BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

Globalización, Desarrollo Local y Sociedad Civil
Leandro Venacio

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Capítulo 2

Desarrollo y reposicionamiento del Distrito Industrial Italiano

¿Qué son los distritos industriales?

El concepto de distrito industrial se origina a partir del economista Alfred Marshall. En The principles of Economics (1890) el autor discute el concepto y las características de los distritos industriales, definidos como “concentraciones de sectores especializados en una localidad específica”.

El principio que según el autor, las economías se pueden beneficiar de ventajas ligadas a su localización espacial ha sido objeto de investigaciones por más de un siglo. El estudio ha comenzando con Marshall, y prosigue con otros análisis contemporáneos que miden la unión entre productividad, crecimiento e innovación.

El concepto de “escala” está a la base de todas las prospectivas teóricas relativas a las economías externas. Marshall afronta el estudio de los distritos industriales, focalizándose en modo preciso en procesos según los cuales grupos de empresas localizadas en una única área geográfica puedan beneficiarse del mismo tipo de economía presente al interior de grandes empresas.

Para Marshall, un distrito industrial trae “grandes ventajas al disponer de un mercado de trabajo constante”. Al crecer el distrito, crece también la población de trabajadores formados y especializados de los cuales el distrito puede beneficiarse. Al mismo tiempo, la localización en una única área favorece el crecimiento de los proveedores, obteniendo así, eficiencia de costos gracias a una extrema división social del trabajo.

En Industry and Trade (1919), Marshall agrega algunas especificaciones que enriquecen el concepto de distrito industrial. En particular, introduce el concepto de “atmósfera industrial”, que junto a la existencia de “mutua confianza y conocimiento”, ya mencionada en The principles of Economics, facilita la generación de las competencias que necesita la industria, promueve innovación y difusión entre las pequeñas y medianas empresas del distrito industrial.

En sustancia, Marshall afirma que en el interior del distrito:

- los individuos pasan con facilidad de una empresa a otra, y que los empresarios y los trabajadores viven en la misma comunidad, beneficiándose del hecho que los “secretos industriales” están en el área, es decir, existe una atmósfera industrial.

- Los trabajadores están mayoritariamente ligados al distrito más que a la empresa individual y la emigración de trabajo parece ser mínima o nula.

El distrito industrial es una comunidad estable, donde se afirma una identidad cultural local muy fuerte y con una difundida expertise industrial. El distrito industrial es en sustancia, un entretejido socio-económico, en donde las fuerzas sociales cooperan con las económicas y las uniones de amistad y las relaciones de proximidad se encuentran en la base de la difusión de los conocimientos.30

Todas las características descriptas por Marshall en el modelo de distrito industrial son resumibles en el concepto de aglomeración, que es el alargamiento localizado (Becattini, 1987) no ya de las elecciones estratégicas de la empresa individual, sino de la externalidad positiva derivada de la presencia conjunta de empresas especializadas y servicios dedicados a ellas.

Becattini (1979, 1987, 1990), partiendo de los primeros escritos de Marshall sostiene además que para poder hablar de distrito industrial, es necesario que la población de empresas se integre con la comunidad local de personas, reserva de cultura, valores y normas sociales adaptadas por un proceso de industrialización desde abajo. La componente social, siguiendo esta línea, es central para el modelo italiano de distritos industriales.

Un distrito industrial es “una entidad socio-territorial caracterizada por la presencia activa, en un área territorial circunscripta, natural e históricamente determinada, de una comunidad de personas y de una población de empresas industriales.”31

El distrito es pensado como un único conjunto social y económico. Allí existen fuertes interrelaciones entre la esfera social, política y económica; el funcionamiento de una, por ejemplo de la económica, es moldeado por el funcionamiento y por la organización de las otras. El suceso del distrito, no pertenece solo al reino de lo económico, aspectos sociales e institucionales son también de gran importancia.32

Analizando la abundante literatura económica, lo que se ha denominado clúster o, a partir de la exitosa experiencia de las PyMIs italianas pertenecientes a un distrito industrial –de las cuales este proyecto intenta identificar para luego aprender y aplicar- o lo que el Observatorio PyMIs33, para el caso argentino clasifica como “manchones territoriales sectoriales de PyMIs”, son definidas como una aglomeración territorial de pequeñas y medianas empresas manufactureras independientes, pero vertical y horizontalmente articuladas entre sí y con otras de mayor tamaño, todas especializadas en un mismo sector (cadena productiva) que gozan de economías externas a las empresas que provienen del fuerte arraigo en la comunidad local.

Así, las concentraciones territoriales de empresas, especialmente aquellas conformadas por empresas pertenecientes al mismo sector industrial, o a sectores verticalmente integrados, producen beneficios que son externos a la misma firma y que derivan exclusivamente de la específica localización territorial: mayor disponibilidad de mano de obra especializada, mayor velocidad de circulación de información técnica y comercial, mayor disponibilidad de servicios de proveedores sectoriales y, finalmente, del conocimiento que los potenciales clientes tienen de la existencia de la concentración territorial de la oferta. Los factores que impulsan la mayor competitividad de estas áreas no son solo técnicos, sino también sociales.

El conjunto de estos mecanismos técnicos y sociales, son referidos en la literatura especializada como “rendimientos crecientes de escala externos a las firmas” o mas simplemente como “economías de aglomeración”.

Los distritos industriales pueden ser vistos no sólo como particulares formaciones industriales que consienten una extraordinaria flexibilidad de producción, sino también, como el resultado de una progresiva especialización y división del trabajo entre los protagonistas del proceso productivo.34

Una característica central de los distritos industriales está dada por la cooperación. La cooperación reduce los costos de transacción introduciendo beneficios económicos facilitando la flexibilidad y la innovación siendo un mecanismo de governance prevalerte en el distrito. Además, los distritos industriales se caracterizan por la contemporánea presencia de mecanismos cooperativos y competitivos, que conducen a un equilibrio entre cooperación y competición.

Es muy importante destacar que hasta hace muy poco tiempo esta forma de organización industrial era solo estudiada en algunos ámbitos académicos italianos; sin embargo, en la actualidad gran parte de la literatura económica sobre crecimiento, geografía económica y comercio internacional la señala como una forma de organización territorial-industrial capaz de enfrentar con éxito las mayores presiones competitivas de la globalización.

Los estudiosos de la sociología se han focalizado sobre los distritos industriales interpretándolos como entidad político-cultural y prestando particular atención al concepto de atmósfera industrial de que hablaba Marshall, el sistema de valores de la comunidad distretual, las uniones familiares y afectivas, etc.

En este sentido, y de acuerdo al concepto de atmósfera industrial, todos los actores que forman parte del distrito condividen naturalmente un conjunto de valores, conocimiento, modalidades de reacción a las cuestiones externas, que se han ido formando lentamente en el repetirse continuo de los eventos. Estos factores favorecen una activa participación y un clima de lealtad tras los miembros de los team´s productivos. Finalmente, las pequeñas empresas distretuales logran niveles de eficiencia superiores al de las empresas no distretuales porque se benefician de las condiciones del contexto socio-económico que motiva a empresarios y trabajadores.

Los economistas políticos, en el estudio de los distritos industriales, se han ocupado del desarrollo sostenible, políticas regionales, factores de producción local, condiciones para el nacimiento de distritos industriales, etc.

De esta manera, y según Becattini, el concepto de distrito industrial contiene algunas cosas que escapan al análisis de la economía tradicional, por lo tanto, se necesita de instrumentos de análisis diversos para capturar de lleno la propia naturaleza. En este sentido el Cuadro 1, nos muestra las principales contribuciones al modelo de distrito industrial italiano.

Cuadro 1 – Contribuciones al modelo de distrito industrial italiano

- Sistema territoriale circoscritto (Becattini, 1989; Marshall, 1950; Nuti, 1992; Brusco 1989)

- Specializzazione nella produzione di una particolare famiglia di prodotti (Marshall, 1950; Nuti, 1992)

- Tessuto produttivo composto prevalentemente da imprese di piccole e medie dimensione (Marshall, 1950; Visconti, 1996)

- Presenza di un numero consistente di imprese, con limitata propensione alla crescita (Becattini 1989; Ferrucci, Varaldo, 1993; Marshall 1950)

- Articolata divisione del lvoro tra le imprese che tendono a specializzarze in singole fasi dei processi produttivi (Marshall, 1950; Nuti, 1992; Visconti, 1996)

- Presenza di un efficace reticolo di attività di servizi, pubblici e privati, che opera in presa diretta con le imprese del settore caratteristico (Brusco, 1989; Visconti, 1996)

- Vita economica e sociale regolata, in modo non conflittuale, da associazioni di categoria e organizzazioni sindacali (Becattini, 1989; Dei Ottati, 1994)

- Compenetrazione tra le ativittà economiche e la vita culturale e sociale dei residenti (Becattini, 1989; Dei Ottati, 1994)

- Rilievo dei valori incorporati dalla camunità di persone che sorreggono l´esistenza del distretto (Becattini, 1989; Dei Ottati, 1994; Marshall, 1950)

- Senso di appartenenza al distretto industriale (Becattini, 1989, 2002; Cillo, Troilo, 2002; Alberti 2003)

- Clima di aperta concorrenza interna tr gli imprenditori, ma anche di cooperazione (Becattini, 1989; Dei Ottanti, 1994)

- Presenza di barriere all´entrata e all´uscita (Lorenzoni, 1997; Visconti, 1996)

- Intense relazioni tra le imprese (Becattini, 1989; Dei Ottanti, 1994; Lorenzoni, 1997; Lazerson, Lorenzoni, 1999; Lipparini, 1995)

Fuente: Cortesi, A. – Alberti, F. – Salvato C.: “Le piccole imprese: struttura, gestione, percorsi evolutivi”. Carocci editore, 2004, p. 173.

Analizando la definición dada por Becattini (1990) e integrándola con otros contributos provenientes prevalentemente de los distritos industriales citados en el cuadro 1, surgen algunas características centrales del modelo distretual italiano.

1 – Un sistema territorial delimitado: el distrito nace y se desarrolla en un área geográfica necesariamente delimitada. El concepto de delimitación territorial no debe ser interpretado en modo rígido o restrictivo. Como afirma Brusco (1991) el distrito no se confunde con una comunidad cerrada, aislada y estática, ya que para su crecimiento son necesarios los intercambios con el mundo exterior.

El origen y el desarrollo de un distrito industrial, además, no es simplemente el resultado “local” del encuentro entre algunos extractos socio-culturales de una comunidad, elementos históricos y naturales de un área geográfica y características técnicas de un proceso de producción, es sobre todas las cosas el resultado de un proceso dinámico de interacción entre división e integración del trabajo, de alargamiento del mercado, y de formación de una red permanente de relaciones entre el distrito y el mercado externo (Becattini, 1990).

Hoy, y como veremos a lo largo del trabajo, es propiamente la red de crecientes relaciones con empresas externas al distrito que impone una interpretación necesariamente flexible del modelo de pertenencia local: el descentramiento productivo y el impacto de la ICT (Information & Comunication Tecnology) introducen la posibilidad de desarrollar relaciones que van más allá del requisito de la cercanía geográfica.

2 – Una comunidad de personas: Una segunda característica distintiva del modelo de distrito italiano consiste en la presencia de una comunidad de personas que incorporan un sistema bastante homogéneo de valores, que se refleja en términos de ética del trabajo y de la actividad, de la familia, de la reciprocidad y del cambio.

Según Marshall, el reagrupamiento de los operadores en una misma localidad, normalmente implica la pertenencia a un mismo ambiente cultural, a un ambiente caracterizado de valores, lenguajes, significados y, sobre todo, de reglas implícitas de comportamiento comunes. La pertenencia de los actores a un mismo ambiente socio-cultural es una característica históricamente importante del distrito industrial. A ello se le suma, que la eficacia económica de tal modelo organizativo, necesita que las empresas territorialmente vecinas sean parte, no de cualquier contexto social, sino de uno en el cual, con el tiempo, se haya formado una fuerte cooperación recíproca. Sólo donde existan las condiciones para que tal cooperación se desarrolle con relativa facilidad, es posible que el proceso económico sea organizado según el modelo de distrito industrial. La cultura del territorio, la actividad de las empresas y de los interlocutores institucionales, configura aquella atmósfera industrial a la cual hacíamos referencia en un comienzo.

3 – Una población de pequeñas y medianas empresas especializadas: El distrito industrial italiano se caracteriza por la presencia, en el interior del territorio, de una amplia población de pequeñas y medianas empresas especializadas en una específica fase del proceso productivo, ligadas en la relación de mercado y sector (Visconti, 1996).

La función de producción se subdivide en fases y el distrito se organiza no solo en una colaboración horizontal, sino que normalmente se presentan formas interesantes de desarrollo productivo vertical. De la producción del producto inicial: zapatos, tejidos, etc., se pasa a la producción de máquinas para la fabricación de zapatos, tejidos, etc.

Se puede decir que un aglomerado de empresas que interactúan en un mismo ámbito territorial se transforma en distrito cuando allí se verifica, junto a la producción principal del sector merceológico, la producción de máquinas y herramientas para el mismo sector.

Así, una de las pruebas que permite comprobar la existencia de una organización distritual de producción, sin tener que acudir a datos estadísticos – económicos, es verificar si en el aglomerado industrial han nacido, junto a las empresas que producen bienes principales, también empresas que se han especializado en la producción de máquinas para el trabajo de aquel bien.

El carácter de esta evolución es también la confirmación de la innovación tecnológica en el territorio. Cuando en un distrito industrial no solo las empresas se relacionan entre ellas creando la cadena productiva altamente funcional, sino que también disponen de algunas empresas especializadas en la producción de máquinas para la misma producción de los bienes del distrito, nace un mecanismo de aggiornamento tecnológico continuo, endógeno, y que genera incrementos de productividad que normalmente van más allá de las medidas estadísticas.

Las empresas se relacionan con otras empresas del mismo distrito. En cada nueva exigencia productiva, desde el simple mantenimiento, a la adopción de nuevas técnicas productivas, se establece un diálogo colaborativo entre las empresas del distrito. Experimentación, investigación, construcción de prototipos, etc., son todas fases de un proceso tecnológico que es realizado en esta forma inteligente de simbiosis industrial.

4 – La división del trabajo y la calidad de los recursos humanos: La división del trabajo representa una característica fundacional del distrito. Gracias a esto, las empresas distrituales pueden acceder a un mercado de trabajo caracterizado por una profesionalidad difusa y calificada, rica de competencias específicas que se han acumulado a través de una consolidada tradición.

Hay que recalcar, además, que la especialización de los trabajadores es una especialización de distrito más que una especialización de empresa, lo que da una alta flexibilidad al mercado de trabajo local.

5 – Los actores institucionales: Italia es la patria del individualismo exasperado, creativo, desordenado y un poco anárquico. Pero, es también la patria de las grandes y eficientes organizaciones sociales. Estas instituciones son la base de la transformación del aglomerado de pequeñas y medianas empresas en distrito industrial. Y el distrito es el verdadero punto de fuerza del modelo.

El distrito industrial italiano se distingue en modo neto del marshalliano por el rol importante de los actores institucionales. Ahora sólo introducimos la idea, para luego desarrollarla y analizarla más profundamente en lo que sigue del trabajo.

Se trata de una contribución que puede ir desde la erogación de servicios para infraestructura, a la realización de iniciativas formativas para la gestión de proyectos emprendedores, y que en cada caso se hace visible el compromiso de los interlocutores sociales en el funcionamiento del distrito.

Esta importante característica del distrito muestra la original capacidad de conjugar sinérgicamente la acción de las empresas con la iniciativa de los actores sociales, públicos y privados. Algunas de estas instituciones son seguramente la Iglesia, la familia, la escuela y las autoridades locales como cámaras de comercio y otras estructuras públicas o privadas, económicas o políticas. En este sentido, una mención especial se llevan los bancos locales, los cuales han desarrollado, sobre todo en pasado -en la forma de bancos populares y casse di risparmio- un rol crucial para el sostén financiero de las pequeñas y medianas empresas distrituales.

6 – El equilibrio entre competencia y cooperación: El modelo de distrito industrial se distingue por la peculiaridad de las relaciones económicas que se dan entre los sujetos: este tipo de relación es el resultado de combinar competencia y cooperación. (Brusco, 1989).

La ya citada característica de los distritos industriales de estar constituidos por un gran número de empresas especializadas y reagrupadas territorialmente, crea un particular tipo de relación entre las empresas mismas: si estas están territorialmente vecinas, son numerosas y bastante pequeñas, por cada fase individual en que se subdivide el proceso económico, se tenderá a formarse un mercado local en el cual las empresas que ofrecen o que demandan un particular bien o servicio estarán en competición entre ellas.

Además, no habiendo un elevado nivel de cultura industrial, si un empresario inicia una actividad productiva, muchos tratarán de imitarlo y comenzarán a competir con el. Becattini (1989) explica claramente que la competencia en el interior del distrito es más elevada que en el resto del sistema económico, y esto se debe por un lado a la vecindad, la cual genera envidia y emulación, y por otro a la percepción plena e inmediata de los movimientos de los competidores en el distrito que induce a poner en práctica rápidas respuestas.

Existe un momento en el que se pasa de la pura competición a formas siempre más complejas de cooperación y colaboración entre empresas. En ese momento, del simple aglomerado de empresas se inicia el nacimiento del distrito industrial.

La cooperación favorece la dinámica de distrito: las iniciativas de empezar una nueva empresa o de poner en práctica procesos innovativos permiten al distrito de no estancarse. La habitud a cooperar aumenta también el nivel de confianza.

En síntesis, los elementos cooperativos contribuyen en modo determinante a la integración del sistema local, mientras fuerzas competitivas lo mantienen flexible e innovativo.

7 – La emprenditorialidad distritual: Los emprendedores al comando de empresas de tipo industrial asumen comportamientos particulares debido a las características estructurales del distrito, que tiende a exasperar las motivaciones de los individuos, a acentuar el deseo de autorrealización y a hacer emerger la voluntad de transferir capacidades e intereses, esperados en una actividad de trabajo.

Diversos son los valores de los cuales son portadores los protagonistas del proyecto emprenditorial: se encuentran valores de trabajo, de credibilidad, de solidariedad, de sacrificio, valores que resultan de crear una cultura local que se configura como una suerte de ética económica. Al lado de estos valores se encuentran particulares capacidades: la habilidad técnica “saper fare”, las competencias manageriales “saper gestire”, y la capacidad emprenditorial en el saber formular una visión de desarrollo de la empresa válida y coherente.

Típicamente la emprenditorialidad viene “desde abajo” a través de un desarrollo endógeno. La emprenditorialidad endógena encuentra en la historia y en la cultura local, en la geografía del lugar, en los valores del territorio y de los habitantes, y en la historia de la experiencia emprenditorial de algunas personas, los puntos de fuerza sobre los cuales nace y se desarrolla en el tiempo.

8 – Las barreras a la entrada y a la salida de un distrito industrial: Las barreras de ingreso al distrito y la presencia de una identidad colectiva han hecho de filtro respecto al exterior, reduciendo drásticamente la frecuencia de contaminación interna/externa: como subraya Lorenzoni (1983) las empresas del distrito nacen, se desarrollan y mueren típicamente quedándose al interior del distrito.

Sin embargo –lo analizaremos más profundamente en este trabajo- las nuevas formas de apertura que se están manifestando, dan origen a nuevas configuraciones distretuales. Estas nuevas formas de apertura hace que el distrito se este reposicionando.


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