BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

INFORME SOBRE NECESIDADES SOCIALES EN GUANAJUATO.

Elementos de reflexión para el rediseño curricular de las carreras económico – administrativas.

Coordinador: Ricardo Contreras Soto

 

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Punto de partida. La primacía imperante de recuperar las necesidades sociales

Quisiera iniciar con una serie de reflexiones colectivas que se manifestó en una de las reuniones de trabajo, que ha estado implícita en el debate educativo y en la coyuntura “neoliberal” de la política educativa.

Aproximadamente a finales los años ochenta y principios de los noventa, hubo varios congresos de la revista Vuelta que dirigía nuestro gran poeta Octavio Paz, ante el fracaso de los países socialistas y la caída del bloque soviético (en la llamado fin de la guerra fría), se venía agudizando las críticas a dicho modelo, también la crítica al “Estado Benefactor” y emergía con una fuerza devastadora una ideología llamada “neoliberalismo”, con un lenguaje propio y con una concatenación de ideas que parecían tener dependencia eminente unas con otras: mercado con libertad, libertad con individualismo, competencia con evolución, abrir mercados con desarrollo, privatización con mejora en el servicio, etcétera.

En una de las mesas de los debates entre intelectuales distinguidos se estaba hablando de la fuerza que tiene el “mercado” en los cambios políticos, en las ciudadanías, en la creatividad, en su fuerza liberadora manifiesta en la “capacidad de elección de las personas”, en el nuevo rol de Estado y otras virtudes. Uno de los intelectuales cuestionó sí al mercado se le esta dando una especie de capacidad divina, esto irritó a mucho de ellos, principalmente a los organizadores.

El concepto de mercado de trabajo, en la economía capitalista del sistema mundial, parte de los siguientes postulados:

Se circunscribe a un modo de producción determinado, a un grado de desarrollo de las fuerzas productivas, a una división social de trabajo determinada y a una forma de producir la existencia social. La economía mundo es, por tanto, la entidad que se basa en el modo de producción capitalista, donde las relaciones sociales de producción se dan en la existencia de “hombres libres” separados de los medios de producción y liberados de las relaciones serviles y la adscripción a otras formas de explotación que limitaban su capacidad de ofrecer “libremente” en el mercado la venta de su fuerza de trabajo.

Por consiguiente, ciertas personas sin tener propiedad de medios de producción, con sólo poseer su “fuerza de trabajo”, ciertos conocimientos y determinadas competencias, la ofrecen como mercancía en un mercado de trabajo para poder existir.

De modo que para “demandar” un trabajo determinado tiene que entrar en el proceso de circulación y producción bajo diversas coacciones y situaciones, en competencia con una masa de trabajadores y de profesionistas que esperan ser contratados, “ejercito de reserva”, que constituye una especie de stock del mercado laboral.

Por otro lado, existe la riqueza generada por el trabajo acumulado, bajo la forma de capital y que pertenece a los dueños de los medios de producción, personificados por el capitalista. El sistema que rige la producción es la obtención de beneficios mediante la acumulación del excedente en forma de capital llamada plusvalía.

La dinámica del desarrollo de la planta productiva y de las unidades económicas depende, en parte, del desarrollo de las fuerzas productivas (tecnologías, organización y desarrollo de facultades humanas). En el capitalismo dicha productividad se consigue por el grado de eficiencia (racionalidad económica), buscando las “formas de hacer” en los procesos de trabajo para obtener el mayor rendimiento de recursos y, principalmente, el mayor grado de plusvalía.

Carpio (2001: 456-457) desarrolla el concepto de mercado laboral, definiéndolo del siguiente modo:

“En las economías centrales de desarrollo capitalista avanzado, el mercado de trabajo se caracteriza por una marcada tendencia a la homogeneidad, que subsume las naturales diferencias regionales o sectoriales, de nivel económico o tecnológico, así como las que se producen de acuerdo con la composición y condiciones de la oferta en términos de edad, sexo, calificaciones, etcétera…

Por otra parte, la reproducción de la fuerza de trabajo hace referencia al doble proceso de reproducción material e ideológica de los trabajadores, el cual se expresa en el conjunto de aspectos que inciden en cómo se produce la fuerza de trabajo en el plano demográfico, alimentario, en vestuario, vivienda, salud, recreación, educación y capacitación a nivel ideológico y cultural en los distintos grupos de trabajadores para su mantenimiento y reposición intergeneracional”.

Si bien es cierto que indudablemente se debe de considerar de manera prioritaria al mercado en los estudios de diseño y rediseño curricular, para el análisis de las competencias laborales de los futuros profesionistas.

También es cierto que el enfoque de los estudios de los futuros profesionistas se ha centrado solo en el mercado laboral (por lo menos en los últimos 15 ó 20 años).

¿Por qué?

¿El egresado de una carrera profesional solamente se debe de ceñir a las competencias laborales? (1)

Es decir ¿Un profesionista solo es un agente (homo) económico?

¿Él solo debe de dar respuestas profesionales o técnicas al mercado laboral?

¿Dónde se está contribuyendo en la formación del ciudadano, el padre de familia, el participante activo, comprometido y responsable de la sociedad en sus múltiples campos?

Consideramos que la recuperación de las “necesidades sociales” en los proyectos educativos tienen que ver más allá de la retórica educativa.

Baurmann (1998) analiza el mercado y propone que hay que rectificar camino social del mercado, donde no sean los intereses egoístas de la productividad y de la ganancia los que manden, sino que es necesario fomentar las formas de cooperación responsable, promover las actitudes morales, reconstruir lazos comunitarios y de otro tipo social, retomar desde otro planteamiento los espacios comunes y los bienes públicos, y claro el cuidado del ambiente. En otras palabras, señala la importancia de retomar la confluencia y reorientar acciones entre las necesidades sociales y el mercado (laboral) para las soluciones sociales.

Resulta paradójico que en el mundo laboral haya bastantes críticas al modelo teocrático de mercado (neoliberal): está el movimiento de responsabilidad social empresarial, el movimiento de la crítica a los costos sociales u ocultos, la crítica social a la economía pura, la necesidad de transparencia y responsabilidad profunda. Aunque hay matices de grado, en el fondo existe una demanda latente sobre la acción social (lo que llamamos necesidades sociales).

A continuación vamos a matizar brevemente desde los enfoques emergentes reflexivos de nuestras disciplinas, señalando uno de los documentos fundadores de estos estudios es el de la Universidad como una organización que realizo Nicolás Nava. Cabe señalar también un estudio crítico (no funcional) de la Universidad como Organización lo desarrolla Ibarra (2001) de manera completa, visualizando desde varios ángulos teóricos para analizar la modernización (y lo que denominan posmoderno) de la Universidad en México.


1. En mi memoria está muy presente el debate muy bien razonado, argumentado, complementado y esgrimido por parte de José de Jesús René Martínez Ávila y Nicolás Nava Nava. Donde abordan las diferentes aristas de esa ausencia (el conocimiento de las necesidades sociales) en la formación de los profesionistas y en el compromiso que tiene la Universidad de Guanajuato de retomar en la formación distintiva (sello) como pensamiento “identitario” esa conciencia colectiva necesaria – ethos.

 

 

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