VÍAS DE COMUNICACIÓN Y TRANSPORTE
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

MANUAL PRÁCTICO DE LA CIRCULACIÓN DE LA RIQUEZA
 

Álvaro de la Helguera y García

 

 

 

 

 

 

CAPÍTULO XIX: VÍAS DE COMUNICACIÓN Y TRANSPORTE

Al tratar de tan importante materia, muy acertadamente dice el ilustre economista español Olózaga, lo que sigue: El obstáculo que al desarrollo y progreso de la humanidad presentaba el espacio, ha procurado la misma atenuarlo buscando maneras de ponerse en comunicación, que han sido más o menos perfectas según el estado de su adelanto y cultura.

De la facilidad de las comunicaciones se derivan como inmediatas consecuencias la grandeza comercial de los pueblos y su influencia en el destino de la humanidad ; en todas las edades, los pueblos que han tenido mayor número de medios para sus relaciones y tráfico, han sido los más ricos y los que han ofrecido mayor interés a la historia; sin vías de comunicación fácilmente se comprende el do-minio del despotismo y la miseria, esto es, la ignorancia en sus fases política, religiosa, económica y rentística

Las condiciones y cualidades todas del hombre y del mundo en que se mueve, demuestran que no puede vivir aislado, que tiene precisión de ponerse en contacto con los demás.

Innumerables son las ventajas que proporciona el extenderse y generalizarse las vías de comunicación ; la división del trabajo en su aspecto más interesante, en el de la división local, es imposible sin ellas, y consecuentemente lo sería el comercio internacional ; las riquezas mal podrían circular de no existir: por lo que en realidad son esenciales en esa parte de la ciencia económica : coadyuvan mediante esos dos hechos al descenso del coste de los artículos de general consumo ; nivelan los salarios haciendo más fácil acudan los trabajadores del punto en que sean menos importantes a aquél en que sean de mayor cuantía, disminuyendo por igual procedimiento el interés del capital ; dan gran facilidad al consumo, en cuanto su perfección rebaja el precio de los transportes, que forman parte del de los productos.

Atendiendo a la construcción, al origen o naturaleza constitutiva de las vías de comunicación, casi todos los autores las dividen en dos grandes grupos, que denominan respectivamente naturales y artificiales, comprendiendo en el primero el mar y los ríos, y en el segundo todas las que el hombre ha creado, o sean los caminos, los canales, los ferrocarriles, los correos, los telégrafos y teléfonos y la aeronáutica.

El mar, es camino siempre abierto a la navegación y al tráfico, presenta un plano admirable para la tracción y tiene en las corrientes y el viento fuerzas motrices utilizables fácilmente ; en vez de se-parar a los pueblos puede decirse que es lazo que une; el vapor ha hecho doblemente apreciable esa vía de comunicación por la rapidez y seguridad que ofrece en los viajes; el comercio ha debido siempre su impulso a los transportes marítimos, guardando perfecta relación el progreso de los unos con el del otro.

Los ríos, caminos que andan, han sido siempre utilizados como medios para transportar mercan-cías de gran peso y volumen ; ofrecen en el descenso además del plano de resistencia, la fuerza necesaria a la tracción ; las facilidades que al comercio ofrecen han sido la causa de que lo mismo hoy que siempre las grandes poblaciones se hayan fundado en sus orillas; sin embargo, estas ventajas están contrapesadas por las corrientes rápidas que impiden su navegación, por las inundaciones, por las sequías y por las heladas.

Las vías de comunicación artificiales, si han de desempeñar cumplidamente el importante papel que les corresponde, han de ser en su extensión proporcionadas a las necesidades de la circulación ; así deben únicamente verificarse aquellas que proporcionen directa o indirectamente utilidad y ventaja, prefiriéndose las que las den en mayor cuantía; su variedad depende en gran parte de la naturaleza del terreno de que se trate ; su distribución exige se verifique según las exigencias del comercio y las condiciones del terreno. En principio creemos debe dejarse a la iniciativa particular, si bien temerosos de que ésta no explote sino aquellas que produzcan provecho grande de las incomodidades anejas a la percepción del peaje, y deje de tener el país una red completa, no tendríamos inconveniente se sujetasen en su realización a un plan ordenado y al que se diesen todo género de garantías de que no podría ser reflejo de las influencias de localidad o de interés privado ; su forma depende del servicio a que respectivamente se las destine, debiendo ser la más apropiada a cada una y al clima del país, y además a las condiciones económicas del Estado de que se trate.

El deseo de evitar los inconvenientes que ofrecen los ríos, cuando no el de poner en comunicación distintos mares, ha inspirado al hombre la creación de los canales o serie de planos perfecta-mente nivelados, escalonados los unos con respecto de los otros, y en cuyo descenso o ascenso se verifica el cambio de nivel por las esclusas; ahorran la mayoría de las desventajas de los ríos, pero en cambio tienen un gran coste ; en algunos puntos su construcción es imposible ; faltos de corriente se hielan muy pronto, y además exigen limpieza frecuente ; sin embargo de esto, por lo general representan una economía grande en el transporte, sirviendo a maravilla para el de las mercancías que encierran poco valor en mucho volumen, a consecuencia de ser el roce casi imperceptible.

Entre las vías de comunicación obra del hombre, la que ofrece actualmente mayor interés e importancia, es la de los caminos de hierro ; considerados en sí mismos presentan como particularidades la de consistir en dos barras de hierro por completo paralelas, que, fuertemente unidas al suelo, del que algún tanto sobresalen, corren a un mismo nivel,desde el punto en que la línea nace hasta el en que termina, salvando así mediante puentes y túneles, toda clase de obstáculos y además la de servirse de una fuerza motriz para la tracción distinta por completo de cuantas hasta la fecha de su descubrimiento y aplicación eran conocidas.

El escaso roce que oponen y la potente fuerza que aprovechan, permite que se verifiquen los transportes con un ahorro para el comercio muy importante, hasta el punto de haber cambiado en pocos años por completo el aspecto de la vida social, no sólo económica, sino política y moralmente, crean-do en el orden legal una clase de relaciones por completo desconocidas antes. En el régimen económico favorecen la división del trabajo; dan un impulso inmenso a la circulación ; aumentan el valor de las tierras que atraviesan, facilitando su explotación y el consumo de sus productos; permiten la instalación de las industrias en los puntos que les sean más convenientes; dan a la distribución de, la riqueza una tendencia igualitaria marcada, haciéndola más justa y normal; y facilitan de un modo prodigioso el consumo de los bienes.

En la explotación de los ferrocarriles hay que tener en cuenta dos muy importantes factores, uno los derechos de peaje representantes de los intereses del capital invertido en la construcción de la vía del tanto por ciento necesario para su amortización, y otro la tracción, que significa los gas-tos indispensables de transporte. La práctica ha demostrado que es imposible por la naturaleza misma de las cosas, la explotación por la concurrencia libre y que sólo son posibles la del Estado o la de Compañías concesionarias; entre ambas, preferimos las segundas, pudiendo aquél imponerles las condiciones que juzgue oportunas, en cuanto se refiera a los servicios.

Nunca como en los tiempos presentes han logrado las ideas disfrutar de tan admirables medios para su transmisión ; el vapor y la electricidad hacen que los precios y los cambios traspasen las fronteras sin temor alguno ; favorecen la previsión anunciando las tempestades que los aparatos de física y los estudios de los astrónomos con tanta precisión como oportunidad y antelación dan a conocer ; los Correos y Telégrafos, constituyen un monopolio del Estado, y lo que cada día va tomando más in-cremento por los innegables beneficios que reporta al comercio y a las naciones en general, es el Teléfono.

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