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Actualizaciones para el Desarrollo Organizacional
Loreto Marchant Ramírez

 

Innovación en Tiempos de Cambio

Gonzalo Pizarro Carrasco / Prof: Loreto Marchant R.

 

ANTECEDENTES

La masificación de productos, servicios y distintas ofertas a los consumidores, la competencia de los mercados se ha hecho feroz. Es una contienda cuerpo a cuerpo en que sólo algunos tienen el privilegio y las competencias necesarias para posicionarse en el mercado, mantenerse adelante y dejar atrás a sus competidores. La diferencia que puede haber entre una organización y otra depende casi en exclusiva de su capital humano.

Las personas son la clave para el progreso. Desde el gerente general de una compañía, hasta el trabajador con menor poder, poseen el potencial y la capacidad para hacer de su negocio algo totalmente lucrativo y/o exitoso. Mientras el mercado siga exigiendo una reinvención de las empresas y proyecciones más amplias, las organizaciones deberán encontrar las formas de posicionarse ante las demás y formular estrategias que les permitan alcanzar los objetivos trazados.

En este constante ritmo de cambio y exigencias por parte de los consumidores, un punto fundamental para el éxito económico empresarial puede encontrarse en las nuevas ideas para enfrentarse al actual mercado.

La calidad técnica tiene que formar parte de todos y cada uno de los miembros de la organización. La mejor manera de desarrollar la calidad es empezar por aumentar las actividades creativas dado que éstas son el origen de toda actividad personal innovadora. Las organizaciones a menudo detectan que hay una gran diferencia entre lo que somos capaces de hacer y lo que en realidad hacemos.

Las empresas siempre procuran conseguir la máxima presencia comercial. Pero actualmente es necesario incorporar al estilo de gestión un nuevo reto: ser innovadores. Hay diversos fenómenos que explican por qué para se líder ahora hay que mejorar el rendimiento y ser innovadores. El primer fenómeno, de carácter económico, es la gran competencia que tienen que afrontar las empresas con la expansión del marcado. En este nuevo marco la mejora del rendimiento y la productividad es muy importante para la rentabilidad comercial. El segundo fenómeno es la necesidad actual de demostrar claramente que se tiene una organización líder en la presentación al mercado de productos de nueva creación (Lagos, C., Grandjean, T., 1999).

Según la revista Robotiker (2005) en internet, “el adoptar estrategias creativas es una necesidad práctica que se debe a dos tipos de situaciones muy frecuentes, ya sea porque la empresa se encuentra en situación de crisis, peligra su supervivencia si no se desarrolla una idea nueva, o es porque la empresa no depende de la idea nueva pero se reconoce que aporta ventajas y beneficios importantes como es liberarse del peso y la influencia de viejas ideas que se siguen utilizando pero que son insuficientes”.

Ana Arroyo y Jaione Ganzarain (2005) destacan las diferencias entre los conceptos de creatividad e innovación, que a pesar de ser entendidos como sinónimos, no son exactamente lo mismo. La creatividad constituye una ayuda para la solución de problemas de una organización o un equipo de trabajo. Aporta nuevas formas para analizar la naturaleza de un problema y para generar una amplia variedad de opciones para su solución.

El concepto de innovación, representa en sí mismo una solución creativa, es decir, supone un cambio que se realiza con el propósito de solucionar un problema o mejorar una situación.

De manera más elemental, Simón Majaro(1994) define ambos términos de la siguiente manera: creatividad es el proceso mental que nos ayuda a generar ideas, mientras que innovación es la aplicación práctica de esas ideas, que se implantan con el fin de alcanzar los objetivos de la organización de forma más eficaz.

Ambos conceptos están relacionados porque, en una organización, la creatividad sólo tiene sentido cuando se busca su aplicación práctica. Esto es la innovación.

Según Jorge Ponte (1996), “el proceso creativo y la innovación tienen una estrecha relación con el proceso de toma de decisiones. En general, podríamos decir que la creatividad es más importante en las primeras etapas, cuando el proceso divergente es más necesario. Luego, cuando entramos en acción, la creatividad se convierte en innovación, esto forma parte de la implementación.”

En las organizaciones hay individuos creativos e individuos innovadores, pero a veces no son la misma persona. Existen innovadores que toman ideas de otros y las llevan a la práctica.

Según Ponte el individuo innovador se basa en la teoría de que el cambio es algo normal y saludable. No lo ve como una amenaza, un enemigo contra el cual tiene que luchar. Adoptar la innovación implica una búsqueda continua y sistemática del cambio con el propósito de adaptar las estrategias y los planes a la nueva realidad.

Porter (1982) señala que el empresario innovador busca la diferenciación, y no sólo en los productos que vende o en los servicios que presta, sino también en las tareas y en la forma como encara los proyectos.

Adoptar la innovación como premisa básica de administración implica convertirla en algo sistemático. Según Peter Drucker (1993) la innovación sistemática consiste en:

1. La búsqueda organizada de cambios con un objetivo determinado, y

2. El análisis de las oportunidades que ellos pueden ofrecer para la innovación social o económica.

El proceso sistemático de búsqueda de innovaciones está estrechamente relacionado con el proceso de toma de decisiones. Aquí encontramos dos elementos donde la innovación juega un papel importantísimo:

• En el problema, cuando éste se define como “el aprovechamiento de oportunidades”. Este tipo de problema surge normalmente como consecuencia de una nueva idea que se traduce en un nuevo objetivo.

• En la decisión, cuando es necesario generar cursos de acción alternativos. En este caso la innovación viene dada por la cuota de creatividad aportada al proceso y la implementación de cursos de acción diferentes de los tradicionales.

”La creencia común es que el innovador es arriesgado, y en cierta medida lo es. Si no, observemos la lista de víctimas en el campo de la alta tecnología, donde se invierten millones de dólares en proyectos que, en un principio, tienen un alto porcentaje de incertidumbre. Pero quizá sea más arriesgado buscar la optimización en campos donde el mercado ya está dando señales de cambio” (Ponte, J. 2004).

Stefan Stern, en la publicación Management Today London (2004) refiere a que las compañías pueden identificar el pensamiento creativo como un valor central, pero esto no calza con la estrategia corporativa en donde minimizar el riesgo es visto como una virtud. ¿Cómo puede una organización adaptar su cultura de manera que abrace la innovación?

‘Cada compañía que conozco ha identificado la innovación y la creatividad como valores centrales’ dice David Walter de la consultora de creatividad internacional Synectics, ‘pero alrededor del 90% de ellas no hace nada al respecto. Su comportamiento simplemente no permite que emerja la creatividad.’

Stern reconoce que el problema acá es fundamental. Los procesos que los negocios tradicionalmente han deseado desarrollar en el camino de la excelencia operacional van en contra de la creatividad misma. ‘Determinamos una vez innovaciones vanguardistas en un periodo de 10 años para una gran empresa empaquetadora de mercancías, para descubrir de donde venían sus mejores ideas.’ Dice Walter. ‘La respuesta fue que las mejores ejecuciones de innovación venían todas de un grupo pequeño de personas, universalmente descritas por sus colegas como “difícil con quien trabajar”, todos quienes posteriormente dejaron la compañía.’

“Esta es una de las dificultades claves con la cual las corporaciones deben luchar, la creatividad puede ser disruptiva y no siempre compatible con el funcionar establecido de una máquina comercial” (Stern, 2004). Walter explica: “Eres promovido en negocios por hacer las cosas a tiempo, por reducir la ineficiencia y por se duro con los costos. Reducir el riesgo es visto como una virtud. Minimizar el cambio y la incertidumbre es bueno.”

Peter Freedman (2002), director de la consultora de ideas Think Inc. dice ‘Dos de las grandes maneras en que las compañías sofocan la creatividad es no permitiendo al staff el tiempo o la autorización para ser creativos. Cuando se le preguntó cómo descubrió la ley de la gravedad, Isaac Newton no respondió: “Bueno, atendí a una sesión de lluvia de ideas de veinte minutos y todos tuvimos que hacer un rol playing en que representábamos ser una manzana, colgando de un árbol” En vez de eso, él respondió: “Pensé sobre aquello todo el tiempo”’

Es tan simple como eso. Aparte de todo lo demás, se necesita incubar las ideas y dejar que el subconsciente haga el resto. Se necesita tiempo y espacio para pensar. ‘Dándole a los trabajadores el permiso para ser creativos generalmente significa darles permiso para equivocarse,’ añade Freedman, ‘En resumen, no tener un clima de temor. Como dijo la escritora Jong una vez en 1977: “Si no arriesgas nada, arriesgas mucho más”. Esa es la idea que debe ser comunicada al equipo de trabajo’.

Walter de Synectics ve la creatividad como un reto serio para la gerencia. ‘El asunto primario es hacer que los gerentes lo respalden, tanto como se comprometen con la excelencia operacional’ dice. ‘Necesitas creatividad cada día para obtener excelencia operacional. Debes ser capaz de operacionalizar la creatividad, de otra manera solo tendrás a gente envuelta en un esfuerzo azaroso, donde no ocurre nada, lo cual es frustrante. Pero no hay una respuesta mágica para encontrar la estructura que funcione.’

Según la Confederación de Empresarios de Córdova (CECO, 2005) una de las clasificaciones de tipologías de innovación, utiliza como criterio precisamente el grado de novedad:

Innovación incremental: pequeños cambios dirigidos a incrementar la funcionalidad y las prestaciones de la empresa, pero que si se suceden de forma acumulativa pueden constituir una base importante de progreso.

Innovación radical: implica una ruptura con lo ya establecido, nuevos productos o procesos que no pueden entenderse como una evolución natural de los ya existentes.

Cada vez que se habla de innovación se suele asociar con temas tecnológicos. Innovar no sólo abarca temas de tecnología, comprende también los ámbitos organizativos, comerciales, etc.

Otra clasificación de los tipos de innovación considera este criterio:

Innovación tecnológica: cuando se utiliza la tecnología como medio para introducir el cambio.

Innovación organizativa: cambio en la dirección y organización bajo la cual se desarrolla la actividad productiva de la empresa.

Innovación comercial: cambio en cualquiera de las variables del marketing.

El proceso de innovación es un proceso complejo que integra varias actividades:

(a) Invención o generación de ideas: investigación básica; (b) Diseño y desarrollo: investigación aplicada y desarrollo tecnológico; (c) Preparación para la producción: ingeniería y producción y (d) Marketing, ventas y distribución: comercialización.

Existen diferentes teorías en relación a la innovación, que pretenden dar distintas explicaciones a los resultados que se obtienen al utilizar variadas estrategias dentro de la empresa, o el éxito de algunas y el fracaso de otras.

Una de estas teorías es la relacionada a la innovación disruptiva de Clayton Christensen (2004), la cual sostiene que quienes ingresan a un mercado armados con soluciones relativamente simples y directas, pueden desplazar a jugadores poderosos. En síntesis, sugiere que las empresas establecidas en el mercado suelen triunfar cuando la batalla se libra en el terreno de la innovación progresiva: la que brinda mejores soluciones a los clientes líderes. En cambio, las firmas recién llegadas al mercado suelen tener éxito cuando la batalla está relacionada con la innovación disruptiva: la que ofrece soluciones simples, convenientes y de bajo costo, que se afianzan entre aquellos clientes que los competidores existentes no atienden o no quieren atender.

En una entrevista a John Seely Brown (2004), quien hasta el 2002 fue el científico jefe de Xerox Coporation, y dirigió durante 12 años el Centro de Investigación de Palo Alto (PARC) de la compañía, hoy vuelca en artículos, libros, clases y conferencias sus puntos de vista y sus nuevos hallazgos, responde a la pregunta sobre cómo se “alimenta la innovación” en una organización: ‘De lo que se trata, en realidad, es de crear un espacio para la toma de riesgos. Es fácil decir “voy a tomar riesgos”. Pero la conducta tomadora de riesgos es parte de la cultura de una organización y emerge de la forma en que se hacen allí las cosas. Entonces, hay que fomentar una cultura orientada a la toma de riesgos. En la esencia de Silicon Valley, a diferencia de prácticamente cualquier otro tipo de ecología de la innovación, hay una cultura del riesgo profundamente arraigada. La invención sólo puede tener lugar, en la vida organizacional, cuando la cultura alienta, en lo tecnológico, la toma de riesgo. Muy pocas compañías la encaran exitosamente y menos aún en la actualidad, cuando los estrechos márgenes las llevan a reducir la exploración orgánica estratégica’.

Luego, Sarah Powel (2004) le pregunta a Brown, ¿Qué implica la gestión de la innovación? ‘Por lo general, implementar un gran avance tecnológico constituye un desafío mayor que el avance en sí. En el mercado real, la meta es encontrar el punto óptimo, y descubrir por qué y cómo esta nueva invención tecnológica puede satisfacer necesidades del mercado en un momento determinado. Los investigadores deben participar activamente del proceso, y el papel de los emprendedores es manejar los tiempos y los ritmos, y saber arbitrar los medios necesarios para que lo nuevo sea aceptado. Las grandes corporaciones no innovan muy eficazmente porque están concentradas en sus resultados trimestrales, ya que un traspié significa ser destruidas por Wall Street. Esa es una de las razones por las cuales los capitalistas de riesgo, que no están atados a tales presiones, son tan importantes para la innovación.’

“Las estructuras organizacionales pueden influir positivamente en las innovaciones cuando cuenten con menos especialización laboral y menos reglas, y sean estructuras más bien descentralizadas que faciliten la flexibilidad, la adaptación y que hacen que resulte más fácil adoptar las innovaciones. Por otra parte, la disponibilidad de recursos es la base para el desarrollo de la innovación. Es necesario ser consciente de las posibles pérdidas de recursos por la ineficacia de las innovaciones. Por último, la comunicación fluida y frecuente entre las áreas de la empresa contribuye a eliminar las posibles barreras que representan obstáculos para la innovación porque facilita la interacción entre los distintos departamentos participantes en el desarrollo de las ideas creativas. En lo relativo a la dirección de personal, las organizaciones innovadoras promueven activamente la capacitación y el desarrollo de sus miembros, de tal suerte que sus conocimientos se mantengan actualizados. Ofrecen a sus empleados gran seguridad de empleo para así reducir el miedo a ser despedido por cometer errores, y alientan a las personas a convertirse en campeones del cambio. Se les apoya, se les incentiva y se asegura que las innovaciones serán implantadas”. (Palafox, G. 2003)

DISCUSIÓN

Concebir nuevas ideas y llevarlas a la práctica en todo aspecto en que se trabaje parece imprescindible en la actualidad. El globo cambia vertiginosamente y con él, toda la actividad productiva. Un área que vive del cambio y la innovación, requiere imperiosamente conocer desde ya cuáles serán las nuevas metodologías de trabajo preponderantes en el desarrollo de las futuras organizaciones.

La alta exigencia por parte de las personas y el crecimiento de nuevas competencias, obligan a las empresas a desarrollar mecanismos que aseguren su futuro dentro del mercado.

La innovación en la empresa no surge como un capricho de crear algo novedoso, muy por el contrario, surge de la necesidad de establecer un nuevo ritmo de funcionamiento donde la creatividad se inserta dentro del actuar de las organizaciones como parte del alineamiento estratégico. Se debe considerar la creatividad como un valor de la organización, promoviendo así su aplicación transversal a todos los puestos de trabajo.

Especialmente importante es la creatividad de los gerentes, pues: (a) ellos estarán en posición de ser observados como ejemplo por los trabajadores y (b) ellos han de decidir qué ideas se llevarán a la práctica y cuáles no.

A pesar de que en muchos casos se acude a la innovación como la última tentativa de salvación de una compañía, parece absurdo esperar a llegar a estos extremos para sacar a relucir los beneficios de la utilización de nuevas ideas.

Como se ha establecido anteriormente, los cambios en el mercado remecen al mundo organizativo, obligando a las empresas a adelantarse a lo próximo, a reinventar sus estrategias y formas de trabajo.

La expansión del mercado ha repercutido en muchos sectores económicos incrementando los estándares de calidad y la competencia. Años atrás era común ver una empresa que ofrecía ciertos productos y se mantenía a lo largo de la vida de las personas, de manera permanente y dando un servicio parejo. Actualmente muchas empresas se niegan a invertir en activos fijos tomando en consideración la volatilidad del mercado y muchas veces terminan por aferrarse a negocios que han resultado seguros para otras compañías, manteniéndose bajo el umbral de éxitos ajenos. Lamentablemente, esto no representa una opción segura de crecimiento económico y generalmente termina por atochar aún más el sector en que se está invirtiendo.

Para dar un verdadero salto en relación a la competencia es necesario utilizar una estrategia creativa e innovadora, que permita abrir nuevos caminos y dejar atrás a loa demás. Estos nuevos estilos de trabajo no surgen por si solos. Es necesario fomentarlos desde el interior de la empresa, comenzando por identificar aquellas ideas creativas que ya existen, pero que aún no son descubiertas.

La normal resistencia de las personas y las organizaciones a los cambios dificulta aún más la implementación de nuevos sistemas. Los trabajadores rechazan todo lo que conlleve una alteración del trabajo regular de la empresa. Sus viejas creencias sobre como debe funcionar una compañía no permiten mejorar y adecuarse a las modernizaciones. Es necesario “manejar el cambio” si se pretende que realmente ocurra.

Que una compañía opte por la innovación, significa que debe comenzar a gestionar innovación. Además de considerarla como algo fundamental, es necesario generar políticas e implementar sistemas, normas y procedimientos que verdaderamente fomenten la actuación innovadora de las personas. Paralelamente, promover la formación de una cultura organizacional creativa, que valora y proporciona tiempo y espacio al pensamiento creativo. Esto último es tan o más difícil que lo anterior. Requiere alinear los procesos de recursos humanos con la creatividad. Para este objetivo, será especialmente importante: (a) la gestión de la capacitación y los incentivos que fomenten las nuevas ideas y (b) la gestión de factores de clima como el liderazgo transformacional y el trabajo de equipos.

La falta de hallazgos científicos, respecto a los resultados proes y contras de implementar innovación en el campo laboral, hacen más difícil la tarea de convencer a las personas de esta necesidad (“if it ain’t broken, why fix it?”). Toda innovación conlleva riesgo y todo cambio obliga a pasar por un poco agradable estado de transición, en el cual se sufre la sensación de haber perdido lo bueno de lo anterior sin visualizar aún los beneficios de la nueva implementación.

Las grandes empresas que han implantado nuevos y novedosos cambios en su actuar, han obtenido resultados exitosos, lo cual representa un ejemplo para otras compañías. Sin embargo, en cada etapa de innovación hay un alto riesgo de fracaso, lo cual muchas veces termina por detener los intentos de llevar a cabo una idea creativa. En vez de tal recesión, es importante tener presente que cada fracaso o error es una oportunidad de aprendizaje que permite mejorar las futuras gestiones. Es necesario ir analizando cada etapa del proceso para tomar en cuenta que cosas hay que repetir, mejorar o cambiar.

La innovación no debe tomarse como una opción que solo atañe a las organizaciones, sino que como una herramienta que puede utilizarse en cualquier momento del día a día frente a la necesidad de solucionar un conflicto. Cada persona puede hacer uso de soluciones creativas frente a cualquier situación que se le presente, permitiéndole encontrar diferentes caminos para actuar. Por esto, las empresas deben buscar la creatividad en cualquier lugar de su ser, y no en grandes conferencias o personajes externos. Entre más propia es la innovación que se planea realizar, más efecto tendrá en la constitución general de la empresa y más alineada se encontrará con los objetivos que se pretende lograr.

REFERENCIAS

Harvard Bussines Review, 2000, Creatividad e innovación, Ed. Deusto. Bilbao, España

Lagos, C.; Grandjean, T. 1999 Creatividad y nuevas aventuras empresariales Ed. ConoSur Ltda. Stgo, Chile

Stern, S. 2004 Management Today Londres, Inglaterra

Revista Trend Management Vol. 6 Nº 5 Ed. Trend Chile S.A., Chile 2004

Revista Trend Management Vol. 7 Nº 2 Ed. Trend Chile S.A., Chile 2005

http://www.cecocordoba.es/portalceco/tecnologia/innovacion/default.aspx

http://revista.robotiker.com/articulos/articulo55/pagina1.jsp

http://www.thinkinc.co.uk/jot_brainstorm.asp

http://www.mercado.com.ar/mercado/mo/lazzati/CONCEP5/0296.asp#IV.%20La%20innovaci%F3n


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