EXPERIENCIAS Y LECCIONES DE DESARROLLO RURAL

Dr. Iván Ureta Vaquero

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PROGRAMA CHALACO.

La Universidad de Piura y Mirhas Perú.

Paralelamente en esta búsqueda de nuevas estrategias de desarrollo, se cruzaron la ONG piurana Mirhas Perú y la Universidad de Piura. La Universidad de Piura, desde su formación se apoyó para su desarrollo en la Cooperación Técnica Internacional. Desde sus comienzos en 1971 y por espacio de diez años el claustro académico estuvo integrado por varios profesores italianos, seleccionados y preparados por el Istituto per la Cooperazione Universitaria de Roma.76Concretamente este proyecto inauguró las relaciones de cooperación entre Italia y Perú y de forma temprana incorporó al voluntariado como una opción de “servicio civil”.

Con el paso del tiempo y comprobando la eficacia de estos mecanismos, la Universidad de Piura siguió trabajando con otras entidades y agencias de cooperación internacional como la alemana, la canadiense, estadounidense, la Unión Europea y otros países.

Entre las primeras actividades de cooperación podría destacarse el papel del Dr. Mario Polía, quien inició el estudio del complejo arqueológico de Aypate en Ayabaca, lo que abrió una fase de trabajos que siguen desarrollándose en la serranía de Huancabamba y Ayabaca. Desde el punto de vista productivo el ingeniero Giovanni Capello, también desarrolló proyectos empresariales relacionado con el ámbito agrario.

Este tradicional espíritu basado en la cooperación que ha tenido la Universidad de Piura, también se ha manifestado en un importante rol fundamentado en el principio de la aportación. Por ello y como reconoce el Pro Rector de la Universidad, Antonio Mabres:

“Siempre hemos sido conscientes de que la finalidad última de dicha cooperación no era la Universidad en sí misma sino las necesidades de la sociedad, tan abundantes en nuestra región y en todo el Perú. Las entidades de Cooperación han comprendido que estaban logrando sus objetivos de ayuda al desarrollo con especial eficacia al apoyar a la Universidad, potenciando sus capacidades de investigación y docencia, como base de su proyección social.”77

Obviamente este servicio a la sociedad prestado por la Universidad de Piura a través de sus profesores podría tener una contrapartida. Podría pensarse que el desarrollo de algunos proyectos distraería del trabajo de la investigación y de la docencia, sin embargo esto no tiene porque ser entendido así, ya que estas experiencias se capitalizan en forma de conocimiento. Por eso, nuevamente de acuerdo con Antonio Mabres, cuando interviene la Universidad en un proyecto de desarrollo, “puede y debe haber una investigación que se alimente de datos provenientes del proyecto y a la vez, ayude a realizar un trabajo de calidad…El ámbito del proyecto se convierte en un laboratorio donde validar hipótesis, ensayar los correctivos y verificar las claves para resolver problemas reales del entorno”.78

Como se verá más adelante, esta visión clara de la Universidad no se vio clara en un principio cuando se trató de concretar el programa Chalaco en su completa dimensión, ya que se quería evitar la posibilidad comentada más arriba, cuando se hacía referencia a los riesgos que podrían existir si la Universidad ingresaba como socio local de pleno derecho en la administración y ejecución de un programa de gran envergadura. Sin embargo, desde la cabeza de la institución se apoyaba y se insistía en que la Universidad debía estar presente en las actividades que pudiesen aportar mejoras internas en cuanto a la adquisición de experiencias y de conocimientos y mejoras externas respecto a las necesidades de la zona.

Algunas de estas investigaciones sobre problemas de la zona fueron desarrolladas gracias a la participación de la cooperación internacional como podrían ser los pioneros estudios del Dr. Ramón Mugica sobre el Fenómeno del Niño, un tema que ya está en la agenda científica mundial debido a su gran repercusión global. También se ha trabajado sobre el algarrobo y su fruto haciéndose investigaciones conjuntas con otras universidades como la Universidad de Ben Gurion, campus de Sede Boqer. O los trabajos del Instituto de Hidrología e Hidráulica fruto de la cooperación alemana, generando así mejoras en la propia región y logrando crear medidas de seguridad ribereña.

El tiempo fue pasando en la Universidad de Piura y con esta predisposición comenzó a acercarse al ámbito de la sierra de Piura, una realidad aislada y con escasa presencia en proyectos de cooperación internacional. Uno de los principales motivos de este aislamiento viene precisamente manifestado por las deficientes vías de comunicación que penetran en este inhóspito terreno. Estas zonas altas tienen altos valores económicos y medioambientales y desde este punto, había que trabajar en la reforestación de las laderas de las cuencas altas de los ríos Chira, Piura y Huancabamba, deteniendo así la pérdida de los pocos bosques que quedan.

Como se expresó más arriba, cuando se produjo el niño del año 1983 y sus posteriores consecuencias, Mirhas recién constituida como institución realiza un análisis que arroja como resultado que los problemas se trataban de manera distrital y este enfoque era absurdo porque la naturaleza no había sido distribuida políticamente, por lo que comenzaron a trabajar en la parte baja del valle y así poco a poco fueron subiendo hacia el medio Piura. La institución sabía que tenía que llegar poco a poco a la parte alta porque nunca va a ser posible contar con los suficientes recursos económicos y financieros como para hacer puentes cada vez más largos. De ese modo, como indica el director de Mirhas, Gonzalo Urday, a partir de 1984, iniciaron un proceso de mejoramiento del hábitat social en el bajo Piura (desde Piura hasta Sechura) donde atendieron a unas 18.000 familias en el mejoramiento de vivienda, saneamiento básico y educación, ya que en ese momento, debido a la emergencia la gente estaba muy necesitada y sensible.79

Mirhas comenzó con la cooperación suiza y según Urday;

“Si no hubiéramos empezado con la cooperación suiza, no hubiéramos empezado porque la cooperación suiza dijo una cosa como la que has dicho: “vayamos construyendo una forma de cooperación. No se preocupen, vamos a dar por cada dólar para la acción, un dólar para la capacitación y el fortalecimiento institucional” que es bien raro, ahora ya no te lo dan, tienes que ir a una ong que se dedique exactamente a eso. Nos dijeron “queremos fortalecer una institución que realmente se consolide en el espacio regional y después pueda ser un facilitador social”.80

En este momento, el estilo de la cooperación suiza proponía una base sólida a partir de la cual se podía comenzar a trabajar sin preocuparse por las limitaciones logísticas. Por ello les proporcionó una camioneta no asignada a ningún proyecto, lo cual indica la intención de seguir colaborando de forma mantenida en el tiempo con la institución. En este sentido, según Urday, aprendieron que cada cosa que les daban era una herramienta para aprender. Con esta metodología un diputado suizo llegaba al Perú para capacitar en aspectos medioambientales, de democracia, de participación ciudadana, de enfoque y manejo de cuenca. Y hablar de manejo y enfoque de cuenca comenzaba a ser algo novedoso.

Concretamente durante el año 92, Urday viajó a la cumbre de Río de Janeiro para su conferencia mundial de medio ambiente. A la vuelta comenzaron a hablar de la Agenda 21. Así naciendo en 1984 en 1992 tras asistir a Río, la Ong dio un salto ya que se dieron cuenta que era necesaria la aplicación local de la Agenda 21 en la cuenca del río Piura. Por ello, tras haber compartido experiencias con diferentes personas “cuando regresamos de Río, la cuenca del río Piura que antes nos parecía gigantesca nos pareció pequeña. Nos hizo mucho bien al equipo que fuimos porque cambió nuestra visión y comprensión y nos hizo perder el miedo de a veces pensar <no voy a llegar>, comenzamos a ver la cuenca como una unidad”.81

Con esta nueva visión en 1992 Mirhas Perú se contactó con los alcaldes de la provincia de Morropón y comenzaron a trabajar con los municipios porque en Morropón se estaba llevando a cabo la primera experiencia en Piura de fortalecimiento institucional a través de la participación ciudadana. En esos momentos se comenzaba a escuchar de presupuestos participativos.

Mirhas estaba trabajando en el valle cuya principal actividad económica era la agricultura extensiva y donde los procesos sociales están en una dinámica plana donde parece que todo es cuestión de lo que quiera hacer el hombre. Sin embargo, a medida que fueron subiendo valle arriba, encontraron una realidad socioeconómica distinta. A partir de Caracucho donde se cultiva arroz y donde las familias están en las casas, se puede apreciar que debido a una mayor complejidad de las actividades económicas las familias están en el campo. Dentro de esa complejidad se podían ver municipios carentes de cualquier tipo de maquinaria que permitiese desarrollar unos métodos agrícolas más eficaces. Incluso todo se complicaba durante el invierno ya que las lluvias arruinaban unos accesos peligrosos y deficientes, quedando así las comunidades, al menos durante medio año aisladas.

Según comenta Urday, poco a poco se fueron dando cuenta de que el destino de Piura dependía de la sierra y que gracias al tamaño reducido de las subcuencas se podía trabajar con los gobiernos locales. Con estas concepciones que fueron articulándose gracias a varios factores, en el año 1992 Mirhas llegó a la provincia de Morropón. Visitando Santo Domingo comenzaron a trabajar con el alcalde Carlos López, líder natural de la comunidad, sólidamente formado por la izquierda. Allí junto a Pro Perú, Mirhas trabajó un proyecto de energía domiciliaria. Sin embargo Santo Domingo no era cabecera de cuenca y no se podía trabajar desde este punto de vista con el enfoque de cuenca que se aprendió en la cumbre de Río de Janeiro. Así siguiendo las palabras de Urday:

Chalaco tenía varias cosas: era chiquito, todo se ve desde el albergue grosso modo y no queríamos ir a un lugar muy grande; tenía un bosque tridistrital que nos permitía comparar. Yo había caminado por Santo Domingo, Frías, Pacaipampa que es demasiado grande y todavía no se habían ordenado por microcuencas, tampoco Frías pero en Chalaco ya se hablaba de microcuencas, yo voy a Chalaco en el 98 y me encuentro con una oficina de desarrollo estratégico rural, entro de casualidad y veo al alcalde Wilo y le digo quién soy y me abraza, nunca me voy a olvidar de esa impresión. Le dije que me parecía interesante su distrito para hacer un proyecto modelo de gestión de cuenca, me dijo que habían logrado que el Pronamachs les permita trabajar una estrategia de comités conservacionistas porque Chalaco no estaba incluido dentro del área de influencia del Pronamachs que era Huancabamba.82

Urday comentó siguiendo el enfoque de cuenca que el distrito de Chalaco era la maqueta ideal para hacer un proyecto o un programa basado en la gestión de cuenca. Y en este sentido, la zona era muy atractiva debido al bosque de Mijal, el cual venía siendo deforestado como consecuencia de las actividades económicas de los habitantes de la zona y eso hacía peligrar la sostenibilidad de la zona como captadora de las aguas servidas cuenca abajo. Sin embargo había que tener en cuenta que Chalaco, a pesar de ser un ámbito netamente rural está fuertemente divido tanto conceptual como prácticamente en una relación ciudad-campo y esta característica no solo había que intuirla sino saber en que forma podía dificultar el devenir de las actividades.

Durante los años1999 y 2000, Urday estuvo asesorando a la ODER en ideas sobre el largo plazo. Así en 2001, se comienzan a dar los primeros pasos sobre la conceptualización del proyecto. Uno de las principales enseñanzas de este programa como se verá más adelante es que antes de diseñar nada concreto hay que conocer muy bien la realidad, no solo intuirla. Una visión a 10 años con proyectos pequeños podría permitir tener una visión más cercana e ideal de cómo hacer las cosas, y en función a los resultados poder ir aplicando modificaciones. Sin embargo a priori, aprecio un gran voluntarismo por querer hacer “algo” más o menos grande, voluntad muy relacionada con las ideas de visionarios que tienen un ritmo que pueden chocar contra una cierta estática cultural que impide o que puede ser reacia al cambio. Es bueno por ello, tener en cuenta la existencia de estas diferentes velocidades de concepción y aplicación de proyectos o programas. El éxito de cualquier acción es comprobar que se van logrando pequeños cambios culturales basados en un principio de crecimiento de la autoestima. Es decir, cuando la gente comienza a creer en sí misma. Pero ¿cómo hacerlo? Esas son las decisiones que marcan desde el principio del carácter de una acción humana.

Durante 2001, Urday y Gabriela Morales de Mirhas Perú y Tito Carrasco de la ODER de la Municipalidad de Chalaco comenzaron a dar las primeras pinceladas de un posible proyecto de conservación del área de Mijal a través de los Comités Conservacionistas.

Primer esbozo del posible programa de Chalaco con enfoque de cuenca.

Tiempo atrás, Tito Carrasco tenía mucho interés de poder colaborar con la Universidad de Piura conocedor de su buen trabajo, predisposición y capacidad para lograr el respaldo suficiente como para acceder a las fuentes internacionales de financiamiento de proyectos de cooperación. En este ámbito, Gonzalo Urday fue una pieza estratégica ya que conocía y había trabajando en algún proyecto conjunto con la Universidad de Piura y como consecuencia el acceso resultó más sencillo.

Como se había mencionado anteriormente la ODER con la ayuda del proyecto PAEN-GTZ, realizó diagnósticos participativos para identificar los potenciales económicos de los distintos caseríos y junto a Mirhas Perú, se pidió a la Universidad que ayudara a profundizar esos estudios. Con esta invitación se visitó la zona en varias ocasiones y se confirmó el interés y la posibilidad de colaborar, lo que produjo como primer paso, la firma de un convenio marco entre la Municipalidad Distrital de Chalaco, Mirhas Perú y la Universidad de Piura en enero del año 2001.

En esos momentos el ingeniero Stef de Haan (entonces Jefe del Programa Sierra del Instituto Rural Valle Grande de Cañete) visitó la zona de Chalaco. Su impresión sobre las potencialidades de la zona fue positiva ya que observó la gran cantidad de gente joven en contraste con la sierra de Yauyos, pero que sin embargo resultaba urgente atender mejor las necesidades básicas de los pobladores (luz, agua, salud, educación) y mejorar las prácticas de cultivo con innovación tecnológica para aumentar rendimientos y conservar la base productiva, principalmente los suelos.83

El ingeniero Haan, además de identificar algunos recursos de potencial económico como el Lanche, destacó la importancia de la gran diversidad florística de esta zona, tal como también veremos más adelante en un comentario de Antonio Brack. Organizó un inventario florístico del bosque de Mijal, que con una extensión de 800 hectáreas es prácticamente el único relicto de bosque primario de la cuenca alta del río Piura. Para realizar este trabajo se recurrió al holandés van der Measen, quien envió a un grupo de estudiantes que trabajó bajo la dirección del botánico Dr. Isidoro Sánchez y el apoyo logístico de la Municipalidad de Chalaco y de la ODER, instituciones que ya estaban trabajando como dijimos anteriormente a través de los Comités Conservacionistas en el bosque de Mijal. Complementando estas acciones también se tuvo la visita del Dr. Carlos Junquera de la Universidad Complutense de Madrid con una ayuda puntual de la AECI para estudios sociológicos.

Finalmente se invitó a participar al ingeniero David Baumann y durante un tiempo se estuvieron visitando diferentes áreas con la compañía del alcalde, Wilo Córdova, el jefe de la ODER, Tito Carrasco y el director de Mirhas Perú, Gonzalo Urday. En aquella ocasión hubo una reunión con un numeroso grupo de pobladores, y estos mostraron confianza en la Universidad y la voluntad de que ella se involucrara más en el desarrollo del proyecto. En esa reunión Baumann orientó las inquietudes de la población y explicó sobre los Centros Rurales de Formación en Alternancia (CRFA) que promueve la institución Pro Rural. Tras la reunión se tomó el acuerdo de promover uno de estos CRFA y así el CRFA Chalaco, se puso a funcionar, complementándose con el programa de AECI.

Así desde 2001 y 2002, como dice Nora Grados, la UDEP ya venía interesándose mucho en los ecosistemas de montaña, ya habían visto la importancia que tenían los bosques de Ayavaca, de Puyas, bosques de neblina que albergan biodiversidad importante y con un grupo que tenemos formado de defensa de la biodiversidad y todo esto que es Bosques y Fronteras del cual la universidad forma parte, venimos viendo cómo cuidan bosques, hacen recuperación. Estábamos interesados en ver porque el ecosistema es parecido , ver cómo se podría parar esta depredación.84

En estas actividades Ecuador llevaba bastante tiempo trabajando. Aprovecharon bien la diversidad que tienen y han recibido bastante ayuda de los Estados Unidos. De este modo se identificaron varias zonas como Ayabaca, Morropón y Huancabamba, cuyos bosques estaban desapareciendo. En estas circunstancias como se dijo más arriba se preguntó a Antonio Brack, quien era asesor de un pequeño programa de donaciones de las Naciones Unidas sobre el bosque de Mijal y opinando favorablemente. De modo que se hicieron gestiones para presentar un proyecto UDEP-ProPerú a la AECI que finalmente no salió.


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