LO QUE LOS POBRES QUIEREN SABER
José Manuel Fernández Núñez
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¿Qué ocurrió entonces?
Así surgieron las constituciones, como un mecanismo de liberar al pueblo del peso de una sola mente y una sola voluntad de un solo poderoso o de una familia poderosa.
Pero la inteligencia negativa o astucia maligna que típicamente acompaña a los grandes intereses y que no le deja ver a los actores las formas que darían mayor ventaja a ellos mismos y a sus intereses sin dañar al pueblo, condujo a estos mismos poderosos a entender que debían “darle un caramelo al pueblo” y tranquilizarlo.
Por ello debieron reconocer la superioridad constitucional del Derecho Internacional y todas las instituciones de defensa de los Derechos Humanos, las organizaciones de regulación internacional de la eficiencia estatal, etc.
A la vez los grupos de poder, que incluso en muchos casos desplazaron a los reyes y sus monarquías genéticas de tipo familiar, se organizaron luego de un doloroso proceso de enfrentamientos y sofisticación de las dinámicas del poder.
Esta sofisticación incluía dar al pueblo la posibilidad de elegir a sus gobernantes por medio de elecciones, extender el voto a todo ciudadano mayor de edad sin discriminación, reconocerle los derechos humanos y hacerlos funcionar.
Muy pronto los mismos caudillos que desplazaron las monarquías familiares saborearon el poder y les gustó.
Entonces los partidos políticos que habían sido originalmente ideados para que el pueblo se exprese y sea reconocido como jefe soberano de sí mismo, fueron modelados para eternizar a esos caudillos en el poder que eran cada uno de los líderes de esos partidos históricos.
A esta etapa yo le llamo CAUDILLOCRACIA, pues en verdad se pensó ingenuamente que el problema estaba solo en la persona y se descubrió al final que la problemática estaba en el Sistema Social Político y Económico, y en la falta de una buena estructura de valores presente en todos, en cada ciudadano.
Hoy día todos somos conscientes de que cualquiera de nosotros hubiera actuado muy similar, debido a las condiciones propicias para el error.
Por eso surgieron algunos personajes que idearon sobre todo un modelo económico, y se logró bastante; sobre todo ocupar a muchos estudiosos en hacer evolucionar las ciencias económicas y conformar mejor a la economía como una carrera. Lo mismo para los politólogos y sociólogos, y otros más.
Aun con estos avances creo que nos falta mucho y que los aportes que representa el Proyecto Cuarta Vía son cruciales, Sobre todo porque deshacen el camino trazado hasta hoy en el cual se ha insistido demasiado sin lograr mejorar la dinámica de la vida en el mundo.
Los caudillos tomaron el poder y lucharon como bestias por el mismo, quizá algunos de ellos con buena voluntad por el pueblo. Pero subían a hacer más de lo mismo, con la esperanza de que todo o parte se resolvería.
Se frustraron los caudillos, se frustró el pueblo y su esperanza, se frustraron los economistas, politólogos y sociólogos, aun no tienen respuestas para nada. Se frustraron los profesionales; hoy nadie sabe nada que hacer.
Cuando hablamos de Cuarta Vía como proyecto de nación nadie está preparado para oír ni reaccionar, parece que están todos muy dormidos en sus propios asuntos, todo el mundo se “vacunó” con una dosis de “que lo arregle otro, yo resolveré mi vida como pueda”.
Así y en ese ambiente entramos a la etapa actual donde los partidos aparentan seguir siendo la forma de operación del pueblo, y se consolida una constelación de bandas de políticos para alternarse el botín estatal, el tesoro del pueblo, la mina que nunca se acaba.
A esta etapa le llamo, era de la MONARQUÍA DE LAS PARTIDOCRACIA. Donde los partidos políticos se eternizan en el poder y el pueblo entiende que ya lo hizo todo, y que solo queda esperar el fin del mundo, sufriendo la existencia de la clase política.
Los partidos se dedican igual que los caudillos a practicar cirugías egoístas a la constitución, la modelan y la vuelven a modelar. Están tan dormidos que delante del pueblo cambian innumerables veces la constitución y nunca es para asegurar un derecho humano; siempre es para extender su mandato, eternizarse en el poder, reelegirse, aumentarse sus propios beneficios de la clase política y clase alta, declararse inamovibles, etc., el objetivo es que esto es necesario para que el ni pueblo ni la posteridad les acuse de ilegales.
