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LOS CONDICIONANTES EXTERNOS EN LOS PROCESOS DE INTEGRACIÓN
El rol de Estados Unidos de América ante los casos europeo y latinoamericano


Eduardo Rivas

 

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El nacimiento de la Europa comunitaria

Es en este contexto que Jean Monnet (1) propone al Ministro francés de Asuntos Extranjeros, Robert Schuman, “someter la totalidad de la producción francesa y alemana de carbón, hierro y acero, a una organización abierta a los demás Estados europeos, a una Alta Autoridad comunitaria”(2).

Es decir, la vieja idea de la construcción política de Europa fue la que posibilitó, con el apoyo explícito de EUA (3), la solución a largo plazo de un problema de larga data (4). Schuman confiaba en que este proceso generaría “necesariamente la primera etapa de una confederación europea” (5).

La Declaración Schuman (6), que se realizó exactamente cinco años después de la capitulación alemana, dato que no debe pasar desapercibido en la construcción europea tan afecta a la simbología, invitó a Alemania Occidental y a los restantes Estados democráticos liberales europeos a poner en común la producción del carbón y del acero bajo el mando de una Alta Autoridad de carácter supranacional (7).

Esta declaración rindió sus frutos y comenzaron las negociaciones para llevarla a cabo, negociaciones que se vieron muy marcadas por el estallido de la Guerra de Corea. Sin embargo se plasmaría con la firma en París, el 18 de abril de 1951 (8), del Tratado constitutivo de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (TCECA), que señalaba en su preámbulo: “Resueltos a sustituir las rivalidades seculares por una fusión de sus intereses esenciales, a fundar con la instauración de una comunidad económica los primeros fundamentos de una comunidad más amplia y más profunda entre pueblos largo tiempo opuestos por divisiones sangrientas, y a poner las bases de instituciones capaces de orientar un destino ahora compartido…”; se daba así el primer paso comunitario firme en Europa.

La CECA tuvo muy buenos resultados, por lo que se decidió avanzar intentando poner bajo el paraguas comunitario otros ámbitos. Después de algunos intentos fallidos -el caso de la Comunidad Europea de Defensa (9) que por el rechazo de la Asamblea Nacional francesa del 30 de agosto de 1954 fracasó y que, en su caída arrastró el proyecto de Comunidad Política Europea (10) es un buen ejemplo de ello- y a propuesta de los Estados del BENELUX (Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo), se propuso la ampliación de la CECA a otras cuestiones económicas. Así la conferencia de los ministros de la CECA reunida en Mesina, Italia, los días 1 y 2 de junio de 1955 a iniciativa italiana decidió el “relanzamiento de Europa” por el procedimiento de crear instituciones comunes que facilitaran la creación de un mercado único tendiente a la fusión de las economías nacionales, la armonización de las políticas sociales y la creación de un organismo de cooperación en materias relativas a la energía nuclear.

Los trabajos de los expertos reunidos en Bruselas, bajo la presidencia del Ministro belga de Asuntos Exteriores Paul Henri Spaak (11), tuvieron como resultado la creación de la Comunidad Europea de la Energía Atómica (CEEA o Euratom) y de la Comunidad Económica Europea (CEE). Las Comunidades Europeas (CECA, CEEA y CEE), se constituyeron en verdaderas organizaciones de integración, cuyas principales características son que cada una de ellas posee una personalidad jurídica internacional propia e independiente; que cada una de ellas se rige, en principio, únicamente por las reglas del tratado que las constituye; y que, originariamente, cada una de ellas poseía sus propias instituciones.

Este hecho, que sin dudas es de los más importantes de la historia europea del siglo pasado, también se encuentra ensombrecido por el accionar estadounidense, ya que si bien apoyaba y estimulaba la concreción de este tipo de iniciativas porque le aseguraba una contención frente al comunismo en Europa y una mejor realidad económica para el avance de sus empresas, no iba a aceptar que Europa eligiera por sí sola sus propios rumbos y mucho menos que éstos entraran en colisión con su propia política. El conflicto se desató cuando los Estados europeos tomaron la decisión, en 1957, de crear una fábrica de separación de isótopos que les habría de proveer su propio uranio enriquecido imprescindible para obtener la energía nuclear. EUA rebajó el precio del producto, lo que trajo aparejado, como consecuencia, que los Estados europeos que habían tomado esta iniciativa por sugerencia francesa, acabaran por renunciar a tan costosas inversiones.

Esto ocurría a occidente de lo que Winston Churchill, el 5 de marzo de 1946 había definido como “cortina de hierro”(12), ¿qué ocurría a oriente de dicha cortina?


1. Jean Monnet desde 1919 hasta 1923 fue Secretario General de la Sociedad de Naciones. Se ocupó de asuntos financieros internacionales durante las décadas de 1920 y 1930 y en 1939 pasó a formar parte del Comité de Coordinación Económica franco-británico, que se ocupaba de la producción de bienes y servicios durante la Segunda Guerra Mundial. EN junio de 1943, Monnet pasó a formar parte del Comité de Liberación Nacional Francés, sirviendo en el movimiento por la Francia Libre en Argel y Londres. Tras la guerra participó en la creación del plan de recuperación económica francés, que pretendía reconstruir el país gracias al aumento sistemático de la producción. Durante una estadía anterior en EUA, “colaboró directamente con los consejeros del Presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt, Harry Hopkins, John Mc Clay y George Marshall, participando directamente de la génesis de los Acuerdos de Pret-Bail, siendo uno de los redactores del «Victory Program», tal y como documenta el Balance Sheet para 1941 y 1942”. DE LA CUEVA, J., http://www.basque-red.net/.

2. Declaración Schuman, 9 de mayo de 1950. http://www.europa.eu.int/

3. EUA tomó la determinación de dejar que Francia ejerciera el liderazgo de la cuestión alemana. El 15 de septiembre de 1949 Dean Acheson transmitió a Robert Schuman dicho encargo.

Asimismo Konrad Adenauer en la Conferencia ya citada afirmó, refiriéndose a la posible unión política europea “No debe creerse que la unificación política de Europa nos colocaría en contraposición a Estados Unidos, sino todo lo contrario. El secretario de Estado, John Foster Dulles y su sucesor, Christian A. Herter, siempre han presionado para que se realizara la unificación política de Europa. Los intereses de Europa y los de Estados Unidos no siempre son idénticos, y los países europeos han de ser colocados, mediante la unificación de Europa, en la posición de poder hacer valer también sus intereses. Lo esencial y lo fundamental, es decir, la conservación de la libertad y de la paz como los más altos valores de la humanidad constituyen una meta, lo mismo en Estados Unidos que en Europa”. ADENAUER, K., Conferencia en el Ateneo de Madrid, 16 de febrero de 1967, Revista Política Exterior N° 82, página 147.

4. Afirmaba Monnet en sus Memorias que “Los espíritus europeos se cristalizan sobre un objetivo simple y peligroso: la guerra fría [...] Esta perspectiva crea una rigidez de pensamiento [...] Ello conducirá a un choque [...] De este choque nacerá la guerra. Hay que cambiar el espíritu de los hombres. Las palabras no sirven. Hay que pasar a la acción. [...] La superioridad industrial alemana y su producción de acero es un hándicap para la actuación francesa. Con Alemania en expansión, Francia acabará con una producción limitada protegida [...] Hay que buscar una solución conjunta”. PÉREZ BUSTAMANTE, R., Historia Política de la Unión Europea 1940 - 1995, Dykinson, Madrid, 1995, página 79.

5. “Francia, defensora desde hace más de veinte años de una Europa unida, ha tenido siempre como objetivo esencial servir a la paz. Europa no se construyó y hubo la guerra. [...] La agrupación de las naciones europeas exige que la oposición secular entre Francia y Alemania quede superada, por lo que la acción emprendida debe afectar en primer lugar a Francia y Alemania. [...] La puesta en común de las producciones de carbón y de acero garantizará inmediatamente la creación de bases comunes de desarrollo económico, primera etapa de la federación europea, y cambiará el destino de esas regiones, que durante tanto tiempo se han dedicado a la fabricación de armas, de las que ellas mismas han sido las primeras víctimas. [...] De este modo se llevará a cabo la fusión de intereses indispensables para la creación de una comunidad económica y se introducirá el fermento de una comunidad más amplia y más profunda entre países que durante tanto tiempo se han enfrentado en divisiones sangrientas. Mediante la puesta en común de las producciones básicas y la creación de una Alta Autoridad de nuevo cuño, cuyas decisiones obligarán a Francia, Alemania y los países que se adhieran, esta propuesta sentará las primeras bases concretas de una federación europea indispensable para la preservación de la paz”. Declaración Schuman, 9 de mayo de 1950. http://www.europa.eu.int/

6. “Las propuestas Schuman son revolucionarias o no son nada. Su principio fundamental es la delegación de soberanía en un ámbito limitado, pero decisivo. Un plan que no parta de este principio no puede aportar ninguna contribución útil para solucionar los grandes problemas que nos debilitan. La cooperación entre las naciones, por importante que sea, no resuelve nada. Lo que es necesario buscar, es una fusión de los intereses de los pueblos europeos, y no simplemente el mantenimiento del equilibrio de estos intereses”. MONNET, J. http://www.eurosur.org/

7. Esta propuesta contó con el apoyo del Canciller alemán occidental Konrad Adenauer, quien dos meses antes abogaba por una unión económica franco-alemana, previa devolución del Sarre a Alemania Occidental, y al tomar conocimiento de la propuesta de Schuman afirmó que éste era el punto de “partida hacia la realización de una estructura federativa de Europa”. También se pronunció a favor de la propuesta el Secretario de Estado estadounidense, al ser informado por Monnet y Schuman del contenido del proyecto el día anterior a ser anunciado. Sin embargo Schuman sabía que el Reino Unido no iba a aceptar el convite, y así lo afirmaba: “La autoridad del Parlamento británico no admitiría otra superior a la de los órganos de la Commonwealth que no reconocen autoridad supranacional a los órganos europeos [...] Además el principio de la Unwritten Constitution predomina frente a la formulación de un Tratado de cesión de la soberanía.

¿Cómo pueden imaginarse los ingleses ser prisioneros de un texto escrito?”. PÉREZ BUSTAMANTE, R., Historia Política de la Unión Europea 1940 - 1995, Dykinson, Madrid, 1995, página 80.

8. Los firmantes del Tratado de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero fueron Francia, la República Federal de Alemania (que todavía estaba ocupada por las tropas aliadas), Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo, los integrantes de la denominada “Europa de los Seis”.

9. El avance comunista sobre Corea del Sur puso sobre la mesa la contribución de Alemania a la seguridad continental. Monnet recogía lo declarado por Mac Clay, quien se desempeñaba como Alto Comisario Estadounidense en Alemania Occidental, el 25 de junio de 1950, cuando señalaba que “Habrá que dar a los alemanes los medios para defenderse contra una agresión. [...] La suerte del mundo no se juega en Corea sino en el corazón de Europa. Estamos convencidos que Stalin tiene el mismo plan para Alemania que para Corea”; y el Secretario de Estado estadounidense, reunido con los ministros de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Francia y EUA, instó a la formación de un ejército europeo autónomo, con un Comandante único. PÉREZ BUSTAMANTE, R., Historia Política de la Unión Europea 1940 - 1995, Dykinson, Madrid, 1995, página 94.

10. Esta propuesta también fue realizada por Robert Schuman, quien afirmó el 20 de septiembre de 1951 que “Francia propondrá la creación de una organización política europea, con una autoridad supranacional para la formación de una política exterior común”. En igual sentido se pronunció Jean Monnet, quien el 13 de agosto de 1952 sostuvo que “Europa no se limitará al carbón y el acero [...] la Comunidad sólo tendrá sentido si desemboca en una verdadera autoridad política”. PÉREZ BUSTAMANTE, R., Historia Política de la Unión Europea 1940 -1995, Dykinson, Madrid, 1995, página 98.

11. Los trabajos comandados por Paul Henri Spaak se plasmaron en lo que se conoció como “Informe Spaak” presentado el 6 de mayo de 1956 en el seno de la CECA, que fue favorable a la creación de un Mercado Común y de una Comunidad Europea de la Energía Atómica.

12. “Es necesario que los pueblos de lengua inglesa se unan con urgencia para oponerse a toda tentativa de ambición o aventura. Desde Stettin a Trieste, una cortina de hierro se ha abatido sobre el continente [...] por lo que yo he visto durante la guerra, estoy convencido que no hay nada que nuestros amigos rusos admiren más que la fuerza militar y nada que respeten menos que la debilidad en el terreno militar”. Discurso de Winston Churchill, el 5 de marzo de 1946 en Fulton, Missouri. POWANSKI, R., La guerra fría, Crítica, página 93.

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