BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

LA RELACIÓN GLOBAL-LOCAL: SUS IMPLICANCIAS PRÁCTICAS PARA EL DISEÑO DE ESTRATEGIAS DE DESARROLLO

Carlos Barrios Napurí
Ulises Castro Álvarez
Lorena G. Coria
Mario González Arencibia
Remedios Martínez Verdú
Leopoldo Taddey Díez
 

 

 

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3. El caso de China

En China se dio un proceso significativo de desarrollo local también iniciado desde el espacio político, con la creación de la República Popular China en 1949. Con un 95% de la población dedicada al agro, se creó un nuevo modelo de convivencia local: la comuna, con medios de producción colectivos. Esta era al mismo tiempo una unidad de producción que actuaba como una sociedad democrática cerrada, con tres pilares, la producción, el ejército y la conducción ideológica del partido. Al principio la explotación agrícola fue individual, respondiendo a las expectativas de los campesinos. Pero ante la escasez de tierras, a partir de 1958 la explotación de las parcelas asignadas deja de ser individual y comienza a ser responsabilidad de las brigadas. La estrategia fue provocar el cambio desde dentro. Se favoreció una economía de subsistencia en la que apenas había excedentes para comercializar. y se procuró el desarrollo de las capacidades con adecuaciones tecnológicas extensivas.

Se aplicó así un modelo de desarrollo territorial endógeno. Mao no encontró viable para China el modelo de crecimiento industrial aplicado en la URSS y, además, se vio abandonado por esta en 1961, con la ruptura chino-soviética. En 1962 lanza el «gran salto adelante»; publica el «Libro rojo», donde la idea básica es la revolución permanente, la autocrítica y la crítica a las tendencias capitalistas y de corrupción burocrática de los cuadros del Partido Comunista Chino, incluso a los más elevados; y se desencadena la revolución cultural. Para diferenciarse de la orientación vigente en la URSS, propagandiza la imagen de una inexistente afinidad a Stalin.

China busca tecnología en occidente y desarrolla una política de crecimiento tecnológico mixto, con captura de tecnología de punta, y con tecnología industrial de base desarrollada en las comunas, junto a un proceso de alfabetización y educación general obligatoria como parte de las jornadas de trabajo.

El alejamiento de la URSS permitió que se iniciase un acercamiento a EE UU, lo que les dio la posibilidad acceder a un mercado internacional. En 1972 se comenzó a tener relaciones diplomáticas; además, en la industria hubo un importante desarrollo. Luego de la muerte de Mao Tse-tung, en 1976, se da apertura hacia el capitalismo económico, se permite la propiedad privada de algunos medios de producción y se permite la llegada de capital extranjero, para industrias que se localizan en los antiguos enclaves coloniales que tenían una infraestructura mínima, y el turismo; aunque sólo en las ciudades principales. Con estas medidas, el comercio se revitaliza y crece la producción agrícola e industrial, gracias a una fuerza de trabajo abundante, barata y suficientemente cualificada.

Desde fines de los años setenta, China tiene un crecimiento económico espectacular. Durante el período de 1975 a 2004, el PBI aumentó anualmente en 9.5%. Es más de tres veces el incremento del PBI del resto del mundo, en que el crecimiento ha sido en promedio de 2.9%. La calidad de los productos también aumentó palpablemente.

China ha abierto su economía a las inversiones extranjeras y ha introducido un gran número de elementos de mercado. El Estado se consagra sobretodo a definir una macropolítica y las empresas individuales reciben más autonomía, pero los sectores clave, las materias primas naturales y los sectores de tecnología avanzada quedan en manos del Estado, lo mismo que los servicios públicos. Se ha asistido a la creación de un sector mixto muy grande, en el que el Estado conserva una parte minoritaria con un derecho a veto clave.

El crecimiento económico se traduce en disminución de la pobreza por factores sociales y políticos que, en China, son muy favorables. En la década del noventa, el número de habitantes extremadamente pobres (menos de un dólar por día) disminuyó en 150 millones mientras que, en el mismo período, en el mundo aumentó en 28 millones.

En junio de 2004, la Comisión Europea publicó un informe sobre la cuestión de saber si China podría recibir el status de economía de mercado. La respuesta era no. “A pesar del reciente progreso, la influencia del Estado sobre la economía china es aún muy grande.” A los ojos de la Comisión, “China va a quedar por mucho tiempo todavía en una economía de no-mercado”; ante lo cual la respuesta china fue que “la UE debe tomar en plena consideración el hecho de que China ya tiene ahora establecido en lo fundamental el sistema de economía de mercado socialista. ... Esperamos que la UE considere concienzudamente los hechos y que reconozca cuanto antes a China como una economía de mercado“ (1).

Para los chinos, a partir de una situación de retraso, era de hecho imposible saltar de un sólo impulso hacia un tipo de socialismo “puro”. Es por eso que hoy, dan un paso para atrás. El propósito es el de conducir al país a un desarrollo socialista través de un período que durará alrededor de un siglo (2). Este período es descrito como “la fase primaria del socialismo”. Ahí se integran métodos deducidos del capitalismo con el propósito de resolver problemas que, de hecho, debían haberse producido en el transcurso del desarrollo capitalista normal. Según los chinos, este desarrollo acelerado de fuerzas productivas es necesario para alcanzar un estado más elevado del socialismo (3).

El caso de China, por tanto es el de otro modelo de crecimiento donde la intervención política tiene el rol clave de protector del desarrollo endógeno, a partir del cual se da la apertura global.


1. Conferencia de prensa de la Portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular China, en http://www.embajadachina.org.mx/esp/fyrth/t141829.htm
2. Marc Vandepitte “China y la India: ¿Qué modelo de desarrollo tiene más éxito?” en www.indymedia.be
3. Para los comentarios relativos a algunos documentos oficiales, ver R. Berthold, La Chine sur la voie du socialisme, Etudes Marxistes, octobre-décembre 2003, n° 64, pp. 13-80.
 

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