Rosario Gómez Carrasquel
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CAPITULO I: PRINCIPIOS ÉTICOS Y SOCIALES DE LAS BIOEMPRESAS
La palabra “ética” deriva del griego éthos, que quiere decir costumbre; a su vez la palabra “moral” deriva del latín mos, que significa también costumbres; la evolución semántica de estas palabras ha sido analizada por H.F Drane, para él, éthos hace referencia a la actitud de la persona hacia la vida, es la raíz o la fuente de todos los actos particulares, mientras que mos es casi un sinónimo de habitus- una práctica, un comportamiento, una conducta; la forma plural mores significa lo externo, las costumbres o los usos.
En el lenguaje coloquial, la ética y moral se manejan de manera ambivalente, es decir, con igual significado. Sin embargo como anota Bilberny analizados los dos términos en un plano intelectual, no significan lo mismo, pues mientras que “la moral tiende a ser particular, por la concreción de sus objetos, la ética tiende a ser universal, por la abstracción de sus principios”. No es equivocado, de manera alguna, interpretar la ética como la moralidad de la conciencia, o como la disciplina que se ocupa de la moral, de algo que compete a los actos humanos exclusivamente, y que los califica como buenos o malos, a condición de que ellos sean libres, voluntarios, y conscientes.
Deontología es otros de los términos que se encuentra íntimamente ligado a la ética, ambas disciplinas son tenidas como ciencia, y comúnmente son utilizadas como sinónimos, sin embargo la ética se ocupa de la moralidad de los actos humanos y la deontología se ocupa del cumplimiento del deber. De manera general se acepta que el cumplimiento del deber es aquello que la sociedad ha impuesto en bien de los intereses colectivos y particulares. La persona es buena cuando cumple correctamente con las tareas y obligaciones que debe hacer.
Sócrates al postular hace veinticinco siglos que la perfección humana estriba en el conocimiento del bien y del mal, el concepto de la palabra “bueno”, es el eje alrededor del cual gira la ética. “Bueno”, con cierto criterio general, significa cualquier acción o cualquier objeto que contribuya a la obtención de un fin deseable. Fue Sócrates quien hizo de la virtud un modo de vida, su ética fue la ética de la virtud, vigente hasta que Kant estableció la ética del deber. Según Kant el individuo posee obligaciones, que no son otra cosa que constricciones o coacciones; en el ámbito de la moral la persona puede ser constreñida externa o internamente. Las obligaciones cuyas motivaciones son subjetivas o internas son obligaciones éticas, obligaciones del deber, en tanto que aquellas cuyas motivaciones son objetivas o externas, son obligaciones de la coacción o estrictamente jurídicas.
Por su parte Baruch Spinoza un filósofo racionalista y pensador religioso holandés, le da primacía a lo moral sobre el conocimiento, define la ética como el fundamento de la moral, para ello planteó que era necesario conocer la naturaleza humana.
Baruch Spinoza establece que el hombre bueno es aquel que lucha por preservar su vida es un malo quien no lo hace; cree que el hombre debe estar abierto a sus relaciones con los otros en virtud de sus afectos, ya que este responde a las pasiones o afectos. En la perspectiva de Spinoza el afecto es definido como la afección por la cual aumenta o disminuye la capacidad de obrar de un cuerpo y la idea de tal afección; por otro lado considera que las experiencias fundamentadas en las pasiones es parte del problema de los afectos en general, por lo tanto, la ética de Spinoza no juzga el carácter moral de las pasiones sino que sostiene que ellas son las que proporcionan un primer conocimiento de lo bueno y de lo malo, y la moralidad misma será construida sobre la base de la vida afectiva, el bien y el mal serán definidos en función de las afecciones y no viceversa.
La ética según Spinoza se inspira en el modelo metodológico de las matemáticas y la geometría, eso se significa que para la exposición de sus ideas y la deducción de sus conceptos más importantes utiliza el método sintético. Partiendo de postulados, acciones y definiciones cuya evidencia (por intuición inmediata) considera irrefutables, deduce conceptos y conclusiones más complejos. La preferencia por tal sistema de deducción sintética suele atribuirse que a la influencia que Spinoza tuvo del racionalismo cartesiano, el cual originó la filosofía moderna planteando el problema del método a seguir para obtener un conocimiento verdadero antes de preocuparse por la verdad a conocer; primero definir las capacidades, los alcances y el procedimiento de la razón humana y después el descubrimiento del mundo.
Fiedrich Nietzsche establece una polémica discusión acerca de los fundamentos de la moral. Uno de los puntos centrales de la discusión es lo que él define como la voluntad propia y la otra voluntad. Nietzsche considera que de su voluntad sale la otra voluntad, como el medio de rentabilizarla convenientemente para un fin colectivo, la supervivencia de un grupo la cual se reveló por medio de la introducción, en la conciencia simbólica de la atemorizada mayoría, de normas, restricciones y proyectos. De este modo quedó asegurada la perduración de determinados rasgos que fueron elegidos en cierto momento y potenciados con detrimento de otros. Al cumplimiento de aquellos rasgos se les llamó virtudes y se consideró como algo bueno mientras que los que no siguieron esos patrones fueron caracterizados como individuos con vicios y malos. Por lo tanto, para este pensador los dispositivos morales han brotado para conservar la vida y más concretamente el tipo de vida que algunos hombres han considerado más placentera o menos dolorosa, en tal sentido, todas las acciones llamadas morales tienen un fundamento egoísta: son gestos y preceptos en interés propio. Nietzsche plantea que la moral se basa en la mentira, en Humano Demasiado Humano, 1era parte, página 40 dice “ la bestia en nosotros quiere ser engañada; la moral es una mentira necesaria, para no sentirnos interiormente desgarrados. Sin los errores que se ocultan en los datos de la moral, el hombre hubiera permanecido en la animalidad. Pero de esa manera se tiene por algo superior y se impone las leyes más severas”. Por lo tanto el sujeto ético sea quien fuera, era aquel que deseaba actuar bajo esquemas morales escogido por un determinado grupo en pro de sus intereses.
Lo esencial para Nietzsche es que nuestros valores se nos parezcan. No se puede vivir plena, creativamente- ni exaltando virtudes genéricas, que en nada toman en cuenta nuestra peculiaridad psíquica, histórica y hasta biológica. “ ¡Los buenos tienen que crucificar a aquél que se inventa su propia virtud! ¡Esta es la verdad!” (Así habló Zarathutra, 3era parte, página 26).
Tomando en consideración este conjunto de precedentes, la ética se puede definir como el conjunto de principios que deberían normar a la sociedad en función a conductas y comportamientos que moralmente se interpreten como práctica de los valores positivos y aceptables para la mejor convivencia y dignificación social.
El Proyecto Genoma Humano ha desencadenado un debate muy intenso acerca de los principios éticos y sociales que se deben considerar en el marco de este gran descubrimiento y los que de él se deriven; muchas han sido las opiniones emitidas por los expertos y los organismos internacionales, pero a medida que avanza la investigación la polémica se ha agudizado, centrándose la discusión en el derecho a la vida, su exigibilidad y en las igualdades o desigualdades que entre los individuos y las naciones este proyecto establezca.
La orientación de estos descubrimientos es motivo de preocupación para la sociedad, porque, como instrumento que contribuye al bienestar de la humanidad, el principal aporte está relacionado con la prevención, tratamiento y diagnóstico a las enfermedades crónicas y recientes basada en la investigación genómica, y en el progreso y perfeccionamiento de los procesos llevados a cabo por el sector agrícola, otorgándole así a la humanidad la oportunidad de mejorar su calidad de vida y prolongarla. Sin embargo, no deja de ser una amenaza la utilización de estos avances científicos para fines contrarios a la dignidad humana; además se especula acerca de los cambios que pueden sufrir los actuales códigos sociales o la creación de nuevos códigos, tomando en consideración que la sociedad se encuentra caracterizada por la cultura propia de la etapa que está viviendo: la postmodernidad.
