La crisis como concreción conceptual

Mario González Arencibia

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La dialéctica materialista en el estudio de la crisis

Según se ha podido observar en el epígrafe anterior, el tratamiento del concepto crisis, es como todas las graves enfermedades, de difícil diagnóstico, no obstante, se puede indicar que la incursión en las complejidades del método del materialismo dialéctico e histórico, es de gran importancia para determinar el hilo metodológico, en la investigación de la crisis como concreción conceptual.

  <<El conocimiento no es (o no sigue) una línea recta, sino una curva, que se aproxima infinitamente a una serie de círculos o a un espiral. Todo fragmento, segmento o sección de esta curva puede ser transferido (transformado unilateralmente) en una recta independiente, completa que entonces (si los árboles impiden ver el bosque), conduce al lodazal, al oscurecimiento clerical (donde queda SUJETA por los intereses de las clases dominantes)>>.[1]

 Si nos atenemos al planteamiento anterior, ello implica que para el estudio de la crisis como concreción conceptual tengamos constantemente que introducirnos en la superficie empírica del fenómeno mediante la abstracción, siguiendo el curso de su despliegue.

La abstracción en este momento de la investigación está vinculada estrechamente al proceso de análisis, que permite descomponer gradualmente, el fenómeno. Continuando el camino que va <<...siempre más lejos con conceptos más simples; de lo concreto representado, llegaría a abstracciones cada vez más tenue, hasta alcanzar a las más simples determinaciones. Llegando a este punto habría que volver a hacer el viraje a la inversa...>>.[2]

La regresión es un imperativo porque una vez encontrados los nudos más profundos, o sea, la esencia del fenómeno es necesario abordar por qué la esencia se manifiesta precisamente de esa forma y no de otra. Este proceso, recorre el camino que va de lo simple a lo complejo y de lo abstracto a lo concreto, siendo un momento predominantemente sintético-deductivo.

De esta forma el concepto reconstruido se nos revelará como concreto, pero cualitativamente distinto al punto de partida, debido a que las formas superficiales concretas están conceptualmente relacionadas a sus leyes internas.[3]

El recorrido de las formas superficiales concretas, sensorialmente reflejadas, a las determinaciones esenciales y el posterior retorno a la determinación de las formas de manifestación de la esencia, son dos momentos de un proceso único de investigación, de aquí que todo punto de partida sea el punto de llegada de un proceso que se  desarrolla sobre la base de un conocimiento anterior.


 

[1]V. I. Lenin, Obras Completas, Tomo XLII.  Editorial Cártago. Buenos Aires, 1970, pp. 328-333.

[2]Marx, Carlos. Introducción a la Crítica de la Economía Política. En: Contribución a la Crítica de la Economía Política. Editorial Revolucionaria, 1970, p. 258

[3]"Lo concreto es concreto, porque es la síntesis de múltiples determinaciones, es decir, unidad de lo diverso. Por eso lo concreto aparece en el pensamiento como proceso de síntesis, como resultado, no como punto de partida, aunque sea el verdadero punto de partida y por consiguiente, el punto de partida también de la percepción y de la representación". Marx, Carlos. Ibidem..

 


 

 

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