de criterios de gestión no influenciados por dirigentes “políticos”), en donde los gobiernos respeten las reglas de juego y le den continuidad a esa política.

La conexión a la red de instituciones educativas, la creación de centros del saber, el acceso de la comunidad a la información por medio de la red Internet, el desarrollo de un sistema de formación virtual para los sectores urbanos y rurales haciendo uso de nuevas metodologías y pedagogías, con el apoyo de tecnologías de comunicación e información, lo que significaría el acceso a información, comunicación y conocimientos con amplios grupos de la población, posiblemente conduzcan a una reducción en los costos de la educación y por tal mejore los niveles de inclusión social.

La identificación de cluster agroindustriales y la posibilidad de desarrollarlos parte de la incorporación de avances tecnológicos, de agregar valor a partir de conocimientos aplicados a los procesos y a los productos, el promover la consecución de activos intangibles y formación de capital intelectual y estructural para esos sistemas de cluster desde cada una de las organizaciones productivas, centros de investigación y gestión que pertenecen o están conectados a ese entramado.

La gestión de tecnologías de información y comunicación, la transferencia y adaptación de tecnologías al sector rural, como por ejemplo el desarrollo de la investigación en biotecnología.

Este tema de la gestión del conocimiento va ligado a la gestión tecnológica, la incorporación de la creatividad e innovación a la agroindustria, que toma como eje al talento humano con capacidad y competencias para el aprendizaje y el trabajo en equipo, la gestión de tecnologías avanzadas, el estímulo a la ciencia y la tecnología en las universidades, centros tecnológicos y centros de investigación para la cualificación de la agroindustria.

Se requiere construir organizaciones y estructuras empresariales y aún sociales modernas, instituciones públicas inteligentes, con capacidad de adaptación a las exigencias del entorno global, flexibles y dinámicas, e incluso al diseño de nuevas formas de organización de gestión de lo público interconectado con el sector empresarial y el investigativo.

El conocimiento como el recurso y la capacidad más valiosa de la economía de hoy, el recurso diferenciador y generador de valor agregado de las empresas más competitivas, por lo cual se convierte en una exigencia y por tal en un reto en el que se creen las condiciones sociales y territoriales para establecer la subregión centro–sur como un entorno innovador.

Lo que se denomina “endogeneidad en el plano científico” representa “la capacidad interna de un sistema para generar sus propios impulsos tecnológicos de cambio, capaces de provocar modificaciones cualitativas en el sistema” (Boisier y Silva, 1990), que corresponde a dos intereses de este trabajo, el concepto del desarrollo endógeno (en la perspectiva de establecer condiciones al interior de un territorio para aprovechar todo su potencial humano, social, político, económico y ambiental) y el otro interés se centra en los procesos de transformación cultural y de aprendizaje colectivos derivados de los avances científicos y tecnológicos que su entorno innovador le proyecte.

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