LOS SISTEMAS SOCIO-RELIGIOSOS Y SUS IMPLICACIONES POLÍTICAS PARA EL QUEHACER EVANGÉLICO
 

Edgar Durini Cárdenas

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El sistema socio-religioso tribal  
Conformación de la alianza tribal  

Desde la perspectiva teológico-política, el proyecto de conformación del “Pueblo de Dios” se encuentra expresado en el pacto mosaico; la fe en Yahvé, como Dios único y liberador de los oprimidos, proporciona una base ideológica para enfrentar a los reyes cananitas. La formación de dicho pueblo comienza en el desierto con el grupo de Moisés liberado de Egipto; al entrar a Palestina se recibe la adhesión de otros sectores sociales y se comienza la lucha contra los reyes y su sistema de opresión12.  

Un elemento central es que las doce tribus tenían un planteamiento teológico distinto al vigente; ello se expresa desde el primer mandamiento de que no habría otro Dios, de contenido esencialmente político. Según Pixley, “Lo característico de todos los movimientos de insurrección y migración que formaron la nación de Israel, fue el rechazo a los reyes”13. Las tribus mantenían estrecha relación con Yahvé, concebido como Dios que los libera de la opresión.  

Aunque con una base campesina común, el origen heterogéneo y la conformación de las tribus con los liberados de la esclavitud, los aborígenes y los emigrantes de otras tierras, dio lugar a un pueblo cada vez más mezclado en sentido étnico14. No obstante esas y otras limitaciones, en la sociedad tribal va a ser posible la organización económica y sociopolítica, a partir de los vínculos de consanguinidad de grandes familias que formaban las tribus; de manera especial, la unidad deviene del cumplimiento de los preceptos de la Ley que Yahvé les había entregado, en lo esencial concebida para una sociedad igualitaria en la que no cabían las relaciones de subordinación, ni la opresión a través del poder del estado pues éste era inexistente.  

Ese es el contexto general en que se crea y va a funcionar la confederación de tribus (la “Liga Israelita”). Pero la organización política era débil, dada la carencia de un gobierno central que unificara las tribus; la dirección o liderazgo quedó a cargo de los caudillos o “jueces”, que además administraban justicia y actuaban como estrategas o jefes militares.  

Dicho sistema se prolongó aproximadamente entre 1200 y 1050 a.C.15, pero a la larga resultó ineficaz para enfrentar los problemas político-militares vinculados en especial a las invasiones externas.  

12 C. Mesters: Un proyecto de Dios, pág. 21-22  

13 Ibid, pág. 20  

14 Algunos estudiosos han calificado a Israel como “nación crisol”. “Desde el principio los hebreos fueron dos pueblos, y continuaron siéndolo durante toda su historia. La unidad de ambos pueblos se fundaba en el antiguo sentimiento de hostilidad entre los nómadas y los campesinos” (R. Turner, pág. 318).  

15 Las cronologías suelen diferir en las fechas. Según RV 95 el período de jueces abarcó de 1220 a 1030 a.C.