Enseñanza científica y tecnológica

Existe consenso mundial, y así lo revelan las principales agencias y experiencias, que impulsar el desarrollo humano y una adecuada distribución del ingreso exige alcanzar altos niveles de ingreso, y un factor detonante del crecimiento del producto es el aumento de la actividad de investigación y desarrollo en ciencia y tecnología. Sin embargo, este desafío es sumamente complejo. Una de sus grandes limitaciones en Latinoamérica es la escasa disponibilidad de una adecuada infraestructura que permita la formación y experimentación científica. Sin embargo, en muchos casos, la alta calidad de los científicos y tecnólogos puede hacer una enorme diferencia.

En las economías más avanzadas, como rango general, entre un cuarto y dos quintos del contingente educacional se encuentra cursando carreras y disciplinas de las áreas científicas y tecnológicas. Dentro de este ámbito hay un gran interés en campos como la robótica, la biología molecular, la nanoelectrónica, la astronomía, la bioagricultura, genómica, ciencia de los materiales y otras que intervienen, o se estima tendrán un rol central, en los procesos productivos del futuro.

Una importante proporción de la tecnología contemporánea empleada en América Latina es fruto de transferencia tecnológica y no de creación local. La misma heterogeneidad cultural que se observa entre las sociedades y comunidades se observa en los esfuerzos desplegados para interesar en la ciencia a las nuevas hornadas de estudiantes que ingresan al nivel primario. Es muy frecuente que los diseños educativos de nuestros países dejen poco espacio a la experimentación elemental. Se observa, más de lo que se quisiera, la carencia de laboratorios en el nivel primario; esto arroja como resultado debilidad en secundaria y escaso interés en abrazar las carreras científicas. Sumado a todo lo anterior, débiles ofertas de puestos de trabajo razonables en remuneración y expectativas de desarrollo profesional y personal.

Es inevitable abordar la misión de acrecentar el interés de los más pequeños por la ciencia y la tecnología, de agotar los esfuerzos por estimular el interés de los estudiantes de secundaria y de incrementar paulatinamente la tasa de estudiantes de terciaria en disciplinas científicas y tecnológicas. Países como México, Colombia, Chile y Costa Rica han alcanzado niveles razonables, aunque aún insuficientes, en esta materia (Gráfico Nº 4). Estos estados lo han logrado con grandes esfuerzos y costos, tanto presupuestarios como políticos. Sus resultados obedecen a un trabajo de décadas.

grafico 4

América Latina debe focalizar sus esfuerzos: elevar el mínimo de estudiantes de terciaria en ciencias, matemáticas e ingeniería a una tasa del orden del 25% del total del plantel de educación superior (función objetivo). Sin embargo, también debe realizar esfuerzos para incrementar la superficie construida en bibliotecas y laboratorios, éstos últimos deben equiparse gradualmente con equipos de mayor nivel y sofisticación técnica. No es posible formar investigadores de alto rendimiento con medios rudimentarios. Los gobiernos deben enfrentar el crecimiento de la población estudiantil terciaria sin perder de vista ésta función objetivo.

Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles
Enciclopedia Virtual
Economistas Diccionarios Presentaciones multimedia y vídeos Manual Economía
Biblioteca Virtual
Libros Gratis Tesis Doctorales Textos de autores clásicos y grandes economistas
Revistas
Contribuciones a la Economía, Revista Académica Virtual
Contribuciones a las Ciencias Sociales
Observatorio de la Economía Latinoamericana
Revista Caribeña de las Ciencias Sociales
Revista Atlante. Cuadernos de Educación
Otras revistas

Servicios
Publicar sus textos Tienda virtual del grupo Eumednet Congresos Académicos - Inscripción - Solicitar Actas - Organizar un Simposio Crear una revista Novedades - Suscribirse al Boletín de Novedades