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Alfonso Klauer
Absoluta libertad de integración
En la medida de lo posible, la conformación inicial de las regiones deberá responder a las expectativas que a ese respecto tenga cada una de las poblaciones. Los líderes regionales, provinciales y distritales, así como los integrantes del Congreso de la República, tienen diversos instrumentos de auscultación como para que ello se concrete inicialmente de la mejor más próxima a cuanto espera la población del país.
En adelante, sin embargo, cada población debe tener la más absoluta libertad para promover cambios con los que esperan obtener mayores legítimos beneficios. Deberá ser suficiente que un dos por ciento (2 %) de los miembros de una circunscripción formalmente lo solicite, para que a no más de doce meses de planteada la propuesta, las autoridades del área de competencia sometan el asunto a referéndum.
Así, los pedidos para que un distrito se integre a una provincia
vecina deben ser sometidos a referéndum en el distrito correspondiente,
pero por las autoridades de la provincia a la que
pertenece, y con la participación, en lo que les corresponde, de
las autoridades del Poder Electoral de la Región a la que ésta a
su vez pertenece. En el caso de las provincias, por las autoridades
de la región. Y en el caso de las regiones por las autoridades federales
Sin embargo, en los casos en que se solicite la formación
de una nueva región, o la integración a una región vecina, o a una
circunscripción de una región vecina, el referéndum deberá ser
organizado por las autoridades federales.
15 Regiones Federales,
3 Regiones Autónomas y 1 Distrito Federal
Ésta es pues, finalmente, y como se ilustra en el Mapa N° 3, nuestra propuesta de delimitación geográfica y de estructura estatal y gubernamental para el proceso de descentralización del país.
Así, convertido en una República Federal, el Perú estaría constituido por quince Regionales Federales, tres Regiones Autónomas y un Distrito Federal.
El tal virtud, el actual aparato estatal, el Estado Central (y centralista) quedaría a su vez transformado en la suma e interrelación de un estado federal, con sede en la capital del país y presencia y jurisdicción en asuntos específicos en todo el territorio; y otros y distintos 18 estados regionales, con amplia autonomía en muchísimos aspectos, como veremos más adelante.
Y, por su parte, el actual Gobierno Unitario, quedaría convertido también en la suma e interrelación de un gobierno federal, con sede en la capital del país, y otros 18 gobiernos regionales, con sede en las correspondientes capitales de las regiones.
Para la propuesta de los nombres de las Regiones Federales y de las Regiones Autónomas, se ha tenido en consideración, preferentemente, las denominaciones más comúnmente conocidas de los pueblos ancestrales que estuvieron asentados en los territorios que darían origen a cada estado.
A tal efecto, la descentralización constituye una oportunidad extraordinaria para que los pueblos del Perú mostremos real y legítimamente orgullo por lo mejor de nuestro pasado, y por nuestras genuinas y ancestrales raíces. Ese es el caso de los nombres Tallán, Chavín, Chachapoyas, Wanka, Wari, Inka, Kolla, Chancay, Lima, Cañete. Para el resto de las regiones federales se especifica más adelante las razones de las denominaciones propuestas.
En los sucesivos gráficos a los que se hace referencia más adelante, se propone específicos cambios de delimitación en función de las que de acuerdo a la información que ofrecen los atlas consultados, parecen ser las fronteras naturales de cada uno de los actuales departamentos del país. En particular, para las regiones costeras y cordilleranos, se busca que cada cuenca fluvial pertenezca a la circunscripción donde el río correspondiente hace la mayor parte de su recorrido.
Y asimismo se muestra en los gráficos, para cada Región Federal y cada Región Autónoma, las propuestas de integración de provincias y cambios de delimitación de las mismas a fin de que también cada cuenca esté bajo la jurisdicción de una sola autoridad.
En muchos de los casos que proponemos de integración de provincias, se sugiere además un nombre nuevo para la provincia resultante. También en este caso se ha recurrido a la historia, pero asimismo a los más notables accidentes naturales del área en cuestión (nevados, ríos, etc.).
Deberá observarse que, como resultado de las integraciones que proponemos de provincias, el número de éstas queda sensiblemente disminuido respecto del que hoy existe. En efecto, resultarían sólo 106 provincias que, comparadas con las 194 que hoy existen, significa una disminución del 45 %.