BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales
 

 

EL PRESUPUESTO PARTICIPATIVO

Defendiendo lo público y construyendo ciudadanía.

La experiencia del departamento de Risaralda. Colombia

 Jahir Rodríguez Rodríguez

 

 

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1.2. Mediación política y esfera pública.

Esta es una función que depende de la existencia de una esfera pública. Como bien se sabe, el concepto de esfera pública, elaborado principalmente por Habermas,(1) se refiere a un espacio que se encuentra fuera del Estado y en el cual los actores privados de la sociedad se reúnen e interactúan con el objetivo de debatir y convencerse entre sí mediante un discurso argumentativo racional.

El surgimiento de la moderna esfera pública fue un fenómeno asociado al nacimiento de la sociedad burguesa democrática-liberal. Según Habermas, esta esfera pública merece ser catalogada de burguesa porque en realidad era un espacio reservado para los dueños de la propiedad privada. Y merece ser llamada democrática porque los dueños de la propiedad privada participan en la esfera pública como ciudadanos iguales y porque el acceso a la esfera pública, en teoría, era universal, es decir que se trataba de una esfera inclusiva. Está de más decir que esta esfera no era para nada inclusiva para la mayoría de la sociedad, que no pertenecía a burguesía. Sin embargo, no se pretende profundizar en todos los aspectos del concepto de esfera pública tal como la concebía Habermas dentro de los límites de este documento.

En este sentido se trata simplemente recuperar la idea fundamental sobre la existencia de un espacio público que no se encuentra dentro del Estado. Como lo expresa Habermas, "la esfera pública burguesa evolucionó en el campo cargado de tensiones entre el estado y la sociedad. Pero lo hizo de tal manera que permaneció como parte del ámbito privado."(2)

Si bien la esfera pública es un espacio privado para individuos privados, su tema es el interés público. Es en la esfera pública política donde se forma una opinión pública que presione al Estado para satisfacer las necesidades de la sociedad.

La principal institución que refleja la influencia de una esfera pública política, democrática liberal y burguesa desarrollada es el parlamento.

Tal como se mencionara antes, no es el objetivo de este trabajo ampliar el análisis del enfoque de Habermas sobre el concepto de esfera pública (3). Sin embargo, era necesario hacer este breve desvío para incorporar los conceptos de esfera pública y sociedad civil y así destacar un tema que parece ser crucial y que esta íntimamente ligado al proceso de presupuesto participativo.

En este orden de ideas, una sociedad civil politizada y una esfera pública verdaderamente inclusiva. Lo cual significa en concreto una esfera pública con marcado carácter popular. Son aspectos fundamentales para formular un proyecto contemporáneo y renovado de democracia. La sociedad civil es vital para crear una ciudadanía activa y participativa; y la esfera pública es esencial para establecer un vínculo entre la sociedad y el Estado.

En este sentido la Dra. Elsa Gladys Cifuentes, Gobernadora del Departamento advierte, "…es precisamente en la esfera pública donde la democracia participativa adquiere gran importancia. Dada la fuerte burocratización de los partidos políticos y del parlamento, se necesitan nuevas instituciones de mediación política".(4)

Estas nuevas instituciones, ubicadas fuera de la esfera del Estado, serán los vehículos de expresión de la opinión pública y de las demandas de la sociedad y combinarán la participación de los representantes de las asociaciones civiles con la directa participación de la ciudadanía.

Es evidente que la esfera pública no estaría limitada a instituciones de participación popular directa. Debe haber un conjunto mucho más variado de instituciones políticas y, en especial, culturales. Y entre ellas serían fundamentales las instituciones públicas de prensa y medios que no estén controladas ni por el Estado ni por grupos económicos.

Por eso, la democracia participativa se transforma en un elemento central para la definición de una concepción viable de democracia directa (5). Pero el espacio para la participación pasa del terreno del Estado al terreno de la sociedad. El Estado seguirá siendo el principal espacio de la democracia formal y representativa. La sociedad civil será el espacio destinado a un variado conjunto de organizaciones voluntarias y movimientos sociales.

La esfera pública será el espacio a través del cual se pondrán de manifiesto las demandas de la sociedad con el objetivo explícito de influir, conducir y controlar al Estado. En el marco de esta concepción, es posible adecuar la participación popular activa a la complejidad característica de la época moderna. En otras palabras, la participación de la ciudadanía activa es posible y puede ejercer influencia de manera contundente en los asuntos públicos sin ser incompatible con la especialización de funciones ni con las instituciones representativas.

Lo positivo de la experiencia de la ejecución del presupuesto en el departamento de Risaralda proviene en gran medida del hecho de haber establecido el presupuesto participativo como una institución de democracia participativa y directa para funcionar en un espacio público. El presupuesto participativo no es ni un movimiento social ni una organización estatal.

En realidad es una institución de un nuevo espacio público en el cual los ciudadanos, organizados y movilizados por entidades de la sociedad civil, -a titulo individual y/o colectivo- se reúnen con el gobierno municipal y/o departamental para debatir y ejercer influencia sobre las decisiones en materia de asuntos públicos.

La Gobernadora del departamento de Risaralda se ha encargado de recordar que: “…yo sueño con recuperar la credibilidad y la confianza en el Estado, y se recupera la credibilidad, la confianza y reivindicamos el papel de servidor público y de lo político, entregándole el poder de decisión a la comunidad, para que definitivamente haya una verdadera gobernabilidad democrática, recuperemos la confianza y la credibilidad en la función pública, que en últimas y en primeras, es como el objeto del ejercicio político…”(6)

Como el presupuesto participativo es una institución democrática ubicada en el espacio público, su funcionamiento puede adecuarse al funcionamiento de las instituciones democráticas representativas. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, la relación entre estos dos tipos diferentes de instituciones siempre será tensa y conflictiva. Con seguridad habrá luchas por ganar competencias y poder. Pero estos enfrentamientos podrán ser bien articulados siempre que las funciones de la esfera pública -democracia participativa- apunten a influir, conducir y controlar y que las funciones del Estado -democracia representativa- sean decisiones de último recurso. Las eventuales pérdidas derivadas de los inevitables conflictos serán compensadas en gran medida por la significativa ganancia en legitimidad.

Por otro lado, al encontrarse dentro de la esfera pública, el presupuesto participativo también puede adaptarse a la administración especializada. Por supuesto, también surgirán conflictos a partir del diálogo y las disputas entre las demandas de la ciudadanía y las opiniones basadas en conocimientos técnicos. Pero también aquí hay espacio para una articulación virtuosa.

Es posible, y necesario, adoptar algunos criterios técnicos para orientar las definiciones y al mismo tiempo el proceso de planificación puede incorporar las prioridades de la población. En este contexto, las pérdidas derivadas de probables ineficiencias pueden ser compensadas en gran medida por las ganancias en responsabilidad pública, confianza y aproximación hacia las necesidades de la sociedad.

Hasta ahora la viabilidad y los resultados positivos de este proceso de democracia directa son bastante evidentes, tal como se mostró con anterioridad y como se destacará más adelante. No sólo ha permitido la activa participación de una gran parte de la sociedad en el proceso de decisión, sino que también estimuló el surgimiento de una sociedad civil politizada y multifacética.

Es importante observar que la existencia de una sociedad civil politizada y variada en parte depende de la naturaleza de las instituciones estatales y de los gobiernos. Las instituciones estatales y los gobiernos que son más permeables a las demandas de la sociedad y que hayan facilitado la participación pueden ser de decisiva ayuda para el nacimiento de una sociedad civil con esas características. Esto conduce a un problema fundamental que poseen los proyectos políticos de los partidos políticos. La principal inquietud de todos los partidos políticos es sin duda el poder. Sin embargo, las formas en las que ellos conciben cómo se legitima ese poder pueden ser distintas.

Antes del año 2000 en que se creó el presupuesto participativo, había importantes movimientos sociales y organizaciones cívicas en el departamento, Pero como señala la señora Gobernadora, Dra. Elsa Gladys Cifuentes, con el presupuesto participativo "la sociedad civil recibe poder de muchísimas maneras, lo que da como resultado decenas de miles de personas… que participan en la acción colectiva y el debate político."(7) Así pues, se ha formado una ciudadanía más consciente.

La transferencia de poder a la sociedad civil y su expresión a través del nuevo espacio público ha permitido cambiar las instituciones del Estado. Tanto el poder ejecutivo como el legislativo se han vuelto más factibles de ser controlados. Esto no es un logro pequeño para un país como Colombia y un departamento como el de Risaralda, donde el clientelismo y la corrupción son reproducidos en forma permanente por la cultura política dominante. Por supuesto, la separación entre las instituciones estatales y la sociedad sigue vigente. Sin embargo, el proceso de toma de decisiones, precedido por una fuerte negociación popular, ha aumentado su legitimidad.

Al mismo tiempo, los sectores de los municipios desprovistos de poder han ingresado al proceso político para perseguir de manera activa sus demandas históricas. Por ende, se ha producido una distribución de recursos públicos más justa a nivel local.

Sin embargo, en un proceso como el presupuesto participativo no sólo hay una variedad de problemas -algunos de ellos mencionados anteriormente-, sino también diversos tipos de riesgos.

En el proceso de sistematización se han encontrado por lo menos tres, por su importancia en este preciso momento, los registramos.


1. Cfr. HABERMAS, Jürgen. La transformación de la estructura pública. Madrid. 1989. Pág 15

2. Habermas analiza el surgimiento de la esfera pública literaria y la esfera pública política, ambas formadas por una amplia gama de instituciones diferentes. Sólo me interesa aquí la esfera política.

3. Ni tampoco el enfoque de Cohen sobre el concepto de sociedad civil.

4. CIFUENTES A. Elsa Gladys. El gobernante como facilitador de la democracia. Presentación de la experiencia de Risaralda en presupuesto participativo. Ríonegro abril 10 y 11 de 2003

5. Como mencionara anteriormente, la democracia participativa incluye la participación directa pero estas dos formas de democracia no son iguales. La primera requiere representación, aunque la representación acá está vinculada a un mandato obligatorio. Es evidente que también se necesitan formas de democracia asociativa, en especial a nivel nacional.

6. CIFUENTES A. Elsa Gladys. Op.cit.

7. CIFUENTES A. Elsa Gladys. Sobre presupuesto participativo. Conferencia. Pereira. 2003  

 

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