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MANEJO DEL AMBIENTE Y RIESGOS AMBIENTALES EN LA REGIÓN FRESERA DEL ESTADO DE MÉXICO

José Isabel Juan Pérez (CV)

 

 

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CONSIDERACIONES FINALES

La ecología cultural permitió comprender algunos mecanismos socioculturales generados por los habitantes como estrategias para sobrevivir exitosamente dentro del sistema de un mercado nacional de difícil acceso y de funcionamiento muy complejo (sistema mayor). Es la fuerza de trabajo no pagada la que favorece y permite el acceso al mercado..

El manejo del ambiente, en estudios de historia ambiental y evaluación de riesgos es básica. Esta variable incluye los siguientes componentes: Las condiciones físico-químicas y biológicas del suelo, las rocas existentes en los terrenos de cultivo, el manejo del recurso hídrico para el riego y su reutilización, el almacenamiento y uso de agua producto de la precipitación pluvial, las condiciones topográficas y el paisaje, el aprovechamiento de la radiación solar, la vegetación natural, inducida y cultivada; las especies animales existentes en el medio acuático y terrestre y los animales domésticos. Estos elementos del ambiente inciden directamente en las actividades agrícolas y las condiciones de vida de los pobladores.

Desde el punto de vista económico y ecológico, las familias campesinas cuando entran al mundo de producción capitalista se enfrentan a condiciones que de manera directa e indirecta influyen en el bienestar de toda la comunidad. Estas se relacionan con el deterioro del ambiente, provocado por el uso excesivo e indiscriminado de agroquímicos para combatir plagas y enfermedades en los cultivos y obtener mayor producción para abastecer los mercados. Aunado a esto, los pequeños productores de fresa y otros cultivos destinados al mercado nacional, están sujetos a los altibajos de los precios establecidos por las grandes empresas de producción a gran escala. (Riesgo económico).

La historia ambiental en Progreso Hidalgo es útil para entender la evolución de los cultivos comerciales a partir de la introducción del riego en 1956 y la llegada de la fresa en 1972. El ambiente ha cambiado de un ecosistema natural (bosque tropical caducifolio), pasando por la roza-tumba y quema, la práctica de cultivos de temporal para autoabasto familiar, la apertura de bordos y canales para el manejo del agua procedente del volcán Xinantecatl, la introducción del cultivo de fresa y casi simultáneamente otros cultivos comerciales. El cultivo que marca el inicio de la agricultura comercial es la fresa,

EEl regadío aminora los impactos que el riesgo ambiental puede provocar en los cultivos. La combinación de fuerza de trabajo familiar y macoa contribuye a reducir el riesgo económico generado por la oscilación de precios en el mercado. Las formas de cohesión social y organización social disminuyen el impacto económico en la relación entre el modo de producción campesino y su articulación con el capitalista.

La organización y división del trabajo de acuerdo con la edad y el sexo dentro del ámbito familiar favorecen una amplia diversidad de actividades agrícolas y domésticas. Asimismo mantiene constante la fuerza de trabajo asalariada y la ayuda mutua dentro de la región. Cada integrante de la familia realiza diferentes actividades durante los ciclos agrícolas. La economía en la región es campesina y el modo de subsistencia es agrícola. Shanin (1976) afirma que la división del trabajo se vincula con la estructura familiar, considerando la edad y el sexo.

El uso y manejo de los recursos naturales disponibles en el ejido es básico durante el tiempo sin dinero. Es la combinación de la agricultura tradicional con la agricultura convencional y la recolección lo que permite la subsistencia de los pobladores. Esto representa una estrategia para disminuir los posibles riesgos ambientales que pueden afectar específicamente a un tipo de cultivo.

Los pobladores constantemente instrumentan nuevas estrategias de adaptación, durante los ciclos agrícolas dedican una fracción de la parcela para el establecimiento (a nivel de experimentación) de nuevos cultivos y esperar la producción que se puede obtener de los mismos, para continuar el próximo año o interrumpir el cultivo. La experimentación es una alternativa a tener diversidad agrícola y aminorar los efectos de los riesgos ambientales, económicos y ecológicos.

Cuando los agricultores no cuentan con recursos monetarios suficientes para iniciar la preparación de los terrenos y el establecimiento de cultivos rentan su parcela a otros campesinos. También pueden formar equipos de dos o más para trabajar conjuntamente como medieros o socios en sus propias parcelas o en los terrenos que previamente han sido rentados. En última instancia alquilan su fuerza de trabajo pudiendo ser productores potenciales en sus propias parcelas y con sus propios recursos humanos, materiales o financieros, se “convierten” temporalmente en peones de campesinos que no poseen tierras ni son vecinos del ejido.

Como complemento a estas estrategias de adaptación utilizadas por los pobladores para evitar riesgos, éstos poseen animales domésticos, que son utilizados como alimento, o para fuerza de trabajo en las actividades agrícolas: ganado vacuno, caballar, caprino, ovino, asnal y aves de corral. Los productos obtenidos de los animales, como leche, queso, crema y huevos también son utilizados en la alimentación de la familia. Los animales son alimentados con productos y residuos derivados de las actividades agrícolas. Por tal razón, la cría de animales remedia, en parte los efectos ocasionados por los riesgos ambientales a un cultivo en especial.

La agricultura convencional llega a la región con el establecimiento de cultivos comerciales (1972) y se ha extendido a todas las parcelas, produciendo una dependencia de mercado. Esto se observa en la adquisición de vehículos automotrices, bombas para conducción de agua, instalación de sistemas de riego por goteo, compra de agroquímicos, construcción de viviendas con materiales modernos y establecimiento de nuevas plantaciones con fines comerciales (se ha incrementado a partir de 1990). Es importante señalar que en casos como este, donde los campesinos quieren pasar de una agricultura tradicional a una convencional -que no es sustentable- y no existen subsidios económicos de instituciones estatales o federales, el subsidio es realizado por los propios productores.

La región agrícola del sureste del Estado de México es un ejemplo de estrategia de adaptación sociocultural que combina la agricultura tradicional destinada al autoabasto, con el manejo estacional de recursos de ecosistemas naturales. La diversidad cultural permite el manejo del riesgo ambiental y la organización cambiante del grupo social permite la adaptación de la sociedad al riesgo económico.

La ecología cultural como conceptuación teórica y herramienta metodológica favorece un enfoque interdisciplinario, este estudio permitió comprender las bases sociales y culturales que hacen posible la agricultura comercial y la supervivencia de las familias a lo largo del año y sobretodo cuando se encuentran expuestos los cultivos a una serie de riesgos ambientales, económicos y antropogénicos. Esta teoría también permitió comprender algunos mecanismos socioculturales generados por los habitantes como estrategias para sobrevivir exitosamente dentro del sistema de un mercado nacional de difícil acceso y de funcionamiento muy complejo (sistema mayor). Por otra parte, el costo del dinero prestado es tan elevado, que por si mismo llevaría la agricultura convencional al fracaso y la imposibilitaría de competir en el mercado. Es la fuerza de trabajo no pagada la que favorece y permite el acceso al mercado (mecanismos importantes para disminuir y/o enfrentarse a riesgos económicos).

La organización social parte de una economía agrícola, al establecer una diversidad y combinación de cultivos con fines de autoconsumo y con cultivos que tienen como fin terminal el comercio regional y nacional. Esta combinación de agricultura tradicional con convencional (comercial) así como la recolección de plantas y captura de animales permite la subsistencia de los pobladores y genera formas de colaboración e intercambio entre las familias de la región y desde luego formas de dar solución a los efectos de los riesgos.

La subsistencia se refiere a los sistemas de producción que tienden principalmente al consumo de lo producido. La producción para la subsistencia caracteriza a algunas poblaciones en las cuales las unidades de producción son pequeñas, donde se produce o recolecta una variedad de alimentos y donde el principal mecanismo de intercambio es la reciprocidad (Morán; 1993:278). Esta estrategia se vincula estrechamente con las relaciones que utilizan los pobladores de la región para amortiguar el efecto de los posibles riesgos en los cultivos agrícolas.

En la región fue importante considerar las interacciones entre las familias, la parentela, los vecinos, las relaciones de amistad, el compadrazgo, la ayuda mutua y las relaciones con otros pobladores de las comunidades de la región para conocer los mecanismos que utilizan las familias para disminuir el efecto de los riesgos ambientales y como solucionan los daños. Los riesgos más notorios a lo largo del ciclo agrícola son las sequías que disminuyen el volumen en los bordos y presas, las plagas estacionales, las bajas temperaturas y las granizadas

Las comunidades de la región agrícola del sureste del Estado de México se organizan a partir de la familia campesina y la ayuda mutua de la parentela. Esta forma de organización permite sortear el riesgo económico de los mercados regionales y nacionales. Dicho de otra manera, esta combinación permite la acumulación de recursos, que a su vez hacen posible la agricultura convencional.

Los agricultores de las comunidades de la región establecen también otras relaciones de ayuda mutua, como el “préstamo de la fuerza de trabajo”, pagan un salario relativamente alto a los trabajadores asalariados y manejan los recursos naturales disponibles en el ejido para sobrevivir a las fluctuaciones del precio de los productos agrícolas destinados al mercado nacional. Es decir combinan mecanismos de una sociedad campesina inmersa en una sociedad capitalista (sistema mayor), para adaptarse y compensar la falta de capital que les permite sobrevivir en un sistema económico donde el dinero es elemento básico para generar la producción y adquirir mercancías (la combinación de mecanismos favorece la disminución de efectos de los riesgos).

El eje rector que influye en el proceso de adaptación social parte de la organización de la fuerza de trabajo dentro del núcleo familiar y las relaciones de ayuda mutua con otras familias, amigos y pobladores de “mucha confianza de la región”. La macoa es la asociación de peones que prestan su fuerza de trabajo sin recibir ningún salario, pero que, a mediano o largo plazo debe ser regresada esta mano de obra al representante o jefe de familia que organizó a sus parientes, amigos y personas de mucha confianza (el mediano o largo plazo está relacionado con el ciclo agrícola de los cultivos). Esta estrategia responde a las necesidades de mano de obra en épocas de riesgos ambientales y económicos).

Las actividades que realizan las familias campesinas no siempre son retribuidas con un salario, en muchos de los casos están encaminadas a satisfacer las necesidades de mano de obra y por lo tanto son estrategias adaptativas de los pobladores frente a presiones por la carencia o escasez de recursos monetarios y a la vez como estrategias para su subsistencia. Todos los integrantes del grupo realizan actividades complementarias a las actividades económicas.

Las estrategias de subsistencia, son las variabilidades de respuestas adaptativas implementadas por una comunidad y sus habitantes, son fundamentales para obtener los satisfactores necesarios para la existencia del grupo doméstico (Daltabuit; 1988:102). Las condiciones económicas de una comunidad se relacionan intrínsecamente con las formas de subsistencia y la organización social implementadas por los pobladores.

Los campesinos de la región se adaptan a condiciones favorables que les proporciona el medio natural y desde luego a condiciones sociales que la mayoría de las veces son complejas y variables donde participan los recursos del ambiente, los grupos sociales y la cultura. Se adaptan a dimensiones ambientales, espaciales y temporales así como a mecanismos comerciales y financieros establecidos por un sistema de mercado. Ante estas situaciones, los campesinos establecen relaciones de ayuda mutua y manejan los recursos naturales disponibles en la comunidad para sobrevivir a las fluctuaciones del precio de los productos agrícolas destinados al mercado nacional y de esta forma disminuir los efectos que pueden ocasionar los riesgos económicos al bienestar de las familias.

La organización de la fuerza de trabajo es una estrategia adaptativa de los campesinos que funciona de acuerdo con la superficie cultivada, la variabilidad en el salario por jornada, la escasez o abundancia de trabajadores, el número de integrantes por familia, el número de integrantes por macoa para prestar su mano de obra y los contratistas externos a la región. Los sistemas agrícolas convencionales, que tienen como destino final la comercialización en los mercados destinan una pequeña parte de la producción para la familia y la parentela o en festividades.

Los estudios sobre la familia campesina, los pequeños agricultores, la agricultura intensiva, la sustentabilidad de la agricultura y la agricultura de subsistencia presentan una amplia gama de discusiones. Robert Mc C. Netting (1993) señala como el grupo de los Kofyar del África practican una agricultura intensiva de pequeña escala que les permite sobrevivir durante todo el año. Los agricultores son los jefes de familia, las esposas y los hijos; es decir el grupo doméstico. Los agricultores estudiados por Netting, al practicar una agricultura de tipo intensivo obtienen altos rendimientos en la producción anual y aplican técnicas que les permite hacer un manejo ecológicamente sustentable de los cultivos establecidos. Netting, dice que la agricultura en cuanto al ambiente donde se desarrolla es sostenible y desde el punto de vista social es integrativa e interactiva. Las unidades domésticas utilizan al máximo la fuerza de trabajo de sus integrantes, evitando gastos por pago de fuerza de trabajo asalariada.

Los campesinos al finalizar los periodos de cosecha dentro de las comunidades de la región migran a otras comunidades fuera de ella a vender su fuerza de trabajo y semanas después retornan a sus parcelas para continuar con la producción agrícola (la migración provee de dinero para la agricultura y al mismo tiempo soluciona parcialmente algún problema provocado por los riesgos ambientales, ecológicos y económicos).

El manejo del ambiente, es la variable que permite explicar cómo las familias disminuyen los efectos de los riesgos ambientales, económicos y antropogénicos en las actividades agrícolas. El manejo se relaciona con las condiciones del suelo, las rocas existentes en los terrenos de cultivo, el manejo del recurso hídrico para el riego y su reutilización, el almacenamiento y uso de agua producto de la precipitación pluvial, las condiciones topográficas y el paisaje, el aprovechamiento de la radiación solar, la vegetación natural, inducida y cultivada; las especies animales existentes en el medio acuático y terrestre y los animales domésticos. El manejo del ambiente es importante para mitigar los efectos de los riesgos.

Desde el punto de vista económico y ecológico, las familias de la región cuando entran al mundo de producción capitalista se enfrentan a condiciones que de manera directa e indirecta influyen en el bienestar de toda la comunidad. Estas se relacionan con el deterioro del ambiente, provocado por el uso excesivo e indiscriminado de agroquímicos para combatir plagas y enfermedades en los cultivos y obtener mayor producción para abastecer los mercados. Aunado a esto, los pequeños productores de fresa y otros cultivos destinados al mercado nacional, están sujetos a los altibajos de los precios establecidos por las grandes empresas de producción a gran escala (riesgo económico).

El regadío aminora los impactos que el riesgo ambiental puede provocar en los cultivos. La combinación de fuerza de trabajo familiar y macoa contribuye a reducir el riesgo económico generado por la oscilación de precios en el mercado. Las formas de cohesión social y organización social disminuyen el impacto económico en la relación entre el modo de producción campesino y su articulación con el capitalista.

Los campesinos de la región del sureste del Estado de México, dedicados al cultivo de la tierra para obtener productos agrícolas comerciales y de autoabasto sobreviven porque a lo largo del año se adaptan a las condiciones del ambiente y del mercado mediante formas de cohesión social y organización que derivan de la familia y sus relaciones entre si. A través de la comercialización, la región se relaciona con los mercados del Estado de México y otras entidades del país. Es decir, las familias de la región tienen mecanismos de una sociedad campesina para insertarse en un sistema de producción capitalista.

Existen otras estrategias de adaptación que complementan la economía. Se considera en primer término la forma de comercializar los productos agrícolas, siempre se aprovechan las mejores oportunidades para la venta, dentro de la región los precios de los productos difieren en diez o quince pesos por unidad de medida con respecto a los precios que se ofertan en los mercados regionales o centrales de abastos. Los campesinos prefieren vender los productos en la misma región, ya que de esta manera el tiempo dedicado al transporte hasta los lugares de comercialización lo pueden utilizar en la realización de otras actividades agrícolas.

Cuando los agricultores no cuentan con recursos monetarios suficientes para iniciar la preparación de los terrenos y el establecimiento de cultivos rentan su parcela a otros campesinos. También pueden formar equipos de dos o más para trabajar conjuntamente como medieros o socios en sus propias parcelas o en los terrenos que previamente han sido rentados. En última instancia alquilan su fuerza de trabajo pudiendo ser productores potenciales en sus propias parcelas y con sus propios recursos humanos, materiales o financieros, se “convierten” temporalmente en peones de campesinos que no poseen tierras ni son vecinos del ejido.

Los riesgos y desastres se deben comprender y estudiar como procesos sociales, vinculados con cuestiones económicas y culturales, por lo tanto se debe incluir el trinomio sociedad–naturaleza–cultura, pues como se sabe, anteriormente solamente se consideraba a los dos primeros, y raras veces se le daba un lugar importante a los rasgos y elementos culturales de las sociedades.

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