BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales
 

Enfoques alternativos para la estimación de eficiencias en la industria bancaria mexicana

Jesús Hernández Arce
Universidad Autónoma de Chihuahua
jhernandez@uach.mx

 

Esta página muestra parte del texto pero sin formato.

Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP (112 páginas, 385 kb) pulsando aquí


Capítulo 2
Literatura previa y conceptos básicos

Los primeros estudios de la teoría microeconómica se remontan a la primera gran “revolución” de Adam Smith, surgida hace ya más de doscientos años, seguida de la de Alfred Marshall, teoría marginalista que proponía un análisis de equilibrio parcial de mercado, la cual fue replanteada por Leon Walras, proponiendo un análisis de equilibrio general. Desde entonces, la teoría microeconómica parece avanzar en términos de cambios pequeños, involucrando en gran medida perfeccionamientos, así como la elaboración de modelos para representar el comportamiento de los distintos agentes involucrados en la teoría.

Sin embargo, así como ha habido un gran avance, también se han presentado estancamientos, al olvidar las ideas principales para enfocarse en el perfeccionamiento de la teoría, destino similar de la noción de eficiencia, transformada en eficiencia de asignación. Así, los mercados fueron estudiados desde el punto de vista en el cual asignan eficientemente los recursos económicos de la sociedad. Lo que se descuidó en este proceso de estudio fue el concepto de eficiencia, tanto del hombre de negocios como del ingeniero, para quienes el concepto significa el buen o mal funcionamiento del personal o la maquinaria respectivamente.

Una vez que se combina la eficiencia de asignación con el postulado de maximización (utilidad / beneficio), no queda lugar para los conceptos de eficiencia del hombre de negocios ni del ingeniero, desapareciendo la idea de operaciones subóptimas posibles dentro y fuera de la firma. Esto tiene como consecuencia la generación de controversias entre los dueños de las firmas y los ingenieros (Principal-Agente) ya que se puede presentar un comportamiento subóptimo, impedido por la teoría económica tradicional.

La teoría de eficiencia tiene, entre otros fines, el fin de demostrar que la protección ante una presión competitiva produce no únicamente ineficiencia de asignación, sino otro tipo de ineficiencia, la cual se refleja como una alteración del costo unitario de producción entre las firmas protegidas de la presión competitiva. La naturaleza de este tipo de ineficiencia era desconocida, de allí la denominación de (in)eficiencia-x.

Pero, ¿Es la (in)eficiencia-x realmente importante?, ¿Las implicaciones de una economía reformulada de la firma, encajan con los hechos conocidos?. De hecho, esta teoría es realmente importante, además, sus implicaciones están fundamentadas. El enfoque de eficiencia-x requiere sustituir el postulado de maximización, que permite el comportamiento no maximizador, sin impedir el maximizador.

La teoría neoclásica supone que las firmas producen sobre la base de sus funciones de producción y costos, es decir, maximizar producción dada la cantidad de insumos y la tecnología, así como también minimizan costos dada la producción. Así, el nivel de producción se vuelve dependiente de la cantidad y calidad de los insumos, así como de la tecnología, luego, la tecnología determina el nivel de producción dado un conjunto de insumos y nivel de capital. De manera análoga se presenta el comportamiento de los costos.

Sin embargo, la producción y los procesos de costos no dependen de la tecnología primordialmente, es entonces necesario hacer modificaciones a la teoría neoclásica, procediendo de la manera siguiente, se supone que la teoría neoclásica es aceptable, siempre y cuando, las firmas se encuentren produciendo según sus funciones de producción y costos. Por tal razón, la teoría de eficiencia considera a la teoría neoclásica como “teoría restringida”, al no dejar lugar para la (in)eficiencia-x dentro de la teoría microeconómica clásica.

El desarrollo de esta teoría pretende explicar el comportamiento de las firmas, lo cual no es posible con modelos de maximización de beneficios ni de minimización de costos por sí solos. Frecuentemente se desarrollan modelos en los cuales el objetivo de la firma es crecer, mientras que los objetivos de los administradores de la firma son beneficios personales, pudiendo detectarse al analizar la diferencia entre los resultados de los modelos formales y los datos reales. Se tienen datos que indican que las firmas son capaces de aumentar su producción haciendo cambios relativamente simples en la organización interna; datos que muestran que las firmas no operan de acuerdo al análisis marginal; datos macroeconómicos que describen que hay algo más que capital y trabajo desempeñando un papel primordial, situaciones que se reflejarán en las tasas de crecimiento de las naciones. Lo anterior recae sobre la teoría de eficiencia al no poder ser explicado por la teoría neoclásica por sí sola.

La teoría neoclásica tiene dos versiones: La primera versión supone la maximización de beneficios y minimización de costos; la segunda versión “generalizada”, supone maximización de utilidad y minimización de costos. En esta última, los costos son minimizados, sujetos a la manera en la que los empleados de la firma eligen el esfuerzo que maximiza su utilidad.

Una posible ineficiencia surge por el hecho que los contratos laborales son muy abiertos, lo cual provee al empleado de la discrecionalidad de su esfuerzo. Otra se presenta a causa de la existencia de las llamadas áreas inertes7, es decir, que los individuos descubren un nivel confortable de esfuerzo y se mantienen en él durante el tiempo.8 Se supone que un individuo prefiere aumentar su esfuerzo para lograr mayor utilidad, Leibenstein argumenta que la curva de utilidad esperada de un individuo promedio, tiene generalmente un nivel máximo. Entonces, el área inerte se define como el conjunto de posiciones de esfuerzo ligados a diferentes niveles de utilidad en donde a mayor utilidad total se requiere mayor esfuerzo, pero hasta cierto punto, ya que mayor esfuerzo significa menor nivel de utilidad.

Lo mencionado anteriormente es consistente con la teoría neoclásica generalizada dada la existencia de un nivel apropiado de transacciones y costo de monitoreo. En lo que no es consistente la teoría de eficiencia con la teoría neoclásica generalizada es en que la primera permite suponer además, que los individuos pueden ser maximizadores y no maximizadores. Más específicamente, no todos los ambientes de trabajo implican que el individuo sea maximizador. La maximización será entonces observada, no supuesta. Asumir un comportamiento maximizador es olvidarse de la teoría de (in)eficiencia.


Volver al índice de La industria bancaria mexicana

Volver a la BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles
Enciclopedia Virtual
Economistas Diccionarios Presentaciones multimedia y vídeos Manual Economía
Biblioteca Virtual
Libros Gratis Tesis Doctorales Textos de autores clásicos y grandes economistas
Revistas
Contribuciones a la Economía, Revista Académica Virtual
Contribuciones a las Ciencias Sociales
Observatorio de la Economía Latinoamericana
Revista Caribeña de las Ciencias Sociales
Revista Atlante. Cuadernos de Educación
Otras revistas

Servicios
Publicar sus textos Tienda virtual del grupo Eumednet Congresos Académicos - Inscripción - Solicitar Actas - Organizar un Simposio Crear una revista Novedades - Suscribirse al Boletín de Novedades